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Revista médica de Chile
Print version ISSN 0034-9887
Rev. méd. Chile vol.135 no.9 Santiago Sept. 2007
http://dx.doi.org/10.4067/S0034-98872007000900018
Rev Méd Chile 2007; 135: 1209-1215 Artículos Especiales
Perfil y número de médicos generales que requiere el país The profile and number of primary care physicians required in Chile
Oscar Román A1, Sabina Pineda R2a, Miriam Señoret S2a. 1Facultad de Medicina, Universidad de Chile. 2Ministerio de Salud, División de Gestión y Desarrollo de las Personas. Dirección para correspondencia
Medical schools curricular planning aim to obtain a physician trained to work as general practitioner and the Chilean health reform, considers ambulatory primary care as the main axis of health care. However there is still a low interest among physicians to work in primary health care, where there are problems related to a low level of clinical resolution, clinical and administrative management deficiencies and a low level of leadership in health promotion. The causes of these deficiencies stem from university training, government policies and the great attraction that exerts the technological and specialized model of secondary and tertiary health care. We analyze the ideal profüe that the general practitioner should have in our health care system and the possible solutions to primary health care problems. We also emphasize the need to coordinate the professional resource needs with university training, to reduce the existing gaps between medical training and professional practice. (Key words: Curriculum; Health resources; Primary health care)
La proporción entre médicos generales (MG) y especialistas se ha modificado drásticamente en nuestro país en la última década, pues el predomino de MG, estimado en 70% en los años 50, se ha invertido a favor de los especialistas. Según el Colegio Médico, en 19961, 43% de los médicos se autodefinían como MG, cifra que en el año 2004 alcanza sólo a 35% de los médicos certificados en el sector público2. Si se restan los MG de las Municipalidades, la cifra cae a 15,8% en el Sistema de Servicios de Salud2 (Tabla 1). Surgen de inmediato varias interrogantes: 1. ¿Por qué se ha producido este fenómeno? 2. ¿Cuáles serán las consecuencias para la atención de salud nacional, de acuerdo a las políticas implementadas por la reciente Reforma3 que privilegian a la atención primaria de salud (APS) como eje del sistema? 3. ¿Cuáles podrían ser las posibles soluciones? Trataremos de analizarlas en el mismo orden. A. Causas de la menor proporción de médicos generales. La disminución de la proporción de MG tiene diversas raíces, que no han sido investigadas estadísticamente pero que, según encuestas de opinión y otros estudios focales, serían las siguientes: a) Ausencia de carrera funcionarla. Los médicos, una vez ingresados a la APS, se rigen por el Estatuto de Salud Municipal4 y, por tanto, sólo pueden acceder a los escasos cargos directivos superiores, previo acuerdo de los Consejos Municipales o de las Corporaciones de Salud que dependen de ellos. Sin embargo, pueden hacer carrera hacia la especialización, concursando a la primera etapa o Etapa de Formación y Destinación (EFD) del nuevo Estatuto Médico Funcionario establecido por la Ley 19.664 . De acuerdo a él, después de 3 años de función asistencial en la APS, los MG pueden optar a becas de especialización del Ministerio de Salud, que se cumplen en las Universidades que hayan suscrito convenios con los Servicios de Salud de los que dependen las Municipalidades contratantes. Estas becas duran 1 a 3 años, al cabo de los cuales, el médico, ya especializado, debe ejercer en los establecimientos del Servicio de origen durante el doble de años que duró la beca, o sea un lapso de 4 a 6 años. En consecuencia, estas becas no apuntan a una verdadera carrera funcionarla en la APS sino sólo a la especialización, y por tanto, al abandono de la atención ambulatoria primaria,
B. Efecto sobre el rol e importancia de la APS en la actual Reforma de salud. La política actual de salud establece que la APS es el centro de acción de la red de salud3. Ha dejado de ser tan sólo la primera instancia de atención o puerta de entrada al sistema, para constituirse básicamente en el centro ordenador de la red, ejecutando no sólo las atenciones curativas clásicas sino también, y prioritariamente, las de promoción, prevención y rehabilitación. Para ello debe contar con MG preparados integralmente para ejercer, coordinar y liderar las prestaciones de salud según ciclo de vida (niño, adulto, senescente). Además, la APS requiere un equipo multiprofesional completo y la participación de los especialistas para orientar y programar las acciones preventivas y de promoción de la salud. Por tanto, para lograr que la APS pueda constituirse en la base de acción sanitaria de la actual reforma, necesita un MG capaz de resolver los problemas clínicos de la enfermedad, establecer acciones de promoción y prevención del riesgo de enfermar, liderar al equipo de salud, gestionar una acción coordinada con los especialistas de la red y ejecutar las acciones administrativas y financieras necesarias3. Se comprende que para realizar tales acciones se hace indispensable exigir un perfil integral al MG, quien debe ser formado por las Universidades de acuerdo a las necesidades actuales de la APS. El perfil de ese MG debería ser el siguiente:
Este perfil del MG, válido en sus características básicas, no se observa con claridad y propiedad en el accionar de los actuales egresados de las carreras de medicina. Ello ocurre a pesar de los cambios curriculares que hemos mencionado. Por tanto, es importante estudiar y proponer algunas soluciones para reencantar la carrera de MG y colocarla de nuevo en su posición de pivote central de la red de salud. C. Posibles soluciones al problema. Intentaremos analizar algunas de las soluciones que se pueden plantear, algunas de las cuales han sido sugeridas en nuestro medio.
DISCUSIÓN Hemos realizado un análisis de las posibles causales de la desproporción creciente entre MG y especialistas, en favor de éstos últimos. El desarrollo científico y tecnológico ha estimulado la especialización, incentivada también por la medi-calización de la sociedad y el progreso económico-social. Se premia la capacidad resolutiva parcelar en desmedro de la indispensable visión de conjunto del estado de salud del individuo. El modelo que tienden a reproducir las recientes generaciones de médicos es el de especialista o ultraespecialista, que trabaja con múltiples tecnologías y obtiene grandes éxitos. Sin embargo, la motivación ética y el deseo de servir de los estudiantes de medicina se mantienen intactos. Más de 60% de los egresados estarían dispuestos a servir como MG, pero ello no ocurre en la práctica por las razones ya analizadas, puesto que cada año son más los egresados que postulan a los cupos de MG del Minsal sin alcanzarlos por ser reducidos . Tal vez el perfil del MG necesario para la Reforma no es el adecuado en la formación universitaria, a pesar de los excelentes cambios curriculares adoptados en los últimos años. Tal vez una fuerte capacitación por 3 a 6 meses a los egresados que se contraten como MG en el sistema público (y también, por qué no, en el privado) permitiría obtener el perfil deseado24. Otra posible solución sería contar con internados electivos para MG y preespecialistas básicos, pero ello atentaría contra la preparación integral del excelente egresado con el que contamos8,9. De este análisis surge también la ausencia de relación que existe entre el número de egresados de nuestras universidades y los cupos en las plantas del Sistema Público Ministerial y de las Municipalidades. No existen suficientes vacantes para los egresados que manifiestan interés por el generalato médico. Tampoco parecen suficientes las horas de planta para algunas especialidades y subespecialidades21. Por ello, cobra gran importancia reconstituir una relación docente-asistencial fuerte, armónica y con una finalidad concreta de servicio público. Ello permitiría encauzar mejor la producción nacional universitaria y adecuarla a las necesidades reales de la población, tanto en el sector público como en el privado. De otra manera vamos a pasos agigantados a determinar una sobresaturación de médicos en el país, especialmente de especialistas y abrir las puertas al fantasma de la cesantía médica2. Es preciso construir un perfil de MG que se adapte ahora a las necesidades y modelos de atención de salud del país, de acuerdo a los principios de la Reforma. De otra manera, la imagen del MG con exceso de trabajo rutinario y ausencia de formación profesional adecuada, aparece «quijotesca» e incluso, incompatible con las posibilidades de una vida digna. Creemos que es fundamental seguir formando un profesional no sólo técnica y científicamente preparado, sino también orientado a las necesidades del bien común con una actitud humanista y con principios acordes con las declaraciones ético-morales impresas en los códigos, pero también, como apunta el Dr. Parada26, en la mente del profesional con letras de fuego.
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Recibido el 25 de septiembre, 2006. Aceptado el 17 de enero, 2007. Correspondencia a: Dr. Osear Román A. Huelen 154 Depto 2. Santiago. Chile. E mail: oscarromanalemany@hotmail.com |