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Teología y vida

Print version ISSN 0049-3449On-line version ISSN 0717-6295

Teol. vida vol.58 no.2 Santiago  2017

http://dx.doi.org/10.4067/S0049-34492017000200007 

Crónicas

 

Congreso Internacional "Recuperando la historia del ecumenismo en América Latina y el Caribe"

 

Dra. Sandra Arenas
Dr. Rodrigo Polanco

FACULTAD DE TEOLOGÍA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE


 

Con ocasión de la conmemoración de los 500 años de la ruptura de la unidad entre la Iglesia Católica y la Reforma Luterana, la Pontificia Universidad Católica de Chile, realizó, entre los días 24 y 26 de abril de 2017, un congreso internacional sobre la historia del ecumenismo en Latinoamérica y el Caribe, desde el Concilio Vaticano II hasta nuestros días. Este evento forma parte de las diversas actividades que la Universidad Católica está realizando con ocasión de este aniversario.

Esta reunión, organizada por la Facultad de Teología de la PUC, contó con la participación de más de 50 profesores e investigadores de 14 países de América y Europa, de los cuales 30 de ellos presentaron ponencias en el congreso. Además, asistieron a las conferencias diversos profesores y estudiantes de la Universidad, miembros de varias instituciones ecuménicas y de otras iglesias y comunidades cristianas de nuestro país.

El objetivo del congreso fue recuperar la historia del ecumenismo de estos últimos 50 años en nuestro continente. Para ello nos propusimos desentrañar la particularidad del ecumenismo en Latinoamérica y el Caribe; avanzar en la sistematización de las experiencias ecuménicas de los últimos 50 años; y revisar los desafíos que toda esta realidad presenta para la evangelización de nuestro continente en los años que vienen.

En Latinoamérica, por razones geográficas e históricas el ecumenismo no ha mostrado ni el desarrollo, ni la fuerza ni tampoco la visibilidad que ha tenido en otros continentes, especialmente en Europa. Varias son las razones, tal vez la más relevante es que la presencia de las Iglesias Tradicionales de la Reforma ha sido numéricamente muy baja en nuestro continente, en cambio, el protestantismo más numeroso en Latinoamérica ha sido el Pentecostal, especialmente aquel de las comunidades eclesiales de USA, que no siempre ha estado incorporado a el movimiento ecuménico.

En este escenario, resultaba un imperativo conocer mejor cuál es el estado del ecumenismo en nuestro continente. Era evidente que una teología ecuménica propia no había sido desarrollada en Latinoamérica de modo tan fuerte como en Europa, pero tal deficiencia contrastaba con las múltiples prácticas ecuménicas desplegadas tanto a nivel social como eclesial, que han dado un impulso particular al Movimiento Ecuménico Latinoamericano. Experiencias de defensa conjunta de los derechos humanos, de solidaridad compartida y compromiso social, además de oraciones y diálogos conjuntos desde problemas eclesiales locales. La deuda no ha estado en la praxis, sino en una sistematización teológica de ella para la conservación de la memoria y el rediseño de nuevas prácticas ajustadas a los nuevos tiempos.

En diferentes partes del mundo, desde 2014 hasta 2017, se han realizado eventos académicos como parte de un proyecto internacional titulado: "Ecumenismo: Una historia de búsqueda de la unidad de los cristianos en las iglesias entre los siglos 19 y 21" (Ecumenism. A History of the Quest for Christian Unity in the Churches 19th-21st Century), que se desarrolla al cumplirse 500 años de la Reforma Luterana. Este Congreso, en su origen, se enmarcó en este programa más amplio, sin embargo, la preparación generó un movimiento que dotó a esta reunión de su propia dinámica e independencia, generando vínculos e intercambios con nuevos proyectos locales.

El congreso se desarrolló de muy buena manera en tres momentos complementarios: 1) Inauguración: con la presencia del Gran Canciller de la UC, Cardenal Ricardo Ezzati Andrello, del Rector de la UC, Dr. Ignacio Sánchez Díaz, y del Decano de la Facultad de Teología, Dr. Joaquín Silva Soler. La conferencia inaugural estuvo a cargo del Dr. Jorge Scampini, op. 2) Nueve mesas temáticas con tres ponencias cada una y un buen tiempo para el debate plenario. Y 3) Clausura: con una muy emotiva liturgia ecuménica en la capilla de la Sede del Arzobispado de Santiago, lugar que antes fuera la sede de la Vicaría de la Solidaridad, escenario de fecundo trabajo ecuménico.

Los investigadores y profesores de ecumenismo de nuestro continente fueron invitados a presentar trabajos que respondieran a preguntas tales como: ¿Quiénes han sido los protagonistas del ecumenismo? ¿Existe teología ecuménica producida en nuestro continente? ¿Cuál ha sido la repercusión de la teología ecuménica en la Iglesia de América Latina y el Caribe? ¿Ha habido impacto social de las iniciativas ecuménicas en el continente? ¿Qué obstáculos se han encontrado? ¿Qué esperanza podemos tener para el futuro?

Las ponencias serán publicadas una vez incorporados los aportes de los debates posteriores. A pesar de la amplitud geográfica y la complejidad del tema, se logró ver coincidencias, tanto en los recorridos históricos, como en los desafíos actuales. Las mesas estuvieron organizadas por unidades temáticas. De esta manera, la mesa 1 estuvo dedicada a la relación entre ecumenismo y el movimiento pentecostal; la mesa 2 se refirió, más bien, a tres organismos ecuménicos generales (PCUC, CMI, IEF); las mesas 3 y 7 a experiencias particulares, con temas como la vivencia de intercomunión o la historia de algún movimiento con finalidad ecuménica; las mesas 4 y 5 mostraron el panorama del ecumenismo en los respectivos países (Argentina, Brasil, Chile, México y Paraguay); la mesa 6 se dedicó a la importancia del ecumenismo para el desarrollo y protección de los derechos humanos; las mesas 8 y 9 tuvieron temas más particulares como, por ejemplo, los desafíos ecuménicos de la historiografía eclesiástica o la recepción adventista brasilera del Concilio Vaticano II. Siempre recogiendo la historia vivida, las mesas y ponencias mostraron un cuadro bastante unitario en torno a nuestro tema.

En la clausura, especial realce tuvo la liturgia ecuménica, preparada en conjunto con la Pastoral UC. En ella participaron, además de los presentes en el congreso, otros representantes de diversas iglesias y comunidades que están integradas en el ecumenismo en Chile. Fue una ocasión para relevar la repercusión social y continental que tiene también el trabajo ecuménico, ya que la Vicaría de la Solidaridad, como es bien sabido, fue el resultado posterior de una iniciativa netamente ecuménica con la constitución del Comité Ecuménico de Cooperación para la Paz en Chile (conocido como Comité Pro Paz). La historia del ecumenismo se entrecruza también con la historia de nuestros países.

Pensamos que los resultados del congreso han sido muy positivos en diversos niveles. En primer lugar, ha servido para contactar a los investigadores de este tema a lo largo de toda América. Hemos podido darnos cuenta dónde ha habido y hay más investigación ecuménica y dónde, en cambio, el tema está casi ausente. En este evento se pudieron visibilizar esas investigaciones terminadas o en curso. Con el intercambio se ha impulsado la colaboración y se han abierto posibilidades de institucionalizar redes de teología ecuménica en nuestro continente.

Las tareas pendientes están vinculadas a esos logros. Resulta evidente que hay que concluir las investigaciones en curso, mantener los vínculos e integrar a más profesores e investigadores, además de planificar investigaciones más amplias con la participación conjunta de personas de diversas instituciones y países.

La experiencia del congreso produjo muchos encuentros y tejió redes que deseamos potenciar. Decidimos que el trabajo y los intercambios realizados continuará en una tercera etapa, a saber, la del trabajo en colaboración en Latinoamérica y el Caribe. Nuestra Universidad Católica está dispuesta a liderar futuros trabajos de investigación y de coordinación en estas materias y así aprovechar mejor el trabajo realizado en estos dos años de preparación y realización del congreso.

 

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