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Polis (Santiago)

On-line version ISSN 0718-6568

Polis vol.12 no.35 Santiago Aug. 2013

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-65682013000200022 

Polis, Revista Latinoamericana, Volumen 12, Nº 35, 2013, p. 497-517

Propuestas y avances de investigación

 

El soft power en la política exterior de China: consecuencias para América Latina1

The soft power in China´s foreign policy: implications for Latin America

O soft power na política externa da China: implicações para a América Latina

 

 

Isabel Rodríguez Aranda* y Diego Leiva Van de Maele**

Universidad del Desarrollo, Santiago, Chile. Email: isabelrodriguez@udd.cl

Universidad del Desarrollo, Santiago, Chile. Email: investigadorayudante@udd.cl

 


Resumen: Este artículo analiza la incorporación del soft power como elemento de la política exterior de China para América Latina. Sostenemos que China cuenta con soft power y ha desarrollado una estrategia para proyectarlo en el mundo a partir de su política exterior, basándose en su cultura milenaria, en la cooperación internacional hacia los países en desarrollo y en la promoción de su modelode desarrollo. Asimismo, la inclusión por parte de China del soft power como elemento de su política exterior en la primera mitad de la década de 2000 tendráefectos medibles en la intensificación de las relaciones con América Latina en la segunda mitad de esa década.

Palabras clave: China, Soft power, política exterior, relación Chino-latinoamericana.


Abstract: This article aims to analyze the incorporation of soft power asan element of China’s foreign policy for Latin America. We argue that China hassoft power and that has developed a strategy to project in the world from its foreignpolicy, based on its ancient culture, on international cooperation to developingcountries and on the promotion of its development model. Including China’s softpower as an element of its foreign policy in the first half of the 2000s, it will havemeasurable effects on the intensification of its relations with Latin America in the second half of that decade.

Key words: China, Soft power, China’s foreign policy, Chino-Latin American relations.


Resumo: Este artigo analisa a incorporação do soft power, como parte dapolítica externa da China para a América Latina. Argumenta-se que a China tempoder suave e desenvolveu uma estratégia para projetar no mundo a partir de suapolítica externa, com base em sua cultura milenar na cooperação internacionalpara países em desenvolvimento e na promoção do seu modelo de desenvolvimento. Além disso, a inclusão de poder suave da China como um elemento de sua políticaexterna, na primeira metade da década de 2000 tem efeitos mensuráveis __sobre aintensificação das relações com a América Latina na segunda metade daquela década.

Palavras-chave: China, poder brando, política externa, relações China-América Latina


 

Introducción

Este artículo considera la década de 2000 como una nueva etapa enlas relaciones sino-latinoamericanas ya que desde entonces se registran relaciones permanentes y de mayor frecuencia en los variados aspectos. Enlo económico, el volumen del comercio entre la región y China se incrementóun 1.119,3 % entre los años 2000 y 2010, y en lo político, existe un interésque responde al anhelo creciente de China de lograr reconocimiento en elsistema internacional y posicionarse en las instituciones multilaterales frentea EE.UU., lo que se ha visto reflejado en una común articulación de unaposición de países desarrollados en los procesos e instituciones del sistemainternacional, así como en la intensificación de las visitas mutuas de altas autoridades y el establecimiento de acuerdos para establecer mecanismosde diálogo, consulta o cooperación con algunos países y con los bloquessubregionales (Rodríguez 2012: 45).

En el contexto de esta nueva etapa es posible argumentar que elinterés de China por desarrollar más estrechas relaciones con América Latina (AL) se enmarca en un proceso de transformación de la política exterior de la potencia asiática en cuanto incorpora la variable del soft power en su comprensión de las Relaciones Internacionales, a la vez que despliegasu diplomacia pública a regiones de países en desarrollo que necesitan cooperar para insertarse y transformar el sistema internacional a su favor.

El presente artículo, se propone analizar la incorporación del sof power como elemento de la política exterior de China para AL. Sostenemos que China cuenta con soft power y ha desarrollado una estrategia paraproyectarlo en el mundo a partir de su política exterior, basándose sobretodo en la riqueza de su cultura milenaria, en sus logros en materia económica –creciendo a tasas de casi un 9% promedio en los últimos 10 años-, enla cooperación internacional hacia los países en desarrollo (cultural, política, económica y militar), y en la promoción de su modelo de desarrollo. Sinembargo, la ausencia de un sistema político democrático es un factor quedisminuye su efecto de atracción, sobre todo en Occidente. Asimismo, China proyecta su soft power en AL, principalmente desde el año 2000 en adelantecuando su relación con la región comenzó a intensificarse especialmente en elámbito económico, pero con un avance paulatino hacia las dimensiones política y cultural. La comprensión de China del soft power como proceso paulatinoen la primera mitad de la década de 2000 tendrá efectos medibles en la intensificación de relaciones con AL en la segunda mitad esa década.

Joseph Nye Jr., quien en 1990 escribe su obra Bound to Lead. The Changing Nature of American Power, plantea por primera vez el conceptodel soft power como un tipo de poder distinto del tradicional hard power,escribiendo "desde" y "para" los Estados Unidos (EE.UU.), como una forma de aportar teóricamente al diseño y puesta en práctica de una políticaexterior que le permita a dicho país perpetuar su liderazgo a escala globalluego de la aparición de nuevos actores internacionales distintos al Estadonación (ONGs, Organizaciones Internacionales y actores transnacionales,entre otros), y de nuevos temas como la religión, relevanteinternacionalmente a partir de la revolución islámica iraní de 1979, todo locual, confluye con la revolución de las comunicaciones.

Para Nye Jr. el soft power es la capacidad de lograr los resultadosque se desean a través de la atracción de los otros, en vez de la manipulación o coacción de ellos (2008a: 29). Se basa en la habilidad para determinar las preferencias de estos últimos –las prioridades en la agenda políticainternacional de un Estado, por ejemplo- para "lograr que ambicionen loque uno ambiciona" (Nye Jr. 2003: 30). El autor aclara que el soft powerno es sinónimo de influencia -aunque es una fuente de ella-, puesto que éstapuede ser parte del poder duro si se utilizan amenazas y/o pagos. Tampocoes persuasión exclusivamente, o la habilidad de mover a la gente a partir deargumentos, aunque es parte importante de esta última (Nye Jr. 2008a: 31).Las fuentes de este "poder de atracción" pueden ser: 1) su cultura (las partes de ésta que resultan atractivas para otros); 2) su política exterior (cuando ésta es vista como legítima); y 3) sus valores políticos (cuando los respeta tanto interna como externamente). Vinculado directamente con el segundo de estos recursos se encuentra un concepto clave: la diplomacia pública. Ésta puede entenderse como las políticas de comunicación de losestados que tienen por objetivo lograr el apoyo de la población de otrospaíses a su política exterior (Noya 2005: 1). En otras palabras, es una forma de gestión del soft power por parte del Estado, a través de la elaboración de una estrategia para el uso eficiente y eficaz de los recursos de soft power que se poseen.

Sin embargo, también hay críticas al planteamiento de Nye Jr., partede ellas sintetizadas por Javier Noya en su artículo El poder simbólico delas naciones (2005), considerando que el soft power es demasiado blando para ser un poder, o que éste último no difiere del poder duro, sino que eshard power interiorizado y convertido en ideología. El mismo Noya criticala teoría dualista de Nye Jr. al afirmar que "el soft power no es un tipo depoder, sino que cualquier recurso, incluso las capacidades militares,puede ser blando en la medida que esté socialmente legitimado para unfin" (2005: 14). En la misma línea afirma que los recursos de soft powermencionados por Nye Jr. son una serie de intangibles que el Estado no escapaz de controlar –la mayoría de ellos-, principalmente por ser éstos producidos en la economía de mercado y la sociedad civil por medios de comunicación, ONGs, empresas, etc., a diferencia de los recursos del poderduro como la fuerza militar, la que sí es controlada por el Estado. Finalmente, propone utilizar el concepto de "poder simbólico" antes que el de soft power, tomando en cuenta la crítica antes descrita y considerando lasideas desarrolladas por Paul Kennedy en su artículo en el Diario El País:¿Poder duro contra soft power? de 2005, donde este último da como ejemplo la ayuda militar de EE.UU. para la reconstrucción de los países asiáticos afectados por el tsunami del 2004 como una forma de usar el poderduro con fines humanitarios, haciendo que la distinción entre hard y soft power se desvanezca.

Como uno de los aportes más recientes a su definición y desarrolloteórico, Nye Jr. (2008b) propone el concepto de smart power (o poder inteligente), que define como "la habilidad de combinar el poder duro yblando en una estrategia efectiva" (Nye Jr. 2008a: 43), dando cuenta dela complementariedad y no contraposición entre ambos tipos de poder. Estacomplementariedad debería explotarse (sobre todo en la política exteriorde EE.UU.) para generar soft power desde acciones que tradicionalmentese asocian al poder duro, considerando, por ejemplo, las intervencionesmilitares por ayuda humanitaria y las relaciones económicas con países endesarrollo.

Para desarrollar el análisis del soft power de China y su proyecciónhacia AL, lo haremos a través de las fuentes de este "poder de atracción" ensus dimensiones: cultural, económica, política y militar, buscando evaluar o medir la influencia de este despliegue en la intensificación de las relaciones sino-latinoamericanas en la década de 2000. Es importante mencionarque para analizar las potencias emergentes del "sur", muchas de ellas nooccidentales, sin tradición democrática ni de apego a los DD.HH., es necesario tener una visión más flexible que se adapte a la realidad de dichosestados. Es el caso de China, donde los valores políticos se pueden transformar en un obstáculo o recurso contraproducente. Sin embargo, tiene ciertoatractivo principalmente a través de su modelo económico y el lugar en elsistema internacional que este le ha brindado.

El análisis del artículo se estructura en dos partes: la primera, analiza cual es la visión de China sobre el soft power y la diplomacia pública enlas Relaciones Internacionales; y la segunda, analiza el soft power chino en AL con especial énfasis en la década de 2000.

Cómo China entiende el soft power en las Relaciones Internacionales

La primera traducción al chino en 1992 del libro de Nye Jr. generógran interés en el ámbito académico chino, al introducir el concepto delsoft power como parte importante del poder internacional de los estados.En 1993 Wang Huning, asesor del presidente Jiang Zemin y profesor en laUniversidad de Fudan, publicó un artículo en el que llama a fortalecer elsoft power del país (Cho y Jeong 2008: 456) agregando además que lacultura china debería ser su principal recurso (Glaser y Murphy 2009: 11).

A partir de este trabajo se desarrollarán otros como el de Pang Zhongyingen 1997 en el que introduce la teoría de Nye Jr. con gran detalle, o el deShen Jiru en 1999 en el que al igual que Huning aboga por una estrategiaque tenga por objeto aumentar el soft power de China (Cho y Jeong 2008: 456).

Sin embargo, la discusión tomará mayor intensidad desde el iniciode la "era Hu Jintao" en 2004, momento en que el concepto comienza a serincorporado por las autoridades del gigante asiático, luego de años de concentración en el poder –duro- económico y militar tras las reformas económicas de 1978. Con la llegada de Hu al poder el soft power se introducirá de forma explícita en el discurso del gobierno chino (Glaser y Murphy2009: 15-16; Cho y Jeong 2008: 459) y en su política exterior, a través de ladiplomacia pública -otro concepto nuevo en China, y que se irá desarrollando paralelamente al de soft power- como una forma de lograr un podercomprehensivo que combine hard y soft power, además de servir como instrumento para mejorar la imagen del país en el exterior. Esto últimoadquiere sentido considerando el contexto posguerra fría en el que su emergencia como potencia regional y global comienza a consolidarse en losámbitos económico (con tasas de crecimiento económico por sobre el 8%sostenidas por más de 20 años) y político (con una participación activa enel Consejo de Seguridad de la ONU), incorporándose además de formadefinitiva a la comunidad internacional y a diversos espacios multilateralescomo la ONU y la OMC (esta última en 2001), quedando China expuesta acríticas por su sistema político y económico.

Frente al auge del gigante asiático desde sus reformas de aperturaeconómica a fines de los 70’ se evidenció un aumento del temor en su región, en la Unión Europea (UE) y en EE.UU. sobre un posible ascensosimilar al de la Alemania nazi, el Japón imperial y la URSS de Breznev delsiglo XX, desarrollándose diversas teorías como la de "la amenaza china",según la cual el despertar de China podría generar conflictos mundiales oregionales, bloques militares o carreras armamentistas (Bustelo 2005: 2).Parte importante de estas teorías se enmarcan dentro de la corriente realistade la disciplina de las Relaciones Internacionales, incorporando su lógicade juego de suma cero en la que China buscaría establecer una hegemonía o control exclusivo de Asia (Niu 2011: 2). Como respuesta a estas percepciones y teorías, el gobierno chino comenzará a fortalecer su soft power a partir de una política exterior multidimensional con un uso efectivo de sudiplomacia pública, presentando a China como una potencia responsable ysin pretensiones hegemónicas, cooperativa y promotora de la paz internacional (Rocha 2006: 706).

Dentro de esta nueva perspectiva, dos conceptos serán centrales: el"ascenso pacífico" y el "mundo armonioso". La teoría del ascenso pacíficode China fue desarrollada por académicos y especialistas chinos en relaciones internacionales, apoyados por el gobierno de Hu Jintao y por la dirección del Partido Comunista Chino (PCCh). Su principal objetivo consistióen dar respuesta a teorías como la antes mencionada sobre la "amenazachina", difundidas principalmente en ciertos círculos académicos y think tank del mundo occidental y Japón en Asia oriental (Rocha 2006: 706).Este enfoque se asocia principalmente a Zheng Bijan, vicepresidente ejecutivo de la Escuela Central del PCCh entre 1993 y 2002 –presidiendoluego un think tank cercano a Hu Jintao- e introductor de esta noción segúnla cual China se presenta como una potencia emergente pero responsable,un "poder pacífico, no amenazante, pero sin renunciar a los derechos y responsabilidades que le aguardan por su nueva posición enel mundo" (Ibid: 706).

En el año 2004 Hu Jintao decide reemplazar la palabra "ascenso"por "desarrollo", en la medida que el primer concepto podría sugerir unaintensión china de romper el statu quo internacional (Cho y Jeong 2008:467). De este modo comienza a hablarse del "desarrollo pacífico de China", doctrina explicada de la siguiente forma en el Libro Blanco China’s Path to Peaceful Development publicado por el gobierno chino en 2005(Ibid: 468): primero, el desarrollo pacífico es un camino que China tomaráinevitablemente en su proceso de modernización; segundo, China logra estedesarrollo creando un ambiente global pacífico y facilitando la paz mundial a través del mismo; tercero, China logra su desarrollo confiando en suspropias capacidades, como en la reforma e innovación; cuarto, China seacomoda a las tendencias de la globalización y se esfuerza por lograr beneficios mutuos y desarrollo común con otros países; quinto, China adhiere alos principios de paz, desarrollo y cooperación, y lucha por la construcciónde un mundo armonioso sustentado en la paz y prosperidad común. Estosprincipios dan cuenta del rol que China pretende jugar en el sistema internacional, dejando en claro que el país "puede y quiere ascender sin poner en cuestión, desafiar o incluso perturbar el orden internacionalexistente" (Bustelo 2005: 4).

Además del "desarrollo pacífico", el segundo concepto clave que seha utilizado desde el gobierno chino para eliminar la suspicacia y temor delauge de China es el del "mundo armonioso". Esta idea tiene su origen en lafilosofía de Confucio, quien expuso que a pesar de que el mundo está llenode diferencias y contradicciones, el hombre honrado debe equilibrarlas yconseguir la armonía (Spanish.china.org.cn 2007). La política del "mundoarmonioso" se basa justamente en este principio, y se sustenta en cincoelementos (Youming 2010: 1) una estrategia ganar-ganar (win-win); 2) eldesarrollo pacífico; 3) el respeto a la diversidad; 4) la cooperación y coordinación; y 5) la coexistencia pacífica. Ambos conceptos –el desarrollopacífico y el mundo armonioso- han articulado el discurso del gobiernochino en lo que algunos autores han denominado como la "ofensiva deencantamiento" o "charm offensive" (Kalathil 2011: 1; Glaser y Murphy2009: 11), cuya finalidad es mejorar la imagen de China en el exterior,eliminando prejuicios y temores que le impidan al gigante asiático consolidarse como una potencia regional y global responsable y confiable.

En suma, será a partir de la década del 2000 en que se incorporará elsoft power de forma explícita en el debate académico y en la política exterior china como uno de sus pilares fundamentales. Esto da cuenta de un cambio en el actuar del gobierno chino internacionalmente, comprendiendo que para lograr un desarrollo económico sostenido necesita de un ambiente externo pacífico que vea en China no una amenaza, sino una fuerzabenigna, cooperativa y dispuesta a participar responsablemente dentro dela comunidad internacional. Un contexto de estas características le facilitará a China el mantenimiento de sus relaciones económicas, políticas y culturales a lo largo y ancho del orbe, vínculos que le han permitido respondera las demandas internas relativas a su crecimiento demográfico y la modernización del país (le han posibilitado importar gran cantidad de materiasprimas y exportar bienes manufacturados, algo que seguirá necesitando enlos próximos años), además de lograr un apoyo significativo de otros estados de la comunidad internacional en temas tan delicados como el de Taiwán y la postura de Beijing de "Una sola China" (Kalathil 2011: 4).

Dimensiones del soft power chino: proyecciones y contradicciones para América Latina

Desde el 2000 en adelante, identificamos una nueva etapa de lasrelaciones sino-latinoamericanas ya caracterizada por una intensificaciónde la relación ya no sólo en términos económicos, si no que también en sudimensión política con avances en la formalización de relaciones diplomáticas con nuevos estados de AL que reconocen a China, siendo el más relevante Costa Rica en 2007 con quien firma un tratado de libre comercio el2010, y también con el aumento de los contactos político/diplomáticos,incluyendo las visitas del entonces presidente chino Jiang Zemin en 2001,el primer ministro Wen Jiabao en 2003 y 2012, y el actual presidente HuJintao en 2004 y 2005, lo anterior reforzado por el vínculo cultural, con lafirma de diversos acuerdos en la materia, y el aumento de intercambiosculturales y eventos artísticos. En el año 2008, China hizo un intento portransparentar su creciente interés en la región lanzando un "DocumentoOficial sobre la Política de China hacia América Latina y el Caribe" (Shixue2011: 59), dando cuenta de la importancia que ha adquirido AL en la política exterior de Beijing. Finalmente, se debe mencionar el vínculo políticoestablecido con organizaciones regionales tales como el Grupo de Río,Mercosur, la OEA, la CEPAL, ALADI y el BID, además del antiguo existente entre el PCCh y algunos partidos políticos latinoamericanos (Lee 2011:47-48).

En esta nueva etapa de las relaciones sino-latinoamericanas desdeel 2000 es posible analizar el uso del soft power por parte de China haciaAL utilizando principalmente cuatro dimensiones de su política exterior:en primer lugar, la dimensión cultural donde el aspecto más estratégico es lainstauración de numerosos Institutos Confucio en varios países de la región; ensegundo lugar, la dimensión política que ha potenciado la buena evaluación delmodelo de desarrollo chino; en tercer lugar, la dimensión económica que refuerzalos lazos de la cooperación sur-sur, y por último, la dimensión militar con énfasis en la cooperación tecnológica y las operaciones de paz.

4.1 Dimensión Cultural. La cultura china es considerada pordiversos autores como el principal recurso de soft power del giganteasiático (Lee 2011: 31; Cho y Jeong 2008: 470; Glaser y Murphy 2009:13), debido a la atracción que por milenios ha generado en el mundo sucomplejidad y riqueza filosófica. En el centro de ésta se encuentra elConfucianismo, antigua filosofía centrada en Confucio (551-479 a.C.)fundadora de las bases sociopolíticas de China, a partir de principioscomo el respeto de la familia en tanto núcleo de la sociedad, la preocupación por las virtudes y la ética, la primacía del grupo sobre el individuo, el énfasis en la unidad, la armonía y el orden, la importancia deltrabajo y la educación, entre otros (Cho y Jeong 2008: 470). Estas ideasse han incorporado también en las orientaciones de la política exterioractual china, en la medida que se buscaría la armonía en el mundo, elorden y la paz internacional, a través de un soft power "basado en los valores confucianos tales como la modestia, la tolerancia y la disposición a aprender" (Lee 2011: 33).

Desde el gobierno de Hu Jintao –y también antes, pero en menormedida- se ha tomado conciencia de la importancia de proyectar la cultura china en el mundo como el principal recurso de soft power del país,considerando la atracción que ésta genera. Para lograr dicho objetivoChina ha desarrollado su diplomacia pública que consiste en programasdel gobierno cuyo objetivo es informar o influir en la opinión públicade otros países, teniendo como principales instrumentos las publicaciones, películas, intercambios culturales, radio, televisión, turismo y deporte, además de la promoción del idioma y la celebración de conferencias, simposios y talleres en el extranjero (Saddiki 2009: 109).

Una de sus principales iniciativas ha sido el establecimiento deInstitutos Confucio a lo largo y ancho del orbe, instalándose el primeroen Seúl el año 2004 y aumentando vertiginosamente en número hastallegar a ser 353 Institutos y 473 Aulas Confucio en 2012 (Ren 2012: 2).Son escuelas establecidas por el gobierno (en específico la Office of Chinese Language Council International, o Hanban por su abreviaciónen chino) en cooperación con universidades extranjeras e institucioneseducacionales, cuyo objetivo es promover la comprensión de la lenguay cultura china (Ibid: 1). Esta política ha tenido un gran éxito en uncorto periodo de tiempo, inscribiéndose miles de alumnos en sus primeros años de funcionamiento. Además, el estudio del idioma chino se ha incorporado en más de 2.500 universidades del mundo, con más de 40millones de estudiantes (Ibid: 3). También la realización de los JuegosOlímpicos en Beijing el año 2008 y la Expo Shanghai en 2010, que ledieron a China una oportunidad única para presentar la grandeza de supaís, promoviendo la "Marca China" (Wang 2008: 264). El cine chinotambién gana en volumen (330 películas producidas en China en 2006)y premios, como el León de Oro de Venecia otorgado a Jia Zhangke porsu filme Still Life en 2006, un ejemplo del lento pero creciente progresode éste en las taquillas occidentales (Roth 2007: 5), además del PremioNobel de la Paz en 2011 y el Premio Nobel de Literatura en 2012.

En AL también es posible constatar este despliegue de soft power a través de la variable cultural en la segunda mitad de la década de 2000,considerando que el año 2006 se establece el primer Instituto Confucio enMéxico y hoy tenemos 25 Institutos Confucio y 10 Aulas Confucio en 12países de América Latina (Spanish.hanban.org 2012), destacando: México(4), Perú (5), Colombia (2), Cuba (1), Chile (2), Brasil (3), Argentina (2),Costa Rica (1).

Otro de los aspectos que se consideran dentro de la diplomacia cultural son los medios de comunicación utilizados por el gobierno para promover su soft power. En el caso de China existen diversos ejemplos, entrelos que destacan el canal de televisión a 24hrs CCTV 9, que comenzó aemitir en 2007 y que para 2009 tenía servicios en inglés, español, francés,ruso y árabe, además de la agencia Xinhua, la People’s Daily y el proyectoreciente Global Times que pretende competir internacionalmente con CNN,BBC o Al-Jazeera (Zai China 2010).

El gobierno chino se ha preocupado además de ampliar su influencia mediática en AL, aumentando el apoyo a empresas editoriales y mediosde comunicación de dicha región (Observatorio de la política china 2012).Según el informe "Cómo China persigue la influencia mediática en África,América Latina y el Sudeste Asiático", publicado en 2010 por el CIMA(Centro para la Asistencia Internacional de los Medios), los intereses de losmedios de comunicación chinos en AL se han centrado en Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador (Radio Nederland Wereldomroep Latinoamerica2012), lo que no significa que no tenga presencia en el resto de la región,sobre todo considerando la gran cantidad de sitios webs, revistas, prensa(escrita y online) y canales de tv que pueden ser visitados desde AL.

Por último, un factor que influye en la proyección de la cultura china en el mundo pero que no es controlado por el gobierno chino directamente es la diáspora china, calculada en 50 millones (Guerra 2010: 2) de"embajadores" culturales dispersos en todas las regiones del mundo, estando mayormente concentrados en el Sudeste Asiático y en Norteamérica yAustralia. En AL la población proveniente de China comenzó aincrementarse desde los 90’ en adelante, en parte debido a una relativaapertura en las políticas migratorias chinas y de una concomitante diversificación de los destinos de dichas migraciones, sin representar de todasformas un gran número respecto de la población total de los países destino–salvo en el caso de Panamá, en donde representan un 12% de los extranjeros- (Courtis 2012: 2). Siguiendo los datos de Ellis (2009), quien da cuentade la dificultad que existe para medir con certeza la cantidad de migranteschinos en AL, y la precaución que se debe tener para hacer generalizaciones al respecto, podemos constatar que las comunidades chinas se han concentrado mayormente en Brasil (300 mil habitantes en 2005), Panamá (150mil) y Venezuela (130 mil), seguidos por Argentina (65 a 70 mil), CostaRica (60 mil), Ecuador (50 mil), México (31 mil), Bolivia (12 mil) y Chile(7 mil). Respecto de Perú, se señala que no existe una cifra oficial –hasta2009 al menos- pero existen estudios que señalan que de 4,2 millones de peruanos –un 15% de la población- tendrían alguna descendencia china.

4.2 Dimensión Política. Además de un proceso de acercamientopolítico de China a AL desde la década del setenta en adelante, que incluyeel reconocimiento diplomático de los países de la región, hay también unacercamiento más reciente que se ha desplegado durante la década de 2000y que enfatiza la segunda mitad de esta década coincidiendo con la incorporación del soft power en la política exterior hacia AL. Esta asertiva estrategia para desarrollar el vínculo político con la región se puede constatar endos aspectos: en primer lugar, la buena evaluación de los países latinoamericanos del modelo de desarrollo chino que se complementa con el principio de no intervención en los asuntos internos, y en segundo lugar, la sintoníacon los cambios que mueve China en el sistema internacional buscando unamultipolaridad en beneficio de los países en desarrollo.

Con respecto al modelo de desarrollo, visto desde Occidente –entendido como Europa, EE.UU., y en algunos casos AL-, la ausencia de unsistema democrático, las violaciones a los DD.HH., la censura en los medios, la persecución política a líderes opositores del régimen como fue elcaso del premio Nobel de la Paz 2010 Liu Xiaobo, además del apoyo delgigante asiático a regímenes autoritarios como el de Myanmar o Corea delNorte, son aspectos que afectan de forma negativa a la imagen de China enel mundo, y por lo mismo, a su soft power. Esto último principalmente porla contradicción que existiría entre la imagen que busca proyectar al exterior, y lo que realmente realiza dentro y fuera de sus fronteras, algo quepodría terminar alejando a China de su objetivo de ser vista como un actorinternacional responsable (Kalathil 2011: 8).

Sin embargo, lo anterior es contrarrestado en los países en desarrollo por la percepción positiva que tienen del modelo económico chino elcual integra al autoritarismo político como parte de su funcionamiento. Este"estilo chino de socialismo" (Cho y Jeong 2008: 465) emerge entoncescomo una alternativa al modelo occidental para alcanzar el desarrollo, sobre todo en el contexto internacional de crisis financiera desde el año 2008 en adelante. Este modelo también denominado "Consenso de Beijing", combina los siguientes elementos según el análisis de Fanjul (2009: 2-6): uncapitalismo de Estado, en el que este último ejerce un rol central en elsistema económico, ya sea por medio de empresas públicas como por intervenciones directas en él; un gradualismo en la política de reformas, estrategia distinta a la ocupada por Europa del Este tras la caída del muro deBerlín, caracterizada esta última por aperturas liberalizadoras bruscas yprivatizaciones masivas. El gradualismo da cuenta de un valor político yfilosófico propio de China, la importancia de la prudencia, los cambiospaulatinos; un modelo abierto al exterior, proceso que se ha desarrolladode forma gradual, acorde con lo antes mencionado; el autoritarismo político, con un PCCh a la cabeza que cuenta con un importante grado de legitimidad (tanto por su rol en la historia de China, como por los logros económicos del país), y un sistema caracterizado por los aspectos mencionados en el párrafo anterior, autoritarismo que convive con la revolución económica; y una gran capacidad de flexibilidad y adaptación ante nuevas circunstancias, aspecto clave en el éxito económico del gigante asiático.

La atracción de este modelo se relaciona directamente con la forma exitosa en que China ha enfrentado la crisis financiera mundial, entrando tarde a ella y siendo posiblemente uno de los primeros países delmundo en lograr salir de la misma (Fanjul 2009: 1-2), en contraste conla ineficacia que han demostrado las democracias occidentales en dichaempresa. En cuanto a la posibilidad de "exportación" de este modelo, elgobierno chino ha sido muy cauto en señalar que representan una alternativa a Occidente pero que no pretenden competir, mucho menos con EE.UU.(Glaser y Murphy 2009: 23), especificando que otros países pueden tomaralgunas partes de su modelo para crear sus propios modelos de desarrollode acuerdo a su particularidades propias y no tomar el modelo de formaíntegra.

De este modo podemos identificar valores y principios políticos propios de China que pueden ser considerados atractivos en otras partes delmundo –sobre todo para los países en desarrollo-, tanto en su modelo dedesarrollo como en su actuar internacional, a través de la defensa del multilateralismo, la justicia, la paz, la multipolaridad y la búsqueda de armonía en las relaciones internacionales (Lee 2011: 41-43), aspecto que seha reforzado a favor de China por el contexto de crisis económica en EE.UU.y Europa desde el 2008.

4.3 Dimensión Económica. Dentro del análisis original de Nyr Jr. respecto de las fuentes del soft power, la dimensión económica quedabafuera al relacionarse directamente con el poder duro clásico. Sin embargo,para analizar el soft power chino utilizaremos una conceptualización másflexible tomando algunos aspectos económicos como la cooperación internacional, el comercio y la inversión en diversos países como un recursoválido de soft power en la medida que mejora la imagen de China en loslugares donde realiza estas acciones. Como menciona Wuthnow (2008: 16),este tipo de cooperación o ayuda puede considerarse como una especie de"diplomacia económica", que tendría como objetivo promover relacionespositivas con los países en desarrollo, además de reducir la animosidad osuspicacia respecto del auge de China.

China en particular posee su enclave en términos de Ayuda al Desarrollo a través de la Cooperación Sur-Sur y su finalidad es la obtención demateria prima a cambio de inversión en infraestructura, estadios, aeropuertos, entre otros, lo que a su vez se propone asegurar o ganar el reconocimiento diplomático de Una China frente a Taiwán. Esta diplomacia económica se ha focalizado en el Sudeste Asiático (SEA), África y AL principalmente, y se caracteriza por no exigir –en la mayoría de los casos– condiciones que otros donantes sí –como la UE o EE.UU.–, como reformas democráticas, apertura de mercado y protecciones medio ambientales (Lum et al. 2008: 4), además de entregar préstamos con bajas tasas de interés yperdonar deudas.

En este contexto de diplomacia económica, China desde 1993 haestablecido "Asociaciones Estratégicas" con diversos países a nivel mundial, dicho estatus en la política exterior de China implica además de reconocimiento el establecimiento de mecanismo de coordinación y resoluciónde conflictos ya sea en el ámbito económico o político. Sin duda, el requisito principal para obtener este estatus es ser una potencia regional influyente en la toma de decisiones en instituciones regionales o en sobre elresto de los países de la región.

Este soft power a través de alianzas económicas también se expresaen AL con mayor intensidad durante la década de 2000. Como plantea Eduardo Oviedo (2006: 385), desde 1993 la RPCH plantea en muchos tratados ycomunicados con algunos miembros de la comunidad internacional, la ideade relaciones estratégicas y destacamos aquí que Brasil es el único país dela región latinoamericana de tener este estatus el mismo año 1993, los otrospaíses de la región que lo tienen en la década de 2000, Venezuela (2001),Argentina (2004), Perú (2008), y Chile (2012). Según plantea el académico, la estrategia tiene un sentido o significancia muy particular en el contexto chino actual, ya que no se traza desde una alianza militar sino de unaalianza asociativa o de "socios", tomando a la economía como eje centralde las relaciones. Como explica Fernando Delage, director del centro deCasa Asia en Madrid:

"se debe tener en cuenta que China está desarrollando intereses estratégicos globales y, por tanto, depende del sistema internacional.Pekín está concentrándose principalmente en su modernización económica y militar, en evitar conflictos innecesarios y en ganar prestigio y poder internacional. Si bien China puede sentirse incómodacon la idea de un orden mundial dominado por Estados Unidos; nointentará transformarlo mediante el uso de la fuerza: un sistema internacional estable es la condición indispensable para asegurar sucrecimiento así como un mayor status diplomático" (Límberg 2009: 8).

4.4 Dimensión Militar. Siguiendo con la conceptualización flexible respecto de los recursos de soft power, consideraremos un aspecto específico de la fuerza militar que puede contribuir a mejorar la imagen deChina en el mundo: la cooperación tecnológica y sus Operaciones de Paz.En este sentido, la participación del gigante asiático en Operaciones de Pazde la ONU en Sudán, el Sahara occidental, Costa de Marfil, Etiopía, Liberiay en la República Democrática del Congo, también contribuirían a fortalecer el soft power chino, puesto que le otorgaría buena reputación a nivelinternacional (Struye de Swielande 2009: 11). Además, el aumento sostenido en la contribución de tropas para misiones de paz le permitiría responder a las inquietudes –de EE.UU. por ejemplo- respecto del rol que jugaráen la comunidad internacional -compromiso y responsabilidad- (Wuthnow2008: 20).

En AL la cooperación militar con China se ha desarrollado de formaparalela a las otras dimensiones de la relación sino-latinoamericana, intensificándose principalmente desde la era Hu Jintao y su visita a AL en 2004.En dicho año se realizaron 20 visitas de oficiales chinos de defensa a AL yel Caribe, y viajaron ministros y Jefes de Defensa de nueve países de laregión a China (Domínguez 2006: 6), tendencia que se mantiene constantehasta hoy (Ellis 2011: 16).

Asimismo, la cooperación se ha desarrollado en gran medida en áreasestratégicas, principalmente a partir de la transferencia de tecnología aeronáutica, satelital y de telecomunicaciones, destacando el caso de Argentinay su acuerdo para la venta de reactores nucleares de 2004, y el de Brasil ysu cooperación en materia satelital (desde los 90’ con cinco acuerdos entre1998 y 2004), la que tuvo como resultado el lanzamiento en 1999 del Satélite para Exploración de los Recursos terrestres Sino-Brasilero y en 2003 elcohete Larga Marcha 4B (Malena 2007: 1-3). También se puede destacar aVenezuela y la fabricación y lanzamiento en conjunto con China del primersatélite artificial venezolano en 2008 –Venesat I o Simón Bolívar- a partirde un acuerdo firmado en 2005 con Beijing (Ríos, 2009: 3). Otro ejemploson los casos de EMBRAER de Brasil y la China Aviation Industrial Corporation (CAIC), que colaboran para producir los ERJ-145 en Harbin,China, como también colaboran para vender aviones turbofan Y12 a Venezuela en el marco de la creación de una aerolínea regional (Ellis 2011: 33).

Por último, respecto de las Operaciones de Paz es relevante mencionar que China participa en forma conjunta con países de AL y el Caribe enla Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH),establecida en 2004 y que en la actualidad incluye las contribuciones latinoamericanas militares y/o de agentes policiales de Argentina, Bolivia,Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Paraguay, Perú y Uruguay,entre otros (Rodríguez 2012: 47). Esta presencia física de China en ALtambién se constata en los ejercicios militares conjuntos que se realizaronen Perú en noviembre de 2010, en el marco de asistencia humanitaria, operación que se denominó Angel de la Paz. También en Cuba, China tiene presencia física en tres bases de la era soviética, Lourdes, Bejucal y Santiago de Cuba, con énfasis en espionaje electrónico y computacional así comoactividades de intercepción de radios y comunicación. Por otra parte, destaca la presencia de China en la Antártica a través de bases de investigacióncientíficas desde 1985 en las cuales también hay colaboración del ELP desde el año 2004, lo que de paso, se transforma también en una instancia decolaboración con otras bases, por ejemplo, la base chilena que por su proximidad permite interacciones con militares chilenos (Ellis 2011: 32-36).

Conclusiones

El artículo analiza el soft power de China en América Latina constando dos ideas: por un lado, el concepto de soft power se incorpora aldiscurso internacional de China desde el año 2004 durante el gobierno deHu Jintao, y segundo, dicha incorporación tiene consecuencias para América Latina en cuanto es posible medir sus efectos en la segunda mitad de la década de 2000 en lo cultural, político, económico y militar.

En Relaciones Internacionales el concepto de soft power surge en1990 acuñado por Nye Jr., entendido como la capacidad de lograr los resultados que se desean a través de la atracción de los otros, en vez de lamanipulación o coacción de ellos. Los principales recursos de soft powerque señala Nye Jr. son la cultura, los valores políticos y la política exteriorde un Estado, en la medida que éstos sean "atractivos" para otros. De esta forma, se estableció como un tipo de poder distinto del poder duro clásico,militar y económico, diferenciación que, sin embargo, ha sido criticada desdesu origen.

Para analizar a China utilizamos esta conceptualización de Nye Jr.pero de manera flexible, tomando a la política exterior como un marcoamplio que incluye una dimensión cultural, una económica, una política yuna militar, y considerando que, como menciona Nye Jr., en la prácticacualquier recurso que sea atractivo para otros estados puede beneficiar alsoft power del país que lo utiliza. Sostenemos en el análisis, que el soft power no se define simplemente por el uso de recursos intangibles, la forma en que se utilizan los recursos y el resultado que estos generen sonaspectos necesarios de considerar como marco analítico para identificar lapresencia del soft power de China en América Latina en las esferas económica y la militar, las cuales poseen aristas que demuestran que no solodeben ser encasilladas en la categoría hard power. En este sentido, constatamos que China ha dedicado más su energía al crecimiento económico queal fortalecimiento del soft power en materia de atracción cultural y valórica,siendo la atracción de su éxito económico la fortaleza esencial en el mundo y en América Latina en particular según nuestro análisis.

Además de este ajuste analítico del concepto, es necesario considerar que el concepto de soft power surge "desde" y "para" EE.UU. y, por lomismo, no puede aplicarse de igual forma en el gigante asiático, en cuantoeste último carece de una característica fundamental en el soft power norteamericano: la tradición democrática. No obstante, China ha desplegado suinfluencia a través de su modelo de desarrollo el que integra naturalmentela variable del autoritarismo político. Así, la configuración de una imagenambivalente para los países en desarrollo es una estrategia que hasta elmomento ha tenido buenos resultados por parte de China al dirigir unapolítica de cooperación para el desarrollo del sur, transmitiendo un perfilfraternal y de líder simultáneamente. El resultado, los países de AméricaLatina valoran el modelo de desarrollo chino independiente de la variablepolítica, más aún en un contexto internacional marcado por los desequilibrioseconómicos y financieros de las tradicionales potencias económicas delsistema internacional desde el 2008 hasta hoy.

En consecuencia, China cuenta con soft power y lo ha incorporadoen su discurso y política exterior, sobre todo desde la "Era Hu Jintao" 2004- 2012-, proyectándolo al mundo a partir de su política de "ascensopacífico" –luego redefinido como "desarrollo pacífico"–, que tiene por objetivo disipar los temores respecto del auge de China, y fortalecer su soft power a través de una política exterior basada en sus dimensiones cultural(estableciendo Institutos Confucio en el mundo, y realizando intercambiosculturales y exposiciones, entre otras acciones), económica (a partir de cooperación e inversión en infraestructura), política (presentando al "Consenso de Beijing" como modelo de desarrollo alternativo al de Occidente,por ejemplo) y militar (participando en Operaciones de Paz de la ONU,dando cuenta de su compromiso con la comunidad internacional).

Asimismo, de seguir aplicando esta política exterior de "encantamiento" y búsqueda de un "mundo armonioso" a partir de su "desarrollopacífico", lo más probable es que su estrategia de soft power se haga cadavez más efectiva en las regiones del mundo que considera estratégicas. Paralograr esto último aún le quedan desafíos importantes, sobre todo en lorelativo a su sistema político autoritario y las violaciones a los DD.HH.,además de sus vínculos con gobiernos dictatoriales como Myanmar o Coreadel norte, todos estos factores que afectan de forma negativa a la imagen deChina en Occidente. No obstante, hasta ahora su discurso e ideas por cambiar el sistema internacional a favor de los países en desarrollo en una estructura multipolar han sido inclusivos de la diversidad de países en sussistemas económicos y políticos. La no intervención en los asuntos internos es para China pieza fundamental de su política exterior y es un aspectoque flexibiliza su relación con el sistema internacional.

Las consecuencias de lo anterior para América Latina sonconstatables en el marco de la década de 2000, en la cual se inicia una nueva etapa en las relaciones sino-latinoamericanas ya que desde entoncesse registran relaciones permanentes y de mayor frecuencia en los variadosaspectos. En el contexto de esta nueva etapa es posible argumentar que elinterés de China por desarrollar más estrechas relaciones con América Latina se enmarca en un proceso de transformación de la política exterior dela potencia asiática en cuanto incorpora la variable del soft power en su comprensión de las Relaciones Internacionales, a la vez que despliega sudiplomacia pública a regiones de países en desarrollo que necesitan cooperar para insertarse y transformar el sistema internacional a su favor.

Al respecto, identificamos cuatro dimensiones de la política exterior china que nos permitieron identificar los aspectos claves del despliegue de su soft power: en primer lugar, la dimensión cultural que se centraen instalar numerosos Institutos Confucio en varios países de la región después del año 2006 siendo actualmente 12 países favorecidos sumando untotal de 25 institutos en la región; en segundo lugar, la dimensión políticaque ha potenciado la buena evaluación del modelo de desarrollo chino queChina complementa con un discurso internacional de no intervención enlos asuntos internos de los países, y esto nos lleva a la tercera dimensión, laeconómica, donde China despliega una política de hermandad y solidaridad que a través de una cooperación sur-sur promociona su crecimientocomo un modelo chino de exportación a través de los postulados del Consenso de Pekín en cuanto a una apertura económica gradual y controlada permitiéndole consolidar vínculos para el acceso a materias primas en posde su progreso industrial y tecnológico; y por último, la dimensión militarcon énfasis en la cooperación tecnológica aeronáutica, satelital y de telecomunicaciones y en las operaciones de paz que le permite a China levantarotras aristas de soft power dentro de una capacidad clásica del hard power, el resultado es mayor presencia física de China en América Latina. Estas esuna clara demostración de cómo el soft power necesita ser analizado en función de la complementariedad que existe con el hard power, emergiendola configuración de un poder inteligente, capaz de utilizar estratégicamenteambas capacidades según el contexto, que en la política exterior de Chinase entiende como pragmatismo.

Nota

1 Este artículo es parte del Proyecto de Investigación Nº 11100096 financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT) de Chile.

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Recibido: 29.10.2012 Aceptado: 16.01.2013

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