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Ultima década

On-line version ISSN 0718-2236

Ultima décad. vol.20 no.37 Santiago Dec. 2012

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-22362012000200003 

CONDICIONES JUVENILES CONTEMPORÁNEAS

 

DEBATES Y PARADOJAS EN LAS TRAYECTORIAS EDUCATIVAS Y OCUPACIONALES: UN ANÁLISIS SOBRE PERSPECTIVAS, ACCIONES Y LIMITACIONES EN JÓVENES ARGENTINOS

DEBATES E PARADOXOS NAS TRAJETÓRIAS EDUCATIVAS E OCUPACIONAIS: UMA ANÁLISE SOBRE PERSPECTIVAS, AÇÕES E LIMITAÇÕES ENTRE JOVENS ARGENTINOS

DEBATES AND PARADOXES IN OCCUPATIONAL EDUCATION PATHS. AN ANALYSIS ON OUTLOOK, ACTIONS AND LIMITATIONS AMONG ARGENTINIAN YOUTH

 

Analía Elizabeth Otero*

* Investigadora de CONICET, Argentina/FLACSO, Sede Argentina. Proyecto «Jóvenes en la sociedad argentina contemporánea. Un análisis sobre las trayectorias educativas y socioocupacionales de jóvenes egresados del nivel medio en las jurisdicciones de Salta, Comahue, Provincia de Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2009-2011)». Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, Argentina. E-mail: aotero@flacso.org.ar.


Resumen

Parte de las producciones teóricas, estudios e investigaciones emergentes sobre las trayectorias juveniles de los tiempos actuales se relacionan con las mutaciones y consecuencias que encierran las experiencias que transitan en lo educativo, laboral y familiar. Sumándonos a las temáticas que surgen en este terreno, el artículo se orientó en función de problematizar el carácter y la naturaleza de las mismas en el contexto argentino actual. A estos fines, aquí se presentan un conjunto de hallazgos elaborados en base a los avances de una investigación en curso que analizó los recorridos de un grupo de jóvenes situados en distintas ciudades de provincias argentinas, que apuntó a distinguir pautas recurrentes y factores diferenciales en los itinerarios que ellos van delineando.

Palabras clave: jóvenes, trayectorias, transiciones, educación, trabajo.


Resumo

Parte das produções teóricas, estudos e pesquisas emergentes sobre trajetórias juvenis da atualidade tratam das transformações e consequências das experiências educativas, ocupacionais e familiares dos/as jovens. Neste sentido, este artigo propõe a problematização do caráter e da natureza desses temas no contexto argentino atual. com este propósito, o texto apresenta resultados elaborados com base nos avanços de uma pesquisa em andamento, a qual analisou as trajetórias de um grupo de jovens de diferentes cidades de províncias argentinas. A pesquisa visa distinguir pautas recorrentes e fatores diferenciais nos itinerários descritos pelos/as jovens.

Palavras chave: jovens, trajetórias, transições, educação, trabalho.


Abstract

Part of the emerging theoretical production studies and research on youth trajectories the times are related mutations and consequences that bond transiting experiences in education, work and family. Joining in the issues that arise in this area, the article is directed according to problematize the character and nature of those present in the Argentine context. To that end here are a set of findings made on the basis of the progress of an ongoing investigation that examined the routes of a youth group located in different cities of the Argentine provinces, which aimed to distinguish recurrent patterns and differentials in the itineraries they are outlining.

Key words: youth, trajectories, transitions, education, work.


 

1. Introducción

BASTA MIRAR LAS VIVENCIAS que experimentan los y las jóvenes de hoy para observar movimientos, aspiraciones y límites enmarcados en un horizonte con pocas certezas a futuro. Frente a este marco, los argumentos teóricos extendidos concuerdan en indicar que las transiciones entre la educación y el trabajo se han vuelto menos lineales, predecibles y diversas, como expresión de múltiples combinaciones temporalmente flexibles entre las actividades que realizan.

Las experiencias situadas van conformado los itinerarios juveniles y estos entramados producto de entrecruces entre procesos individuales y sociales nos resultan sugerentes para encarar orientaciones de investigación. En esta dirección, el interés del artículo es poner en primer plano la metamorfosis que encierran las transiciones juveniles, como una problemática en ascenso.

Entendemos que las trayectorias juveniles de hoy no pueden pensarse al margen del papel fundamental de los mercados. Primordialmente, la dinámica laboral está jugando un rol esencial en la redefinición de los diseños vitales y construcciones subjetivas. En Argentina, sobre todo desde la década de los noventa, un dato sustantivo ha sido el avance de la precarización y el desempleo que se instalaron como dos rasgos ineludibles al mencionar las transformaciones en la estructura laboral. Ambos afligen al conjunto de los trabajadores, pero con impactos diferenciales entre los sectores poblacionales. como fragmento de la fuerza de trabajo, los jóvenes han sido y son intensamente expuestos a las variaciones dadas del mercado laboral. Entre las características más expandidas en las vinculaciones y los puestos disponibles para este sector encontramos los trabajos precarios e informales, la inestabilidad, la rotación laboral y los bajos ingresos. Este diagnóstico tiene vigencia a pesar de que el contexto actual dista de aquel, ya que a partir del 2003 comienza un período de recuperación económica y del empleo con continuidad. Pese a ello, el mundo de trabajo juvenil sigue generando interrogantes, entre otros, por las condiciones precarias de las ocupaciones, formas de inserción e incertidumbres presentes y a futuro. Este escenario converge con una cada vez más extendida estadía de los jóvenes en el sistema educativo, lo cual genera una tensión latente, pues las actuales generaciones conjugan más años de escolarización formal y condiciones menos auspiciosas respecto a su inserción laboral.

Aquí nos enfocaremos en tales cuestiones, explorando en las complejas zonas fronterizas entre las tendencias observadas, sus impactos, huellas subjetivas y traducciones en las situaciones de transición juvenil de la escuela al trabajo. utilizaremos el concepto de «transiciones» asumiendo las limitaciones dadas a la hora de hablar de un pasaje directo entre el espacio escolar y el espacio laboral, justamente a modo de aproximarnos a las interpelaciones que la época genera en este andamiaje conceptual.1 Lo haremos mediante la presentación de los hallazgos de un estudio centrado en el análisis de las trayectorias socioeducativas y ocupacionales de un grupo de jóvenes de nuestro país. Dicha investigación de carácter exploratoria-descriptiva se inscribe en la vertiente metodológica cualitativa y se efectuó mediante un seguimiento de egresados2 de escuelas clasificadas en sector alto, medio y bajo.3 Allí partimos guiados por una serie de interrogantes: ¿cómo se componen las transiciones educación y de trabajo entre los jóvenes argentinos contemporáneos?, ¿en qué medida pueden establecerse rasgos comunes o diferenciales entre las trayectorias analizadas? La cuestión de fondo que subyace a las reflexiones se desprende de una pregunta central que aborda cómo se expresan la diversidad y los factores que condicionan/asociados a estos procesos en los recorridos4 que estos jóvenes trazan. Durante el proceso de trabajo se utilizaron como fuente de material primario entrevistas realizadas a un grupo de cuarenta jóvenes, entre veinticuatro y veintiocho años de edad, mujeres y varones, egresados del nivel medio, cohorte 2003, de escuelas públicas y privadas de las localidades de Salta, Neuquén, Ciudad de Buenos Aires y La Plata.5 Esta exposición parte de un primer apartado que retoma los ejes en materia de discusión sobre las transiciones juveniles. Los próximos, se centran en la reconstrucción de los recorridos educativos y laborales. Luego, a partir de casos seleccionados de distintos sectores sociales y territorios, se expondrán las particulares características de las historias y, a modo de síntesis, se apuntarán una serie de reflexiones que esperamos aporten al debate.

2. Paradojas y transiciones juveniles entre la educación y el trabajo

Los replanteos de la etapa juvenil como «moratoria»;7 es decir, como período de preparación para el ejercicio de los roles adultos sobrevinieron junto a la prolongación de fase juvenil ligados, entre otros, a las transformaciones del trabajo y el papel de la educación a partir del último cuarto del siglo anterior. Ese particular enfoque de la juventud en espera «hacia» permaneció asociado al paso a la vida adulta concebida como estadía caracterizada básicamente por la conformación de la propia familia y la obtención de un empleo asalariado. Ambas mediaciones constituyeron un punto de referencia central en el proceso de independencia de los sujetos respecto de su hogar de origen. juventud y adultez se consolidaron en paralelo a una distribución del tiempo vital propia de la era industrial, en la cual el curso de vida se ha ido institucionalizando según una «organización trietápica». Así, adultez, juventud y vejez marcharon en correspondencia con una división en edades determinada por el paso a través de instituciones de socialización. Sobre este esquema, el período central se asentó en la edad adulta, definida como etapa plena de actividad laboral y reproducción social (Oddone, 2006).

Los pasajes entre una y otra etapa comprenden hitos que con mayor o menor regularidad plasman los inicios y términos de cada una. Entre estos, la salida de la escuela en correspondencia con el ingreso al trabajo logró consolidarse como un patrón predominante. Sin embargo, como signo sustantivo de las trayectorias juveniles actuales se apunta la frecuente combinación de entradas y salidas tanto del mundo del trabajo como de la educación; es decir, la alternancia entre ambos estatus, su amplia diversidad y heterogeneidad e imprevisibili-dad (Bendit et al., 2004).

Producto de ello, en línea con los efectos de las reestructuraciones en el mundo del trabajo, los hitos que demarcaban el ingreso a la adultez aparecen sujetos a trastrocamientos que están interpelando el paso de la escuela al trabajo y por ende en la forma en que históricamente se va articulando el vínculo educación y trabajo. Bajo estas coordenadas, cobran forma interrogantes acerca de cómo inciden individual y socialmente los rasgos transversales de cambio en las trayectorias vitales, así como en este tramo específico de transición. Desde la perspectiva sociológica, asumimos que las articulaciones y desencuentros dados en esta relación educación-trabajo8 se traducen en las trayectorias actuales y en el futuro de los sujetos con incidencias en las relaciones individuo-sociedad. como supuesto inicial entendemos que no es posible formular un sentido invariable de las relaciones ni de sus impactos en las transiciones. En este sentido, el comportamiento de los actores y las transformaciones más amplias dadas en distintos órdenes —institucionales, económicas, culturales, sociales— alteran las formas que asume.

Múltiples trabajos de investigación han concluido que a mayor nivel educativo con restricciones en el acceso a un empleo, el patrón directo de la escuela al trabajo deviene en un período que admite ser asimilado a un «proceso» más que un paso de inserción laboral. Esto dio origen al planteamiento de la des-estandarización en los modelos de transición (Bouffartigue; Lagree. y Rose, 1989).

Este marco de apertura a diferentes variantes genera a su vez complejidades para captar la emergencia de formas heterogéneas y/o alternativas de «transición». Análogamente, se agudizan las discusiones en torno a los mismos términos utilizados. Las transiciones entendidas como un «proceso» —pero un proceso dudoso en tanto la inserción en un empleo estable puede tardar o nunca estabilizarse— están provocando controversias que cuestionan la raíz y pertinencia del concepto (cachón, 2000).

Ahora bien, las trayectorias juveniles de hoy no pueden pensarse al margen del papel fundamental que los mercados y la dinámica laboral están jugando en la redefinición de las experiencias y construcciones subjetivas. En Argentina, desde la década de los noventa, un dato sustantivo ha sido el avance y/o la instalación de la precarización en los modos de inserción juvenil, donde las características más expandidas en las vinculaciones y los puestos disponibles para este sector son los trabajos precarios e informales, la inestabilidad, la rotación laboral y los bajos ingresos, afectando con mayor intensidad a los jóvenes de menor nivel educativo y provenientes de hogares más pobres. En paralelo a este escenario encontramos una cada vez más extendida estadía de los jóvenes en el sistema educativo y las consecuentes tensiones que sugiere la intersección entre ambas cuestiones. A su vez, las perspectivas teóricas que abordan las modalidades de la transición señalan modificaciones de comportamiento y pautas de acción que permanecen asociadas a los profundos cambios del trabajo en términos de flexibilización e individualización. La caracterización de los empleos disponibles y las experiencias por las que atraviesan los jóvenes, entre otras, con escasa calificación, sin posibilidades de aprendizaje, con escasa continuidad, han augurado la posibilidad de trayectorias más inciertas y riesgosas que antaño. La inserción al mundo del trabajo, la transición entre educación y trabajo pueden asumir modos diferentes. No obstante, el nudo de la cuestión reenvía a un problema social de alcance, pues puede estar generando una estrechez y tensiones a la hora de alcanzar una independencia plena de los sujetos y/o provocar un desmejoramiento en las condiciones de vida de buena parte de la juventud en su presente y en su futuro.

Resaltar los rasgos transversales verificados no significa homo-geneizar las situaciones ni sus efectos, dado que justamente los planteamientos subrayan la heterogeneidad al interior de las dinámicas de transición. El conjunto de tendencias y problemáticas señaladas se remiten a un debate de mayor amplitud sobre la configuración actual de las transiciones juveniles, donde el acento está puesto en si estas resultan construcciones en donde predominan los procesos electivos o las variables y condicionantes contextuales. Se trata de un debate de envergadura tomando en cuenta que los condicionantes pueden estar operando como potenciales obstáculos sobre el marco de acción y posibilidades de selección, señalando diferencialmente las trayectorias y poniendo énfasis en la individuación de responsabilidades sobre riesgos sociales.

Claro que las transiciones se ubican y estructuran en contextos institucionales específicos, tanto en lo que se refiere a la educación, los ingresos institucionales al mercado laboral, como a los sistemas de bienestar y políticas públicas vigentes propias de cada país (egris, 2001). Asimismo, en las fronteras de un mismo país pueden establecerse nuevas fracturas. En esta dirección, la investigación en curso exploró en las trayectorias de jóvenes residentes en diferentes provincias argentinas, a modo de observar la presencia de diferenciales en función de las pertenencias geográficas. Cabe aquí aclarar que son escasos los aportes de investigaciones argentinas que abordan las temáticas propuestas y que la importancia de profundizar el debate y abrir pasos al reconocimiento de la heterogeneidad impulsa la identificación de situaciones que ameriten medidas de intervención que constituyan un apoyo para ampliar la estructura de oportunidades para un óptimo desarrollo del despliegue de las transiciones y trayectorias de los jóvenes de nuestra época.

En nuestro país, la década del noventa y la gestación de la crisis económica política, social del 2001, fueron un período de incremento sobre estas preocupaciones. Desde entonces, prevaleció cierto consenso en destacar indicios que cuestionaban la vigencia de la educación media como canal de movilidad social ascendente y la obtención del título secundario empezó a declinar como indicador de una inserción exitosa y segura, en un mercado laboral deteriorado, sobre el efecto combinado de la segmentación laboral y la fragmentación en el campo educativo medio (Tiramonti, 2004; Kessler, 2002).9 Aquí partimos del análisis de lo que los jóvenes relatan acerca de sus propias experiencias; son jóvenes egresados de escuelas de distintos sectores sociales y provincias, lo cual entendemos agrega una cuota sustantiva en el análisis de diferenciales sobre las trayectorias.

3. Perfiles y características de los/as jóvenes

Como describíamos en apartados anteriores, la investigación se desarrolló en base a entrevistas realizadas a jóvenes varones y mujeres nacidos en la década del ochenta, que en la actualidad rondan entre veinte y menos de veinticinco de años. Todos son egresados del secundario y corresponden en partes proporcionales a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, La Plata, Neuquén y Salta.

Centrándonos en las actividades vinculadas a la educación y el trabajo, en un primer nivel de desagregación puede establecerse que sobre un total de 40 casos, más de la mitad de ellos se dedican a estudiar o ya se han recibido, mientras que solo una pequeña minoría ha abandonado los estudios o no los ha iniciado. Actualmente, dos terceras partes de estos jóvenes trabajan, mientras que la parte restante se dedica exclusivamente a estudiar. Por lo tanto, se distribuyen en cantidades casi homogéneas entre estudiantes, trabajadores y aquellos que combinan estudio y trabajo.

Un rasgo transversal y elocuente es que entre estos jóvenes de distintos sectores y territorios se ratificaba la tendencia hacia la prolongación de la escolarización postsecundario y en ningún caso durante el egreso, el tramo secundario se pensaba en correspondencia con la finalización de la carrera educativa. Por el contrario, el grueso permaneció y/o permanecía aún en un nuevo tramo de aprendizaje formal (terciario u universitario) o al menos lo habían intentado sin darle finalización, pero con la intención de retomarlo en un futuro cercano. El peso de las aspiraciones educativas se evidenciaba por sobre los planes en otros ámbitos vitales y la formación superior como parte central de sus propósitos y acciones a emprender al finalizar los estudios de nivel medio.

Estos jóvenes centran esta etapa de sus vidas en la posibilidad de seguir estudiando, ya sea que se corresponda con un mandato o una elección. La descripción de los recorridos permite constatar que son, han sido y/o se piensan como estudiantes. Casi en su totalidad, emprendieron un ciclo educativo superior luego de finalizar el nivel medio y en los relatos aparecen reiteradas afirmaciones sobre la presencia de esta idea mucho tiempo antes de egresar. Las pocas excepciones de quienes no lo han hecho, o han abandonado las cursadas superiores, manifiestan que todavía aspiran a hacerlo. Los motivos que les impiden emprender este nuevo tramo se vinculan principalmente con la ausencia de recursos o porque la decisión de qué seguir no está plenamente asumida aún.

El grueso de la muestra lo componen aquellos jóvenes que continúan cursando la misma carrera que comenzaron inmediatamente al concluir de la secundaria, seguidos por un grupo de jóvenes que han cambiado de carrera, otro que ya han finalizado sus estudios superiores obteniendo un título terciario. Un factor destacable que arroja el análisis es la incidencia del sector de pertenencia de las escuelas secundarias en las selecciones respecto a los tramos de escolarización superior. Los jóvenes pertenecientes al sector alto se inclinan por carreras universitarias, repartiéndose entre la modalidad pública y privada. Los jóvenes que provienen del sector medio tienden a carreras universitarias en universidades públicas. Los estudiantes del sector bajo preponderantemente continúan carreras terciarias de menor duración y con títulos vinculados a oficios; asimismo, las formación en docencia es una alternativa frecuente en las provincias del interior del país. En general, el sector privado en el ámbito de los terciarios impera por sobre los públicos.

Por su parte, el trabajo es una temática que no solo está presente sino que además genera un conjunto de opiniones en torno a sus propias transiciones y expectativas a futuro de corto y mediano plazo, corroborando que éste sigue ocupando un espacio significativo en la trama de narraciones respecto a sus propios recorridos.

En el plano laboral hallamos que la mitad de los jóvenes de la muestra son empleados o trabajan en relación de dependencia. De ellos, una pequeña proporción trabaja en condiciones informales y usualmente cuentan con experiencias en ocupaciones precarias e informales en el pasado. Es llamativa la existencia de un grupo de jóvenes que trabajan en negocios familiares, sin manifestar la estabilidad contractual que allí mantienen. Hay casos incluso que no lo visualizan en términos de un trabajo sino más bien un «aporte» a la economía familiar. Mientras que el otro tercio actualmente no está trabajando, siendo su actividad central el estudio. Es justamente en este último grupo donde se incluyen los jóvenes que manifiestan que no cuentan al momento con ninguna experiencia laboral.

En términos territoriales, se destaca que los jóvenes que viven en la ciudad de Buenos Aires cuentan con trayectorias laborales más extensas, habiéndose desempeñado al menos en tres trabajos, con casos de jóvenes que iniciaron sus actividades laborales incluso antes de finalizar el secundario. En La Plata, son pocos los jóvenes con experiencia laboral y lo mismo ocurre con quienes se encuentran trabajando en la actualidad. Neuquén y Salta revelan situaciones más diversas, están aquellos que desempeñaron más de tres trabajos, quienes nunca han trabajado y quienes han incursionado en el mundo del trabajo a través de un plan social. Las tramas son más cambiantes, con acentuadas alternancias y ausencia de estabilidad.

La rotación y la inestabilidad laboral signan los diversos recorridos que se manifiestan en los relatos. Los jóvenes pertenecientes al sector alto son quienes encuentran mayor estabilidad y continuidad en sus trabajos, con casos en los que nunca han cambiado de puesto laboral desde su ingreso en el mundo del trabajo. Los jóvenes que exclusivamente se dedican a trabajar pertenecen principalmente al sector bajo y medio, salvo las excepciones del sector alto que ya obtuvieron un título superior.

Un elemento trasversal entre los jóvenes provenientes de escuelas del sector bajo y medio es que el trabajo es un aspecto importante para la continuidad de sus estudios. Por un lado, porque es el medio a través del cual financian los gastos que generan tanto el estudio como sus gastos personales; y por otra parte, porque la implicancia del esfuerzo físico y temporal que el trabajo demanda condiciona directamente el desempeño y continuidad que puedan llegar a tener en sus estudios. Aparece entonces como una necesidad o una obligación, todos son empleados y presentaron movilidad de puestos e inestabilidad, con condiciones de trabajo precario e informal. Es notorio que la mayor proporción de los trabajadores provienen del sector bajo.

Entretanto, para los jóvenes que pertenecen a las escuelas del sector alto continuar estudiando luego del secundario es visualizado como la «opción natural» y sus proyecciones en este ámbito son más sólidas, como así también la posibilidad de continuar estudiando luego de obtener su título de grado. Entre ellos, los que trabajan resaltan como fundamento la posibilidad de generar experiencia y desarrollarse en el área laboral vinculada a su carrera antes de recibirse. Destacan la importancia de los vínculos familiares y ciertas preferencias que poseen para acceder a determinados trabajos. En el plano laboral, reconocen que en la actualidad hay más posibilidades para elegir en qué ámbito los jóvenes quieren desarrollarse, lo que no necesariamente se complementa con la oferta laboral existente.

Los jóvenes en esta etapa escasamente han constituido una familia propia y más excepcionales son los jóvenes que viven solos o con amigos. En términos generales, continúan viviendo en el hogar de sus padres, con ellos y con sus hermanos. La vinculación familiar se da desde un plano de «convivencia entre adultos», donde los jóvenes continúan viviendo bajo el mismo techo, incluso adoptando nuevas situaciones de vida con nuevas responsabilidades y obligaciones. Si bien de todos los sectores y territorios geográficos manifiestan como aspiración futura el acceso a una vivienda propia, la limitación económica para poder acceder a ella es reconocida como un obstáculo primordial, con mayor énfasis, en el sector medio y bajo. Incluso la posibilidad de financiar un alquiler aparece como una amenaza a la continuidad de sus estudios ya que no pueden financiar ambos gastos.

Resaltan el apoyo y la influencia de sus padres y madres para continuar estudiando luego del secundario y poder concluir dichos estudios. No solo viven en su hogar natal, sino que incluso los jóvenes de la muestra que solamente cursan carreras son financiados enteramente por sus padres para abocarse exclusivamente a formarse en este tramo. Con distintos gradientes e independientemente del sector social de donde provengan y del territorio de hábitat, ahí parecen apuntar los esfuerzos familiares; es decir, las exceptivas permanecen vinculadas a la obtención de nuevos títulos de formación superior como herramientas válidas en las trayectorias laborales.

Más allá de los ejes trazados, la dispersión hallada en los procesos de transición torna una tarea compleja captar elementos analíticos emergentes. Son tramados donde el trabajo y la educación siguen siendo componentes medulares. De allí que en el abordaje priorizamos la reconstrucción de las actividades que entablaron desde el egreso de la secundaria y que reflejan mixturas difusas entre espacios y temporalidades.

En las próximas secciones se trabajará con un conjunto seleccionado de casos de estudiantes/trabajadores de los distintos territorios y sectores bajo estudio. Se trata de exponer el rol que la educación y el trabajo han jugado en las situaciones de transición, repasando así diferentes mediaciones y factores que intervienen. La exploración enfatizó en rasgos comunes y divergentes entre las historias resaltando tanto las variantes como los cortes, baches y continuidades.10

4. Experiencias y diferencias de jóvenes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y La Plata

Los recorridos presentados corresponden a la historia de dos jóvenes habitantes de la provincia de Buenos Aires, ambos exponen articulaciones bien distintas entre el estudio y el trabajo. El trabajo aparece en la vida de los jóvenes a veces incluso antes de finalizar el tramo de educación secundaria. Es el caso de Matías, quien trabaja desde los catorce años en lo que él define como «cosas de barrio», «una gauchada a alguien conocido», «ganarse un mango». Su trayectoria laboral está plagada de experiencias y los inicios mismos de su vinculación al mundo del trabajo aparecen ligados con trayectos difusos y no siempre son reconocidos como un «trabajo», períodos en los cuales combina el estatus de estudiante con diferentes prácticas ocupacionales. La reconstrucción da cuenta de una multiplicidad de tareas que fue desarrollando. Las ocupaciones desarrolladas entremezclan11 prácticas que aparecen en una frontera difusa entre un trabajo y aquello que no lo es. Esta historia refleja una entrada temprana al mundo del trabajo, todas ocupaciones caracterizadas por la inestabilidad. Se trata de trabajos eventuales y con escasas proyecciones de continuidad; un conjunto de tareas discontinuas y tramos inconexos (venta en comercios, repartidor de diarios, etcétera). Sobre estas inscripciones, el ambiente laboral, los escasos ingresos, la excesiva carga horaria o las múltiples tareas conforman aspectos frecuentes a la hora de repasar tanto los mismos pasajes como las desvinculaciones dadas con cada uno.

Es en esta rueda de «changas», trabajos eventuales, precarios y de escasa calificación, donde sobresalen la movilidad y la discontinuidad de ocupaciones. Incluso en casos de la muestra —concentrados en los sectores bajos— este tipo de trabajos preceden a la obtención del título secundario y continúan estando presentes una vez finalizado ese ciclo.

La fragmentación social parece haber gestado una enorme dispersión de comportamientos y estrategias vinculada con la predisposición individual a trabajar de lo que aparezca, que involucra un saber «darse maña». Acciones que traducen una convivencia constante con lo aleatorio. Desde esta perspectiva, Machado Pais, (2007) advierte sobre un conjunto de «rebusques»,12 como mecanismos de ganarse la vida que remiten al desarrollo de prácticas frecuentes en los modos de conexión con el mundo del trabajo, formas que se extienden entre jóvenes de distintas clases sociales inclusive universitarios. A la vista de ello se sugiere que más que frente a una mera reestructuración laboral, se estaría de cara a una metamorfosis cultural. Más allá de su posible propagación —bajo el análisis aquí realizado—, estas prácticas se potencian en los recorridos de las historias de los jóvenes provenientes de los sectores bajos.13 En el recorrido de Matías, los entrecruces que median su relación con la educación superior son también una sucesión de intentos y secuencias no siempre conexas. Luego de terminar la secundaria, se inscribe en la universidad pública para cursar la carrera de contador, pero a las primeras semanas desiste, entre otros, por el nivel «difícil y exigente» y escasamente compatible con sus actividades cotidianas. Fundamentalmente entiende que su preparación no es acorde a la propuesta educativa universitaria. Busca en sus propios términos algo más «sencillo» y comienza estudios técnicos en Administración de Empresas en una institución privada situada en su barrio. La institución le abre dos posibilidades: por un lado, el acompañamiento de los profesores que le brinda una mayor contención facilitando la continuidad y un intercambio más cercano: y por otro lado, el título que obtendrá habilita correlatividades con facultades privadas con lo cual no es necesario renunciar de la carrera a futuro. Expresa que la elección de la carrera «no fue cien por ciento vocación» y sostiene que hoy le hubiera gustado otra cosa, pero a los «veinticuatro años» no lo convence empezar una «carrera de cero». En el terciario, comienza a cursar en horarios nocturnos y flexibles, lo que le permite dejar momentáneamente para alternar con el trabajo. Al mismo tiempo, si en esta transición la finalización de la secundaria coincidió con el ingreso a un tramo superior, su situación actual y la complementa-riedad del estudio y el trabajo representan un terreno de oscilaciones, ambigüedades y posibles interrupciones en la trayectoria educativa.

—Me encuentro un poco trabado también, porque no combina con otras proyecciones que tengo en mi vida.

—Como, ¿por ejemplo?

—Como por ejemplo, no combina en lo económico; hoy en día sale muy caro vivir. Si no tengo un lugar propio donde caer, si yo me tengo que ir de mi casa, dentro de muy poco, tengo que ir a alquilar; estoy en un ámbito privado, en una escuela privada; seguir estudiando en una escuela privada hoy en día, no sale muy barato. Bueno; hay que medir muchas cosas antes de pegar un salto de esa magnitud (varón, sector bajo, CABA).

La trayectoria educativa de Matías remite a una serie de tramos ligados a aspiraciones que no logran plasmarse claramente en las posibilidades laborales actuales, no obstante en su relato comenta cómo el hecho de estudiar influyó en su trabajo. En esta dirección, el momento del egreso coincide con un cambio que establece un corte en su trayectoria laboral comienza a transitar por nuevos espacios. Experiencias y situaciones más o menos constantes y estables. En un punto de su recorrido, Matías se plantea la posibilidad de buscar un trabajo guiado por la necesidad de desarrollarse en el ámbito en el cual se está formando.

[Pensaba que] yo ya estoy necesitando otra cosa y me estoy buscando un perfil, que ya estaba en terciario y estaba buscando un perfil; ya tenía lo suficiente como para decir 'puedo buscarme un perfil de lo que estoy estudiando', para empezar a meterme en lo que estoy estudiando (varón, sector bajo, CABA).

Así, el trabajo comienza a adquirir un nuevo significado en el que se entrecruza con su actividad formativa y donde ya no es visto solamente como el medio a través del cual obtener los recursos necesarios para sus gastos. El caso de Matías dibuja la presencia de vacilaciones y cambios en el devenir del recorrido, donde aquellas decisiones que en un principio parecían definitivas, se reorientan. Las experiencias que va adquiriendo impactan en la afirmación o el cambio de las decisiones tomadas a los inicios de la transición.

Para este joven el trabajo es una prioridad antes y después del egreso secundario, financia con él sus gastos, estudios e incluso aporta al hogar de origen A lo largo de los últimos años realizó trabajos formales e informales y tuvo períodos de desempleo. La composición de su trayectoria laboral muestra una serie de brechas que incluyen períodos de desempleo y de acuerdo a su relato estima que su futuro laboral puede presentar nuevos virajes.

—¿Tu futuro laboral?

— Laboral... Eso es muy difícil decirlo; hoy en día... Ya tengo el mal de que fui despedido de una empresa y ' te despiden mañana o pasado mañana' . Pero no; yo creo que laboralmente voy a seguir ascendiendo.

—¿Estás buscando trabajo?

—Actualmente, no; siempre se me cruza alguna idea por ahí, para probar en qué nivel podría llegar a caer, ¿no? Quizás, como te digo; uno nunca sabe; hay que ir sondeando, como dicen hoy en día; tenés que ir sondeando. No sé dónde puedo llegar; hasta dónde puedo llegar a tirar y a veces me imagino 'quizás me podría tirar a algo más' (varón, sector bajo, CABA).

Por el contrario, en la historia de Mariana el trabajo aparece casi al límite de finalizar los estudios superiores. En este caso, la prioridad al egresar tiene como propósito la continuidad escolar mediante el ingreso a una carrera universitaria de Ciencias Sociales en una institución privada. Desde los inicios, la transición está signada por un pasaje directo de la escuela a la carrera. La familia juega un papel central como soporte de la definición tomada. Por un período de más de veinte de años, Mariana se dedicó enteramente al estudio tal como fue planificado y proyectado junto con su familia, antes de concluir la experiencia secundaria en una institución privada.

Sobre este punto, diversas investigaciones han observado que los recursos y apoyos de la institución familiar están jugando un papel cada vez más importante en las transiciones juveniles, sin que esto se manifieste del mismo modo ni con el mismo peso. Son múltiples las variantes que actúan sobre los comportamientos, las apuestas de las aspiraciones, los recursos e intervenciones familiares. Entre las discusiones, la reproducción de trayectorias generacionales desiguales ocupa un lugar destacado.

En este estudio, en los relatos de estos chicos del sector alto es donde gravitan con mayor intensidad las proyecciones familiares mediando en la vinculación de las transiciones en materia educativa y también en otros espacios vitales. Son indicadores similares a los señalados por otros estudios locales que abordaron el análisis de las trayectorias de estudiantes en sectores medios-altos y destacaron que las familias influyen y condicionan el universo de elección de los jóvenes (Tiramonti, 2006).

En este caso en particular, Mariana influida por el apoyo de sus padres opta por postergar el ingreso al mundo del trabajo. Luego de años ininterrumpidos de estudio y a pasos de terminar la carrera, comienza a trabajar en una empresa internacional en el área de recursos humanos. Es una empresa en la cual estuvo anteriormente trabajando uno de sus hermanos mayores, ahora radicado en el exterior.

La joven expresa estar satisfecha con su trabajo sobre todo porque le permite cierto «desarrollo personal», además de ofrecerle un conjunto de capacitaciones vía cursos en diferentes áreas que contribuyen a su formación. Pero principalmente el desempeño es visualizado en función de posibilitar la adquisición y acumulación de prácticas laborales que le permitan agregar un componente más a su perfil.

—¿Por qué querías trabajar?

—Porque creo que es importante tener un poco de experiencia antes de terminar la carrera, porque, como que mi generación creo que necesita. no tiene nada de experiencia porque hay mucha competencia. Si bien uno tiene inglés y es bueno, tiene... muchas cosas; la experiencia es muy importante. Y por eso. Además, el área laboral me parecía interesante. O sea, quería vocacional o laboral, para empezar a trabajar, porque si no, solo ves clínica y... Y, la verdad, no tenía ganas... Me pareció... más completo (mujer, sector alto, CABA).

Las herramientas y los recursos acaban siendo los elementos que preponderan en la competición por un puesto laboral. En esta lógica, las credenciales van en conjunto con todas las experiencias que resulten un agregado en línea con la estructuración de su currículo, en vías a la construcción de su perfil laboral. La valoración de la experiencia permanece asociada a la valoración del trabajo como medio que aporta un tramo para posibles futuras conexiones y vinculaciones al mercado laboral.

La dinámica de acumulación cobra sentido en función de un mercado altamente competitivo; las credenciales, los aprendizajes informales, la experiencia, así como el paso por una empresa multinacional aportan elementos de presión por un puesto. Ante el actual mundo del trabajo hay que formarse, como prioridad. Mariana, a pesar de enumerar sus recursos y reconocer su formación no pierde de vista las improntas que sellan un contexto laboral restrictivo.

Tengo una formación muy buena; tanto por el colegio que fue bueno y es reconocido; tengo formación en inglés. Tengo una carrera que la voy a terminar, título universitario y la multinacional que... (mujer, sector alto, CABA).

Hasta aquí el recorrido transitado, en términos de experiencias educativas y laborales, marchó acorde con sus propósitos iniciales ideados inclusive antes del 2003. Tanto en la trayectoria como en el diseño de planes a futuro, la formación superior juega un papel prioritario y organizador. Su presente está conformado por la misma estructura de la transición y continúa proyectada en posibles trayectos a mediano plazo, que incluyen movilizarse a algún país europeo para realizar estudios de posgrado.

Si bien el trabajo no está ausente de sus planes, el ejercicio profesional se entiende como parte de una estrategia que le permitirá cierta flexibilidad. En este momento el trabajo es en parte subsidiario de la trayectoria educativa y al parecer lo será también en los próximos años.

Me gustaría hacer un posgrado o algo con alguna amiga. O en Italia o en España, me gustaría, en ciudades más o menos grandes; ciudades muy chicas no me gustan. Y sí me gusta, pero no viviendo. formar una familia en el exterior, no me gusta [. ] Yo, cuando elegí la carrera, la elegí también pensando en prioridades que era, cuando tuviese familia, pudiese tener flexibilidad en el tema de horarios (mujer, sector alto, CABA).

5. Pilar y Mariano, las historias en Neuquén y Salta

Pilar siempre vivió en la capital salteña, su historia alterna trayectos interrumpidos de vinculación con ocupaciones variadas. Antes de egresar pasó un período cuidando niños, que dejó luego hasta terminar la secundaria. Para entonces, incluso anteriormente sus intenciones eran ingresar directamente a la facultad.

—Cuando saliste de la escuela secundaria, ¿tenías planeado hacer algo?

—Sí; tenía bastantes proyectos; yo siempre quise ingresar en la universidad, pero como siempre prima el futuro económico y en mi familia más que nunca, lamentablemente, tuvimos necesidades en la familia, yo tengo un hermano mayor; era el hermano mayor varón que vaya a estudiar porque la mujer, supuestamente, en algún momento se va a casar y va a ser mantenida por su esposo. La cosa es que yo nunca confié en ese pensamiento, así que empecé a rebuscármelas de todos modos; como tenía buenas notas de secundario [...] Yo decía «bueno, al menos me tiene que servir para una beca o algo». Bueno; tiré las líneas por todos lados hasta que me salió una beca provincial después de dos años de recibirme y así pude ingresar a la universidad (mujer, sector bajo, Salta).

La combinación de obstáculos económicos e impedimentos de diverso orden postergaron un par de años la entrada a la universidad pública asentada en la provincia. Tiempo durante el cual siguen las búsquedas y desencuentros en nuevos tramos formativos informales. En este «bache», durante el cual Pilar no trabaja, finaliza un curso de secretariado en computación e inicia un curso de Mecánica Dental que deja posteriormente por dificultades de financiamiento. Esta historia alerta nuevamente sobre la valorización que adquiere la educación superior formal e informal entre los jóvenes de distintos sectores sociales como componente de sus transiciones (Martín Criado, 1998).

La trayectoria educativa de Pilar transcurre luego en la universidad pública cursando la carrera de Ciencias de la Educación que hoy continúa y donde se ha desempeñado como auxiliar de una cátedra y planeando serlo nuevamente. Pese a ello, desde los mismos comienzos, incluso desde la elección de la carrera, Pilar expresa que las oportunidades del contexto provincial no son las mismas para los jóvenes salteños y en su propio recorrido identifica obstáculos contundentes. En efecto, respecto a la educación la oferta de las carreras «posibles» provocó una reorientación en su rumbo.

De acuerdo al relato de Pilar, la historia de los jóvenes es bien distinta en Salta, las circunstancias económicas abren puertas tanto educativas como laborales notoriamente desiguales. En el contexto provincial, las ofertas educativas agregan una cuota de límites, para quienes no logran financiar, por ejemplo, la carrera escogida.

Bueno, primero, si vos tenés más posibilidades económicas, tenés muchas más posibilidades de estudiar; no solamente en lo que es público sino también en lo que es privado. Me acuerdo, cuando yo me recibí, yo quería estudiar psicología y era en la Católica o es otra provincia y si no, acá tenía institutos privados de psicopedagogía, todo, pero estaba siempre la cuestión monetaria. Entonces yo veo esto y sobre todo, yo iba a la escuela x. A la escuela x iba, digamos, gente de un poder adquisitivo bastante bien; yo y otra chica éramos, digamos, «las de la orillita de Salta». Entonces ¿qué pasa? Los chicos se recibían y automáticamente estudiaban en la Católica; estudiaban lo que ellos querían realmente en institutos privados, todo porque tenían como para pagar la cuota (mujer, sector bajo, Salta).

Sobre esta cuestión es notable que —más allá de esta historia— buena parte de los y las jóvenes entrevistados de los distintos sectores sociales se desplazan territorialmente por períodos transitorios en busca de estudiar un tramo superior. La alternativa resulta un fenómeno frecuente y extendido a la hora de pensar en las transiciones y también entre las historias que reconstruyen sobre familiares o pares próximos. Lo que indica que la movilidad territorial con fines educativos es una opción y alternativa latente. Aunque los recursos económicos para lograrlo sean más limitados entre las familias que no logran sostener o acompañar económicamente la estadía y el estudio a otros lugares generalmente centros universitarios de otras provincias de distintas regiones del interior del país.

La movilidad territorial trasciende el ámbito educativo, está presente en la visión sobre aquello que atañe a lo laboral. Circunscrita al ejercicio de su área profesional Pilar comenta:

—¿Y a nivel laboral?

—Y a nivel laboral, lo mismo porque vivimos en una sociedad meri-tocrática de acreditación; mientras vos más cursos tengas, más esto, más aquello, lo otro, conseguís más rápido trabajo. Eso, yo te lo digo por el lado de performance; pero también, acá, en Salta, lo que sucede mucho es «el conocido»; el que «bueno, te conozco, vení; acá tenés un puesto» y generalmente son las personas que están bien posicionadas económicamente las que tienen las posibilidades estas de decir «bueno, vení; yo acá tengo un puesto; vení, trabajá acá». O sea, no te da el trabajo (mujer, sector bajo, Salta).

Movilizarse y asentarse en otros territorios no es la realidad, ni el deseo de todos y todas, como en su caso. Imagina su futuro laboral vinculado al ámbito educativo, más precisamente a mediano plazo, de aquí a los próximos cinco años, espera recibirse y ejercer un cargo docente en Salta. Expectativa alentada por sus propios profesores, pero que ella reconoce en un marco dificultades a sortear.

En este caso, al finalizar la escuela secundaria la transición se inicia con una firme orientación y apuesta por lograr continuidad en el sistema educativo universitario, ello implica un comienzo alternado con tramos de aprendizaje informal.

La trayectoria laboral también observa discontinuidades, secuencias en las cuales se combina el rol de estudiante y trabajadora; e incluye un último período de una ocupación con estabilidad. Si bien no alcanzó el empleo deseado, por ese camino discurren sus expectativas. En su historia, la presencia de redes sociales y «adultos significativos» que acompañaron y acompañan el tramo superior median en la apertura de puertas laborales anteriores y a futuro, reflejando que los espacios de intervención y apoyo adulto pueden resultar altamente beneficiosos para afianzar y consolidar los recorridos.

—¿Dónde te imaginás? ¿Acá en Salta o en otro lugar?

—No; en Salta; me gustaría en Salta; se plantea mucho en la carrera, sobre todo en Ciencias de la Educación, esto de irse al Sur, que muchos lo hacen; muchos se van al Sur porque bueno, dicen que hay muchas más expectativas, hay mucho más trabajo. [. ] Yo tengo muchas conocidas que se van al Sur y están trabajando bastante bien, según me comentan ellas. Pero en mi caso particular, a mí no me gustaría.

—¿Si yo te pregunto «un sueño»?

—¿Cualquiera? Yo, tratar de estar ya recibida, trabajando, en lo posible en un ámbito en blanco, que acá, en Salta, es muy difícil (mujer, sector bajo, Salta).

Ahora bien, la experiencia de Mariano discurre por un terreno menos expuesto a oscilaciones e imprevistos. Concisamente, aquí la vinculación laboral aparece estrechamente relacionada con las posibilidades de establecer una continuidad con el marco y recurso que brinda la trama familiar. El diseño y la construcción de planes al egreso muestran trazos que se hilvanan y concatenan sin mayores tropiezos. Por ejemplo, aquí la intensidad y el grado de responsabilidad en las primeras actividades laborales trazaron una experiencia con condiciones de flexibilidad horaria que propiciaba compatibilidad con la escolariza-ción superior.

En este como en otros casos analizados, las familias actúan como factores esenciales para el soporte y contención de los recorridos y elecciones de los jóvenes. Aportan el medio económico, el hábitat, el discurso legitimante de la educación, en orden de generar condiciones propicias para que estas transiciones marchen con los menores tropiezos por el camino educativo y logren obtener un título superior.

El acceso a diferentes trabajos en los negocios familiares, es otra manera en la que las familias contienen la situación de los jóvenes. Al parecer en un contexto de declive de aquellas instituciones que tradi-cionalmente acompañaron la transición, las familias sí ocupan un espacio significativo, de «refugio y acompañamiento» a lo largo de estos primeros tramos a posteriori del egreso. Incluso algunos autores sostienen que estas proveen recursos que operan a modo de «red de seguridad potencial» en las trayectorias juveniles (Biggart et al., 2008).

Como Mariano, muchos jóvenes encuentran en el ámbito familiar la contención necesaria para afirmar la apuesta educativa y al mismo tiempo la apertura de una trayectoria laboral, ideada a veces como un tramo temporal acotado y otras veces entendido como la continuidad en un espacio reconocido como propio. Mariano estudia abogacía en una universidad privada, pero dedica la mayor parte de su tiempo al trabajo en el negocio. Es hoy por hoy un empleado de la firma con proyectos de sostener y ampliar el negocio.

Si bien reconoce que su objetivo es recibirse y obtener el título, su trayectoria y apuesta laboral se ha ido afianzando con el transcurso del tiempo y desde que ingresó al trabajo luego del secundario. Un título universitario es reconocido en su relato como un elemento fundamental que utilizaría en el caso de que el negocio familiar no prospere. Al igual que otros jóvenes —de acuerdo a su relato las familias—, Mariano prioriza en su discurso el estudio, aun cuando en la actualidad asocia su proyección laboral dentro del negocio familiar e incluso alternando pasajes en los cuales deja el estudio y se dedica exclusivamente al cotidiano laboral.

—Después de egresar estuve laburando con mi viejo y estoy estudiando Abogacía, en la Católica [...] Sí. Sí; en realidad, un año voy, otro año no voy. En realidad, a mí, mucho me reditúa estar acá...

—Y en el 2003 ¿qué pensabas hacer cuando recién egresaste?

—Bueno, yo, en el 2003 estaba medio indeciso, por ahí. Quería estudiar algo y paralelamente trabajar un poco para tener un mango; mi viejo siempre me apoyó y todo eso pero bueno (varón, sector alto, Neuquén).

Esa misma impronta con respecto al trabajo sigue siendo parte de su hoy, pese a ello las incertidumbres acechan. El futuro laboral, la trayectoria educativa y profesional se reconocen sujetos a esta misma lógica.

—De acá a 5 años ¿cómo te ves?

—Y, no sé, a mí por lo menos ahora, lo que me gustaría, una cosa es recibirme y bueno seguir con esto acá... Yo no sé si el día de mañana ejercería. Uno a veces piensa y ve lo que por ahí es más redituable, si no es la carrera, la posibilidad de algo así. Aunque uno también piensa, bueno, si se cayó Roma ¿no se va a caer esto? Entonces claro, si uno le ve por ese lado (varón, sector alto, Neuquén).

Sin duda, las orientaciones educativas y experiencias laborales se han conjugado de modo diferente en los recorridos reconstruidos; las articulaciones entre ambas actividades evidencian tanto continuidades, como tramos de alternancia y distintos tipos de vinculaciones entabladas. Si bien es notoria cierta secuencia entre la finalización de la experiencia secundaria y el ingreso a un nuevo tramo de educación superior es también palpable la heterogeneidad de situaciones tanto familiares, sociales, territoriales, individuales que median en cada caso.

6. A modo de cierre

Aquí exploramos en cuatro casos «paradigmáticos», ubicados en los extremos de los sectores sociales altos y bajos, en las provincias de Salta y Neuquén y en Buenos Aires. Las trayectorias socioeducativas y ocupacionales abordadas comparten condiciones de base, entre otras, estos jóvenes son egresados de la escuela secundaria cohorte 2003, en la actualidad compatibilizan la educación y el trabajo; desde los inicios de la transición las intenciones se orientaron por ingresar a un nuevo tramo de educación superior.

Un primer plano de comparaciones da cuenta que más allá del territorio y sector de la escuela de origen, la educación cobra prioridad en la reconstrucción de las aspiraciones y las actividades que emprendieron al momento de concluir el nivel medio de enseñanza formal. Es significativo que al igual que otros estudios abocados al tratamiento de las trayectorias de los jóvenes en el contexto nacional, se advierte sobre la primacía que cobra la educación en las mismas (Otero, 2011; Macri, 2010).

Los propósitos que orientaron la elección de las carreras y las instancias posteriores que reflejan su continuidad o discontinuidad están mediados por una serie de factores intervinientes. Estos operan como soportes u obstáculos/limitaciones en el marco de oportunidades ante las cuales se enfrentaron una vez consumado el pasó de la escuela a la carrera.

En lo que respecta al trabajo, es notoria la coexistencia de recorridos próximos a la idea de un pasaje entre la finalización del nivel medio y una ocupación laboral alternando su condición de estudiantes-trabajadores, mediando en todos los casos distintos tipos de vinculación al mundo del trabajo. Las historias de los jóvenes de los sectores altos presentan menos variaciones, con continuidad en un mismo espacio laboral y experiencias que incluyen oportunidades que el ámbito familiar propicia. En el otro extremo entre los jóvenes provenientes de escuelas del sector bajo, puede verificarse una mayor presencia de experiencias relacionadas con múltiples ocupaciones y «rebusques» de escasa calificación, una mayor rotación y presencia de trabajos precarios e informales. El contexto territorial aparece como un condicionante en el horizonte de posibilidades laborales de ciertas historias, aunque transversalmente la influencia del sector social se refleja con mayor contundencia en las trayectorias y transiciones de los y las jóvenes habitantes de las distintas provincias argentinas.

Ahora bien, en la dinámica de las transiciones, como procesos sociales en curso, prevalece el carácter diverso. La multiplicidad de combinaciones en las temporalidades, alternancias y articulaciones son reflejo de los modos fragmentados del proceso que media entre la salida de la escuela y el presente de estos jóvenes. Sobre los perfiles caracterizados, las situaciones de transición distan de ser homogéneas. En los recorridos convergen factores que influyen con distintos gradientes en las trayectorias, entre los cuales el sector de las escuelas de egreso, el territorio geográfico, las situaciones familiares y las perspectivas individuales marcan huella.

Ante la diversificación como fenómeno relacionado con el avance de la «individualización», los sucesos y la misma configuración de las transiciones se presentan como el resultado de una gestión individual de las situaciones vitales que cuentan con más o menos acompañamientos y dependen de las oportunidades, acciones y los recursos disponibles de cada quien. No obstante, la individualización visualizada no excluye reconocer grupos de jóvenes afectados con intensidad por las «desigualdades sociales» (Jacinto, 2010:25).

Al analizar las transiciones de la educación al trabajo hemos hallado, entonces, una fragmentación palpable que se verifica en referencia a lo educativo y laboral. El empleo estable como punto de llegada no es la realidad actual del conjunto de este grupo de jóvenes y las acciones y expectativas educativas cobran peso. Al tiempo que sobre la mentada «diversidad», la presencia o ausencia y el modo en que intervienen las instituciones sociales juegan un papel significativo en las dinámicas. Todo apunta a que nos enfrentamos al fenómeno de que las transiciones de los jóvenes de hoy son complejas, extendidas y con alteraciones. Por lo mismo, preanuncian sobre nuevos tipos de acompañamientos desde la institucionalidad y la política pública orientada al tratamiento integral de una problemática que comprende, pero también supera lo educativo y lo laboral, interpelando la capacidad de comprenderlo en sus múltiples facetas (estructurales, microsociales).

Los aspectos indicados sugieren profundizar en nuevas exploraciones que avancen sobre estas temáticas; las variaciones pueden indicar divergencias en tanto se van apartando entre sí jóvenes de una misma cohorte de egreso. Análogamente, advierten sobre la necesidad de continuar reflexionando en intervenciones que promuevan el acompañamiento a fin de aportar a la construcción de trayectorias óptimas para el conjunto de todos los y las jóvenes habitantes del país.

En torno a los mecanismos de acompañamiento es posible recalar en las potencialidades que encierra la orientación vocacional como un dispositivo articulador de distintas facetas entre la educación y el trabajo. Si se entiende que las prácticas propias de la orientación escolar profesional y los fines que guarda se inscriben como intentos de responder a las problemáticas planteadas en cada época, hoy su concepción más que remitirse a una decisión puntual en un momento específico es una cuestión que evoca una amplitud de herramientas y posibilidades. Diversos autores sostienen que dado que la orientación es una de las funciones del nivel medio, estamos ante un alto desafío; a la gestión no puede competerle sólo brindar información, sino más bien «involucrar a los jóvenes» como protagonistas centrales en el desarrollo de conductas que promuevan criterios analíticos, comprensivos, comunicacionales, para construir sus propios punto de vista, aprender y seguir aprendiendo ante un contexto histórico donde los perfiles profesionales/laborales se reconfiguran y el propio mapa de la distribución social del conocimiento se altera en forma acelerada (Gómez Campo et al., 2009).

Otras perspectivas acentúan en la definición de la transición estudio-empleo no solo como problemática de inserción por y para el desarrollo de competencias propias del acceso y permanencia al mundo del trabajo, sino como una cuestión inmersa en un proceso de configuración de la identidad de los sujetos, de elaboración de sentidos, identificaciones y reconfiguraciones significativas que plantea un momento de interrogaciones sobre sí mismo, sus posibilidades y limitaciones respecto a más amplios proyectos vitales. La particularidad de esta época atravesada por la experiencia vital de la incertidumbre hace que la orientación se plantee como una instancia necesaria a lo largo de la vida e imprime un sello particular a su funcionalidad: preparar a los jóvenes para las múltiples transiciones que acecharán en su camino (cidpa, 2003). Desde este punto de vista, se puede colaborar sustan-cialmente para que el sujeto amplíe su información sobre estudios y fuentes laborales, para confeccionar proyectos personales y enfrentar con autonomía las situaciones sopesando factores como intenciones y expectativas de cara al futuro, allí está el desafío.

Sumando estos aportes más que concluir con propuestas acabadas, apostamos a enriquecer el debate sosteniendo que el panorama actual convoca a la apertura de acciones y redefiniciones, tareas tanto insoslayables como escasamente afrontadas. En este sentido, la investigación presentada y las perspectivas de orientación nos colocan ante nuevas disyuntivas. Nos preguntamos, ¿hasta cuándo y cómo es posible cavilar soportes de orientación y acompañamiento?; ¿deberán ellos trascender o incluirse como parte del ámbito escolar?; ¿admiten ser pensados para los sujetos antes de finalizar la educación media, o dadas las complejidades reconocidas es posible formular la pertinencia de su extensión? En suma, el debate de las transiciones estableció aquí un punto de referencia a la hora de pensar en el destino educativo-laboral de los jóvenes contemporáneos, donde los interrogantes planteados son tanto parte de las tensiones y como de las posibilidades presentes.

Buenos Aires (Argentina), julio 2012

 

NOTAS

1 El concepto de transición como refiere jacinto «tiene sus debilidades en especial cuando se plantea cuál sería el punto de llegada. Por ello, la utilización del plural 'transiciones' atiende más a las formas contemporáneas de conformación de las biografías» (Jacinto, 2010:25).

2 Esta investigación tomó como antecedente central el proyecto: «Intersecciones entre desigualdad y educación media: Un análisis de las dinámicas de producción y reproducción de la desigualdad escolar y social en cuatro jurisdicciones» (2005-2007), Programa de Áreas de Vacancia, N°180, Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, bajo la participación de equipos de investigación de la FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), UNLP (Universidad de La Plata), UNSA (Universidad Nacional de Salta), UNCO (Universidad de comahue) y la Dirección de investigación del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, realizado en base a la combinación de técnicas metodológicas cuantitativas y cualitativas. El diseño muestral incluyó un total de 24 establecimientos educativos; seis establecimientos educativos en cada una de las jurisdicciones seleccionadas según la modalidad de enseñanza secundaria de acuerdo a su denominación tradicional: técnica, comercial y bachiller. Durante el trabajo de campo efectuado durante el 2006 se aplicaron encuestas a 713 alumnos de los últimos años de escuelas secundarias; se realizaron entre 43 y 48 entrevistas semi-estructuradas a distintos actores escolares, entre otros, alumnos, docentes, directivos, padres, egresados. Además, se efectuaron grupos focales con jóvenes en las distintas jurisdicciones.

3 La caracterización de las escuelas se construyó a partir del cruce y combinación de distintas estrategias: a) la ubicación de datos básicos de las unidades educativas; b) la producción de informes narrativos de los distintos equipos en terreno, y c) la confección de un índice construido en base a los datos de la encuesta aplicada entre los alumnos de dichas escuelas. En la elaboración del índice se utilizaron las siguientes variables: categoría ocupacional del jefe de hogar; calificación de la tarea del jefe de hogar y el nivel educativo alcanzado por padre y madre. Tomando en cuenta investigaciones educativas antecedentes, la clasificación de las escuelas se estableció en función de distinguir segmentos educativos como una aproximación al sector social de la población asistente (segmento educativo y sector social de la escuela se utilizaron como sinónimos).

4 utilizaremos el término «recorridos» refiriéndonos a las actividades educativas y laborales reconstruidas a partir del relato de los jóvenes, nos remitiremos a aquellas que forman parte del tramo que va de la finalización de la escuela secundaria hasta el momento del relevamiento de campo final.

5 La investigación actual se trabajó a partir de una muestra de carácter no representativo e intencional. como estrategia de seguimiento se guardó correspondencia con los egresados de doce de los establecimientos, tres en cada una de las zonas geográficas. Los criterios selectivos se establecieron en base a i) similar cantidad de casos para cada una de las jurisdicciones (Neuquén, Salta, CABA y La Plata); ii) cohorte de egreso del secundario (2003); iii) proporcionalidad de género y sector de las escuelas de proveniencia. Resta aclarar que se desestimaron aquellos egresados provenientes de las escuelas de modalidad técnica.

7 Véase Erikson, 1993.

8 Históricamente, los estudios destinados al análisis de la relación entre la educación y el mundo de trabajo comprendieron un amplio conjunto de interrogantes, que pueden esquematizarse en distintos planos analíticos. uno, vincula la educación con la movilidad y la reproducción social, en tanto institución mediadora de la asignación de roles sociales y como punto significativo en las carreras posteriores de los sujetos. otro, recala en disociaciones, en tanto se comprende que ambos polos se corresponden con dinámicas basadas en lógicas diferentes (en un caso la educativa y en el otro la productiva laboral). un último, enfatiza en los cambios históricos en la organización del trabajo y su repercusión en el sistema educativo (Gallart, 2002).

9 En el ámbito local, los análisis sobre las transformaciones en el sistema educativo, y en la relación educación y trabajo, cuentan antecedentes de data (Braslavsky, 1986; Gallart, 1993; Riquelme, 1996). En otros estudios abordamos las trayectorias socioocupacionales y educativas de egresados (Filmus, Miranda y Otero, 2004).

10 Resta aclarar que a modo ilustrativo se presentan fragmentos de las entrevistas realizadas.

11 La sucesión de estos tramos remite a una cadena de ocupaciones donde prima la variedad. En el caso expuesto también encontramos vinculaciones «intermitentes» (Gallart et al., 1993). Entre los patrones de inserción laboral de los jóvenes, el término de intermitencia ha sido señalado como un indicador de las frecuentes entradas y salidas laborales, manifestando la existencia de períodos de empleo y desempleo en las trayectorias.

12 Consignados como «changas», «curros» y «laburos», denominaciones que son mucho más que términos para designar una amplia serie de trabajos precarios.

13 Otra lectura sobre trayectorias laborales juveniles puede verse en Otero, 2010.

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Recibido: agosto 2012 Aceptado: octubre 2012.

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