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Estudios pedagógicos (Valdivia)

On-line version ISSN 0718-0705

Estud. pedagóg. vol.46 no.3 Valdivia  2020

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-07052020000300059 

Investigaciones

La preventividad como un método educativo en contextos de adversidad y de emergencia educativa

Preventivity as an educational method in adversity and educational emergency contexts

A prevenção como método educacional em contextos de adversidade e emergência educacional

Juan Cárdenas Tapiaa 

Fernando Pesántez Avilésa 

a Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador. jcardenas@ups.edu.ec, fpesantez@ups.edu.ec

RESUMEN:

En el marco de la crisis sanitaria producida por la pandemia de COVID-19, emergen y se visibilizan un conjunto de problemáticas que ya acontecían en la sociedad actual. Una de las múltiples problemáticas es la referida al campo educativo. Campo que deberá ser analizado y trabajado desde diversas aristas. En el presente artículo procuramos centrar la atención en dos ámbitos: El primero la reflexión sobre la pertinencia de la preventividad, como método, en contextos de precarización y desigualdad educativa, y el segundo, determinar la percepción de jóvenes estudiantes universitarios ante la respuesta educativa y de acompañamiento realizado por docentes y por los liderazgos gestados desde los mismos estudiantes como mecanismos de afrontamiento durante el tiempo de pandemia. Para la consecución de lo antes enunciado, acudimos a tradiciones metodológicas cualitativas (entrevistas) que permitieron la obtención de datos en este contexto de emergencia educativa. Entre los principales hallazgos, registramos el valor que otorgan los jóvenes estudiantes universitarios al acompañamiento docente durante los momentos de crisis sanitaria global. Concluyendo que toda acción educativa signada por la preventividad se reconoce por ser colaborativa.

Palabras claves: Preventividad; emergencia educativa; asociacionismo; jóvenes; liderazgos juveniles

ABSTRACT:

In the framework of the health crisis produced by the COVID-19 pandemic, a set of problems that were already occurring in today's society emerged and became visible. One of the multiple problems is the one referred to the educational field. Which must be analyzed and worked from various approaches. In this article we try to focus attention on two areas: The first, the reflection on the relevance of prevention, as a method, in contexts of precariousness and educational inequality, and the second, to determine the perception of young university students regarding the educational response and of accompaniment carried out by teachers and by the leaderships created by the students themselves as mechanisms to face the troubles from the pandemic. To achieve the aforementioned, we resort to qualitative methodological traditions (interviews) that allowed obtaining data in this context of educational emergency. Among the main findings, we register the value that young university students place on teacher support during the times of global health crisis. Concluding that all educational action marked by preventivity is recognized for being collaborative.

Key words: Prevention; educational emergency; youth; association; youth leadership

RESUMO:

No quadro da crise de saúde produzida pela pandemia COVID-19, surgiu e se tornou visível um conjunto de problemas que já ocorriam na sociedade atual. Um dos múltiplos problemas é aquele referente ao campo educacional. Campo que deve ser analisado e trabalhado de várias arestas. Neste artigo procuramos centrar a nossa atenção em duas vertentes: a primeira, a reflexão sobre a relevância da prevenção, como método, em contextos de precariedade e desigualdade educacional, e a segunda, determinar a perceção dos jovens universitários quanto à resposta educativa e de acompanhamento realizado pelos professores e pelas lideranças criadas pelos próprios alunos como mecanismos de enfrentamento durante o período de pandemia. Para tanto, recorremos a tradições metodológicas qualitativas (entrevistas) que permitiram obter dados neste contexto de emergência educacional. Entre as principais conclusões, registramos o valor que os jovens universitários atribuem ao apoio do professor em tempos de crise de saúde global. Concluindo que toda ação educativa marcada pela preventividade é reconhecida por ser colaborativa.

Palavras-chave: Preventividade; emergência educacional; associações; juventude; liderança juvenil

1. INTRODUCCIÓN

Ante un posible suceso que retraiga el proceso de enseñanza-aprendizaje, donde el aprendiente sea de cierta forma un sujeto de crítica o afección, podrían situarse tres escenarios potenciales de intervención docente o institucional; ser correctivos, ser predictivos o ser preventivos. Las lógicas de los modelos correctivos sin duda podrían ser catalogadas como caducas, si la corrección se estima como un refuerzo negativo en búsqueda de un cambio conductual. Es claro que este primer escenario nos evoca a procesos educativos afincados en modelos escolásticos.

Un segundo modelo es el considerado predictivo, el cual supone una atención particular a cada rasgo, aspecto o señal que sea expuesta y que debe ser interpretada de manera inmediata para afrontar “positivamente“ dicho evento, esto supondría no solo tiempo sino nuevas competencias docentes e institucionales; en vista de ello, una alternativa adecuadamente situada supone la adopción de modelos educativos que remarquen la acción preventiva como espíritu central de toda acción docente e institucional. En este caso nos referiremos al modelo pedagógico salesiano.

Para avanzar, partamos de la conceptualización central de todo proceso educativo, asumiendo que todo modelo pedagógico pretende lograr aprendizajes y se concreta en el aula, es decir, se constituye en un instrumento de carácter teórico creado para reproducir idealmente el proceso enseñanza-aprendizaje (Ocaña, 2017). Dicha idealidad se relaciona de forma directa con las lógicas de “intervención docente” que de aquí en adelante las entenderemos como prácticas de relacionamiento. Estas prácticas de relacionamiento se producen en todo espacio educativo y se evidencian a través del método y de las metodologías que se desarrollan y efectivizan dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, proceso que, a su vez, toma sentido en un contexto determinado y con unos sujetos históricamente situados.

Por ello, la necesidad de la preventividad, como método del modelo pedagógico salesiano, en contextos de precarización educativa, involucraría, por tanto; demostrar la valía de la preventividad en la acción educativa; y además ha de representar una respuesta particular a los contextos de emergencia y ha de ser capaz de distinguir la importancia del sujeto en la acción de lo preventivo.

1.1. VALÍA DE LA PREVENTIVIDAD COMO MÉTODO

En todos los ámbitos del cuidado de las personas, por señalar en la salud, se explicita que a partir de los métodos centrados en la prevención se ha logrado explicar los comportamientos de salud de las personas, además las acciones a considerar para prevenir enfermedades se popularizó en función de la reducción de costos que supone frente a las acción de intervención curativas; Moreno y Gil (2003) citando a Kirscht indican que el modelo de prevención mantenía dimensiones psicológicas y sociales y su surgimiento deviene de la sociología de la educación.

Si bien la preventividad como categoría puede ser debatida y cuestionada por su cercanía a epistemes positivistas propias de las ciencias médicas e incluso de las acciones que fueron empleadas durante los siglos XVII y XVIII por los monarcas europeos, cuando consideraban que la prevención era la forma adecuada de salvaguardar a los “buenos” y “sanos” de los peligros que representaban los “anormales”, “enfermos” y /o “diversos” (Vojtáš, 2019), es importante mencionar que este concepto desarrollado y efectivizado por Don Bosco surge, históricamente en la Europa del siglo XIX, con una industria naciente y con fuertes influencias positivistas. Es decir, el concepto de preventividad tiene su raigambre en preceptos propios de su época y de las discusiones filosóficas instaladas post Revolución Francesa, lo que no significa que haya sido repensado y sobre todo, actualizado hasta la actualidad por autores como: Guzón (2008); Saenz (2014); Vojtáš (2019).

En definitiva, la preventividad como método no es una categoría estática, detenida en el tiempo y espacio, por el contrario, los orígenes piamonteses que se remontan a 1841-1888, fueron la base de la re-significación de un concepto que, en el ámbito educativo, a todo nivel, toma vigencia y valor cuando lo comprendemos y empleamos como una noción que procura cercanía y acompañamiento en el quehacer pedagógico.

Retomando las fuentes de la sociología, nos conduce a ubicar las teorías que, en su consideración Camdepadrós y Pulido (2009), aportaron a la actual tendencia de superar las teorías reproduccionistas y adoptaron aquellas que se sitúan en la pedagogía crítica como clave para superar las desigualdades educativas y sociales. Además, refieren a sus grandes exponentes como Paulo Freire, con su visión de dialogicidad que involucra al educando y al educador dentro de este proceso pedagógico de horizontalidad, tomando en cuenta que el contexto juega un papel importante dentro de esta relación dialógica.

Basil Bernstein que insiste en promover desde el sujeto su derecho de participar en la construcción, mantenimiento y transformación del orden; Michael Apple que solicita la participación de abajo a arriba que se traduce en democrática; Henry Giroux con el propósito del liderazgo del educador en el cual la crítica debe estar acompañada por la alternativa, es decir no hay denuncia sin anuncio; Donaldo Macedo quién advierte de cuidarse de la pedagogía venenosa entendida como la estandarización hacia la reproducción de valores y prácticas que fomentan el orden social dominante (Camdepadrós y Pulido, 2009).

A estos grandes autores se han de sumar otros de la talla de Vigotsky, Kincheloe y Steinberg; sin desestimar para nada sus aportes, es necesario observar que como dirección crítica de la realidad circundante optan por una intervención correctiva e incluso radical, es decir la finalidad de sus aportes es devolver la igualdad, la justicia, la democracia, en síntesis luchar en contra de un status quo y no tomar de este sino sepultarlo, cualquier forma de reversión no existe; trabajan sobre un modelo ya afectado, caótico, trastocado, deteriorado o simplemente enfermo; de las mismas razones señaladas en el marco de la justicia social y la equidad se expone de la preventividad como método conducente a mantener la salud educativa de la persona y de sus colectivos, un modelo que incluso sobre la base de lo degastado y enfermo encuentra posibilidades de mejora y recuperación.

Justamente para Don Bosco, no hay persona, institución e incluso estado malo, se nutre de todos ellos, de sus posibles virtudes y ofrece esperanza a sus propias acciones. En su método de preventividad, la educación toma como base la razón, el amor y la religión; esta última comprendía no como una fórmula de adoración teológica sino un aspecto esperanzador en la mejora y trasformación espiritual de cada ser individual o social con el que tomaba contacto. Pietro Braido (2017), citando al reglamento del Oratorio, dice de la Caridad “fórmula de paciencia reciproca para soportar los defectos de los otros”; que bien puede ser extrapolada a los defectos personales, sociales e institucionales.

De la referencia indica que el Oratorio es una experiencia de solidaridad que agrupa a colaboradores eclesiásticos, laicos; adultos y jóvenes; nobles, profesionales y burgueses; lo que sería la idea naciente de los Cooperadores. La práctica de este sistema está apoyada en fuentes teológicas y bíblicas, pero sobre todo en acciones de cooperación y de apoyos compartidos.

1.2. LA IMPORTANCIA DEL SUJETO EN LA ACCIÓN DE LO PREVENTIVO

El modelo de preventividad radica en la acción de las personas, en el deseo propio e innato del ser humano por ser “bueno”, es decir, parte de la premisa filosófica rousseauniana de “el hombre es bueno por naturaleza” (Rousseau, 2017). Como lo afirmaría Jean Jacques Rousseau, no hay razones para pensar lo contrario; incluso en los tiempos de adversidad, el ser busca en su consciente aquello que lo hace digno de cambio, y desde ahí inicia su acción en preventividad. En este caso mantendría por lo menos tres estadios, un primero de interiorización de su obrar; un segundo de reconocimiento de su potencial, y un tercero de accionar; lo que supone concordancia entre el pienso, me emociono y reacciono. Un claro ejemplo de aquello sucede en un encuentro bien documentado entre Don Bosco y un joven llamado Bartolomé Garelli, quien no tenía respuesta positiva ante preguntas de su acción competente en lo escolar y profesional; entonces, el maestro buscó que el joven considere que un acto tan simple como cantar o silbar son suficientes habilidades como para iniciar todo un obrar que desembocaría en lo que hoy es la congregación salesiana. Saenz (2014) indica al respecto que este relato que Don Bosco lo compartía como sustrato de la acción pastoral y pedagógica que prodigaba.

Los estadios ubicados anteriormente, se corresponden con tres grandes elementos de sistema preventivo de Don Bosco, planteados por Guzón (2008): la alianza, la confianza, y el compromiso; de ellos en su orden a) la alianza representaría un accionar pedagógico no para o por sino con, se interioriza en el joven que él es co-protagonista del hecho educativo, en síntesis, sin educando para qué educador; b) la confianza es un potencial que posiciona al acto de educar en una dimensión afectiva, y; c) el compromiso es un accionar que se corresponde a la acción de tipo colaborativo y grupal.

En ese sentido, las acciones preventivas se enmarcan en dos elementos importantes que consideran los principios fundacionales de la sociedad salesiana; el primer elemento es la labor del educador concentrando sus actividades permanentemente en el carisma salesiano que se ve reflejado en las experiencias significativas y el segundo elemento es la relación que emerge entre educador-estudiantes en el ámbito pedagógico y afectivo que contribuye a generar niveles de participación y cooperación en el espacio escolar. Estas acciones han procurado centrar su atención en grupos históricamente vulnerados y marginados de la sociedad a través del accionar educativo.

1.3. CONTEXTOS DE EMERGENCIA EDUCATIVA. LA NECESIDAD DE LA PREVENTIVIDAD ANTE LA PRECARIZACIÓN EN LA EDUCACIÓN

En el marco de los últimos acontecimientos sanitarios que afectan a todo el globo, a raíz de la pandemia por el COVID-19, se puede decir que el sistema educativo, en todos sus niveles, es uno de los sectores que requieren y a futuro solicitarán una mejor y mayor atención; como advierte la UNESCO (2020) para hacer frente a la pandemia. En clave educativa será necesaria una coalición de actores de la sociedad para afrontar: a) La interrupción del aprendizaje; b) La nutrición y protección que los vulnerables encontraban en las escuelas cerradas; d) la carencia didáctica y metodología de los padres para apoyar a los niños y jóvenes en modelos de educación a distancia y en el hogar; e) el acceso desigual a los portales de aprendizaje digital; f) el aumento de las tasas de abandono escolar g) el aislamiento social, entre otros; se sabe que casi 1100 millones de estudiantes y jóvenes de todo el mundo están afectados por el cierre de escuelas y universidades debido al brote de la COVID-19. (UNESCO, 2020).

Sin duda el contexto de emergencia educativa es hoy global, sin embargo, en el año 2019 la OCDE advertía que las desigualdades en el acceso a la educación son el principal problema para mejorar la movilidad social y los resultados socioeconómicos de la población, es decir un año antes del inicio de la pandemia, organismos especializados en métricas educativas insinuaban que la sociedad global enfrentaba a gran «emergencia educativa». Sumada a las constantes desigualdades sociales se encuentran las dificultades y contradicciones axiológicas que se expresan en los sistemas de educación en general. Por un lado, la retórica de cooperación en los espacios educativos y aprendizajes colaborativos inundan las propuestas educativas, empero de ello, en la práctica, el sistema educativo forma sujetos competitivos e individualistas. En definitiva, la expresión de crisis alude a una totalidad de instituciones sociales: familia, escuela, empresa, todas ellas requieren apoyos emergentes.

Simplificando lo expuesto, este contexto requiere la necesidad de una neopedagogía, como señala Alzate (2014) requiere de ambientes de mayor calidez humana y calidad; los pedagogos deben ser poliglotas de lenguajes culturales y científicos; se requiere de una identidad pedagógica situada por la autoregulación y autoorganización; la compresión del mundo y la persona debe ser multidismensional; esto para entender una educación situada en aquella nube gris descrita por Elvia María Gonzáles que busca el orden, lo lineal y lo útil. Parece vigente, entonces la necesaria visión de la preventividad para soporte de la nueva pedagogía; volver al amor, la calidez y entender a la persona más allá de su ser físico; a ello le da forma la pedagogía de la confianza, la pedagogía de la esperanza, y una pedagogía de la alianza que en palabras de Petitclerc (2009) son parte de la pedagogía salesiana.

1.4. LOS NUEVOS LIDERAZGOS JUVENILES

No cabe duda que una de las competencias que mayormente se ha posicionado en el sector educativo como base para el desarrollo personal y profesional es el liderazgo, sin embargo dicha competencia no necesariamente ha estado vinculada al perfil de alumno; un buen ejemplo de ello son las referencias de Bolívar (2010) cuando describe los denominados liderazgos pedagógico, escolar o educativo, de los cuales crítica que sus figuras centrales recaen en las personas del docente, del directivo líder y de su contribución en el aprendizaje de los alumnos de forma indirecta, casi en una suerte de dependencia por las lógicas de empleo de tiempos, apoyo y atención que los primeros puedan ofrecer al estudiantado. Sin embargo, el liderazgo no debería verse única y exclusivamente como recurso o competencia de los promotores de la enseñanza sino, como bien postula el propio autor, debería ser de una suerte de liderazgo distribuido o compartido donde todos los sujetos se apropian de dicha competencia para trasformar la organización, en este caso la propia escuela.

Justamente desde lo compartido y distribuido, emerge la propuesta del asociacionismo juvenil salesiano, como práctica para el desarrollo de relaciones y competencias sociales, mediante las cuales una comunidad que bien puede ser la educativa resulta beneficiada y con ella sus sujetos. En tal sentido Durston (2003) cuando aborda el tema de capital social aplicado a la educación explica que las partes interesadas -maestro, vecino-(aludiendo a la comunidad) y añadimos alumno, se benefician más allá de los frutos propios de la educación, es decir del saber per se; entonces una comunidad, una organización y en nuestro caso la escuela, resultará beneficiada cuando en sus gentes se fortalecen destrezas sociales como el trabajo en equipo, el liderazgo, y el empoderamiento.

Asimismo, Robison, Schmid & Siles (2003) denotan que en el capital social de un grupo social se logran reconocer tres niveles de relaciones que resultan de beneficio: a) entre miembros del grupo (bonding); entre pares grupales (bridging) y con externos (linking). De lo expuesto una apuesta de construcción de liderazgo juvenil que contempla la dimensión del asociacionismo es útil en su atractivo individual y colectivo.

El liderazgo puede sin duda tomar forma en el grupo y en la enseñanza formal, pero también activa fecundamente cuando se ejercen acciones extracurriculares como el Voluntariado; los procesos de evangelización, en los espacios de acción Cultural, Artística y Deportiva; de ello Damas (2015), refiriéndose precisamente al asociacionismo juvenil salesiano en el ámbito universitario describe que:

La responsabilidad, el liderazgo, la tolerancia, el diálogo, la amabilidad, el ambiente de familia, el trabajo en equipo, el reconocimiento de derechos y obligaciones, la noción de bien común, la gratuidad, son algunos de los valores que se traducen en competencias que complementan la formación académica del joven y le dan identidad con la institución formando su dimensión ciudadana (p. 61).

Hablar de nuevos liderazgos, entonces supone ofrecer también nuevos espacios de participación; para Pinos (2013), el Sistema Preventivo requiere un intenso y luminoso ambiente de participación y relaciones amigables y fraternas y la dimensión asociativa de dicho sistema es el que lo propicia.

Se consideraría que los jóvenes especialmente los de clases populares, afectados por la falta de oportunidades y por los limitados espacios de desarrollo personal a los que tienen acceso serían mayormente afectados en su participación en redes de relación social, sin embargo y como lo presentan Guevara y Parra (2019) los pobres mantienen por naturaleza y por necesidad presencia en redes de reciprocidad y en otras enfocadas a la resolución de conflictos; por lo cual es común que lo jóvenes más necesitados e involucrados en los procesos de asociacionismo salesiano sean también los más activos, ya que por tradición intergeneracional aquella práctica les ha permitido movilizar recursos para su subsistencia y en consecuencia se produce el fortalecimiento de su capital social. Por ello, Cevallos, Osiás y Torrico (2020) explican con relación a los nuevos liderazgos juveniles que “generan modelos de ciudadanía, fortaleciendo los vínculos sociales y comunitarios, abordando los retos sociales” (p. 315).

2. METODOLOGÍA

Por tratarse de un ejercicio investigativo que da cuenta de las percepciones de jóvenes universitarios acudimos a procedimientos que se inscriben en la tradición de estudios cualitativos. Partiendo de los supuestos que “toda investigación cualitativa se enfoca en comprender y profundizar los fenómenos, explorándolos desde la perspectiva de los participantes en un ambiente natural y en relación con el contexto” (Hernández Sampieri, Fernández y Baptista, 2010, p. 364).

Por ello, los discursos, narrativas y testimonios, necesariamente, pasan por el tamiz analítico, pero con la característica interpretativa. Dicho de otra manera, se pretendió conocer hechos y fenómenos que nos ayudan a comprender el hecho investigado. En suma, este tipo de estudios pretende “comprender mejor el hecho socio-educativo para lograr develar la construcción o destrucción de los saberes producidos por la humanidad” (Sarmiento Castro, 2004, p. 44). En el caso que nos ocupa, la preventividad como método en espacios de educación superior.

En lo que respecta a la técnica, el proceso se caracterizó por la aplicación de entrevista grupales que se caracterizan por ser semiestructuradas, es decir, partimos de preguntas planeadas, que pueden ajustarse a los entrevistados y a la dinámica propia del proceso de diálogo. Consideramos que este tipo de procedimientos se ajustan y adaptan a los sujetos con los que interactuamos, asimismo, las entrevistas grupales posibilitan motivar a los interlocutores, aclarar términos, identificar ambigüedades y reducir formalismos (Díaz-Bravo, Torruco-García, Martínez-Hernández y Varela-Ruiz, 2013, p. 163). En definitiva, esta técnica nos provee de la flexibilidad necesaria para orientar y desarrollar un trabajo con las características y temáticas expuestas.

En lo que respecta al número de entrevistados, acudimos a premisas propias de los estudios cualitativos, es decir, consideramos que el muestreo teórico se caracterice por la variabilidad y heterogenidad de los informantes. Estas características tuvieron como marcadores al género, la carrera y el campus en el que estudian y por supuesto sus adscripciones o participaciones en los procesos que la UPS desarrolla.

En total colaboraron 19 estudiantes, cuya distribución por género fue: 11 mujeres y 8 hombres. 4 de carreras de ciencias de la educación, 3 de ciencias humanas, 4 de ingenierías, 5 de ciencias administrativas y 3 de ciencias de la vida. Todos se encuentran cursando niveles entre séptimo y noveno. Esta decisión no fue azarosa, por el contrario, consideramos que su trayectoria y permanencia dentro de la universidad posibilitaría el desarrollo discursivo del objeto de estudio.

Parte de las nuevas realidades en tiempos de pandemia, es la experiencia de realizar trabajos investigativos mediados por la tecnología, en nuestro caso, acudimos a realizar las entrevistas a través de la plataforma Zoom. Si bien la virtualidad podría generar distorsiones o interferencias a la hora del diálogo, debemos reconocer que esto no ocurrió, la conjetura inicial podría ser que los jóvenes actualmente socializan por estos medios y, por lo tanto, para nada se constituye en un elemento disonante de su cotidianidad.

3. LA PERCEPCIÓN DE JÓVENES ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS ANTE LA RESPUESTA EDUCATIVA Y DE ACOMPAÑAMIENTO REALIZADA POR DOCENTES

El contexto de emergencia sanitaria que azota a la humanidad en su conjunto se ha constituido en una problemática sin precedentes en el último siglo. Si bien el mundo y la humanidad han enfrentado diversos conflictos tales como: guerras, hambrunas, desastres naturales e incluso una pandemia, como fue la gripe española hace un siglo, 1920, lo cierto es que el proceso globalizador que vive la humanidad ha provocado que la reciente pandemia se constituya como un verdadero caos social económico y por supuesto sanitario.

En este escenario de conflictividad ampliada, la educación se encuentra en crisis tal cual se ha puntualizado líneas arriba. Ahora bien, en medio de toda la crisis sanitaria y educativa se torna necesario resaltar la centralidad del sujeto joven en el proceso educativo orientado desde el modelo pedagógico salesiano. En ese sentido, y siendo coherentes con la propuesta carismática y educativa salesiana, el presente trabajo rescató la voz de los jóvenes estudiantes de la UPS en momentos que la crisis sanitaria empieza a tomar otras geometrías, es decir, la “nueva normalidad” empieza a convertirse en la regla de nuestras vidas.

A partir de un ejercicio metodológico centrado en el diálogo obtuvimos una serie de narrativas que dan cuenta de las percepciones, pensamientos críticos y reflexivos y sobre todo sentires, que emergieron en el marco de las entrevistas grupales realizadas.

Entrando en materia, una primera consideración importante a resaltar es la relacionada a la apertura que los jóvenes tuvieron a la hora del trabajo de campo, quienes exponen su entusiasmo por ser parte del proceso de conversación e inician sus participaciones comentando que la universidad se caracteriza por ser una institución que permite y fomenta el desarrollo y la libertad de expresión.

Iniciamos las entrevistas y lo primero que indagamos gira alrededor de la identidad universitaria. La respuesta generalizada de los participantes se encamina a la orientación católica de la universidad, reconociendo que dicha orientación es parte fundamental de la identidad de la UPS. Los jóvenes consideran “como somos parte de una universidad católica esto nos diferencia de otras universidades y nos caracteriza porque desarrollamos valores tales como: la solidaridad y el compromiso por sectores poblacionales que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad” (Estudiante de la Carrera de Gerencia, hombre, 22 años).

En la misma dirección identitaria y sumando a lo ya expuesto, emergen los testimonios que reconocen la seña distintiva de la UPS, nos referimos a la centralidad del trabajo por los jóvenes. Los estudiantes consideran que lo más importante de la identidad universitaria de la salesiana es el trabajo que se realiza por, para y con los jóvenes. Es significativo que a medida que el diálogo se desarrolla, surgen experiencias de sus trabajos en los grupos ASU (Asociacionismo Salesiano Universitario) y rescatan que todas las actividades que se desarrollan dentro de estos espacios están encaminados a promover valores y fortalecer los trabajos colaborativos.

Consideran que las actividades planificadas por Pastoral Universitaria contribuyen al encuentro con otras realidades del país, sin embargo, resaltan que la motivación e incluso socialización de las actividades, no siempre son las mejores porque no todos tienen conocimiento de lo que se hace en la Pastoral.

En la misma dirección del planteamiento propuesto acerca de la orientación católica de la UPS, los jóvenes aseguran que los valores cristianos son universales y por ello son respetados no solo por los docentes sino también por los estudiantes.

“En la universidad somos muchos y existen varias creencias religiosas, pero acá todos nos respetamos y lo importante, al final de cuentas, son los valores que aprendes en casa y en la universidad te refuerzan” (Estudiante de la Carrera de Educación, mujer de 20 años).

Un segundo elemento que los estudiantes relevan es la relación que se gesta entre estudiantes y profesores, lo señalan como un valor agregado de la universidad y reconocen que esa impronta, es la diferencia en las actividades educativas. La respetuosa y familiar relación contribuye en la generación de espacios de participación y solidaridad, como se menciona en el siguiente testimonio:

La relación con los docentes se caracteriza por la familiaridad, la cercanía, vos sabes que cuentas con tus profesores, ellos te apoyan, no solo en la parte académica sino, también en la parte humana, eso pasó ahora en el semestre anterior, cuando todo esto de la pandemia comenzó, siempre nos acolitaron1en todo (estudiante de la Carrera de Gerencia, mujer, 21 años).

En la misma dirección una estudiante de la Carrera de Educación ratifica lo mencionado por la compañera de la Carrera de Gerencia y añade:

Sí, es verdad, los profesores siempre están pendientes de nosotros, nos preguntan cómo estamos, si tenemos alguna complicación o algo, creo que eso es lo más bonito de la UPS, porque puedes conversar de forma directa incluso con las autoridades (estudiante, Carrera de Educación, mujer, 21 años).

Si bien varias narrativas proporcionadas por los estudiantes se encaminan al reconocimiento de la familiaridad, de la predisposición y de la preocupación por parte del grupo de docentes hacia las actividades y situaciones de cada estudiante, es preciso mencionar que no es una generalidad y mucho menos un factor común. Algunos de los testimonios expuestos reconocen el profesionalismo de varios profesores, subrayan los conocimientos teóricos y prácticos que proporcionan en sus actividades académicas, sin embargo, también reconocen que algunos profesores “llegan, dan su clase y se van, jamás te preguntan cómo estás o si tienes alguna dificultad”. Los estudiantes consideran que esta diferencia que existe entre los docentes de una u otra carrera podría solventarse si la institución les proporcionaría cursos de identidad salesiana.

A lo largo de las entrevistas se hace mención del valor institucional y la familiaridad al estilo salesiano que ha permitido la interacción entre los integrantes de la comunidad universitaria y para que este valor se materialice, la UPS apuesta por la participación de los jóvenes en diferentes espacios que no necesariamente están asociados al ámbito académico, sino a un proceso de formación y solidaridad con la propuesta de grupos ASU. Estos grupos tienen como objetivo principal promover espacios de expresión y participación de los jóvenes para que desarrollen un compromiso con la sociedad desde una perspectiva humanista con una postura crítica y política.

El grupo misionero ayuda a encontrar sentido en la carrera y esta actividad es símbolo de distinción, los grupos ASUS fomentan los desafíos personales para ser solidarios con los otros y todo eso en el marco de la libertad. La UPS no es solo trabajo, es velar por el otro, tienen metas diferentes en varios espacios (estudiante y participante de los grupos ASU, hombre, 22 años).

Resulta interesante y por supuesto se constituye en un desafío para la UPS, el saber que los estudiantes valoran de forma positiva las actividades que se realizan en los espacios ASUS. Consideran y señalan que la actividad académica es fundamental en su proceso de formación como profesionales, pero las actividades que se encaminan al conocimiento de la realidad y sobre todo al desarrollo de valores deben promocionarse en todas las carreras; incluso sugieren que algunos de los trabajos de las asignaturas del Área de Razón y Fe deberían encaminarse a proyectos sociales porque ahí pondrían en práctica lo que se trabajó de forma teórica en las asignaturas.

Un tercer elemento que abordamos en el trabajo de campo fue el acompañamiento, categoría, pero sobre todo acción educativa que se encuentra presente en todo proceso pedagógico salesiano. Los estudiantes consideran que el acompañamiento es fundamental en el proceso educativo y puntualizan que durante este último tiempo ha sido de gran valor para ellos, a saber, que la crisis sanitaria detonó una serie de problemáticas que, si bien estaban presentes, ahora se agudizaron. Cuando indagamos acerca de qué es el acompañamiento para ellos surgen definiciones de todo tipo, pero todas tiene como elementos comunes la preocupación por el otro y el ser parte de la vida de los otros.

Por esto consideran que en la labor docente el acompañamiento se resume en la preocupación que un docente debe tener por sus estudiantes, pero la preocupación no debe ser únicamente en los aspectos académicos, también debe ser en el aspecto emocional del estudiante.

El acompañamiento es el hecho que los profes estén pendientes de ti, que se preocupan y te ayuden a solventar dudas, pero las dudas no son solo de las clases, muchas veces necesitamos una guía y el acompañamiento, es eso: que te guíen, te acompañen en tu formación (estudiante de la Carrera de ingeniería Mecánica, hombre, 21 años).

En lo que respecta a los liderazgos, los jóvenes consideran que el desarrollo de habilidades blandas es una fortaleza dentro de las actividades que se desarrollan dentro de la UPS. Consideran que las diversas y múltiples actividades de orden académico, de los movimientos Asus promueven el surgimiento de nuevos líderes. Afirman que la participación, solidaridad y el trabajo en equipo son principios que dan cuentan de la organización institucional y propician la formación de nuevos líderes.

4. REFLEXIONES FINALES

La preventividad es un aspecto de consideración humana; aporta a la persona en su estima y la reconfirma en su potencial de crecimiento, de cambio y por ello es base de la pedagogía salesiana que privilegia al sujeto como agente y centro de su propia educación. La necesidad de lo preventivo ha quedado expuesto como fórmula necesaria ante el contexto de crisis educativa actual, pero ha de reconocerse como frente de apoyo a otros aspectos como el empleo, la salud, e incluso en la cotidianidad del acto mismo de ser persona.

El método preventivo mantiene vigencia en los espacios educativos regulares y de acuerdo a la exposición planteada por los autores referidos en el presente artículo, se acentúa como fórmula asertiva para apoyar la acción educacional cuando está se desarrolla en contextos de crisis. La preventividad acciona al sujeto cognoscente como protagonista de sus soluciones, permitiéndole no solo la apropiación del conflicto, sino sobre todo aportando para que se desarrollen enfoques dialógicos soportados en la justicia social y la equidad, por lo que se aleja de aquellas prácticas correctivas y radicales.

La acción preventiva necesariamente ha de estar mediada por el ambiente; de ahí la necesidad que los jóvenes no solo encuentren en los centros escolares espacios para la asimilación de saberes y conocimientos desde la currícula formal, se requieren espacios como Asociacionismo, en los cuales se comprueba la promoción del liderazgo juvenil, el fortalecimiento de competencias sociales entre sus integrantes y la generación de redes de colaboración entre pares.

La producción académica acerca del método preventivo aún es incipiente. Existen varios estudios y reflexiones desde una perspectiva historiográfica que dan cuenta de la obre educativa de Don Bosco, sin embargo, estudios de corte cualitativos, como el expuesto, son escasos en la literatura educativa salesiana. Por esto, subrayamos la necesidad de ampliar y convocar a investigadores laicos y religiosos a que profundicen el método de la preventividad desde un enfoque interdisciplinar y, sobre todo, desde la voz de los actores centrales del proceso educativo, es decir, los niños y jóvenes.

La percepción de los jóvenes universitarios cuando sus docentes trabajan en sintonía con un método preventivo es que la identidad institucional se ve reflejada en la acción práctica y que los conceptos teleológicos si son susceptibles de encarnarse en el proceso de enseñanza-aprendizaje, por ende, son idóneos para su futura acción profesional.

Toda acción educativa signada por la preventividad se reconoce por ciertas características como el trabajo colaborativo, el acompañamiento, la familiaridad, el trato cordial, entre otras, sin embargo dichas particularidades también corresponden a los métodos humanísticos, la pedagogía crítica y otras corrientes; lo que afianza aquello que Juan Bosco, fundador de la congregación salesiana, y principal referente educativo de lo preventivo no solo intuía principios educativos sino que los conocía en la práctica desde su experiencia de oratorio.

Una última reflexión que surge de este trabajo colaborativo es la percepción que los jóvenes tienen de sí mismos dentro del proceso formativo de educación como futuros profesionales. Es significativo que los jóvenes no solo se proyecten como profesionales de un mercado laboral cada vez más demandante y competitivo caracterizado por los hiper individualismos propios de un modelo económico y cultural que privilegia los éxitos individuales, dejando por fuera los éxitos colaborativos, siendo estos últimos fundamentales en la formación profesional y humana de los estudiantes de la UPS, institución que promueve la solidaridad y la formación integral en los diferentes espacios de encuentro. En ese sentido la premisa de formar “buenos cristianos y honrados ciudadanos” se torna vigente e imperante en el proceso formativo de los futuros profesionales.

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1Expresión coloquial juvenil que hace referencia a un acto de solidaridad y apoyo.

Received: September 04, 2020; Accepted: October 26, 2020

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