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Alpha (Osorno)

On-line version ISSN 0718-2201

Alpha  no.46 Osorno July 2018

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-22012018000100111 

ARTÍCULO

ESTATUS FONOLÓGICO DE LOS FONOS INTERDENTALES

1 EN EL MAPUDUNGUN HABLADO EN EL SECTOR COSTA, BUDI, REGIÓN DE LA ARAUCANÍA, CHILE

Phonological status of interdental phones

in the Mapudungun spoken in the coastal area, Budi, Araucanía Region, Chile

Juan Héctor Painequeo Paillán* 

Gastón F. Salamanca Gutiérrez** 

Manuel Jesús Jiménez Mardones*** 

*Universidad de La Frontera, Departamento de Lenguas, Literatura y Comunicación, Av. Francisco Salazar 01145. Temuco (Chile), juan.painequeo@ufrontera.cl

**Universidad de Concepción, Departamento de Español, Facultad de Humanidades y Arte, Casilla 160-C Correo 3, Concepción (Chile), gaston.salamanca@gmail.com

***Universidad de Concepción, Programa de Magíster Lingüística Aplicada, Facultad de Humanidades y Arte, Casilla 160-C Correo 3, Concepción (Chile), mjimenezm@udec.cl

Resumen

Este artículo se ocupa del estatus fonético-fonológico de las consonantes interdentales , en el Mapudungun hablado en el sector costa de isla Huapi, IX Región de La Araucanía. Después del análisis de pares mínimos, cuantificación de los segmentos interdentales versus alveolares , y la consciencia fonológica de los hablantes encuestados, se pudo concluir la vigencia de estos segmentos en tanto fonos y en tanto fonemas. Es decir, en esta zona son fonemas .

Palabras clave: Fonemas del mapudungun; lafkenche; consonantes interdentales; fonología

Abstract

This article deals with the phonetic-phonological status of the interdental consonants ], , in the Mapudungun spoken in the Coastal area of the Huapi Island, IX Region of Araucania. After analyzing minimal pairs, quantification of interdental segments versus alveolar , and the phonological awareness of the assessed speakers, the validity of these segments could be concluded both as phones and as phonemes. That is to say, , are phonemes in this area.

Key words: Phonemes of the Mapudungun; Lafkenche; interdental consonants; phonology

Introducción

En relación con los estudios fonológicos de la lengua mapuche, podemos señalar que si bien se ha avanzado de manera sustantiva en distintos aspectos, como la descripción fonética de sus segmentos y la concreción del sistema fonológico, conocidos hoy ampliamente, aún existen temáticas que requieren ser abordadas de manera más precisa. Es el caso del estatus fonético-fonológico de las consonantes interdentales .

En la actualidad, este tópico se releva como foco de controversia importante en el estudio de la fonética y fonología de la lengua mapuche y su abordaje tiene repercusiones de tipo teórico-metodológicas (en la medida en que pone en cuestión algunos criterios que se han de priorizar en el análisis fonético-fonológico), dialectales (en la medida en que un comportamiento distinto de estos segmentos en distintas zonas puede distinguir diferentes zonas dialectales) y sociolingüísticas (en la medida en que una diferencia en el estatus de estos segmentos puede incidir en la implementación de sistemas de escritura y dar luces respecto de la vitalidad de la lengua).

Así, entonces, a la luz de los reportes que cuestionan la vigencia de los segmentos interdentales (Croese, 1980; Sánchez, 1989; Smeets, 1989), se propicia la siguiente pregunta de investigación general: ¿es empíricamente sostenible que estos fonos están prácticamente desaparecidos en tanto fonemas y en tanto fonos en el mapudungun? Este artículo se ocupa de esta interrogante. Hemos focalizado una pesquisa en la zona del lago Budi, de la que el autor principal de este artículo es oriundo, de modo que la pregunta de investigación general planteada anteriormente se puede especificar en los siguientes términos: ¿Ocurren (consistentemente) los fonos interdentales en los hablantes de los sectores aledaños al lago Budi? De ser así, ¿cuál es su estatus fonémico? De estas preguntas, se siguen los siguientes objetivos de investigación: a) determinar el grado de vigencia de los fonos interdentales en la zona, y, en caso de presentarse de manera consistente, b) determinar su estatus fonémico.

1. Marco de referencia

Este es un trabajo descriptivo que tiene como marco de referencia fundamental el Análisis Distribucional, perspectiva teórica que tiene entre sus antecedentes históricos las reglas para la determinación de fonemas propuestas por Trubetzkoy (1987[1939]) y Pike (1961[1947]), actualizadas, entre otros, por los trabajos de Salas (1997), Burquest (2009), y Salamanca et al. (2011). En su versión estándar, este análisis ha sido aplicado en los estudios clásicos de Echeverría (1964), Salas (1976), Lagos (1981), Álvarez-Santullano (1986), Salamanca (1997) y Salamanca y Quintrileo (2009), entre otros.

Ahora bien, una de las innovaciones que se relevan en esta presentación, y que marca una diferencia respecto de los trabajos clásicos referidos en el párrafo precedente, se refiere a la inclusión del concepto de conciencia fonológica como un criterio para la asignación de estatus fonémico .

Respecto de este concepto, podemos señalar que se ha acuñado fundamentalmente para describir la manera en que el sujeto se hace consciente de la existencia de unidades fónicas contrastivas, y se ha vinculado fundamentalmente con el desarrollo del lenguaje infantil, el desarrollo de la lectoescritura, y las patologías del habla (Vygotski, 1995; Bravo y Orellana, 1999; Defior, 2000; Bravo, 2002 y 2006, entre muchos otros). En efecto, Bravo (2002, p. 167), siguiendo a Jiménez y Ortiz (2002, p. 23), la definen como “una habilidad metalingüística que consiste en la toma de conciencia de cualquiera unidad fonológica del lenguaje hablado”.

En nuestro caso, este concepto se aplica en el ámbito sociolingüístico de las lenguas en contacto, en general, y de la medición del grado de vitalidad de los segmentos fónicos, en particular. Como hemos señalado, no es un procedimiento que se haya utilizado consistentemente en el estudio del nivel fónico del mapudungun (a lo menos en los estudios clásicos). Sin embargo, las siguientes afirmaciones de Salas se vinculan estrechamente con lo que hemos señalado:

Con respecto a la falta de ‘conciencia entre los nativos de la separación de los fonemas aludidos…’ (Croese, 1980, p. 14), sólo tengo que recordar aquí que en las sesiones de preparación del llamado “alfabeto mapuche unificado” (Sociedad Chilena de Lingüística, 1988), la mayoría de los participantes -hablantes nativos de mapudungu- insistieron en que se diera representación gráfica a los fonemas interdentales separada de sus contrapartidas alveolares /t, n, l/, a pesar de las serias dificultades técnicas que esta exigencia planteaba y de que yo les sugerí claramente la posibilidad de sub-diferenciar en este punto. Los participantes en el taller de alfabetización de la Universidad Católica de Temuco procedieron del mismo modo (Huisca et al., 1981); y a partir de la segunda edición de Feley Taiñ Mapudunguael (Cayulao et al., 1987) los autores nativos de los talleres del Instituto Lingüístico de Verano siguieron esta misma práctica. Si esto no es “conciencia de los nativos” de la existencia de los fonemas interdentales, no sé qué podrá ser (Salas, 1992b, p. 502-503).

En efecto, si bien es cierto que estas consideraciones de Salas no se inscriben en el contexto de la generación de una lista léxica o de una descripción fonético-fonológica del mapudungun, sí hacen referencia directa a la consciencia (fonológica) de los hablantes y, precisamente, de los segmentos que nos ocupan.

Así, entonces, habida cuenta de la convicción que el autor principal de este artículo tiene en cuanto a que los fonos continúan utilizándose tal como ocurría en su niñez, construimos una lista de palabras que portaban dichos fonos, para observar la reacción de algunos hablantes al ser cambiados por los sonidos alveolares correspondientes y determinar, así, el grado de conciencia de la diferencia entre ellos .

2. Metodología

2.1. Elaboración de la lista léxica

El instrumento utilizado fue una lista léxica. Para su conformación, en primer lugar seleccionamos una lista de palabras sobre la base de algunos ítems existentes en textos que se refieren al estudio de la lengua mapuche, como el de Echeverría (1964), Croese (1980), Salas (1992a), entre otros, y de diccionarios mapuche-español (como De Augusta, 1916; y Erize, 1960). La lista fue complementada por ítems ad hoc extraídos de la competencia lingüística del autor principal de este artículo.

Una vez configurada la lista de palabras, tanto en castellano como en mapudungun, se procedió a verificar su uso real al interior de tres comunidades de isla Huapi. Fue interesante advertir que los hablantes de estos lugares no reconocieron algunas palabras obtenidas de los textos aludidos, es decir, las que provenían de la literatura tradicional, pues habían sido registrados en otros sectores del mundo indígena. Así, nos abocamos a la tarea de afinar la lista léxica y precisar las palabras de acuerdo con el uso de los hablantes de la zona.

2.2. La obtención de datos

Con el fin de minimizar las posibles inadecuaciones que se presentan en la aplicación de los métodos tradicionales de recopilación de datos lingüísticos, se utilizó el método directo. Este método permitió, precisamente, un contacto directo entre el entrevistado y el investigador, y posibilitó, así, el trabajo en un ambiente natural.

El material recopilado para la investigación fue grabado en el propio hogar de los colaboradores, generalmente dentro de la casa, es decir, en el lugar donde los moradores acostumbran a compartir momentos familiares. Esta actividad se realizó en presencia de otros integrantes de la familia, como suele ocurrir en la vida cotidiana mapuche, manejando el carácter oralista de comunicación entre los miembros de las comunidades. Allí se pudo monitorear la administración del cuestionario (lista léxica) y anotar las vacilaciones o faltas de comprensión presentadas en algunos casos por el colaborador.

La elicitación consistió en dar al colaborador la palabra en español, luego de ello este la repetía dos veces en mapudungun, con un intervalo de dos segundos entre cada pronunciación. Es posible señalar que este procedimiento ha sido utilizado de manera sistemática en las descripciones fonético-fonológicas clásicas del mapudungun.

2.3. Colaboradores y ubicación geográfica

El sector Huapi y sus alrededores se caracteriza por mantener vigente la oralidad primaria; es así que, manejando esta, se pudo entrevistar a pu longko (jefes de comunidad), a pu nütramtufe (personas aptas en la creación de discursos orales), pu ülkantufe (personas competentes en la creación de cantos), en su lengua materna.

Con el objeto de encontrar a las personas idóneas para entrevistar, se emplearon los siguientes criterios de inclusión: ser hablante de la lengua mapuche (en lo posible competente en la producción de textos orales); partícipe activo en la comunidad y con ascendiente en ella; haber nacido y vivido en el lugar hasta, al menos, la adolescencia; tener entre 16 y 80 años (de acuerdo con nuestra experiencia y la opinión de muchas personas mapuches, personas de ochenta años se encuentran lúcidas, con una memoria extraordinaria, y un gran desarrollo de la oralidad primaria).

El espacio geográfico donde realizamos los registros fueron dos subsectores: a) isla Huapi propiamente tal, donde mediante pesquisas iniciales se constató un uso fluido del mapudungun (corresponde al subsector que denominamos “costa”) y b) Puerto Domínguez, donde percibimos que la lengua mapuche está siendo influida por la cultura y la lengua castellana, debido a la alta conectividad (corresponde al subsector que denominamos “interior”). Específicamente, los datos se obtuvieron de tres localidades de cada subsector.

Es factible señalar que los habitantes de ambos subsectores históricamente no han necesitado la escritura (algún alfabeto) para expresar sus saberes, sus discursos, sus cantos y sus oraciones. En efecto, aún emplean la forma oral, práctica prehispánica para interactuar verbalmente en la familia y en la comunidad. Esta práctica se hace presente en los eventos públicos como el palin (juego de la chueca), el eluwün (entierro), el ngillatun (ceremonia religiosa pública), etc. El sentido de comunidad y familia a la manera tradicional en muchos de estos lugares aún está vigente. En este contexto cultural y lingüístico, entrevistamos, en total, a más de 20 hablantes de lengua mapuche, de estos, por criterios de fluidez, competencia, etcétera, 12 aplicaron para esta investigación, seis de cada subsector. En este artículo presentamos los análisis y resultados correspondientes al subsector “costa”.

2.4. Registro del corpus

2.4.1. Aspectos técnicos

El registro de los datos se realizó mediante una grabadora TASCAM DR-100, un micrófono Shure, modelo Prologue 14h-LC, y una videocámara digital HANDYCAM SONY DCR-DVD108/DVD308/DVD608/DVD708. Esta última se empleó previa explicación y consentimiento de los entrevistados, con el propósito de obtener únicamente la imagen de la boca, al articular los sonidos. El registro obtenido se almacenó en una carpeta electrónica ad hoc.

2.4.2. Aspectos culturales

Se procuró que las entrevistas se realizaran en un ambiente de confianza, lo que se logró en la mayoría de los casos gracias al uso de la lengua mapuche y la realización de un pentukun (saludo formal al dueño de casa, donde se indicó el nombre, procedencia y propósito de la visita). Luego se plantearon los objetivos de la investigación y la solicitud de colaboración. Como parte de la formalidad en la sociedad mapuche, se procedió a saludar pasando la mano a cada miembro de la familia, en semicírculo, en dirección contraria al sentido de los punteros del reloj.

3. Resultados y discusión

3.1. Análisis de pares mínimos

Los pares mínimos que contienen los fonos focalizados en este estudio, y que fueron registrados en nuestros datos, se encuentran en las tablas que presentamos a continuación.

3.1.1. Pares mínimos para los fonos

Tabla 1: Pares mínimos para la oposición versus [n] y su glosa en español 

Basados en estos datos, podemos establecer que los fonos ocurren en la zona y que tienen una función opositiva/contrastiva. Sin embargo, y en esto se avanza respecto de otras investigaciones que suelen presentar esta evidencia como la única necesaria y suficiente para asignar estatus fonémico, queda por precisar el alcance de estas oposiciones; esto es, resta por establecer si se presentan consistentemente en todos los colaboradores o si ocurren de manera más sistemática en unos que en otros. Esta información se entrega en el apartado 3.2.

Obsérvese también la ocurrencia de ambos segmentos en los siguientes enunciados:

‘Yo suelo querer mucho a mi primo (por línea materna)!’

‘Yo llegué de noche allá’.

3.1.2. Pares mínimos para los fonos

Tabla 2: Pares mínimos para la oposición versus [l] y su glosa en español. 

Mapudungun Castellano
‘colihue (arbusto, subfamilia del bambú)’
‘tres’
‘barro’
‘si él ve’ (forma verbal)
‘provocar vómitos con los dedos’
‘escarbar tierra con los dedos’
‘masticar con los dientes el trigo (para hacer muday)’
‘abrir (la boca)’

Estos datos permiten apreciar que los fonos lateral interdental y alveolar ocurren en la zona estudiada; más aún, al presentarse en un mismo contexto, se produce un cambio de significado. En consecuencia, exhiben una distribución contrastante y, por tanto, deben adscribirse a unidades fonológicas distintas (aunque el análisis cuantitativo mostrará que esta distribución no es homogénea en todos los colaboradores).

Algunos enunciados breves donde ocurren los pares mínimos con ambos segmentos son los siguientes:

‘Allí existen tres quilas’.

‘Si él ve ese barro (para teñir lana), entonces yo voy’.

3.1.3. Pares mínimos para los fonos

Tabla 3: Pares mínimos para la oposición versus [t] y su glosa en español. 

Es admisible señalar que en el trabajo de elicitación se produjeron dos pares mínimos que no estaban previstos en la lista los que confirman la hipótesis de la oposición fonológica de los segmentos que nos ocupan.

Así, podemos observar que los fonos puestos en foco ocurren en la zona estudiada, y que el intercambio de uno por otro conlleva un cambio de significado, por lo que se adscriben a distintos fonemas.

También son posibles las siguientes oraciones:

‘mi esposo alto/ mayor’

‘este es mi abuelo (he aquí mi abuelo)’

3.2. Cuantificación de fonos

Con el fin de determinar el alcance de las oposiciones constatadas, presentamos a continuación el porcentaje de ocurrencias de los segmentos que nos ocupan, allí donde era expectable su aparición .

3.2.1. Fonos

Tabla 4: Frecuencia absoluta y porcentual de los fonos en pares mínimos y pares submínimos 

El siguiente gráfico resume esta información:

Gráfico 1: Porcentaje de realizaciones interdentales y alveolares del fonema  

3.2.2. Fonos

Tabla 5: Frecuencia absoluta y porcentual de los fonos en pares mínimos y pares submínimos 

El siguiente gráfico resume esta información:

Gráfico 2: Porcentaje de realizaciones interdentales y alveolares del fonema  

3.2.3. Fonos

La tabla siguiente contiene las realizaciones de los enunciados presentes en la lista ad hoc, por lo que no tabula los dos pares mínimos más que se descubrieron en el proceso de elicitación.

Tabla 6: Frecuencia absoluta y porcentual de los fonos [en pares mínimos y pares submínimos 

El siguiente gráfico resume esta información:

Gráfico 3: Porcentaje de realizaciones interdentales y alveolares del fonema /  

De acuerdo con lo que podemos observar en las tablas 4 al 6, los segmentos , tienen un uso correspondiente a un 64,6%, 76,7% y 75%, respectivamente. No se puede afirmar, en consecuencia, que están prácticamente perdidas o que es marginal su oposición fonológica con las alveolares correspondientes. Más aún, a la luz de estos datos, es posible sostener un estado saludable de estos fonos, que, muy probablemente, se correlaciona con un estado saludable de la lengua en general en el lugar.

3.3. Análisis de percepción

Como señalamos en el marco de referencia, construimos una lista de palabras que portaban los fonos que nos ocupan, para observar la reacción de algunos hablantes al ser cambiados por los sonidos alveolares correspondientes, y determinar, por esta vía, in situ, el grado de conciencia de la diferencia entre ellos .

Así, el modus operandi fue el siguiente: luego de pronunciar una palabra que contenía algún segmento interdental expectable y preguntarle al colaborador qué significaba y si correspondía a la manera como se hablaba en el lugar, se presentó la misma palabra, pero con el segmento alveolar, y se le preguntó al colaborador qué le parecía la palabra pronunciada de esa forma.

Las listas de palabras que estimamos como pertinentes para la pesquisa indicada se presentan en los subapartados siguientes, junto con la reacción de los colaboradores.

3.3.1. Vocabulario para versus [n]

Tabla 7: Vocabulario para pesquisar la conciencia fonológica de la oposición versus [n] 

3.3.1.1. Reacción de los hablantes frente al cambio de por [n]

Cuando pronunciamos la palabra (con interdentales), don Pablo responde: “es propio del lugar”, “la mayoría de las personas usa esta palabra aquí”; luego, ante la palabra , responde, “esta palabra no es propia del lugar”, señala que “el hablante es de afuera[…]es probable que sea gente mapuche, pero que vive en el pueblo o personas que recuperaron la lengua siendo adultos. También es probable que lo leyó en escritos, y entonces así lo aprendió”.

Luego pronunciamos la palabra . A don Heraldo, esta palabra le es familiar; espontáneamente, da su significado: “es pegar”; pero ante la palabra , inmediatamente señala: “Aquí no se dice así, no se entiende”.

Después, respecto de la palabra , don Pablo y don Heraldo señalan que “en el lugar se dice así”, que “está bien”, que “es un instrumento que atraviesa el telar, donde se cruzan los hilos, hecho de rüngi (varilla seca de colihue)”. Pero ante , don Pablo señala que “también se pronuncia así, pero son los que están medio ahuincados, como decimos nosotros”; mientras que don Heraldo señala que “es de afuera, tal vez se diga así por Cholchol”.

Presentamos la palabra , ante esta don Heraldo nos dice que “es mapuche de la zona[…]así se dice[…]y significa inflamación, por ejemplo, del cuerpo”; pero cuando articulamos la palabra , don Pablo dice “esta forma no reemplaza a la anterior, quizás puede significar otra cosa”. Don Heraldo respondió que “no se entiende[…]así no se dice”.

Frente a la palabra , don Heraldo inmediatamente la asoció con el insecto nocturno grande que tiende a aproximarse a la luz durante la noche, muy conocido en el lugar; pero, luego, al articular , señala que “no entiende, acá no se usa”; don Pablo agrega: “dicen así porque no pueden pronunciar bien la palabra”.

Ante la palabra , don Heraldo está muy de acuerdo con que así se dice en el lugar, que quiere decir “viajar lejos”, pero cuando articulamos , su respuesta fue “así no se dice”, aunque él sospecha que en los alrededores de Temuco se dice así. Don Pablo dice que “se parece a la palabra original, pero no es la forma” .

Al realizar la palabra , nos señalan que “es de este lugar” y se refiere a la forma fina, suave, de caer o dejar caer algo desde arriba; por ejemplo, la lluvia, o “la forma en que se coloca al caldo algún condimento”, como en y ; pero ante la forma con alveolares , dicen que “se parece, pero es de otro sector”.

Estos datos muestran, claramente, que hay una conciencia en los hablantes de que existen muchos enunciados en la lengua mapuche donde ocurre y son las formas “como se debe decir”. Así, junto con la evidencia de los pares mínimos y submínimos, estos vocablos ofrecen otro argumento para sostener la independencia funcional de los fonos en el sector.

3.3.2. Vocabulario para versus [l]

Tabla 8: Vocabulario para pesquisar la conciencia fonológica de la oposición versus [l] 

3.3.2.1. Reacción de los hablantes frente al cambio de por [l]

Sobre la base de la lista precedente, presentamos la palabra la que don Heraldo entiende de inmediato y señala que se refiere a un hecho relacionado con la muerte; pero al cambiar la articulación por [lan], señala que esta palabra significa “varar”, por ejemplo (‘se varó el bote’). Es decir, descubrimos un nuevo par mínimo: (‘muerte’) y [lan] (‘varar’) .

A continuación presentamos la palabra . Se observa que esta es familiar a todos los presentes, y saben a qué se refiere (‘embarrar’) , y en ese mismo sentido significa ‘embadurnar, untar’, por ejemplo ‘pescado embadurnado’, (‘pies embarrados’); en cambio , le parece que es un descuido en el hablar, porque “así no se dice, casi no se entiende”.

Ante la palabra , hay unanimidad en que se pronuncia así, y para ellos significa ‘lana de oveja’ o ‘vello’. Luego, presentamos el enunciado [kal]; de inmediato, don Pablo dice “no se está pronunciando bien[…]más cuando hay en el castellano diariamente”. “Se puede pensar que se está refiriendo a aquel polvo que se coloca a la tierra[…]podría confundir[…]acá no se usa[…]más allá de Imperial, por esos lados, sí se usa”, agrega don Heraldo.

Posteriormente presentamos la palabra , la que se entiende y se usa de esta manera. Para ellos significa “llama del fuego, cuando este arde intensamente”; pero luego, al presentar la palabra , sostienen que en su lugar no se dice así, “pero claro, los del pueblo podrían pronunciar así”, agregan.

Luego presentamos la palabra y señalan que “es un tipo de chape de color negro en su parte superior, amarillo por debajo, y largo[…]que suele estar en el pasto y es venenoso para los animales”; es decir, la reconocen y la emplean en el sector con esta articulación. En cambio, respecto de , don Pablo dice que “esta palabra no se usa en el sector”, y aunque reconoce que se entiende igual, don Heraldo señala que “es mal hablado” y añade que “antiguamente se hablaba muy bien[…]se pronunciaba bien[…]las palabras decían puntualmente lo que querían decir[…]hoy por hoy se pronuncia de manera pobre el mapudungun, porque no se usan los sonidos adecuados, por la influencia del wingkadungun”.

Frente a la palabra , hay unanimidad en que es utilizada en el lugar, con el significado de ‘lobo marino’; en cambio, la palabra es para ellos propia de un hablante que usa más el castellano, aunque se entiende, porque, según don Pablo, “no existe otra palabra con la cual se pudiera confundir”.

En la palabra , coinciden en que es del sector y significa “parte plana, la cara de algo”, por ejemplo (la palma de la mano), (la planta del pie); en cambio, respecto de , don Pablo señala categóricamente que “se entiende, pero no es la forma de hablar del lugar[…]la forma correcta es la primera”.

Y, finalmente, ante la palabra , todos están de acuerdo en que es genuina del sector y quiere decir “cadáver”; ahora, respecto de la palabra [la], aunque igual se entiende, don Heraldo señala que “es más pobre no más, porque cambia la letra”. Añade que “ciertamente, hay muchas personas que hoy en día dicen [la]”; sin embargo, enfatiza que kim mapudunguwelay[…]kimwelay mapudungun (“estas personas ya no saben hablar mapudungun”).

Por consiguiente, y al igual que el caso anterior, hay una evidente conciencia de que los fonos que ocurren con mayor idoneidad en las palabras utilizadas son los interdentales. En efecto, para los hablantes competentes no se utilizan indistintamente, por ejemplo, , sino que la utilización de las alveolares en estos casos supone una incomprensión de su parte, una asociación con otra zona, una atribución a la influencia del castellano o, incluso, la emergencia de un par mínimo. Así, el criterio de la conciencia de la realidad fonológica del segmento permite observar que, a pesar de las vicisitudes de la historia de sus habitantes, el mapudungun en este subsector no está apreciablemente influenciado por el español, a lo menos en el nivel fónico.

3.3.3. Vocabulario para versus [t]

Tabla 9: Vocabulario para pesquisar la conciencia fonológica de la oposición versus [t] 

3.3.3.1. Reacción de los hablantes frente al cambio de por [t]

En primer lugar, presentamos la palabra . Los hablantes responden que sí es del lugar; en cambio, respecto de la palabra , señalan que “no se dice así, porque no se entendería”.

Ante la palabra , confirman que allí se dice así; en cambio, respecto de la palabra , don Heraldo puntualiza que es “algo que se siente como un sonido”, por ejemplo, señala él mismo, “[…]mi oído sintió un sonido, como un golpe suave o agudo”. Nótese cómo aquí descubrimos otro par mínimo: ‘piojo de la cabeza’ versus ‘sonido suave’.

Respecto de la palabra (por ejemplo, ‘cuerno de vaca’, ‘cuerno de buey’), todos coinciden en que así se usa en el lugar, que “está bien dicho así”; en cambio, al articular , manifiestan dudas, aunque sí se entiende que se refiere al cuerno de animal, “pero es de otro sector”, señala don Heraldo.

Frente a la palabra , están muy de acuerdo en que es una palabra del lugar y que significa “hoja de árboles”; quien dice , en cambio, para don Heraldo “seguramente es una persona mestiza, desde luego hablante del español, que no modula bien, que no domina bien su lengua y su boca, porque no tiene la costumbre”.

Frente a la palabra , sostienen que en el lugar se dice de ese modo, pero no se dice.

Ante la palabra , don Heraldo dice que significa “moler algo”; por ejemplo, el trigo y la tierra, como en fey ti tuwe küme (‘muela bien esa tierra’) y küme mürke (‘deja bien molida la harina tostada’). Don Heraldo dice que “se puede moler con un palo, con un azadón, o con los dientes…”. Y respecto de la palabra , señala que se entiende, “pero acá se dice ”.

Acerca de , dicen que son “dos bolsas que permiten contrapesar la carga”. Luego, están de acuerdo en que así se dice en ese lugar, es decir, el fono tiene una articulación interdental, aunque señalan que se escucha decir y que “se debe probablemente a que no pueden pronunciar bien”.

Finalmente, articulamos la palabra . Respecto de ella, todos reconocen que se pronuncia así, y no [tol], y que esta última “no se entiende”, según don Heraldo. “Se podría decir así, pero la palabra correcta es ”, enfatiza don Pablo.

En síntesis, se advierte que hay conciencia en los hablantes de que hay muchas palabras que contienen los sonidos , y que “se dicen de esta forma”. El reemplazo por los sonidos alveolares tiene efectos de distinta índole, de lo que se desprende que ambas series tienen un comportamiento funcional (fonémico) distinto.

Conclusiones

Como se ha observado, los resultados muestran en el sector costa una vigencia de los segmentos interdentales y una oposición con los alveolares, lo que contraviene la creencia instalada cada vez con mayor vigor en los estudios fonético-fonológicos del mapudungun, en cuanto a que la oposición fonológica dental-alveolar ya se habría perdido, o, más radical aún, los segmentos interdentales ya estarían prácticamente perdidos en cuanto fonos.

Así, la primera pesquisa mostró la ocurrencia sistemática de pares mínimos y submínimos; incluso, incidentalmente, aparecieron dos nuevas oposiciones por la primera vía. La cuantificación de los segmentos, por su parte, mostró una ocurrencia sistemática de las consonantes interdentales, pues, en las palabras expectables de aparición con y , estos segmentos se presentaron con 65%, 77% y 75%, respectivamente. Concerniente a la última pesquisa, es interesante recordar que al pronunciar las palabras con los sonidos interdentales, las reacciones de los hablantes fueron del tipo: “se dice así”, “está bien dicho así”, “es del lugar”, etcétera; mientras que cuando los segmentos interdentales se reemplazaron por los alveolares correspondientes, las reacciones fueron del tipo “no se entiende”, “es de afuera”, “se entiende, pero aquí no se dice así”, etc. Así, podemos señalar que, en la zona estudiada, los segmentos interdentales están vigentes en tanto fonos y en tanto fonemas.

En este contexto, nuestros datos constituyen un buen complemento y profundización de los hallazgos contenidos en Sadowsky, et al. (2013), donde se presentan los rasgos prominentes de la fonética-fonología del mapudungun con datos provenientes de esa zona, pero no se contemplan algunos procedimientos que aquí hemos empleado.

En consecuencia, podemos concluir con las palabras señaladas en algunos apartados precedentes, en el sentido de que, a pesar de las vicisitudes de la historia de los habitantes de la zona, el mapudungun en este subsector no se observa visiblemente influenciado por el español, a lo menos en el nivel fónico-fonológico.

Obras citadas

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