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Revista signos

On-line version ISSN 0718-0934

Rev. signos vol.53 no.104 Valparaíso Dec. 2020

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-09342020000300744 

Sección Monográfica

Sobre el atenuador ‘casi que’

On the mitigator ‘casi que’

Raquel González Rodríguez1 

1Universidad Complutense de Madrid, España, raquelgonzalezr@ucm.es

Resumen

Este trabajo compara los usos de dos atenuadores: ‘casi que’ y ‘casi’. Para ello se ha partido de la caracterización de ‘casi’ realizada por Pons y Schwenter (2011), donde se establecen las distintas lecturas de este adverbio. Las ocurrencias de ‘casi que’ encontradas en varios corpus discursivos han permitido establecer que existe variación dialectal en lo que respecta al uso de ‘casi que’. Se ha comprobado que mientras que en el español de Venezuela ‘casi que’ puede tener todas las lecturas que Pons y Schwenter (2011) establecen para casi, en el español de España el uso de ‘casi que’ está más restringido.

Palabras Clave: Atenuación; ‘casi (que)’; variación dialectal; corpus orales; modificadores aproximativos

Abstract

This paper carries on a comparative analysis of two mitigators, casi que (‘almost that’) and casi (‘almost’). In order to achieve this goal, we have assumed the description of casi proposed by Pons and Schwenter (2011), who establish the interpretations of this adverb. The analysis of several oral copora shows that there is dialectal variation regarding the functions of casi que. Whereas in Venezuelan Spanish casi que has the same interpretations that casi has, in European Spanish casi que can be used in a more reduced number of contexts.

Key Words: Mitigation; casi (que) ‘almost (that)’; dialectal variation; oral corpora; approximative modifiers

Introducción

Los procesos de atenuación lingüística constituyen estrategias para “minimizar la fuerza ilocutiva de los actos de habla y el papel de los participantes de la enunciación con el fin de lograr la meta prevista, el acuerdo (o en minorar en su caso el desacuerdo)” (Briz, 2007: 11-12). Esto ha llevado a asociar la atenuación con la cortesía y a estudiarla como un mecanismo al servicio del mantenimiento de las relaciones sociales (véanse, entre otros muchos, Havertake, 1988; Briz, 2003, 2007). Esta perspectiva no es, sin embargo, la única que se ha adoptado al analizar la atenuación. También se ha prestado atención a otras cuestiones como son los distintos niveles en los que opera la atenuación (el contenido proposicional o la fuerza ilocutiva) (Briz, 1998, 2003; Caffi, 1999, 2007) y los elementos a través de los cuales se atenúa un enunciado (Meyer-Hermann, 1988; Bazzanella, Caffi & Sbisá, 1991; Briz, 1995, 1998, 2003; Caffi, 1999, 2007, entre otros muchos).

Entre los mecanismos mediante los que se puede expresar atenuación se encuentran los modificadores aproximativos (‘aproximadamente’, ‘más o menos’, ‘casi’, etc.), que han sido en general estudiados desde un punto de vista gramatical (Moreno Cabrera, 1984; Nouwen, 2000; Morzycki, 2001; Penka, 2006; Mihatsch, 2007; Sauerland & Stateva, 2007, 2011). La relación entre un aproximativo como ‘casi’ y la atenuación ha sido observada por autores como Pons y Schwenter (2011), Kornfeld (2013) o Pardo Llibrer (2018). En algunos de estos trabajos podemos encontrar, además, una descripción detallada de los distintos valores de ‘casi’ (Pons & Schwenter, 2011; Pardo Llibrer, 2018), lo que permite entender mejor la vinculación de este adverbio con la noción de atenuación. Aunque describiremos con detalle estas interpretaciones en el apartado 2, realizamos aquí una somera presentación de esos valores que nos permita entender mejor los propósitos de este trabajo. Pons y Schwenter (2011) establecen que ‘casi’ tiene tres valores.1 En dos de las lecturas descritas por Pons y Schwenter, denominadas ‘canónica’ y ‘seudocanónica’, ‘casi’ señala un valor escalar cercano al que alude el elemento al que modifica, ya se trate de un valor inferior (lectura canónica) o superior (lectura seudocanónica), y da lugar a una inferencia de polaridad opuesta a la de la oración. Así, de ‘Ese jugador mide casi dos metros’ se sigue que la altura del jugador es cercana a los dos metros y que no mide dos metros. La tercera lectura es aquella en que ‘casi’ tiene valor ilocutivo y no afecta al valor polar de la oración, como sucede en ‘Casi te acompaño’ si interpretamos que esta construcción se emite para expresar que se va a llevar a cabo la acción de acompañar al otro.

La variante ‘casi que’, en cambio, no ha sido objeto de análisis tan exhaustivos. Aparece, por ejemplo, en algunos de los ejemplos proporcionados por Pons y Schwenter (2011), donde se introduce el ‘que’ entre paréntesis y se marca, por tanto, como opcional. Una situación similar es la que encontramos en Kornfeld (2013). En los ejemplos que ofrece esta autora es frecuente encontrar entre paréntesis el ‘que’, que se asocia con el valor de marcador de modalidad de ‘casi’. A pesar de la presencia del ‘que’ en algunos de los datos ofrecidos tanto en el trabajo de Pons y Schwenter como en el de Kornfeld, estos se centran en la variante sin ‘que’. Tampoco se han ofrecido, en lo que se nos alcanza, estudios que exploren si existe variación dialectal en lo que respecta al uso de ‘casi que’, a pesar de que sí se ha constatado que la atenuación es un fenómeno que presenta variación diatópica (Briz, 2007; Albelda Marco, 2008; Albelda Marco & Briz, 2010; Douglas, Soler Bonafont & Vuoto, 2018).

El objetivo de este trabajo es cubrir la laguna que acabamos de mencionar. Nos proponemos, en concreto, determinar las lecturas que puede tener ‘casi que’ en dos variedades del español, el español de España y el de Venezuela. En principio cabría esperar que ‘casi que’ tenga un uso más restringido que ‘casi’, dado que el ‘que’ forzaría al aproximativo a tomar ámbito sobre toda la oración y, por tanto, a presentar únicamente el último de los valores descritos. Sin embargo, el estudio que hemos llevado a cabo nos ha permitido comprobar que esta hipótesis de partida es válida para el español de España, pero no para otras variedades como la venezolana y, por tanto, que existe variación dialectal en lo que respecta a los usos de ‘casi que’. En el español de Venezuela, ‘casi que’ posee los tres valores que Pons y Schwenter (2011) describen para ‘casi’ y puede incidir sobre constituyentes no oracionales. En el de España, la variante con ‘que’ presenta un uso más restringido y solo se equipara a ‘casi en uno de los valores de este adverbio. Se trata, precisamente, de uno de los casos en que modifica a toda la oración. Hemos seleccionado estas dos variedades del español porque los datos que ofrecían los corpus orales con los que hemos trabajado ponen claramente de manifiesto la diferencia que existe entre ellas.

El empleo de los corpus orales resulta de gran importancia en el estudio de la atenuación en general y de los usos discursivos de ‘casi que’ en particular (Briz, 1998; Albelda Marco, 2010; Albelda Marco & Álvarez Muro, 2010). La razón es que la lectura que recibe ‘casi (que)’ no puede determinarse, al menos en un buen número de casos, fuera de contexto. Piénsese, por ejemplo, en una construcción como ‘Casi me voy’. De esta secuencia podría seguirse tanto que el hablante no se va como que sí se va; en otras palabras, el aproximativo podría revertir o no la polaridad de la oración. Dada la necesidad de recurrir al contexto discursivo para establecer la interpretación del aproximativo, hemos realizado nuestro estudio a partir de las ocurrencias de ‘casi que’ que hemos encontrado en varios corpus orales.

La estructura del trabajo es la siguiente: en el apartado 1 presentamos las nociones en las que se basa nuestro estudio y, en concreto, describimos los distintos valores de ‘casi’, la categoría de la atenuación pragmática y la relación que se establece entre ‘casi’ y dicha categoría. En el apartado 2 explicamos cuál ha sido la metodología empleada. Señalamos los corpus que hemos manejado y justificamos esta selección. En el apartado 3 presentamos los resultados de nuestro estudio, esto es, describimos los valores de ‘casi que’ en el español de España y en el de Venezuela. En el apartado 4 discutimos los resultados del estudio y, por último, exponemos las conclusiones del trabajo.

1. Marco teórico: Los valores de ‘casi (que) y su relación con la atenuación

En este apartado vamos a centrarnos en la atenuación, los valores de ‘casi’ y la relación que se establece entre ellos. Comencemos por explicar brevemente en qué consiste la categoría de la atenuación. Esta constituye un mecanismo para minimizar el contenido proposicional (atenuación de lo dicho) o la fuerza ilocutiva (atenuación del decir) (Briz, 1998, 2007; Caffi, 1999, 2007). Briz (1998) ofrece ejemplos como los de (1) para ilustrar la atenuación que se produce en el nivel del enunciado, a la que llama ‘atenuación semántico-pragmática’. A través de elementos como ‘más o menos’ (véase (1a)) y ‘como’ (véase (1b)) el hablante “no se responsabiliza de aplicar el predicado en toda su intensión léxica al sujeto referido” (Havertake, 1994: 210). Estas expresiones se identifican con las que Lakoff (1972) denominó hedges, dado que sirven para denotar imprecisión.

(1) a. Era más o menos aquí.

  • b. Está como muy dulce. Está como muy sosa.

  • (Ejemplo tomado de Briz, 1998: 149)

La atenuación del decir o de la fuerza ilocutiva es la que encontramos en los ejemplos de (2), donde los elementos en cursiva minimizan la petición de (2a) y la aseveración de (2b).

(2) a. Quiero que me encuentren una novia.

  • b. Yo creo que no vamos bien porque tú no quieres.

  • (Ejemplo tomado de Briz, 1998: 151)

Caffi (1999), (2007) también establece distintos tipos de atenuación, pero, como señalan Albelda Marco y Cestero Mancera (2011), existe un claro paralelismo entre la propuesta de esta autora y la de Briz Gómez. Caffi distingue entre la atenuación que incide sobre el contenido proposicional (bushes, en su terminología) y la que atenúa la fuerza ilocutiva (a la que denomina hedges). Los bushes se corresponden, por tanto, con la atenuación de lo dicho en Briz (1998) y los hedges con la atenuación del decir. En Caffi (1999) se introduce un tercer tipo de atenuación, los shields, que afectan al origen o la fuente del enunciado. En la tipología de Briz, estos formarían parte de la atenuación del decir o atenuación pragmática.

Una vez que hemos definido la categoría de la atenuación, pasaremos a presentar los distintos usos que tiene el adverbio ‘casi’ y su relación con dicha categoría. El estudio del modificador aproximativo ‘casi’ se ha abordado tanto desde una perspectiva semántica (Aranovich, 1995; Sevi, 1998; Horn, 2002) como desde una pragmática (Sadock, 1981; Ziegeler, 2000, 2010). A pesar de las diferencias que existen entre estas aproximaciones, los estudios coinciden en distinguir dos componentes en el significado de ‘casi’: un componente próximo y un componente polar. El primero de estos componentes reside en comparar ‘p’ y ‘casi p’ a partir de la ordenación de estos elementos en una escala. ‘Casi p’ localiza un punto en la escala cercano a aquel en que se encuentra ‘p, pero distinto de este último. Así, mientras que en (3a) se señala que el mueble pesa diez kilos y, por tanto, se sitúa a la entidad denotada por el sujeto de predicación en el punto de la escala correspondiente a ese peso, en (3b) se señala que el peso es cercano a ese.

(3) a. Ese mueble pesa diez kilos.

  • b. Ese mueble pesa casi diez kilos.

Aunque es frecuente que un adverbio como ‘casi’ se combine con expresiones numerales (véase (3)), puede igualmente acompañar a otro tipo de elementos sin que por ello se pierda el componente próximo (Moreno Cabrera, 1984; RAE-ASALE, 2009). La diferencia entre (4a) y (4b) es paralela a la que hemos descrito con respecto a (3), excepto por el hecho de que la proximidad no se evalúa con respecto a una escala numeral, sino con respecto a una jerarquía de propiedades. Así, (4b) es adecuada, por ejemplo, en un contexto en que se está hablando del género de una película que posee rasgos propios de las comedias, pero también presenta características que no permiten adscribirla claramente a ese género.

(4) a. Esa película es una comedia.

  • b. Esa película es casi una comedia.

El otro componente de casi, el polar, alude a la relación que se establece entre ‘casi p’ y la negación de ‘p (~p)’ y entre ‘casi no p’ y la afirmación de ‘p’. Obsérvense los siguientes ejemplos:

(5) a. Luis casi se lo cree.

  • b. Luis casi no se lo cree.

La presencia de ‘casi’ desencadena inferencias opuestas dependiendo ‘casi’ da lugar a una inferencia negativa, dado que de este ejemplo se sigue que Luis no se lo creyó. Cuando ‘casi’ aparece en una oración negativa, la inferencia será positiva. Así, de (5b) se sigue que Luis se lo creyó. ‘Casi,’ por tanto, invierte la polaridad de la oración en que aparece.

Pues bien, en Pons y Schwenter (2011) se describen las distintas interpretaciones que puede tener ‘casi ‘a partir del componente polar y el próximo. Estos autores distinguen cuatro lecturas de ‘casi’, aunque una está restringida al español hablado en la Comunidad Valenciana, como hemos señalado en la primera nota a pie de página, y, por tanto, nos centraremos únicamente en tres. La primera es la que denominan ‘canónica. Esta se caracteriza por que se invierte la polaridad de la oración y se alude a un valor escalar inferior y cercano al denotado por el elemento sobre el que incide ‘casi’. Esta es la interpretación que obtenemos en (6). Por una parte, de esta construcción se sigue que el candidato no es licenciado, por lo que la presencia del aproximativo desencadena una inferencia con el valor de polaridad opuesto al de la oración; por otra parte, se señala que el individuo denotado por el sujeto de predicación no alcanza el grado académico de licenciado y se sitúa en un punto de la escala inferior a este. Según Pons y Schwenter (2011), el hecho de que ‘p’ refiera a un punto superior al denotado por ‘casi p’ provoca que ‘casi’ desencadene la lectura ascendente de la escala.

(6) Ese candidato es casi licenciado, pero, al no tener el título, no cumple el requisito.

La segunda lectura que describen Pons y Schwenter (2011) es la seudocanónica. Esta interpretación comparte con la anterior que en ella se invierte la polaridad de la oración, de forma que no hay diferencia entre una y otra en lo que respecta al componente polar. Se diferencia de la canónica en el componente próximo. Mientras que en la canónica se señala un punto de la escala inferior al que se aludiría si ‘casi’ no estuviera presente, en la seudocanónica se alude a uno superior. Obsérvese el siguiente ejemplo:

(7) A falta de dos jornadas, el Valencia es casi el primero y el Levante es casi equipo de segunda.

Como señalan Pons y Schwenter (2011), la relación que establece ‘casi’ con los elementos a los que modifica en (7) (‘ser el primero’ y ‘ser equipo de segunda’) es distinta. En el primer caso obtenemos la interpretación canónica, dado que se expresa que el Valencia se encuentra en una posición inferior a la primera pero cercana a ella; en el segundo, en cambio, se alude a un lugar en la escala superior al que ocupan los equipos de segunda, pero, de nuevo, cercana a ella. En la lectura canónica, por tanto, ‘casi ‘da lugar a una lectura ascendente de la escala (‘casi p’ es jerárquicamente inferior a ‘p’); en la seudocanónica, a una descendente (‘casi p’ es jerárquicamente superior a ‘p’). Acabamos de ver que la lectura canónica y la seudocanónica se diferencian en el componente próximo. Esto no sucede, en cambio, en el componente polar, donde no existe diferencia alguna entre esas lecturas. Tanto de ‘el Valencia es casi el primero como de el Levante es casi equipo de segunda ‘se obtiene una inferencia de polaridad opuesta a la de esas oraciones: ‘el Valencia no es el primero’ y ‘el Levante no es equipo de segunda’, respectivamente.

Además de la lectura canónica y la seudocanónica, Pons y Schwenter (2011) describen un tercer uso de ‘casi’, en el que este adverbio posee valor epistémico e ilocutivo. Con esta interpretación, ‘casi ‘aparece en intervenciones reactivas, tiende a ocupar la posición inicial, por lo que tiene alcance amplio, y su componente polar está desactivado, esto es, no afecta al valor de polaridad de la oración. Ilustramos este uso en (9). Nótese que en este caso, de la construcción emitida por el hablante B no se sigue que no se vaya a quedar, de forma que de ‘casi p’ se sigue ‘p’, no ‘~p’, al contrario de lo que sucedía con las interpretaciones canónica y seudocanónica.

(8) A: -¿Qué haces? ¿Vienes o te quedas?

  • B: -Casi me quedo.

Pons y Schwenter proponen que, cuando recibe esta lectura, ‘casi’ constituye un atenuador ilocutivo. Ilustran esta idea a partir de ejemplos como los de (9) y (10). En el primer caso (véase (9)), el aproximativo incide sobre el compromiso que adopta el emisor con respecto al contenido proposicional de la construcción. En el segundo (véase (10)), ‘casi’ atenúa las posibles consecuencias negativas que podrían derivarse de la emisión del enunciado (Fraser, 1980). En ambos ejemplos, el hablante emplea ‘casi’ para mitigar la fuerza ilocutiva del enunciado, esto es, para quitarse responsabilidad con respecto al contenido proposicional (Holmes, 1984a, 1984b; Meyer-Hermann, 1988; Bazzanella et al. 1991; Briz, 2003, 2007; Caffi, 2007, 2010; Thaler, 2012, entre otros). Se trata, por tanto, de una estrategia discursiva que permite al hablante lograr sus objetivos sin dañar las relaciones sociales. Nótese que, como nos señala un revisor, en ambos ejemplos, ‘casi’ concurre con ‘mira. Este hecho resulta natural si tenemos en cuenta que ‘mira’ también se caracteriza por aparecer en intervenciones reactivas.

(9) A: -¿Quieres llevarte una bolsita más grande?

(10) Mire, casi vuelvo otro día.

Por tanto, Pons y Schwenter relacionan este último uso de ‘casi’ con la atenuación. Encontramos la misma propuesta en Pardo Llibrer (2018), donde se alude a las interpretaciones de ‘casi’ descritas por Pons y Schwenter y también se vincula con la categoría de la atenuación exclusivamente el uso ilustrado en ejemplos como los de (10) y (11). De hecho, en Pardo Llibrer (2018) no se habla en estos casos de valores epistémicos o ilocutivos, sino que se habla directamente del uso atenuador de ‘casi’. Coincidimos con estos autores en que ‘casi’ funciona como un atenuador en los usos en que su componente polar está desactivado. Ahora bien, consideramos que la misma vinculación puede establecerse en el caso de las lecturas canónica y seudocanónica de ‘casi’. La diferencia es que en este caso no se minimizaría la fuerza ilocutiva, sino el contenido proposicional. En esta misma dirección apunta un repaso a los inventarios de atenuadores que se han ofrecido en la bibliografía. El lector atento recordará que uno de los ejemplos de Briz (1998) que hemos reproducido para ilustrar la atenuación de lo dicho contiene un aproximativo (‘más o menos’) (véase (1a)). De hecho, en Albelda Marco y Cestero Mancera (2011) se incluye, entre las estrategias de atenuación, una que consiste en ‘minimizar o difuminar la cantidad o cualidad de lo dicho’ y entre las expresiones que se emplean para realizar esta atenuación están los aproximativos. Consideramos, por tanto, que la relación de ‘casi’ con la atenuación no se circunscribe únicamente a la lectura en que no se invierte el valor de polaridad de la oración, sino que también está presente en las interpretaciones canónica y seudocanónica.

2. Marco metodológico: Descripción y justificación de los corpus escogidos

Para estudiar qué lecturas puede tener ‘casi (que)’, resulta fundamental basarse en muestras reales de habla. Estas proporcionan el contexto suficiente para permitirnos distinguir el uso que se está haciendo de ‘casi (que)’. Obsérvense las oraciones de (11):

(11) a. Casi no salgo.

  • b. Casi no compramos carne.

Fuera de contexto, ‘casi’ podría tener aquí el componente polar activado o desactivado; en otras palabras, de (11a) podría seguirse que el individuo en cuestión va a salir o que no va a salir y de (11b) que van a comprar carne o que no van a hacerlo. Estas secuencias por sí solas no permiten establecer si ‘casi’ afecta o no a la polaridad de la oración. Sin embargo, si extraemos estas oraciones de un corpus oral, sí que podremos precisar el significado del aproximativo en ellas. Esto es lo que sucede en (12) y (13), donde el contexto ofrecido por el corpus Proyecto para el estudio sociolingüístico del español de España y de América (PRESEEA), de donde hemos extraído los ejemplos, muestra claramente que el componente polar de casi está desactivado (de ‘casi ~p’ se sigue ‘~p’).

(12) E: <simultáneo> ¿vas a cenar tú también? </simultáneo>

  • I: yo sí yo me voy a cenar muchas veces con mi novio<alargamiento/> y<alargamiento/> nos vamos al cine<alargamiento/> o a dar una vuelta // yo últimamente de hecho casi no salgo porque como además tenemos los exámenes <simultáneo> aquí </simultáneo>

  • E: <simultáneo> ya </simultáneo>

  • I: cerca

  • E: en esta época

  • I: tampoco puede<alargamiento/>s andar por ahí hasta las tantas //

  • (PRESEEA, MADR_M13_018, 20-04-2008, España)

(13) E: para no comer carne ¿o no?

  • I: bueno / ahora casi no compramos carne

  • E: ¡ah! ¿nunca?

  • I: ¿eh? / sí

  • E: nunca

  • I: ahora ya no / con las vacas no

  • (PRESEEA, MADR_M23_034, 20-06-2008, España)

La ambigüedad de (11) fuera de contexto pone claramente de manifiesto que el empleo de corpus constituye una herramienta indispensable en el estudio de fenómenos como el que aquí abordamos (Briz & Albelda Marco, 2009; Albelda Marco & Álvarez Muro, 2010). Conocer el contexto en el que se emplea casi permite describir de forma más adecuada sus usos.

Los corpus que hemos empleado para realizar este estudio han sido cuatro: el Val.Es.Co 2.1 (Valencia Español Coloquial), el PRESEEA (Proyecto para el estudio sociolingüístico del español de España y de América), el CREA (Corpus de Referencia del Español Actual) y el CORPES (Corpus del Español del Siglo XXI). Hemos consultado también el Ameresco (América Español Coloquial), pero en este último no hemos encontrado ninguna ocurrencia de ‘casi que’. La elección de estos corpus merece una justificación, sobre todo si tenemos en cuenta, por una parte, que no son los únicos corpus orales que existen y, por otra, que poseen características distintas. Aunque no nos detendremos en describir los rasgos particulares que presenta cada uno de estos corpus, baste señalar, por ejemplo, que mientras que el Val.Es.Co 2.1. y el PRESEEA sí son propiamente corpus orales, el CREA y el CORPES no. Estos últimos recogen tanto textos escritos como orales. En cuanto al Val.Es.Co 2.1. y el PRESEEA, también existen diferencias importantes entre ellos como, por ejemplo, el hecho de que el segundo es un corpus de entrevistas semiformales y semidirigidas mientras que el primero recoge conversaciones coloquiales.

La pregunta que surge en este momento es qué nos ha llevado a trabajar con estos corpus, a pesar de las diferencias que presentan. La principal característica que justifica esta elección es el que todos ellos ofrecen datos orales, ya sea porque contienen exclusivamente datos de esa naturaleza o porque permiten restringir la búsqueda a ese medio. Además, todos ellos ofrecen el contexto discursivo en que se emite el enunciado, lo que permite determinar el valor que recibe el aproximativo. Por último, cabe señalar que todos los corpus manejados permiten realizar búsquedas de secuencias, lo que resulta fundamental a la hora de analizar un elemento concreto, como es nuestro caso. Se trata, por tanto, de corpus en los que hemos podido buscar la secuencia ‘casi que’ y obtener automáticamente sus ocurrencias en el corpus. En primer lugar extrajimos los casos de ‘casi que’ atestiguados en el Val.Es.Co 2.1. y el PRESEEA, dado que son corpus que recogen exclusivamente datos orales. El problema metodológico que encontramos fue que el número de ocurrencias no era demasiado alto, a pesar de que no introdujimos ningún filtro en la búsqueda. Esto nos llevó a ampliar los corpus manejados y a incluir el CREA y el CORPES.

El número de ocurrencias encontradas en los corpus podría suponer una limitación para nuestro estudio. Así, por ejemplo, el hecho de que, como veremos, no hayamos encontrado ocurrencias de ‘casi que’ con algunos de los usos de ‘casi ‘en el español de España no significa necesariamente que no se dé ese valor. Para solventar este posible escollo, en las ocasiones en que ha sido necesario hemos comprobado con la introspección las generalizaciones establecidas a través de los corpus, lo que nos ha permitido ratificar dichas generalizaciones. Los datos así obtenidos están basados no solo en nuestra propia introspección, sino también en los juicios emitidos por diez hablantes del español de España, a quienes se les ha consultado por la gramaticalidad de las construcciones. Los resultados obtenidos a este respecto han sido sistemáticos, por lo que no proporcionamos ningún tipo de dato cuantitativo a este respecto.

3. Resultados

En este apartado introducimos los resultados del estudio que hemos llevado a cabo. El análisis de los datos ofrecidos por los corpus establece que ‘casi que’ no admite los mismos usos en todas las variedades del español y, en concreto, que existen diferencias entre el español de Venezuela y el de España. En la primera variedad, ‘casi que’ presenta las tres interpretaciones de ‘casi’ que hemos introducido en el apartado 2; en la segunda, su uso está más restringido.2 A continuación describimos el empleo de ‘casi que’ en estas dos variedades. Para ello seguiremos la siguiente estructura: en primer lugar observaremos si ‘casi que’ admite la interpretación canónica (apartado 3.1); en segundo lugar nos centraremos en la seudocanónica (apartado 3.2); por último, abordaremos aquella en que el componente polar está desactivado (apartado 3.3).

3.1. Interpretación canónica

La interpretación canónica de ‘casi’ se caracteriza por tener el componente polar activado y por denotar un punto cercano, pero inferior en la escala, al que se señalaría si este adverbio no estuviera presente (véase apartado 2). Los datos que hemos extraído de los corpus atestiguan que esta interpretación de ‘casi que’ es posible en Venezuela, tanto cuando ‘casi que’ modifica a un constituyente no oracional como cuando incide sobre uno oracional. En el español de España, en cambio, la lectura canónica no es posible, independientemente del tipo de constituyente modificado.

Comencemos mostrando que, en el español de Venezuela, ‘casi que’ puede incidir sobre un constituyente no oracional y dar lugar a la lectura canónica. Recogemos algunos de los datos que muestran esta situación en (14), donde la presencia del atenuador que estamos analizando invierte la polaridad de la oración y señala un punto por debajo, pero cercano, al que se alude con ‘diario’ (véase (14a)) y ‘millonaria’ (véase (14b)).

(14) a. o sea / manejaban todo este tipo de cuentas / y eso tenía que ser / digamos que semanal / ese / ese control // ¡semanal casi que // diario! / diría yo (PRESEEA, CARA_M23_091, 09-08-2004, Venezuela)

  • b. En Semana Santa me dediqué a hacer tortas, y me hice casi que millonaria vendiendo tortas de chocolate (CREA, CSMV, texto MDA1FB, Venezuela)

En estos casos no parece existir diferencia alguna entre ‘casi’ y ‘casi que’, dado que el mismo uso se registra con la variante sin ‘que’ en el español de Venezuela:

(15) a. ahí estuvo casi veinte días (PRESEEA, CARA_H12_037, 15-04-2008, Venezuela)

  • b. que aquel tiempo se hacía en casi todos los hogares (PRESEEA, CARA_H32_061, 10-10-2009, Venezuela)

  • c. pero yo llegué aquí casi estropeadísimo (PRESEEA, CARA_H13_073, 08-01-2005, Venezuela)

Los corpus consultados no ofrecen, en cambio, casos de ‘casi que’ paralelos a los de (14) en el español de España, esto es, casos en que ‘casi que’ incida sobre un constituyente no oracional y dé lugar a la lectura canónica. La mayoría de los datos en que aparentemente ‘casi que’ no precede a una oración los encontramos en estructuras comparativas.

(16) a. es calamar mejor casi que las cigalas (CORPES, SCOM_H32_035, 2011, España)

  • b. en casa hemos celebrado más el día de Nochebuena casi que el día de Reyes (CREA, La Luna, 26/12/89, TVE 1, España)

  • c. Miguel está más contento casi que yo (CREA, Ahí te quiero ver, 06/12/84, TVE 1, España)

Sin embargo, no se trata de usos de ‘casi que’, dado que ‘que ‘no va con ‘casi’, sino que introduce la coda de la comparativa. Prueba de ello es que podemos quitar el adverbio sin que ello repercuta en la gramaticalidad de la construcción:

(17) a. es calamar mejor que las cigalas

  • b. en casa hemos celebrado más el día de Nochebuena que el día de Reyes

  • c. Miguel está más contento que yo

El resto de ejemplos que encontramos en España de ‘casi que’ modificando a un constituyente no oracional son los de (18). Nótese que los datos de (18a) y (18b) están extraídos de programas de televisión en que se hablaba de Hispanoamérica, por lo que los hablantes podrían ser de esa zona. Además, los hablantes de España no aceptan construcciones como las de (18).

(18) a. este mismo lugar donde Colón, ya cansado, vino casi que a meditar (CREA, La otra mirada de Latinoamérica. La pasión según Noriega, 12/03/89, TVE 1, España)

  • b. Yo estaba en una playa con la familia, casi que incomunicado (CREA, La otra mirada de Latinoamérica. El pensamiento de Óscar Arias, 05/03/89, TVE 1, España)

  • c. En parte sí, y casi que el noventa por ciento de las veces sí (CREA, GC-3, España)

Además, la introspección refuerza la conclusión que se extrae de los corpus consultados, dado que los hablantes del español de España rechazan ejemplos como los encontrados en el español de Venezuela:

(19) a. *Nos suspendieron casi que dos semanas.

  • b. *Es casi que semanal.

  • c. *Me hice casi que millonaria.

Cuando modifica a toda la oración, ‘casi que’ da lugar a la interpretación canónica en el español de Venezuela (véase (20)), mientras que en el de España no encontramos casos en que claramente se obtenga esta lectura. Se produce, por tanto, la misma asimetría que con constituyentes no oracionales.

(20) a. y él jugaba fútbol y casi que firma un contrato a nivel profesional (CREA, CSMV, texto MDA5MB, Venezuela)

  • b. pues los muy condenados llegaron tardísimo a la cita / casi que no vienen (PRESEEA, CARA_M23_091, 09-08-2004, Venezuela)

3.2. Interpretación seudocanónica

La lectura seudocanónica, que se diferencia de la canónica en que tenemos una interpretación descendente de la escala, también se registra para ‘casi que’ en el español de Venezuela. De acuerdo con los datos obtenidos de los corpus, esta interpretación es menos frecuente que la canónica, pero, a pesar de ello, se atestigua en casos como el de (21). En cualquier caso, como nos hace notar un revisor, se trata también de un uso poco frecuente en la variante sin ‘que’.

(21) tú eres el único loco / de la vida / que vienes a bañarte en esta vaina / tú estás loco / esa agua está casi que bajo cero (PRESEEA, CARA_H12_037, 15-04-2008, Venezuela)

Nótese que en este ejemplo ‘casi’ desencadena una lectura descendente de la escala. No se alude a una temperatura inferior a cero grados, sino a una superior. Además, se desencadena una inferencia de polaridad contraria a la de la oración (‘El agua no está bajo cero’), de forma que el componente polar de ‘casi que’ está activado.

En el apartado 1 ya comprobamos que esta lectura es posible en el español de España para ‘casi’. Sin embargo, no parece suceder lo mismo en el caso de ‘casi que’. No hemos encontrado ninguna ocurrencia de ‘casi que’ con esta interpretación en los corpus consultados, de lo que podría deducirse que no es posible. A esta misma conclusión lleva la introspección, puesto que los hablantes rechazan datos como los siguientes:

(22) a. *Esa agua está casi que bajo cero.

  • b. *Ese equipo está casi que en segunda división.3

El comportamiento de ‘casi que’ en las dos variedades que estamos analizando, el español de Venezuela y el de España es, por tanto, idéntico en lo que respecta a las lecturas canónica y seudocanónica. El español de Venezuela puede emplear tanto ‘casi que’ como ‘casi’; el de España solo admite la variante sin ‘que’ en esos usos.

3.3. Lectura en que el componente polar está desactivado

Las variedades del español que estamos analizando no presentan, en cambio, ninguna diferencia en la posibilidad de que ‘casi que’ se use con la lectura en que el componente polar no está activado. Al igual que en el caso de las interpretaciones analizadas antes, en el español de Venezuela encontramos ocurrencias de ‘casi que’ con este uso.

(23) a. Ya casi que vamos a terminar (CREA, CSMV, texto MDB4FB, Venezuela)

  • b. y entonces, casi que escuchar a un solo poeta es casi suficiente (CREA, CSMV, texto MDB3MB, Venezuela)

El español de España sí presenta en estos casos un comportamiento distinto del que muestra con la lectura canónica y la seudocanónica. A diferencia de lo que sucede con esas interpretaciones, ‘casi que’ aparece ampliamente registrado en el español de España con la lectura en que el componente polar no está activado. Obsérvense los ejemplos de (24). En todos ellos el contexto proporcionado por el corpus permite determinar sin dudas que ‘casi que’ no está invirtiendo la polaridad de la oración.

(24) a. pues fenomenal para mí // porque a mí el calor es que me atonta<alargamiento/> muchísimo // entonce<alargamiento/>s // ya te digo que soy de<alargamiento/> <vacilación/> te dije el otro día que era de<alargamiento/> vacilación/> / manchega / entonce<alargamiento/>s / estoy muy acostumbrada al calor // y<alargamiento/> casi que prefiero los <vacilación/> // <ruido = "chasquido boca"/> los ambientes má<alargamiento/>s / húmedos más fríos (PRESEEA, ALCA_M13_005, 23-03-2011, España)

  • b. el hotel es un hotel no sé si le conocéis / tiene mmm casi que hace falta un guía / para // para poderse / ir por él // casi que hace falta un guía (CORPES, Buenos días, RNE, Radio 1, 05/04/01, 2001, España)

  • c. pues / pues casi que estoy de acuerdo con esto que dices / cualquiera de esas tres // eh / de esas tres facetas eh es las razones por las que podría / haberse retirado / o la conjunción de las tres quizás (CORPES, Plaza de toros, Onda Cero, 11/11/02, España)

  • d. entonces le dije a mi madre mira / eh casi que no voy a ir / nunca más para ~Vilela aunque me llame // (CORPES, SCOM_H21_054, 2011, España)

En estos casos, ‘casi que’ puede aparecer seguido únicamente de una partícula de polaridad. Aunque en los corpus consultados solo se atestigua la combinación con el adverbio negativo ‘no’ (véase (25a)), también es posible con la partícula afirmativa ‘sí’ (véase (25b)):

(25) a. no tía pero este fin de semana que dije va me pongo un poco/ la tele<alargamiento/> casi que no/ ¡hombre! la he visto pero no he visto tanta tele/ y la cadena<ta/> pues un ratito pero<alargamiento/>/ no tanto tía (Val.Es.Co 2.1, conversación 29, España)

  • b. Casi que sí participo.

La interpretación en que el componente polar está desactivado es, por tanto, la que posee de forma general ‘casi que’. Las otras lecturas, la canónica y la seudocanónica, no se atestiguan en todas las variedades del español: mientras que en algunas, como es el caso del español de Venezuela, ‘casi que’ sí posee esos valores, en otras, como la correspondiente al español de España no. En la variedad venezolana, por tanto, ‘casi que’, al igual que ‘casi’, se usan tanto con la lectura en que el componente polar está activado como en aquellas en que no lo está. No obstante, los datos ofrecidos por los corpus sugieren que el uso de ‘casi’ es mucho más general que el de ‘casi que’. En el corpus PRESEEA encontramos 56 ocurrencias de ‘casi’, mientras que de ‘casi que’ tenemos únicamente 16. Además, en ambos casos el uso más frecuente es aquel en que el componente polar está activado (lecturas canónica y seudocanónica). Si descartamos las ocurrencias en que la lectura no está clara, obtenemos 50 ocurrencias de ‘casi’ y 10 de ‘casi que’. En el caso de ‘casi’, las 50 ocurrencias se corresponden con el mencionado valor; en el caso de ‘casi que’, presentan esa interpretación 8 ocurrencias de las 10 en que la lectura es clara, mientras que solo 2 poseen la lectura en que el componente polar está desactivado.

Tabla 1 Distribución de ‘casi’ y ‘casi que’ en Caracas según el PRESEEA. 

Lectura con el componente polar activado Lectura con el componente polar desactivado Número total de ocurrencias4
Número de ocurrencias % Número de ocurrencias %
casi 50 100% 0 0% 50
casi que 8 80% 2 20% 10

El CREA también refleja un uso mucho más frecuente de ‘casi’ que de ‘casi que’ en el español de Venezuela. Las ocurrencias de ‘casi’ que ofrece una búsqueda restringida al medio oral son 678. La búsqueda de ‘casi que’ con los mismos parámetros ofrece, en cambio, tan solo 33 casos. En 21 de estos ejemplos el contexto permite determinar claramente si el componente polar está o no desactivado. Al igual que sucede con los datos del PRESEEA, la lectura predominante de ‘casi que’ es aquella en que el componente polar está activado (18 ocurrencias). Solo hay 3 ejemplos en los que dicho componente está desactivado.5

Tabla 2 Distribución de ‘casi que en Venezuela según el CREA (medio oral). 

Lectura con el componente polar activado Lectura con el componente polar desactivado Número total de ocurrencias
Número de ocurrencias % Número de ocurrencias %
casi que 18 85,71% 3 14,28% 21

4. Discusión

Los resultados del estudio llevado a cabo indican que la posibilidad de intercambiar casi por ‘casi que’ depende de la lectura que reciba y de la variante dialectal. Los datos presentados validan solo en parte la hipótesis de partida, que se basaba en postular que ‘casi’ no podía ser sustituido por ‘casi que’ en todos los contextos. Esta hipótesis es adecuada, como hemos visto, para el español de España, donde esas expresiones son intercambiables únicamente en la lectura en que el componente polar está desactivado. El estudio, en cambio, impide mantener la hipótesis en el caso del español de Venezuela. En esta variedad ‘casi que’ admite las mismas interpretaciones que ‘casi’.

El resultado está en consonancia con los datos que se ofrecen en la bibliografía previa. Como señalamos en el apartado 1, aunque Pons y Schwenter (2011) no se centran en el estudio de ‘casi que’, en algunos de los ejemplos de ‘casi’ que proporcionan introducen también ‘que’ entre paréntesis. Lo hacen, precisamente, en la interpretación en que no se invierte la polaridad de la oración, esto es, cuando, de acuerdo con los resultados de nuestro estudio, ‘casi que’ puede sustituir a ‘casi’ independientemente de la variedad. En los ejemplos correspondientes a la lectura canónica y la seudocanónica nunca introducen ‘que’. Aunque Pons y Schwenter (2011) no realizan ninguna aclaración sobre cuándo ‘que’ puede seguir a ‘casi’, lo que se infiere a partir de los ejemplos en que introducen este elemento es lo mismo que indican los resultados de nuestro estudio: ‘casi que’ admite la lectura en que el componente polar está desactivado, pero no la canónica y la seudocanónica. Esto es lo que ocurre en el español de España, que es en el que parecen centrarse estos autores, aunque no lo señalen explícitamente.

A pesar de que los datos extraídos de los corpus manejados son suficientes para determinar las lecturas que admite ‘casi que’ en el español de Venezuela y España, sería de gran interés ampliar el estudio aquí realizado en varios sentidos. En primer lugar, convendría analizar un mayor número de datos de las dos variedades analizadas aquí. Esto permitiría explorar si en los casos en que ‘casi’ y ‘casi que’ pueden intercambiarse, la sustitución conlleva o no algún cambio de naturaleza semántica y/o pragmática. Esto es especialmente relevante en el caso del español de Venezuela, donde las variantes con y sin ‘que’ poseen los mismos valores. A este respecto, resulta interesante relacionar estos casos con otros donde la presencia de ‘que’ también parece opcional. Nos estamos refiriendo a construcciones como las ilustradas en (26) (Brucart, 1993; Demonte & Fernández-Soriano, 2009). La relevancia de estas construcciones no reside solo en la opcionalidad de ‘que’, sino en el hecho de que la presencia de ‘que’ en algunas de estas estructuras presenta variación dialectal. Así, Demonte y Fernández-Soriano (2009) señalan que ‘quizá(s)’, ‘acaso’ y ‘tal vez’ pueden aparecer seguidos de ‘que’ en algunas variedades del español de América (véase 27)), pero no en el español de España.

(26) a. ¡Qué alto (que) es!

  • b. ¡Vaya casa (que) tienes!

  • c. Ojalá (que) llegue pronto.

(27) Pues tal vez que lo sean -se fue diciendo él mismo-, tal vez que lo sean (Asturias, M. Ángel: Hombres de maíz. Guatemala,1949-1953)

(Ejemplo tomado de Demonte & Fernández-Soriano, 2009: 43)

Nótese que en todos estos ejemplos se trata de un ‘que’ situado en el margen izquierdo de la oración y la posibilidad de introducir este elemento se ha asociado con el valor modal de esas construcciones (Demonte & Fernández Soriano, 2009). Los casos en que ‘casi’ se sitúa en el margen izquierdo y toma ámbito oracional podrían relacionarse con los ilustrados en (26) y (27). Esto es lo que sucede en ejemplos del español de Venezuela como los de (20b) y (23a), que repetimos en (28a) y (28b), respectivamente. El componente polar está activado en (28a) y desactivado en (28b). Como hemos visto, en el español de Venezuela, el ‘que’ es opcional, puesto que las mismas lecturas se pueden obtener sin este elemento.

(28) a. pues los muy condenados llegaron tardísimo a la cita / casi que no vienen (PRESEEA, CARA_M23_091, 09-08-2004, Venezuela)

  • b. Ya casi que vamos a terminar (CREA, CSMV, texto MDB4FB, Venezuela)

Ahora bien, un estudio más profundo de este tipo de construcciones sería necesario. Por una parte, habría que determinar qué tienen en común las construcciones en que la presencia de ‘que’ parece opcional y si realmente son completamente equivalentes las variantes con y sin ‘que’. Por otra parte, sería necesario explicar por qué la posibilidad de introducir ‘que’ está restringida dialectalmente. Como hemos dicho, en (27), la presencia de ‘que’ no es posible en el español de España y tampoco lo es, de acuerdo con nuestro estudio, en (28a), donde el componente polar de ‘casi’ está activado. Además, como se ha comprobado en este trabajo, en el español de Venezuela, ‘casi’ también puede aparecer seguido de ‘que’ cuando tiene alcance sobre un constituyente no oracional. Recuérdense ejemplos como el de (14), que repetimos en (29) por comodidad. Es posible que la presencia de ‘que’ en estos casos se haya producido por paralelismo con los ejemplos de (28), pero se trata de una cuestión que requiere ser comprobada empíricamente. Para ello habría que realizar un estudio diacrónico que permitiese determinar si ‘que’ empieza a introducirse en primer lugar en contextos en los que ‘casi’ tiene ámbito oracional y luego en otros o no es así. Dejamos esta cuestión, al igual que las apuntadas antes en este párrafo, para futuras investigaciones ya que su estudio excede los límites de este trabajo.

(29) a. o sea / manejaban todo este tipo de cuentas / y eso tenía que ser / digamos que semanal / ese / ese control // ¡semanal casi que // diario! / diría yo (PRESEEA, CARA_M23_091, 09-08-2004, Venezuela)

  • b. En Semana Santa me dediqué a hacer tortas, y me hice casi que millonaria vendiendo tortas de chocolate (CREA, CSMV, texto MDA1FB, Venezuela)

En segundo lugar, también merecería la pena ampliar el estudio a otras variedades y ver qué sucede en ellas. Las situaciones que podríamos encontrar serían tres: a) que se comportasen como el español de Venezuela; b) que presenten la misma pauta que el español de España; c) que se comporten de otra forma como, por ejemplo, que ‘casi que’ posea la lectura canónica y la seudocanónica pero no aquella en que el componente polar está desactivado. Por último, también sería interesante explorar si existen diferencias sociolingüísticas en el uso de ‘casi que’, cuestión que aquí no hemos tenido en cuenta.

Conclusiones

En este trabajo hemos analizado el comportamiento del atenuador ‘casi que’. Hemos comprobado, en concreto, si admite las mismas lecturas que la variante sin ‘que’ en el español de España y en el de Venezuela. Este análisis comparativo lo hemos realizado tomando como base las distintas lecturas que, de acuerdo con Pons y Schwenter (2011), puede recibir ‘casi’ y observando las ocurrencias de ‘casi que’ que nos han proporcionado varios corpus orales.

La principal conclusión de nuestro estudio es que ‘casi que’ no presenta el mismo comportamiento en las variedades del español mencionadas. Los datos extraídos de los corpus que hemos manejado indican que en el español de Venezuela, ‘casi que’ posee todas las interpretaciones descritas para ‘casi’ en Pons y Schwenter. Así, ‘casi que’ puede invertir la polaridad oracional, esto es, tener el componente polar activado, o no hacerlo. Además, cuando invierte la polaridad, ‘casi que’ admite las dos interpretaciones descritas por Pons y Schwenter para ‘casi’: aquella en que desencadena una lectura ascendente de la escala y aquella en que da lugar a una descendente. La situación no es, en cambio, la misma en el español de España. En esta variedad el uso de ‘casi que’ es mucho más restringido. Los datos analizados señalan que ‘casi que’, a diferencia de lo que sucede con ‘casi’, no recibe las lecturas en que el componente polar está activado.

Agradecimientos

Quisiera agradecer a las editoras del volumen monográfico en que se publica este trabajo por haberme bridado la oportunidad de participar en él. Agradezco también enormemente a tres evaluadores anónimos sus acertados comentarios y sugerencias.

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1 Estos lingüistas distinguen una cuarta lectura, pero, dado que se trata de un valor propio del español de la Comunidad Valenciana, no lo tendremos en cuenta.

2De acuerdo con los datos que hemos manejado, otras variedades hispanoamericanas, como la de Guatemala o Colombia, parecen comportarse como la de Venezuela. No obstante, nos circunscribiremos el español de Venezuela, dado que es donde más datos hemos registrado.

3La interpretación relevante es aquella en que el equipo en cuestión es de primera división y está a punto de descender a segunda, es decir, la seudocanónica. En cualquier caso, la lectura canónica tampoco es posible (véase el apartado 3.1).

4No tenemos en cuenta el total de ocurrencias que ofrece el corpus, sino el total de casos en que el contexto permite determinar la lectura. Lo mismo se aplica a la tabla 2. El número total de ocurrencias lo señalamos en los párrafos explicativos.

5No analizamos cuantitativamente los datos de los otros corpus manejados porque el número de ocurrencias es mucho más limitado.

Received: February 20, 2020; Accepted: August 31, 2020

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