SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.60 issue206An Approach to the Musical Repertoire of the Archive of the Santiago de Chile Cathedral during the First Half of the 19th CenturyNuria Schoenberg conversa con la Revista Musical Chilena author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

Share


Revista musical chilena

Print version ISSN 0716-2790

Rev. music. chil. vol.60 no.206 Santiago Dec. 2006

http://dx.doi.org/10.4067/S0716-27902006000200003 

 

Revista Musical Chilena, Año LX, Julio-Diciembre, 2006, N° 206, pp. 49-83

ESTUDIOS

La música en los inicios de los cultos cristianos no católicos en Chile: El caso de la Union Church (Iglesia Unión) de Valparaíso, 1845-18901

Music in the Beginnings of non-Catholic Churches in Chile: The Valparaiso Union Church case, 1845-1890

por
Cristián Guerra Rojas
Facultad de Artes, Universidad de Chile, Chile.
cristianguerrar@gmail.com


Este artículo aborda la relación entre protestantismo, modernidad y música en los inicios de las iglesias cristianas no católicas en el Chile decimonónico. Se examina el caso de la Iglesia Unión (Union Church) de Valparaíso, primera iglesia cristiana no católica edificada en Chile y en la costa sur del Pacífico, y de su fundador, David Trumbull. De este modo, se tratan los comienzos del protestantismo en Valparaíso, la obra de Trumbull, su influencia y pensamiento sobre la música en los cultos de adoración de la Iglesia Unión, la Escuela Dominical, los vínculos con otras iglesias, la música en las escuelas protestantes y en las asociaciones civiles modernas.

Palabras clave: protestantismo, modernidad, música chilena del siglo XIX, Trumbull (David).


This articles deals with the relationship between Protestantism, modernity and music during the time of non-catholic churches in 19th century's Chile. It considers the case of the Union Church of Valparaiso, the first protestant chapel built in Chile and the South Pacific Coast, along with the activity of his founder, David Trumbull. It presents a panorama of the beginnings of Protestantism in Valparaiso, the work of Trumbull, his influence and thoughts about music in the Union Church's worship services, Sunday School, the relations with other Christian churches, as well as the role of music in protestant schools and in modern civil associations.

Key Words: Protestantism, modernity, Chilean 19th century music, Trumbull (David).


 

INTRODUCCIÓN: PROTESTANTISMO Y MODERNIDAD

Existe un relativo consenso entre los estudiosos del tema respecto a la estrecha relación entre protestantismo y modernidad, si entendemos "modernidad" en términos del modelo anglosajón e ilustrado que propugna la emancipación de la razón, la autonomía de las esferas socioculturales (política, economía, arte, religión) y la creencia en el progreso ilimitado de la sociedad humana, favorecido

por esta circunstancia. Estas ideas tienen un correlato en distintas esferas de la sociedad europea. Un ejemplo es la esfera socioeconómica donde el desarrollo del capitalismo se vincula con cierta ética protestante2. Otro ejemplo es la esfera filosófica, donde los principios protestantes se descubren en las raíces de la Ilustración y del idealismo alemán3. Y, por otra parte, historiadores protestantes, como Justo González4, reafirman esta relación protestantismo-modernidad como elemento fundamental de la cosmovisión transmitida por los misioneros extranjeros que difundieron el protestantismo en Latinoamérica.

Sin embargo, algunas voces advierten que se trata de una relación compleja y eventualmente tensa. Es el caso de Lasch5, quien identifica en la idea del progreso ilimitado un elemento contrapuesto a los principios protestantes. Como vía de esclarecimiento, Troeltsch6 distingue entre un "protestantismo viejo" y un "protestantismo nuevo". El primero es aquel que surge con la Reforma del siglo XVI y se escinde entre luteranismo y calvinismo, cada uno con sus peculiaridades. El segundo, en cambio, se perfila entre los siglos XVII y XVIII y acoge corrientes como la teología humanista, la influencia del anabaptismo -lo que otros autores denominan Reforma o protestantismo radical7- y del espiritualismo individualista y subjetivo (pietismo). Todas estas corrientes tienen, sin embargo, una raíz común: la personalización de la religión y la subordinación de la fe a la Biblia.

El viejo protestantismo de Lutero, Calvino y Zwinglio es en gran medida una prolongación del catolicismo, especialmente en tanto mantiene la creencia en el corpus christianum, la cristiandad, concepto donde Iglesia y Estado no están separados, sino son funciones distintas de una misma sociedad8, lo cual lo sitúa claramente en oposición a la modernidad. Es más bien el protestantismo nuevo, en especial la influencia del anabaptismo y cierto trasfondo calvinista, más que el luterano, y aun así de un modo indirecto, el que ha influido, pero no exclusivamente, en la configuración moderna de la sociedad y la familia, el Estado, el derecho, la economía, la ciencia o el arte9. En otras palabras, es el llamado protestantismo radical el que tiene más vínculos con elementos claves de la sociedad moderna, tales como la separación entre Iglesia y Estado, la libertad de cultos, la democratización, la promoción de la temperancia y de la educación universal.

Entre las manifestaciones artísticas, una de las más favorecidas por el protestantismo -concebido como una red de corrientes distintas, al modo de Troeltsch- ha sido la música. El culto protestante, centrado en la predicación y difusión de la Biblia, acoge de preferencia aquellos cantos basados directa o indirectamente en textos bíblicos, en idioma vernáculo y promueve la participación de toda la congregación en su ejecución. De este modo, el canto congregacional se perfila como

 

el aporte fundamental del protestantismo a la historia de la música, a partir del cual se han desarrollado o enriquecido distintos géneros (oratorio, cantata) y, en el caso del luteranismo, se ha constituido en referente principal en la labor creativa de compositores tales como Juan Sebastián Bach, Félix Mendelssohn-Bartholdy o Max Reger. En el caso del protestantismo de cuño calvinista y radical, es interesante destacar que, pese a sus restricciones tradicionales para la música en el culto, reducida con frecuencia al canto de salmos o paráfrasis de la Biblia, se favorece el desarrollo de la música en esferas externas al culto, como es el caso de las reuniones familiares, festividades cívicas y seculares o asociaciones diversas. Esto constituye un antecedente crucial para comprender la postura sobre el tema de misioneros que trabajaron en Latinoamérica durante el siglo XIX, como es David Trumbull.

Hasta el siglo XIX la única forma de cristianismo presente y reconocida oficialmente era el catolicismo. El vínculo estrecho que mantuvo la Iglesia Católica con la corona española durante la época colonial significó que la primera, en un principio, se pronunciara en contra del movimiento independentista. Esta fue la postura, especialmente en el caso de la jerarquía de origen español, pero hubo casos de eclesiásticos tales como Camilo Henríquez o José Ignacio Cienfuegos en Chile, que respaldaron la independencia sobre bases teológicas y filosóficas de influencia liberal e ilustrada. De este modo, de acuerdo a Bastian10, en los primeros años de vida independiente de las naciones latinoamericanas, una primera generación de liberales no pretendía romper con el catolicismo, sino reformarlo. En el caso de Chile, esto armoniza con lo que afirma Stuven11respecto al consenso de las élites en la fundación de la república en cuanto al reconocimiento del catolicismo como religión oficial, pese a la reticencia que tuvieron las máximas autoridades de la Iglesia Católica, como es el caso del obispo de Santiago, José Santiago Rodríguez Zorrilla, para reconocer los cambios políticos. Esta última circunstancia se relacionaba con la presión que el rey Fernando VII de España ejerció empecinadamente sobre los papas León XII (1823-29), Pío VIII (1829-30) y Gregorio XVI (1831-46) para que no reconocieran la independencia de sus antiguas colonias12. Este hecho contribuye a explicar el intento -favorecido por eclesiásticos de tendencia liberal como los mencionados- de reformar o modernizar la Iglesia Católica, con el fin de integrarla a la nueva sociedad.

La llegada del protestantismo a Latinoamérica en el siglo XIX se vincula directamente con el proyecto modernizador emprendido por las élites del continente, especialmente aquellas más cercanas al liberalismo. Países como Gran Bretaña y Estados Unidos, con los cuales las repúblicas recién independizadas del dominio español buscaron rápidamente establecer relaciones comerciales, fueron vistos como paradigmas de la modernidad y se tenía claro que en la formación de tales naciones el protestantismo jugaba un papel crucial. Sin embargo, el espacio público latinoamericano, entendido como el espacio social en su totali

 

dad, era reconocido como dominio exclusivo de la Iglesia Católica. Por esta razón, al acoger a los empresarios y trabajadores de esos países para que se establecieran en el continente, los gobiernos latinoamericanos en un comienzo restringieron sus derechos de practicar su religión de origen al ámbito privado, entendido como el espacio doméstico y la conciencia individual. Progresivamente, primero con el fin de lograr el reconocimiento como nación independiente por parte de Inglaterra y Estados Unidos, y después para fortalecer las relaciones diplomáticas y comerciales, así también como por el reconocimiento del aporte de los inmigrantes al desarrollo nacional, estos derechos fueron ampliándose, lo que implicó nuevas definiciones de lo público y lo privado en el marco del proyecto modernizador.

1. INICIOS DEL PROTESTANTISMO EN CHILE: EL CASO DE VALPARAÍSO

La presencia y creciente importancia en el desarrollo económico de Chile llevó en 1819 a los extranjeros residentes en los inicios de la República a elevar una petición al Director Supremo, Bernardo O'Higgins, para construir un cementerio propio y lo tuvieron primero en Valparaíso, mucho después en Santiago13. Este problema de los cementerios fue el que abrió, en el caso chileno, la redefinición progresiva de lo público y lo privado, especialmente en lo concerniente al tema de lo religioso. Antes de tener sus propios cementerios, los inmigrantes o viajeros protestantes fallecidos debían ser enterrados donde podían, incluso en la playa en el caso de Valparaíso, pero no en los cementerios públicos, reservados al dominio católico. Por otro lado, el testimonio de viajeros extranjeros afirma el recelo del clero católico conservador hacia los inmigrantes, así como el rechazo de los protestantes hacia las manifestaciones públicas de la religión católica, especialmente en Santiago y otras provincias, tildadas como "fanatismo"14.

El 14 de diciembre de 1819 O'Higgins decretó la creación de secciones para "disidentes" en los cementerios de Santiago y Valparaíso, pero este decreto no tuvo aplicación inmediata, pese a la creación del Cementerio General en Santiago, puesto que, en tanto espacio público, estaba bajo tuición de la Iglesia Católica. La tardanza en el caso de Santiago significó que Gran Bretaña demorara en reconocer la independencia de Chile. Después de varios años, el 4 de octubre de 1854, bajo el gobierno de Manuel Montt, se firmó un tratado de comercio y amistad entre Chile y Gran Bretaña. Como consecuencia, el Ministro Antonio Varas decretó el 15 de noviembre de 1855 la apertura de la sección de disidentes en el Cementerio General15.

El caso de Valparaíso fue diferente. En 1811, por la declaración de libertad de comercio, comenzó su potente actividad comercial y se inició el establecimiento de comerciantes británicos, tanto en el puerto como en el resto del país. En la primera mitad del siglo XIX Valparaíso se convirtió en el centro de mayor concentración demográfica de extranjeros dedicados al comercio y ya en 1827 cerca del 53% de la renta fiscal chilena correspondía a las actividades de importación y exportación en el puerto16. De este modo, en Valparaíso se gestó una tolerancia hacia el protestantismo en un grado desconocido en el resto del país y los viajeros extranjeros destacaban este hecho. Así, en 1823 se compró el terreno para edificar un cementerio para las comunidades europeas y dos años después fue ampliado, gracias a una cesión de terreno por parte del Cabildo de Valparaíso17. Debido al retraso de la edificación de un recinto similar en Santiago, como ya se ha indicado, los restos de los inmigrantes protestantes fallecidos en la capital o en otras localidades cercanas, frecuentemente eran trasladados a Valparaíso y, si no, eran sepultados en una ladera del cerro Santa Lucía18.

Otro tema que suscitó la discusión sobre los derechos públicos de los protestantes y de los disidentes en general fue el matrimonio. Las parejas de disidentes que deseaban casarse debían hacerlo dentro de recintos privados y reconocidos como dominio británico, como los consulados e incluso barcos o botes anclados temporalmente en el puerto. Esta situación cambió en 1844, bajo el gobierno de Manuel Bulnes, al dictarse el 6 de septiembre una ley que regulaba estos matrimonios, que debían efectuarse bajo la supervisión de un párroco que actuaba como agente del Estado para meros fines de registro y administración, pero sin interferir en el rito religioso. Con esto, se eliminaron los efectos civiles de los matrimonios efectuados ante cónsules o en barcos, pero quedó abierto el tema de los matrimonios mixtos, es decir, aquellos donde un cónyuge era católico y el otro no19. La Iglesia Católica, por disposición de su derecho canónico, prohibía este tipo de matrimonios, por lo tanto, las vías de solución eran solicitar la autorización a la Santa Sede, trámite largo y a menudo infructuoso, o que el cónyuge no católico fuese protestante o de otra religión, renunciara a ésta e ingresara en la Iglesia Católica, de modo que sus hijos se educaran en esta fe. Esta vía debieron tomar varios extranjeros residentes en Chile, tales como el empresario británico Joshua Waddington20, al desposar a Rosario Urrutia21y el también comerciante Jorge Huneeus Lippman al desposar a Isidora Zegers y Montenegro, viuda de Tupper22.

En el caso de los inmigrantes británicos protestantes establecidos en Valparaíso, antes del establecimiento de la primera comunidad anglicana, los servicios reli giosos requeridos eran suplidos por capellanes que esporádicamente llegaban a Chile como parte de las tripulaciones de los barcos, o bien, por ministros que venían a servir en el ámbito privado. Thomas Kendall, quien llegó al puerto como profesor particular de los hijos del vicecónsul A. W. Rousse, habría sido el primero en celebrar cultos hacia 1825 en el consulado de vez en cuando, en tanto los recintos diplomáticos eran considerados, como ya se ha indicado, parte del territorio del país que representaban. También se realizaban servicios a bordo de buques anclados, con botes que transportaban a los asistentes. En 1837 llegó el pastor John Rowlandson como profesor particular de los hijos del empresario Richard Price. El empresario Joshua Waddington construyó entonces una sala múltiple en el alero de su casa en calle Santa Victoria (hoy Lautaro Rosas), donde Rowlandson dirigía una escuela privada. Rowlandson dejó constancia escrita que el 10 de diciembre de 1837, en esa sala, realizó por primera vez un culto según el rito anglicano, con asistencia de vecinos protestantes y demostración de gratificación sincera. Es probable que en este culto, así como en los servicios de matrimonio y funerales llevados a cabo hasta entonces, haya habido una modesta presencia de música, en términos de canto a cappella en la modalidad de cantilación o chant de salmos u otras piezas litúrgicas instituidas en el Book of Common Prayer (edición de 1662).

Rowlandson fue de hecho el primer capellán anglicano en Valparaíso, aunque de naturaleza extraoficial y nunca fue debidamente reconocido por las autoridades eclesiásticas británicas23. El nombramiento en abril de 1841 de William Armstrong como primer capellán consular reconocido oficialmente por la Iglesia de Inglaterra24, señaló el comienzo de la comunidad anglicana de Valparaíso. En 1857, bajo el liderazgo del capellán Richard Dennett y quizás motivada por la iniciativa de la Union Church, la comunidad anglicana inició la edificación de la iglesia de Saint Paul (San Pablo), obra encomendada al arquitecto Thomas Lloyd, en un sitio cercano a la antigua sala múltiple y que compraron al ingeniero industrial José Guillermo Waddington Urrutia, hijo de Joshua, con un préstamo que les facilitó el empresario Agustín Edwards Ossandón25. Esta segunda iglesia protestante edificada en Chile es la más antigua que hoy se conserva y desde sus comienzos se instaló un armonio como instrumento acompañante26. La actividad musical, presente en esta iglesia desde sus comienzos, sin duda, contribuyó a elevar el nivel de la música litúrgica que se podía escuchar en Valparaíso27. La música en St. Paul's alcanzó un nivel importante en la década de 1880 con la adquisición de un órgano28, un hecho que influiría en el importante cambio que se generó en la música de la Union Church en 189029.

Antes de pasar al caso de David Trumbull, misionero fundador de la Union Church, es interesante notar que, previo a la edificación de la primera capilla de esta congregación y de la iglesia anglicana de San Pablo, existía en ciertos sectores de la sociedad chilena cierta conciencia del sonido musical protestante. O'Higgins, Andrés Bello y otros próceres, sin duda, conocieron directamente este sonido en sus estadías en Gran Bretaña u otros países. Pero resulta especialmente notable que José Zapiola, la figura más destacada en la actividad musical chilena de mediados del siglo XIX y de trasfondo católico, manifieste esta conciencia en su crítica a los cambios que hacia 1850 ocurrieron en la música catedralicia con respecto a la adopción de un instrumento de "origen protestante"30:

"Nuestros hábitos i casi diriamos nuestro culto romano rechazan el órgano solo. Este instrumento es propio del protestantismo que lo ha adoptado escluyendo los demas. El nuevo órgano de la catedral es de fábrica protestante. Si fueramos superticiosos diriamos quizá que este es el motivo de la resistencia con que lo toleran los oidos católicos de la capital; pero hai hotra razon puramente musical, i es el sistema o temperamento de su temple".

A pesar de lo dicho por Zapiola, las iglesias protestantes en Chile tendrían órganos de tubos recién a partir de la década de 1880; hasta entonces recurrieron al armonio.

2. A OBRA DE DAVID TRUMBULL

David Trumbull (Elizabeth Town, Nueva Jersey, 1819 - Valparaíso, 1889) llegó a Valparaíso en la Navidad de 1845, enviado por dos organismos misioneros estadounidenses, la Foreign Evangelical Society y la Seaman's Friend Society 31. El primero de ellos había sido fundado en 1839 y su propósito era promover el protestantismo en el extranjero, mediante apoyo financiero, tanto a grupos como a individuos en países católicos y no católicos32. El segundo tenía como objetivo proveer las necesidades espirituales y materiales de los marineros norteamericanos. Trumbull pertenecía a la denominación congregacionalista33, pero se había formado en la Universidad de Yale y en el Seminario Teológico de Princeton, instituciones vinculadas con el presbiterianismo34. Hasta Princeton llegó en 1844 una petición escrita de la Foreign Evangelical Society, en respuesta a la solicitud de un grupo de extranjeros residentes en Valparaíso para que enviaran un misionero para trabajar con ellos35. Trumbull aceptó la misión que así cumplía tres objetivos: responder al llamado de los extranjeros residentes en Valparaíso que, siendo protestantes, no comulgaban con la iglesia anglicana; implementar un plan de expansión protestante en América Latina mediante la conversión de los católicos36, para el cual, sin duda, Valparaíso resultaba ser un punto estratégico, y atender a los marineros que residían temporalmente en el puerto. En un comienzo sirvió a los extranjeros, pero al poco tiempo de su llegada empezó a extender lentamente su trabajo hacia los chilenos37.

En aquellos años el consenso social de la élite lentamente comenzó a romperse, en lo que al predominio del cristianismo católico se refiere. La Santa Sede, tras la muerte de Fernando VII en 1833, progresivamente aceptó la independencia de las antiguas colonias españolas en Latinoamérica, lo que implicó que la jerarquía católica en todo el continente asumiera la realidad republicana. Sin embargo, a partir del ascenso de Pío IX al pontificado (1846-1878), la Iglesia Católica inició un decisivo viraje hacia el ultramontanismo, lo que significó adoptar una posición conservadora, en primera instancia hostil hacia la modernidad, pero al mismo tiempo, paradójicamente, significó reacomodar su situación bajo las condiciones republicanas y, mediante su reafirmación de la autoridad de Roma y el combate al derecho de patronato, que los nuevos Estados conservaron del régimen colonial, asegurar su autonomía frente al Estado sin renunciar a su pretensión de exclusividad en el dominio del espacio público38. Con esto, la posibilidad de un catolicismo liberal se desvaneció y una segunda generación de políticos liberales en toda Latinoamérica adoptó una posición más radicalizada, hostil al catolicismo y abierto al protestantismo, como forma alternativa del cristianismo, mejor adaptada al proyecto modernizador39.

En Chile, este proceso se desarrolló bajo el liderazgo de los primeros arzobispos de Santiago, Manuel Vicuña Larraín (1840-43) y, sobre todo, Rafael Valentín Valdivieso Zañartu (1847-1878), en coincidencia con los gobiernos conservadores de Manuel Bulnes Prieto (1841-51), Manuel Montt Torres (1851-61) y los liberales de José Joaquín Pérez Mascayano (1861-71), Federico Errázuriz Zañartu (1871-76), Aníbal Pinto Garmendia (1876-81), Domingo Santa María González (1881-86) y José Manuel Balmaceda Fernández (1886-91). Por un lado, la jerarquía católica promovió la fundación de publicaciones periódicas favorables a sus ideas tales como la Revista Católica en 184240y el establecimiento de nuevas asociaciones civiles de orientación católica como cofradías (tales como la Cofradía del Santo Sepulcro)41, asociaciones piadosas masivas y sociedades de beneficiencia, en el marco de un espacio público vinculado a la modernidad liberal42. Por otro lado, a partir de la identificación del espacio público con todo el espacio social, planteó una defensa de las prerrogativas que les aseguraba la Constitución de 1833, en temas de religión y de educación, entre otros. Frente a esto, la nueva generación de liberales chilenos promovió una definición de lo público restringida a lo estatal, definición que terminaría imponiéndose y que constituye uno de los sustratos de las "leyes laicas" dictadas bajo el gobierno de Santa María y de la promoción de la laicización del Estado.

El desarrollo social y económico que el aporte de los extranjeros protestantes proporcionaba al país contribuyó a afirmar al protestantismo como una forma de cristianismo que se adaptaba mejor al proyecto modernizador, al menos en el sector de la élite que daría origen al partido liberal y a su ideal de laicización. Algunos testimonios de viajeros dan cuenta de esta idea43y, además, la encontramos, por ejemplo, en los liberales Francisco Bilbao44, Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento45. Un importante signo resulta ser, al respecto, el nombramiento en 1852 de José Guillermo Waddington como Secretario de Hacienda bajo el gobierno de Manuel Montt46: un reconocimiento tácito del aporte mencionado. Y por otro lado, al perfilarse la Iglesia Católica como un "enemigo común", liberales, protestantes y masones se acercaron y aliaron: el propio Trumbull fue miembro de la masonería, diputado de la Gran Logia de Massachusetts47.

En 1847 Trumbull fundó la congregación que se convertiría en la Union Church y en 1854 tomaron la decisión de edificar una capilla en un terreno comprado a J.G. Waddington en la calle (quebrada) de San Agustín48. Probablemente esta decisión se tomó al considerar el tratado que se firmó ese año, como ya se ha dicho, entre Gran Bretaña y Chile, y que implicaba un aumento de los límites de la tolerancia religiosa en el país. En todo caso, las autoridades de la Iglesia Católica, encabezadas por el arzobispo Valdivieso, consideraron este acto como una violación al orden legal e institucional de la república y esto llevó a una demora en la edificación de la iglesia. Finalmente la capilla fue inaugurada en abril de 1856, la primera capilla protestante edificada en la costa occidental de Latinoamérica, que debió cumplir ciertas condiciones para no trasgredir la ley: pandereta que la ocultara de la calle, ausencia de campanario y canto del coro en voz baja49. En otras palabras, tanto la capilla de la Union Church como después la iglesia anglicana de St. Paul, construida un año después, fueron toleradas en calidad de iglesias particulares "privadas"50y debían ceñirse a eso en términos tanto visuales como sonoros, tanto arquitectónico-urbanos como musicales, para no quebrar el monopolio del paisaje y del sonido que ejercía la Iglesia Católica51. La segunda capilla que poseyó la Union Church, ubicada actualmente en calle Condell en Valparaíso y propiedad de la iglesia presbiteriana, también debió sujetarse a esos requisitos para lograr su inauguración legal en 187052. Esta situación da cuenta que el concepto de espacio público, legalmente bajo tuición de la Iglesia Católica, no se circunscribía al ámbito visual, sino al auditivo, por lo tanto, la práctica musical de estas iglesias debía restringirse de modo que no se hiciera notar "en público". De aquí la prohibición de campanarios (que se ven pero sobre todo suenan) y la recomendación de cantar en voz baja.

Trumbull, a través de la prensa, se involucró en los debates sobre el matrimonio civil53y los cementerios laicos54, en tanto su convicción religiosa se vinculaba con una idea de progreso afín al proyecto de la modernidad. Trumbull llegó a calificar al Presidente Domingo Santa María como "segundo libertador de Chile" por su papel en las leyes laicas dictadas bajo su mandato55y a la Iglesia Católica como una enemiga del progreso56. Sobre este último punto cabe hacer notar que el anticatolicismo que a menudo se subraya en Trumbull reside ante todo en la hostilidad de la Iglesia Católica hacia la modernidad que Trumbull respaldaba, pero no en una negación del catolicismo como forma de cristianismo. Al respecto se debe señalar la influencia de Charles Hodge, profesor de Trumbull en Princeton, en el reconocimiento de la Iglesia Católica como parte de la iglesia visible57, así como Pacheco58da cuenta de la participación conjunta de Trumbull y de jerarcas católicos en diversas iniciativas "ecuménicas" a favor de la comunidad59. Por otro lado, Millar60menciona las desavenencias entre Trumbull y el capellán anglicano Richard Dennett por el tema de las actividades públicas de la Sociedad Bíblica de Valparaíso, una institución fundada por Trumbull a comienzos de la década de 1860, a modo de ejemplo del choque entre dos visiones opuestas del lugar de la religión en el espacio público dentro del protestantismo.

Sin embargo, Trumbull se vio envuelto en controversias con las autoridades católicas por medio de la prensa. En abril de 1856, cuando se inauguró la capilla de la Iglesia Unión, comenzó la crisis política conocida como "la cuestión del sacristán", lo que obligó a Valdivieso y a la jerarquía católica a concentrarse en este frente61. Pero en 1857 el arzobispo Valdivieso se quejó por carta ante el Papa Pío IX por la edificación de dicho edificio62y el 12 de marzo del año siguiente redactó una pastoral para advertir del peligro de la enseñanza protestante, basada en "biblias fraudulentas". Esto motivó un debate entre Trumbull y Francisco Martínez Garfias -clérigo que fue uno de los protagonistas principales en la "cuestión del sacristán"-, quien asumió la representación de Valdivieso63. Cinco años después, Trumbull y el clérigo Mariano Casanova se enfrentaron por el tema de la veneración a los santos64. Este debate significó publicidad para Trumbull, pero evidentemente Valdivieso aprobó la intervención de Casanova: en 1868 lo nombró vicario foráneo de Valparaíso y cuatro años después lo nombró Gobernador Eclesiástico, como parte de una estrategia de reforzamiento de la presencia católica en el puerto ante las actividades protestantes y masónicas65. Cabe señalar que, según Serrano66,el temor principal de la jerarquía católica no era tanto la eventual conversión del pueblo chileno al protestantismo, sino la posibilidad que se abrieran las puertas a la indiferencia religiosa. Esto habría significado una paradójica confluencia de intereses de los católicos, disidentes y liberales en cuanto a la clarificación de los conceptos de lo público y lo privado que llevaría a la promulgación de la ley de tolerancia de cultos de 1865.

3. LA MÚSICA EN LOS CULTOS DE LA IGLESIA UNIÓN Y EL PENSAMIENTO DE TRUMBULL

La tradición musical que recogió la comunidad de la Iglesia Unión de Valparaíso corresponde a aquella vinculada con las raíces calvinistas y presbiterianas67. En sus principios de orden litúrgico, la iglesia otorgó la preeminencia al canto de los salmos, como dice el artículo VII de sus estatutos:

"Aunque la iglesia prefiere oraciones libres antes que oraciones fijas en la adoración pública, ella cree que la parte devocional de los servicios y la salmodia sagrada debieran recibir una atención esmerada. El Padre Nuestro, pasajes especiales de las Santas Escrituras, el Credo, el Pacto y otras expresiones devocionales comunes a toda la Iglesia de Cristo; tales oraciones, en tanto sean necesarias y convenientes en la administración de los sacramentos y otros servicios especiales, pueden usarse de modo apropiado".68

El repertorio que se cantaba en los cultos de la Union Church en aquellos años se conformaba principalmente de salmos e himnos métricos, es decir, versiones en inglés de los salmos bíblicos y de poemas de inspiración religiosa que se ajustaban a determinados metros o medidas de versos y sílabas para facilitar su canto en la congregación. Al igual que el coral luterano, estas piezas estaban constituidas por estrofas iguales y no existía una melodía fija para cada una de ellas. En vez de eso, existía un conjunto de melodías que, de acuerdo a su estructura métrica, se ajustaban, según los conocimientos o gustos de cada congregación, a los textos. De aquí que cada melodía tenía su propio nombre y hasta hoy persiste en algunos himnarios protestantes la presencia de un índice métrico de "tonadas" (tunes).

Trumbull se preocupó de comprar himnarios para la congregación, incluso sin recibir retribución por ello69. El himnario más antiguo que hemos encontrado70y que perteneció a la congregación corresponde a una edición realizada en Connectitut, New England, Estados Unidos, de 1845, y obviamente fue conocido por Trumbull: Psalms and Hymns for Christian Use and Worship. Se trata de un himnario de letra, es decir, no contiene partituras con excepción de una selección de cantilaciones que abarca dos páginas de un total de 720. Este volumen abarca 150 salmos métricos, 706 himnos métricos, 13 doxologías y 52 selecciones para cantilación, agrupados en secciones especiales y que representan precisamente a la tradición musical calvinista y puritana. Los autores representan en su mayoría a los siglos XVIII y primera mitad del siglo XIX, y las indicaciones métricas en el encabezamiento de cada himno señalan la costumbre ya señalada de cantar cada texto con cualquier melodía que se ajustara al metro correspondiente, es decir, no existe una relación exclusiva entre un texto y una melodía.

La práctica musical vinculada con este repertorio implica una concepción austera del culto de adoración, con predominio de la predicación o sermón, el canto a cargo de la congregación y eventualmente el apoyo de un armonio y de un conjunto coral. Los antecedentes encontrados en los libros de la Iglesia Unión y las disposiciones legales que condicionaron la construcción de la primera capilla, ya mencionadas, nos indican que la congregación contó con dicho apoyo casi desde el comienzo. Hay constancia de la existencia de armonios al menos desde la década de 186071, así como de laicos que ejercieron la dirección del coro o del canto congregacional72. Entre ellos, se puede mencionar a Martín Robinson (1847-59)73, James Blake74, Robert M. Campbell (ca.1867-78)75, Alexander Harper (ca 1880-90)76, David Foxley jr77 y William J. Daniell, al que nos referiremos después. El papel severamente acotado para el coro se vincula con uno de los principios fundamentales de la Reforma: la participación de la congregación y su protagonismo en el culto. Un claro testimonio de esto es la publicación en The Record de un artículo extraído de otra fuente donde se critica al coro-cuarteto78, institución musical que empezaba a cobrar importancia en las iglesias de Estados Unidos y Gran Bretaña, de chistes o anécdotas sobre la falta de genuina convicción religiosa de los coristas79o su mala calidad musical80, y especialmente de un sermón que Trumbull predicó el 13 de agosto de 1882 en la iglesia, donde confirma estas mismas ideas en lo que a música en el culto concierne81:

"La historia de las iglesias más modernas muestra una apreciación similar no sólo de la música sacra, sino de la poesía sagrada; de hecho, esta apreciación crece a medida que avanzan los tiempos. Las iglesias activas son iglesias que cantan; aquellas que más han recurrido al uso del canto sagrado han movido más a las masas de gente: las han atraído hacia ellas. El canto ha sido adoración, la adoración de Dios, pero se trata de una forma social de ésta en tanto ha atraído y animado a las audiencias multitudinarias, a veces en la iglesia, a veces en la calle, en los caminos, en el campo abierto, o bajo los árboles del bosque. Yo evito la palabra "cultura", cultura musical, porque a veces las iglesias yerran al tomar esa dirección, al tener más música que canto, más cultura que alabanza. Los solos de órgano y los coros-cuarteto no sólo ejecutan música de un modo soberbio, sino hacen callar las bocas de la congregación y las reduce al silencio. A la larga, se asegura que los servicios tengan prima donnas que nunca "fallan en el canto o el himno o el anthem espléndido; / y todavían encantan, cuando el canto ha terminado" [Trumbull cita un poema no identificado], pero durante todo el rato se espera que la congregación sea muda y solamente escuche. Esto no debe imitarse. Esto no es alabanza y tampoco debe ser alabado. Esto no tiene valor como adoración, quizás es peor que carente de valor. Esto distrae de la adoración, la destruye. Pero es difícil que el canto en el que todos los corazones y varias voces se unen en la adoración de Dios sea sobreestimado por su poder de exaltación, conmoción y santificación"82.

Se puede apreciar que Trumbull estima el canto congregacional en tanto expresión genuina de alabanza y adoración a Dios; en cambio, la práctica de los coros-cuartetos y de los solos de órgano no son adoración ni alabanza, sino tan sólo "música" o "cultura". De este modo, el pensamiento de Trumbull tiene una directa filiación con el de Calvino, uno de los principales líderes de la Reforma que dio origen a aquel "viejo protestantismo" que identifica Troetlsch y que promovió la eliminación de coros y órganos en sus iglesias, a favor del canto congregacional de salmos métricos83. En este aspecto, podría decirse que Trumbull aparece como portavoz de un pensamiento antimoderno, en tanto la difusión y desarrollo de la práctica coral y de la música instrumental constituyen emblemas de la modernidad. Sin embargo, como veremos más adelante, Trumbull reconocía esferas donde la "cultura musical" podía tener un lugar legítimo.

Las reuniones de oración84y los matrimonios85fueron instancias de actividad musical. Frecuentemente se menciona la práctica musical, con colores especiales, en las festividades de Semana Santa y Navidad, tanto en la Iglesia Unión de Valparaíso como en otras congregaciones y misiones86. En la década de 1880, en el contexto de actividades evangelísticas, comenzaron a usarse los cánticos popularizados por Moody y Sankey en Estados Unidos y Europa87. Estos corresponden en su mayor parte a la especie del himno gospel, caracterizado por el uso de estribillos y su cercanía con músicas populares,,, tales como la marcha, el vals o la canción de salón. Este tipo de cánticos, traducidos al castellano, se convertiría en el núcleo de la tradición musical evangélica chilena. Un tipo de servicio especial donde se mencionan eventualmente piezas concretas son los funerales88e incluso cantos pedidos expresamente por moribundos en sus lechos de muerte89. Un canto favorito de Trumbull era el himno For ever with the Lord (Con el Señor por siempre), escrito por el poeta y periodista escocés James Montgomery (1771-1854) en 1835. La melodía Nearer Home (Más cerca del hogar) con la que suele cantarse, fue compuesta por Isaac Baker Woodbury (1819-1858), compositor oriundo de Massachusetts que quizás Trumbull conocía personalmente. Este canto fue entonado durante los funerales de Trumbull en febrero de 188990(ver ejemplo 1).



Ejemplo 1.

4. LA MÚSICA EN LA ESCUELA DOMINICAL Y LOS VÍNCULOS CON OTRAS IGLESIAS

Los primeros registros de práctica musical en las actividades de la Iglesia Unión corresponden a los trabajos en la Escuela Dominical (Sabbath School)91, una institución que se difundió en las iglesias evangélicas desde comienzos del siglo XIX y se conserva hasta hoy. Los propósitos de esta institución, enfocada prioritariamente en la formación de niños y adolescentes, favorecieron la incorporación de la música y la constitución de un repertorio adecuado a sus necesidades, con rasgos estilísticos más cercanos a la música popular y que de hecho constituyen una de las fuentes principales para el desarrollo posterior de los himnos gospel. La Escuela Dominical de la Iglesia Unión llegó a contar con himnarios diferentes a aquellos usados en los servicios de adoración92y con su uso se realizaban servicios especiales93.

Aparte de la Escuela Dominical, la música estaba presente en otras actividades de los miembros de la iglesia, tales como encuentros de convivencia social y los picnics anuales que celebraban regularmente94. Asimismo, en estos eventos el papel del armonio95y eventualmente del piano96era fundamental para acompañar el canto. Cabe mencionar el papel clave desempeñado por mujeres laicas en las distintas actividades musicales de los miembros de la Iglesia Unión, tales como las hermanas Miss Louisa y Lucy Foxley97, Miss Mary Chapman98-posteriormente esposa de David Foxley jr. y cuñada de Louisa y Lucy-, Miss Annie Trumbull99 -hija de David Trumbull- y la señorita Delfina María Hidalgo -posteriormente esposa del pastor presbiteriano Alberto Morán-, quien fue poetisa, traductora de himnos, armonista, profesora (después directora) de la Escuela Popular y secretaria de Trumbull100. Debe destacarse, además, el papel de la música en otras iglesias y misiones protestantes que Trumbull y los líderes de la Iglesia Unión apoyaron en Chile. Interesante resulta también la información que se entrega en The Record -periódico de la Iglesia Unión, fundado por Trumbull en 1871- sobre actividades musicales en St. Paul's, por la cual sabemos que la música coral de compositores como Mendelssohn o Sullivan ya se escuchaba en Chile en la década de 1880101.

En 1861, antes del inicio oficial de la misión protestante entre los chilenos y de la predicación del primer sermón en castellano (1865)102, Trumbull imprimió en Chile el primer himnario en castellano publicado en Latinoamérica: La Doctrina del Evangelio Enseñada en Cánticos e Himnos Sagrados, reimpresión de una obra de Pablo Sánchez Ruiz103, pastor protestante español que trabajó en Málaga y en Huelva, conocido por Trumbull104. Fue Trumbull quien solicitó a la American and Foreign Christian Union el envío de misioneros para apoyar el trabajo en Chile, y así llegó en 1862 Nathaniel Gilbert -primer pastor de la Union Church de Santiago y después primer pastor de la iglesia evangélica chilena de Santiago en 1868- y en 1866 se incorporaron Alexander Moss Merwin -organizador de la iglesia evangélica chilena de Valparaíso en 1869- y Sylvanus Sayre, misionero en Talca105. Posteriormente, Trumbull y Merwin publicaron otro himnario en castellano en 1869106. En The Record encontramos noticias sobre publicaciones en castellano tales como los folletos Estrella de Belén de Nueva York107 o himnarios editados en Chile tales como Himnos para Uso de las Iglesias Evangélicas de Chile, de A. M. Merwin y Samuel Julius Christen108, Cánticos Sagrados de la Iglesia Evangélica Chilena de Merwin109 y otros110. Además, hay constancia de la importancia que los líderes evangélicos en las misiones nativas daban a la actividad musical, como el caso de la iglesia presbiteriana en Constitución111 y otros trabajos misioneros112. Como respuesta a estos esfuerzos, en The Record aparecen informes de colportores113 y de misioneros que dan testimonio del interés que los cánticos protestantes despertaron en la población chilena114.

5. LA MÚSICA EN ESCUELAS PROTESTANTES

Una de los primeras áreas fuera del ámbito estrictamente religioso en las que Trumbull se interesó fue la educación. En 1848 Trumbull, junto al empresario William Wheelwright -uno de los firmantes de la solicitud enviada a la Foreign Evangelical Society que motivó el arribo de Trumbull- abrió una escuela particular en Calle del Almendral, lo que motivó la intervención de las autoridades católicas y la clausura de la institución115. En 1851, junto a su flamante esposa Jane Fitch, abrió una escuela femenina que perduró cinco años116y que nuevamente provocó el recelo de la jerarquía católica, la que emitió acusaciones de trasgresión del "orden y la moralidad". La Universidad de Chile, encargada de la supervisión de la educación a nivel nacional en aquella época, debió asumir la investigación y así una comisión encabezada por el propio Rector, Andrés Bello, hizo la inspección y desestimó las acusaciones117. Sin embargo, la escuela debió cerrarse a causa del exceso de tiempo que Trumbull invertía en ella, en detrimento de sus labores pastorales.

En 1857, Trumbull participó en el establecimiento de la Artisans English School (Escuela Inglesa de Artesanos) de Valparaíso, institución destinada a la educación de hijos de familias de inmigrantes que no podían costear institutrices o enviar a sus hijos a estudiar a sus países de origen118. Esta escuela tenía en su origen un carácter laico, no había instrucción religiosa debido a que los alumnos -varones en su mayoría- eran de distintas iglesias, pero se rezaba el Padre Nuestro al entrar a clases y había media hora para leer pasajes de la Biblia y cantar himnos, por lo tanto, la música tenía su lugar119. En la década de 1870, por influencia de Trumbull y de los empresarios Stephen Williamson y Alexander Balfour -miembros de la Union Church-, la escuela asumió un carácter confesional, lo que provocó un grave conflicto cuando el profesor de arte, agnóstico, se negó a orar antes de clases120. Esto motivó su despido y la renuncia del director, el educador escocés Peter Mackay -también miembro de la Union Church-, y de su ayudante George Sutherland121.

Mackay y Sutherland fundaron un nuevo colegio -el actual Colegio Mackay122- orientado a sectores sociales acomodados, en parte por razones económicas -no tenían auxilio de los ricos empresarios- y pedagógicas: se puso más énfasis en el estudio de clásicos y en los deportes, en un marco de tolerancia religiosa en el que también hubo espacio para la música123. Por su parte, la Escuela de Artesanos pasó a conocerse como English Board School (Colegio Inglés o Colegio de la Junta de Misiones) y también hubo actividades musicales documentadas a cargo de los profesores Mr. Coutts y Mr. Fowley124. Curiosamente, Trumbull mantuvo vínculos con ambos colegios.

Otra iniciativa educacional de Trumbull fue la fundación, en conjunto con el misionero A. M. Merwin, de la Escuela Popular (hoy Colegio David Trumbull) en 1869, concebida para los hijos de protestantes chilenos a modo de réplica a las Escuelas Parroquiales católicas125. Allí trabajó el chileno J. M. López Guillén -miembro de la iglesia presbiteriana que pastoreaba Merwin126-, quien estuvo a cargo un tiempo de los servicios matutinos con canto y lecturas bíblicas127. López era un aficionado al canto que participó en otras instancias de actividad musical128: Por su parte, en la Escuela Popular persistió el cultivo de la música129.

Trumbull tuvo, además, vínculos con otros dos establecimientos educacionales. El primero fue la Escuela Blas Cuevas, una escuela primaria gratuita, fundada por los masones de distintas logias -Trumbull era masón, Diputado de la Gran Logia de Massachusetts- en 1872 y que suscitó una férrea oposición por parte de la Iglesia Católica130. En ella se cultivó la música131, así como en el Instituto Internacional, fundado en 1877 por el misionero suizo Samuel J. Christen en Copiapó -donde organizó la primera iglesia evangélica de la ciudad en 1873- y después fue trasladado a Santiago132. Allí se impartía la enseñanza de instrumentos tales como el piano, el violín y el violoncello, aparte del canto133, y en un espectáculo realizado el 1 de noviembre de 1888 participaron los destacados músicos Juan Gervino (violín), Arturo Hügel (violoncello) y Germán Decker (piano), profesores del Conservatorio Nacional de Música que integraban un cuarteto de alto prestigio134. Tras la salida de Christen de la dirección del Instituto en 1898, los cambios pedagógicos introducidos por el nuevo director, Webster Browning, significaron adoptar el nuevo nombre de Instituto Inglés135.

Otras instituciones educacionales de trasfondo protestante mencionadas en The Record por su actividad musical son la Escuela Americana de Tacna136, el Santiago College137, el Coquimbo College138, el English College de Coquimbo139y escuelas en Copiapó140. Entre los nombres importantes que se destacan por su peculiar interés en el cultivo de la música están los de dos misioneros que trabajaron primero en Copiapó y después en Santiago: el ya mencionado S. J. Christen, fundador tanto de la Iglesia Unión como de la misión chilena de Copiapó141y director de escuelas vinculadas con su denominación, tales como el mencionado Instituto Internacional142, y el metodista Lucius C. Smith, quien residió en Chile entre 1878 y 1883143. Antes de pasar al siguiente punto, es necesario puntualizar un aspecto crucial, y es que la mayoría de las escuelas mencionadas estaban enfocadas prioritariamente a la élite chilena y extranjera. Esto fue seguramente una opción consciente, derivada de la situación sociopolítica en que se hallaba el Chile decimonónico y que coincide con la estrategia modernizadora de las élites144.

6. A MÚSICA EN ASOCIACIONES CIVILES

Ya se puede entrever que, pese a su concepción austera del culto de adoración, Trumbull, siguiendo, asimismo, tanto a Lutero como a la propia tradición calvinista145, aprueba sin mayores reparos la difusión de la cultura musical en otros ámbitos146. Uno de estos ámbitos, en el que los miembros de la Iglesia Unión se involucraron con militantes de otras denominaciones e iglesias, corresponde a la lucha contra el alcoholismo mediante la institución de organizaciones propulsoras de la temperancia y la abstinencia, conforme a modelos estadounidenses y europeos. Tales fueron las Brigadas de Esperanza (Bands of Hope) para los niños y las Logias Templarias para los adultos, ambas con admisión para ambos sexos y vinculadas con organismos afines internacionales147. En las reuniones periódicas de estas agrupaciones había actividad musical, principalmente piezas seculares148, pero lo más frecuente era que se concluyera con la entonación de la doxología Praise God from whom all blessings flow, la más conocida de este tipo de piezas149, o con un himno como The Sweet by and by150.

La breve pieza Praise God, from Whom all blessings flow forma parte de la herencia poético-musical del salmo métrico. Su texto corresponde originalmente a la última estrofa del himno Awake, my Soul, and with the Sun del obispo anglicano Thomas Ken (1637-1711). Su contenido tiene carácter de doxología, fórmula de alabanza a la Trinidad, usada a menudo para abrir o cerrar el culto u otro tipo de reuniones y cuyos ejemplos más conocidos antes de la Reforma fueron el Gloria in excelsis Deo (Gran Doxología) y el Gloria Patri (Doxología Menor), con el cual se concluía el canto de los salmos. En castellano se conoce en traducciones tales como A Dios el Padre celestial o Al Padre, Hijo Redentor. La melodía Old Hundredth, llamada así porque se usaba para cantar la versión metrificada del Salmo 100, fue compuesta o adaptada por Louis Bourgeois (ca. 1510-1561), contemporáneo de Calvino y principal proveedor de melodías para la edición completa del Salterio de Ginebra de 1562. Esta melodía ha traspasado las fronteras del canto congregacional y se ha usado en obras tales como la Trauermusik de Hindemith151 (ver ejemplo 2).



Ejemplo 2

En cambio, The Sweet by and by corresponde a otro repertorio. Su texto fue escrito por el profesor estadounidense Sanford Fillmore Bennett (1836-1898), motivado por la momentánea depresión que atravesaba su amigo el músico Joseph Philbrick Webster (1819-1875), quien compuso la melodía. Sus rasgos literarios -cuyo contenido refiere a la creencia en el descanso y bienestar eternos en el Más Allá- y musicales lo ubican dentro de la categoría del himno gospel, el tipo de himno con estrofas y estribillo difundido por Moody & Sankey en las últimas décadas del siglo XIX. El español Pedro Castro Iriarte (muerto en 1887), uno de los pioneros del protestantismo en su país, escribió un texto para ser cantado con la misma melodía, Pecador, ven al dulce Jesús, un canto que se ha hecho conocido en Chile por medio de los pentecostales152 (ver ejemplo 3).



Ejemplo 3.

Organizaciones de jóvenes, entre ellas la "primera YMCA" a la que Trumbull prestó asistencia cultural y espiritual, también se abrieron al cultivo de la música153y en estos ámbitos destaca la figura de W. J. Daniell, antiguo miembro de la iglesia anglicana de San Pablo que en 1885 se incorporó a la Iglesia Unión de Valparaíso y en la década de 1890 se trasladó a la Iglesia Unión de Santiago154. Pianista, cantante y director, participó junto con otros miembros de la Iglesia Unión en diversas actividades musicales y artísticas. Un ejemplo digno de destacar fue el Jubileo de la Reina Victoria que se celebró en el teatro de la Plaza Victoria el 20 de junio de 1887 a partir de las 20:30 y hasta cerca de la medianoche. Este evento se inserta en el contexto de la gran profusión de espectáculos dramático-musicales que se presentaron en Valparaíso durante la segunda mitad del siglo XIX, impulsados por el complejo cultural anglo-germano-protestante con predominio del elemento aficionado155y su programa fue el siguiente (destacamos nombres conocidos)156:

Himno Nacional británico God save the Queen:
S: Mrs. J. E. Naylor, Mrs. Rau, Mrs. George Rogers, Mrs. Charles Cook, Mrs. Chase, Miss
A. Trumbull, Miss Blake, Miss Eva Cook.
A: Mrs. K. Mathieson, Mrs. Lowe, Mrs. W. J. Daniell; Miss Johnson.
T: Messrs. J. Nicholson, D.S.R. Gordon, J. E. Naylor, James McLaren, W. T. Aikman.
B: A. Walbaum, Lowe, A. Harper, D. Foxley, G. Rogers, J. Bonthron, Knight.
Acc: Miss Mary Chapman.
Dir: Mr. W. J. Daniell.

Orquesta bajo dirección de M. Cesari157tocó una gran variedad de melodías familiares a los oídos británicos. Se presentó, además, el drama Our Wife en dos actos, ambientado en Amiens, 1634.

Rosine ......................................................... Mrs. H. E. Wetherall158.
Mariette....................................................... Miss Edmondson
Marquis de Ligny ........................................... Mr. W. G. D. Sewell.
Count de Bissac ............................................ Mr. H. W. Finn
Pomaret (padre de Rosine) .............................. Mr. S. H. H. Henn
Dumont ....................................................... Mr. A. P. Rowlatt
1° oficial ...................................................... Mr. H. Reeves
2° oficial ...................................................... Mr. A. Steel
Mensajero .................................................... Mr. C. A. Pike
Director de escena......................................... Mr. R. J. Craig Christie

 

Damas: Miss Laidlaw, E. Laidlaw, Bourchier, Cooper, Drummond Hay, Lazonby.
Caballeros: Mr. C. A. Pike, E. W. Edmondson, Beecheno, A. K. Steel,
G. Cooper, C. A. McLean, A. Naylor.
Mosqueteros: Mr. Wayland, J. Borrowman, L. Searle, C. Borrowman.

Al final del 2° acto, Mrs. Wetherall recitó versos apropiados para la ocasión.

Durante los intervalos, el coro cantó All among the Barley; The March of the Men of Harlech; The three Chafers; The Day is done; The blue Bells of Scotland; A Spring song; Rustic coquette; You Gentlemen of England; The Harp that once through Tara's Halls; The roast beef of Old England.

Después se presentó una harlequinade que provocó carcajadas:

Mr. F. H. James .......................................... Arlequín
Mr. G. Cooper ............................................ Colombina
Mr. S. H. H. Henn ....................................... Pantaleón
Mr. W. R. Ancrum ....................................... Clown
Mr. H. Reeves ............................................ Policía
Mr. A. Scott .............................................. Policía
Mr. H. Cooper ............................................ sirvienta
Mr. A. Naylor ............................................. Butcher
Mr. T. Price ............................................... niño
Mr. C. Borrowman ....................................... swell

Este espectáculo fue reseñado en La Patria, Mr. Boulet fue el escenógrafo. Finalmente se presentó un tableau nacional cerca de la medianoche:

Britannia .................................................... H. T. Taylor
Chile ......................................................... J. Monk
Salvaje de Sudáfrica .................................... W. H. Crump
Rear Admiral ............................................... J. Sankey

Ghoorkas: H. D. Raby, E. W. Cumming, W. R. Young.
Man-of-war's men: W. A. Birrell, H. E. Aspinall, W. Walker.
Line Regiment: R. R. Wilson, E. W. Edmondson, J. B. Webster
Australianos: P. H. McClelland, J. Douglas
Eastern Ally: W. F. J. Stevenson
1st Bengal Lancers: A. E. Beecheno
6th Bengal Lancers: A. Powditch
Guardaespaldas de la Caballería de Bengala: H. L. Stokes
Highlanders: J. S. Moody, Henderson.

Posteriormente, ya como miembro de la Iglesia Unión de Santiago, Daniell participaría en el estreno parcial de El Mesías de Haendel en 1895, como director de un grupo vocal que se unió al contingente de Valparaíso para la ocasión.

CONCLUSIONES

El protestantismo y su música se establecen en Chile durante el siglo XIX en el contexto de un espacio público que era dominio exclusivo de la Iglesia Católica. Este espacio público era comprendido como la totalidad del espacio social y abarcaba tanto aspectos visuales como auditivos. De aquí que las primeras capillas protestantes que se edificaron en Chile debieron cumplir requisitos tanto arquitectónicos como de expresión sonora y musical, sus cultos debían ser lo más silencioso posible y debían privarse de campanarios. Esta situación cambió progresivamente gracias al apoyo de una generación liberal que veía en el protestantismo una herramienta para acelerar la modernización del país, y también gracias al medio escrito, la prensa, apoyos que fueron aprovechados por misioneros como David Trumbull. Hacia las décadas de 1870 y 1880 el espacio público fue redefinido como espacio estatal, lo que favoreció el implante de iglesias cristianas no católicas en suelo chileno y la fundación de instituciones vinculadas con ellas, como el caso de escuelas.

En el culto protestante, la música responde fundamentalmente a una tradición escrita y no a la oralidad, con importancia del canto congregacional. La importancia de la Biblia y su lectura tiene su correlato en el uso de libros que la congregación usa para cantar, los himnarios, sean de letra y música o solamente de letra. El repertorio de canto congregacional, que favoreció Trumbull, corresponde al modelo anglosajón y no hay vestigio alguno de apertura hacia expresiones de la cultura chilena mestiza. Este último aspecto puede explicarse si se considera que la congregación de la Union Church estaba conformada por familias de inmigrantes anglosajones que reafirmaban sus referentes culturales en este ámbito. Pero también debe notarse que las primeras iglesias protestantes chilenas recogen el mismo patrón anglosajón y no hay apertura hacia expresiones culturales y musicales chilenas. Recién con el movimiento pentecostal de 1909 surgirá una versión del protestantismo que acogerá tales expresiones, en tanto posibilidad de "religión de los oprimidos", aquellos que han quedado fuera de la modernidad159.

En el caso específico de la Iglesia Unión de Valparaíso, cabe hacer notar que la práctica musical de su culto sufre un importante cambio tras la muerte de Trumbull160. En primer lugar, se resolvió adoptar un nuevo himnario161, Church Praise, usado por la iglesia presbiteriana de Inglaterra desde 1882, el cual contiene una selección de salmos métricos y salmos en prosa, himnos antiguos y modernos, doxologías, anthems y arreglos para el "Amén". La presencia de estas dos últimas clases de piezas musicales indican una mayor importancia de la práctica coral y, además, cada texto aparece impreso con una melodía en partitura, con arreglo a cuatro voces, lo que insinúa el predominio creciente del coro-cuarteto. En este proceso puede haber influido el desarrollo de la práctica coral en la Iglesia Unión de Santiago162.

Y en segundo lugar, estimulados tanto por el ejemplo de la Iglesia Unión de Santiago163como de la iglesia anglicana de Saint Paul's 164, se acordó la compra de un órgano Forster & Andrews en memoria de Trumbull165. La llegada de este instrumento fue respaldada por el pastor William Edwin Dodge, yerno y sucesor de Trumbull166, y tuvo ribetes anecdóticos significativos: al menos desde 1877167, la señorita Louisa Foxley, miembro de la iglesia desde 1884168, fue la armonista oficial de la Iglesia Unión y fue ella quien ejecutó el instrumento en los funerales de Trumbull. Pero cuando se resolvió la compra del órgano, se sugirió nombrar un organista adjunto, condición que la señorita Foxley rechazó de manera enfática, finalmente presentó su renuncia y al poco tiempo regresó a Inglaterra.

El nuevo himnario y el nuevo instrumento son el signo del comienzo de una nueva etapa en la historia musical de la Iglesia Unión; ambos fueron recibidos por el nuevo pastor, el escocés James Gray, un gran entusiasta de la música y de la práctica coral169. Gray fue el promotor clave en el estreno parcial de El Mesías de Haendel a fines de 1895170, evento que reviste gran importancia en la historia musical del país171. Por otra parte, los pastorados de James Gray (1892-1896) y de su sucesor W. B. Inglis (1896-1920) han sido considerados por historiadores de la Iglesia Unión como la mejor etapa en la trayectoria de esta congregación, en términos de número de miembros e impacto social. Pero al mismo tiempo, ya en 1904 se confirmaba el peligro que Trumbull manifestó 22 años antes: la práctica coral había crecido, pero el canto congregacional había disminuido, la "cultura musical" había desplazado al genuino "canto de alabanza y adoración"172. Paradójicamente, esta situación implicó un impacto positivo en la sociedad chilena en términos de la difusión de la modernidad musical en el oratorio y la actividad coral, y con ello, nuevas posibilidades de desarrollo social.

Esta aproximación a la práctica musical en la Iglesia Unión confirma aquellos rasgos generales que Merino173identifica como propios de la actividad burguesa en Valparaíso y gran parte del continente: predominio del elemento aficionado, preferencia por el repertorio europeo por encima de compositores nacionales y exclusivismo en sus ramas. Lo mismo podría afirmarse, en principio, respecto a la música en las escuelas y las asociaciones civiles, ámbitos de gran interés para Trumbull. Bastian174afirma que antes de la llegada de las sociedades misioneras a Latinoamérica, junto o precediendo los procesos de radicalización anticatólica, surgieron sociedades religiosas y políticas a modo de núcleos de organización de las minorías liberales, centros de difusión de prácticas y valores modernos, "sociedades de idea", formas modernas de asociación que fueron el crisol de la política liberal radical y del protestantismo latinoamericano.

Ejemplos en el caso chileno serían la Sociedad de la Igualdad de 1850, las nuevas sociedades de obreros y las logias masónicas. Los primeros misioneros protestantes encontraron en ellas su principal apoyo, al menos hasta la influencia del positivismo en las últimas décadas del siglo XIX. De hecho, Trumbull contribuyó a la fundación de las logias francesa (Estrella del Pacífico, 1850), anglosajona (Bethesda, 1850) y chilena (Unión Fraternal, 1853), y sus actividades coincidieron con la agitación "girondina chilena" que fundó el Club de la Reforma (1849) y la Sociedad de la Igualdad (1850). A este tipo moderno de asociaciones podrían sumarse las logias de temperancia y las organizaciones de jóvenes como la primera YMCA. En todos estos casos, la música tuvo un papel importante.

Por otro lado, Bastian175sostiene que uno de los grandes aportes del protestantismo fue la creación de redes escolares en el marco de un proyecto educativo global en el que la escuela se disociaba del templo (estaba al costado o funcionaba allí mismo, como es el caso de la Escuela Popular), la actividad cultural giraba en torno a la Escuela Dominical, y con esto se lograba mayor aceptación social y la difusión de valores religiosos y democráticos fuera del recinto del templo. Los pedagogos de las escuelas protestantes fueron pioneros en la educación preescolar, enseñanza técnica, musical, deportiva y educación femenina176, y difundieron el valor de la democracia como base del progreso económico y una cultura cívica indispensable para la cimentación nacional177. Un ejemplo notable es el caso de Marcial Martínez de Ferrari, destacado diplomático y compositor chileno que recibió su formación cultural, cívica y musical primaria en el Instituto Internacional dirigido por el misionero Christen178.

De este modo, el estudio de la práctica musical en la Iglesia Unión y en otros ámbitos frecuentados por su fundador, el misionero David Trumbull, nos conduce a afirmar sus vínculos con la implementación del proyecto de la modernidad ilustrada en Chile. Pero estos vínculos deben comprenderse en términos de calces y descalces, coincidencia y tensiones entre protestantismo y modernidad. En el caso de Trumbull puede aplicarse la siguiente afirmación de Bastian179sobre los misioneros protestantes de aquella época en Latinoamérica:

"Convencidos de que poseían las llaves de la modernidad religiosa y económica, eran portadores de modelos asociativos democráticos, mediante la insistencia de sus sociedades religiosas en los regímenes eclesiásticos parlamentarios, en las asambleas, sínodos, convenciones y conferencias, que delegaban sus poderes en presidentes y obispos responsables ante sus bases".

El canto congregacional, la práctica coral, la música realizada en las asociaciones civiles, la enseñanza de canto e instrumentos en las escuelas, sin duda, constituyeron instancias de inculcación de tales modelos en los fieles protestantes, extranjeros y chilenos. Por lo tanto, la música protestante, entendida en términos de las prácticas sociales mencionadas, tanto en el espacio público como en espacios privados, fue una herramienta más para la instalación de la modernidad ilustrada en Chile, hipótesis que futuras investigaciones en este campo debieran verificar.

NOTAS

1Este artículo se ha realizado en el marco del proyecto FONDECYT N° 1040516.

2Weber 2003.

3Espoz 2003.

4González 2001: 63-65.

5Lasch 1991.

6Troeltsch 1951: 30-37.

7Araya 1999: 184.

8Araya 1999: 38-51.

9Araya 1999: 52-90.

10Bastian 1994: 68-73.

11Stuven 2000: 29-60.

12Bastian 1994: 73.

13Hernández 1925: 79-80.

14Jammet 2002: 70-72; Merino 1982: 201.

15Bazley 1995: 177-178; Jammet 2002: 74-75.

16Hernández 1927: 16; Merino 1982: 200.

17Bazley 1995: 178; Merino 1982: 201.

18Jammet 2002: 73-74.

19Millar 2000; Salinas 2005: 220-221.

20Joshua Waddington Blanchard (1792-1877) fue fundador de la Casa Waddington, Templeman y Cía., la más importante en la costa del Pacífico durante varios años, y colaboró con financiamiento para el gobierno chileno durante la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana (Figueroa 1931: 1078-1079; Hernández 1927: 22). En su casa en Valparaíso falleció el primer arzobispo de Santiago, Manuel Vicuña Larraín, en 1843. Benjamín Vicuña Mackenna, el ilustre político y escritor liberal, sobrino del arzobispo mencionado, calificó a Waddington como "el verdadero fundador de Valparaíso" (mayo 2005: 208).

21Mayo 2005: 194, 206.

22Isidora Zegers y Montenegro (1803-1869) fue una figura crucial en la historia de la música chilena. El hijo mayor de su segundo matrimonio, Jorge Huneeus Zegers, fue Rector de la Universidad de Chile y defensor de la libertad de cultos y de la enseñanza religiosa, debido a la situación de su padre (Correa 1969: 47-48).

23Bazley 1995: 179-180.

24Bazley 1995:180.

25Bazley 1995: 181-182; Mayo 2005: 208; Pytches 1975: 19; Waisberg 1992: 44.

26Información en sitio Web Los órganos de Valparaíso, de Ramón Sernuda J., http://organosvalpo. galeon.com/ (último acceso, 10 de marzo de 2006).

27Merino 1982: 203, 225-227.

28The Record, XV/219 (14 de abril, 1886), p. 1.

29Datos sobre la iglesia anglicana: The Record, VI/86 (21 de diciembre, 1877), pp. 1-2; XII/143 (21 de marzo, 1883), p. 9; XIII/161 (5 de enero, 1884), pp.1-2; XIII/184 (17 de diciembre, 1884), p. 9; XVII/266 (10 de febrero, 1888), p. 8.

30Semanario Musical, N° 16 (24 de julio, 1852), p. 1. Respetamos la ortografía original.

31Araya 1999: 39; Wehrli 1989: 53, 55.

32Meier 2002.

33Appl 1996: 112; Araya 1999: 39.

34Mientras los presbiterianos se organizan en un sistema de sínodos del que dependen todas sus iglesias, los congregacionalistas creen en la autonomía de cada iglesia local. Ambas denominaciones (iglesias) comparten, no obstante, un trasfondo calvinista (Appl 1996: 112). Por otro lado, mientras Princeton aún albergaba a la vieja escuela calvinista, en Yale se gestaba la teología liberal, relacionada con la teología humanista (Troeltsch 1951: 30-51) y corrientes como el taylorismo que, en contra del calvinismo, negaba la naturaleza pecaminosa del ser humano (Paul 1995: 71-81).

35Appl 1996: 100; Wehrli 1989: 53.

36La Foreign Evangelical Society se unió a otros dos organismos para formar en 1849 la American and Foreign Christian Union, organismo cuyo propósito declarado era el mencionado y que apuntaba, además, a la expansión del sistema democrático, en otras palabras, la modernidad norteamericana (Meier 2002). A partir de entonces y hasta 1873, Trumbull pasó a depender financieramente de esta institución.

37Datos sobre historia de la Iglesia Unión en The Record, VI/85 (16 de noviembre, 1877), pp. 6-7; XI/133 (16 de septiembre, 1882), pp. 1-3.

38Serrano 1999; 2003.

39Bastian 1994: 88-89; Salinas 1987: 135-147.

40Serrano & Jaksic 2000.

41Asociación cuyas actividades condujeron a la fundación del Conservatorio Nacional de Música.

42Serrano 2003.

43Treutler 1958: 44.

44Paul (1995: 92-93) considera a Bilbao como "precursor" de Trumbull y remite a biógrafos -específicamente Armando Donoso- que lo califican como un "santo laico". Se trata de exageraciones, ya que el propio Bilbao (1988: 151-152), pese a su trasfondo cristiano, explicitó sus diferencias con el cristianismo, tanto católico como protestante. Bilbao fue un miembro destacado de aquella segunda generación latinoamericana de liberales que acogió al protestantismo como una herramienta más a favor del establecimiento de una sociedad moderna (Bastian 1994).

45Bastian 1994: 86-87; Paul 1995: 91-93.

46The Record, XII/150 (7 de julio, 1883), p. 7; Hernández 1927: 22. J.G. Waddington Urrutia (1821-1882) ejerció este puesto hasta 1854 (y no 1856, como afirma Figueroa 1931: 1078) y posteriormente fue elegido diputado por Valparaíso. El mismo año de su nombramiento, El Mercurio publicó que un grupo de inmigrantes planeaba construir una capilla en un sitio que se compraría a Waddington.

47Paul 1995: 117. Muñoz (1984: 73-74), junto con minimizar gran parte de la obra de Trumbull, considera a los protestantes como instrumentos de la masonería, especialmente en el proyecto liberal de laicización estatal: "Los protestantes fueron muchas veces usados por los masones como instrumentos, pero de ninguna manera fueron el argumento de fondo".

48Hoy calle José Tomás Ramos, cerca de los actuales Tribunales de Justicia de Valparaíso. Pytches 1975: 19 (mencionado en mayo 2005: 208) afirma que Waddington donó este terreno, pero otras fuentes (McLean 1954: 27; Serrano 1999: 219) dicen que fue comprado, sin especificar a quién. Es posible que Pytches se haya confundido con el terreno de St. Paul's. Al respecto es interesante notar que el periódico de la Iglesia Unión, The Record, XII/150 ( 7 de julio, 1883), p. 7, al publicar la noticia del fallecimiento de Waddington, no mencionó su participación en la compra o venta del sitio de su primera capilla. En todo caso, es probable que por la venta de estos terrenos, tanto para la edificación de St. Paul's como de la Union Church -si es que Pytches no se ha confundido- y la repercusión pública que ocasionaría, Waddington se haya alejado de la Secretaría de Hacienda. La edificación de la capilla fue encomendada al arquitecto Alexander Livingstone (Waisberg 1992: 51-52, nota remite a Historical Outline of Union Church, 1847-1947). Se ubicaba en el sitio que hoy alberga a los Tribunales de Justicia.

49The Record, IV/70 (20 de abril, 1876), p. 7. Quizás el "coro" consistía en un conjunto vocal de tamaño mediano o pequeño, o en realidad el término en este caso se refiere a la congregación completa, en tanto ejecutante de sus cantos.

50Wehrli 1989: 99-101.

51Waisberg 1992: 119.

52El aumento de la comunidad determinó en 1868 la adquisición de un terreno de Francisco Smith en calle San Juan de Dios (actualmente Condell) y al año siguiente se construyó la iglesia de acuerdo al proyecto del arquitecto John Livingstone (Waisberg 1992: 51-52, nota remite a escritura de venta del 30 de noviembre de 1868). La capilla antigua fue vendida entonces a la comunidad alemana, diez años después pasó a manos de la misión presbiteriana chilena y finalmente el edificio fue vendido a la Imprenta y Litografía Universo de G. Helfmann en 1905. Cf. The Record, XXXIII/452 (agosto, 1905), p. 157.

53The Record, VI/78 (21 de febrero, 1877), pp. 1-2; X/118 (27 de agosto, 1881), pp. 2-3; XIII/164 (21 de febrero, 1884), p. 3; XIII/177 (28 de agosto, 1884), pp. 1-2; XIV/186 (15 de enero, 1885), pp. 1-2.

54The Record, VI/85 (16 de noviembre, 1877), pp. 4-5; XV/224 (23 de junio, 1886), pp. 3-4; XVII/269 (23 de marzo, 1888), pp. 1-3.

55The Record, XIII/163 (6 de febrero, 1884), p. 6; XIV/194 (7 de mayo, 1885), pp. 7-10. Los historiadores protestantes (Appl 1996: 101; Paul 1995: 163-172) destacan el papel de Trumbull en la preparación de la opinión pública para la dictación de estas leyes; en cambio, historiadores católicos como Muñoz (1984: 75-76) lo disminuyen y considera que las leyes laicas habrían sido una revancha del Presidente Santa María por la imposibilidad de obtener el nombramiento de su candidato arzobispal Taforó tras la muerte de Valdivieso en 1878 (quien había recomendado a Joaquín Larraín). "Este es el hecho histórico. Algunas veces -en estos larguísimos debates- los evangélicos fueron usados como argumentos, pero el fondo del problema era la lucha política entre los católicos oponentes al gobierno y el gobierno mismo".

56The Record, XIV/186 (15 de enero, 1885), pp. 1-2. Esta faceta de Trumbull le valió ser calificado como "escritor y filósofo" (Figueroa 1900: 223).

57Pacheco 2005: 65-66; Paul 1995: 80-81.

58Pacheco 2005.

59Esto desmiente la siguiente afirmación de Muñoz (1984: 72) sobre Trumbull: "Era un hombre celoso e impetuoso. Con la típica mentalidad protestante preecuménica, pensaba que sólo ellos eran verdaderos cristianos, e incapaz de captar el molde católico de muchas creencias cristianas pensaba sencillamente que eso era paganismo y arremetía con valentía y de buena fe, creyéndose el único poseedor de la verdad y en poder de la única interpretación de la Biblia".

60Millar 2000.

61Serrano 1999: 216.

62Salinas 2005: 217-218.

63Appl 1996: 107-108.

64Serrano 1999: 219-220.

65Millar 2000; Rehbein 2005: 27-29.

66Serrano 1999: 219.

67Wehrli 1989: 57.

68While the Church prefers free methods to fixed forms of prayer in public worship, it believes that the devotional part of services, and sacred psalmody, should receive very careful attention. The Lord's Prayer, and special passages of Scripture, the Creed, Covenant, and devotional utterances common to the whole Church of Christ; and such forms as are necessary and expedient in sacramental and other special services, may be appropriately used.

69Actas del 28 de octubre de 1885 y del 2 de enero de 1889 en Church Minutes.

70En la revisión de partituras almacenadas en una bodega de la Union Church de Viña del Mar, ver Apéndice.

71Carta de A. Roxburgh a Martin (Valparaíso, 3/7/67) en Letter Book Union Church Missionary Society (1867-72); Acta de la Séptima Asamblea General de la Corporación de la Iglesia Unión del 18/10/83 y Actas de Reuniones del Board of Management (Consejo de Administración) del 2/2/84, 7/2/84, 26/2/85 y 10/8/85 en Libro de Actas del Board of Management de la Union Church de Valparaíso.

72The Record, XII/155 (5 de octubre, 1883), p. 7.

73The Record, XIV/207 (5 de noviembre, 1885), pp. 1-2.

74The Record, XIV/210 (16 de diciembre 1885), p. 1.

75The Record, VII/92 (7 de septiembre, 1878), pp. 9-10; carta de A. Roxburgh a Martin (Valparaíso, 3/7/67) en Letter Book Union Church Missionary Society (1867-72); acta del 23/08/78 en Libro de Actas de Reuniones de los Oficiales de la Union Church, 1870-1903.

76The Record, XII/157 (12 de noviembre, 1883), p. 6, aunque no era miembro de la Iglesia Unión.

77The Record, XV/229 (26 de agosto, 1886), pp. 5-6; XVI/242 (10 de marzo, 1887), p. 4; XVII/284 (8 de noviembre, 1888), p. 6.

78"A Dark Musical Picture", The Record, IV/49 (14 de marzo, 1874), p. 16.

79The Record, VII/91 (5 de julio, 1878), p. 16; XVI/246 (5 de mayo, 1887), p. 9.

80The Record, XI/126 (29 de abril, 1882), p. 12; XIV/207 (5 de noviembre, 1885), p. 16.

81"Joyousness in Religious Worship", The Record, XI/133 (16 de septiembre, 1882), pp. 7-11.

82The history of more modern churches shows a like appreciation not only of sacred music but of sacred verse; in fact this appreciation rises as the ages advance. Active churches are singing churches; those that have done most in the use of holy song have moved most the masses of people -have drawn them in. The singing has been worship, the worship of God, but such a social form of it as has attracted and uplifted the crowding audiences, sometimes in the church, sometimes in the street, on the highway, in the open field, or under the arching trees of the forest. The word "culture", musical cultivation, I avoid because churches sometimes err in that direction, having more music than singing, more culture than praise. Organ solos and quartet choirs not only execute music superbly, but stop the people's mouths and reduce them to silence. At large outlay the services are secured of prima donnas never known "To falter in chant or hymn or anthem splendid;/ And still enchanting, when the chant is ended", but the people all the while are expected to be dumb and only listen. This is not to be imitated. It is not praise, neither is to be praised. It is valueless as worship, if not worse than valueless. It distracts from worship; it destroys it. But singing in which all hearts and many voices join in the worship of God can hardly be overrated for its exalting, thrilling and sanctifying power.

83Hustad 1998:204-205.

84The Record, XIV/188 (12 de febrero, 1885), p. 1; XV/218 (31 de marzo, 1886), p. 6; XV/224 (23 de junio, 1886), p. 16; acta del 27/06/79 en Libro de Actas de Reuniones de los Oficiales de la Union Church, 1870-1903.

85The Record, XIV/210 (16 de diciembre, 1885), p. 6.

86The Record, VII/87 (1 de febrero, 1878), pp. 2-3; XIII/185 (31 de diciembre, 1884), p. 7; XIV/186 (15 de enero, 1885), pp. 10-11; XIV/205 (14 de octubre, 1885), pp. 5-8; XVI/238 (20 de enero, 1887), pp. 2-3; XVI/245 (22 de abril, 1887), p. 4.

87La promoción indirecta de este repertorio deviene patente en las numerosas noticias y reportajes sobre la actividad del evangelista Dwight L. Moody y su colaborador musical Ira D. Sankey que se publicaron en The Record, IV/49 (14 de marzo, 1874), pp. 9-11; IV/51 (16 de mayo, 1874), pp. 11, 13; IV/57 (14 de noviembre, 1874), p. 16; IV/62 (17 de abril, 1875), pp. 15-16; IV/63 (17 de mayo, 1875), pp. 6, 10-11; IV/65 (28 de octubre, 1875), p. 10; IV/67 (21 de enero, 1876), p.16; IV/68 (22 de febrero, 1876), p. 6; V/75 (28 de octubre, 1876), p. 7; VI/77 (20 de enero, 1877), p. 13; VIII/101 (5 de septiembre, 1879), pp. 5-6; X/116 (18 de junio, 1881), p. 4; XII/143 (21 de marzo, 1883), p. 9; XII/149 (23 de junio, 1883), pp. 11-12; XVI/238 (20 de enero, 1887), pp. 2-3; XVI/243 (24 de marzo, 1887), pp. 3-4; XVI/246 (5 de mayo, 1887), p. 10.

88The Record, VIII/96 (20 febrero, 1879): p. 13; X/118 (27 agosto, 1881): p. 7; XII/148 (9 junio, 1883): p. 3; XV/223 (9 de junio, 1886), p. 15; XVII/286 (6 de diciembre, 1888), p. 5; XVIII/288 (5 de enero, 1889), pp. 10-11.

89The Record, XII/158 (21 de noviembre, 1883), pp. 10-11.

90The Record, XVIII/291 (23 de febrero 1889), pp. 6-7. En el ejemplo 1 y demás ejemplos musicales presentamos solamente la melodía -en tanto piezas destinadas al canto congregacional- y una estrofa.

91Actas de 1858 (sin especificar día ni mes) y del 11/7/1862, Libro de Actas de la Junta de Escuela Dominical (Sunday School, 1853-73).

92Acta del 27 de febrero de 1884 en Church Minutes.

93The Record, VIII/100 (30 de julio, 1879), p. 4; XIII/161 (5 de enero, 1884), p. 9; XIV/210 (16 de diciembre, 1885), p. 5 (se menciona a Robinson como iniciador de estos festivales hacia 1852); XVI/255 (9 de septiembre, 1887), p. 7; XXI/306 (29 de mayo, 1891), p. 16.

94The Record, VIII/96 (20 de febrero, 1879), p. 2; XI/139 (30 de diciembre, 1882), p. 2; XV/237 (31 de diciembre, 1886), pp. 14-15; XVII/287 (20 de diciembre, 1888), pp. 5-6.

95The Record, VII/94 (13 de noviembre, 1878), p. 1; XIII/171 (4 de junio, 1884), p. 3; XIV/192 (9 de abril, 1885), p. 6; XV/231 (22 de septiembre, 1886), p. 3; XVI/253 (12 de agosto, 1887), p. 8.

96The Record, XIV/188 (12 de febrero, 1885), p. 2-3.

97Acta de la Primera Asamblea General del Consejo de Administración de la Iglesia Unión, 31/10/77, Libro de Actas del Board of Management de la Union Church de Valparaíso; Actas del 29/08/84 y del 24/10/84 en Libro de Actas de Reuniones de los Oficiales de la Union Church, 1870-1903, y actas del 2 de septiembre de 1884 y 29 de octubre de 1884 en Church Minutes.

98The Record, XV/231 (22 de septiembre, 1886), p. 3; XVI/245 (22 de abril, 1887), p. 4; XVI/250 (1 de julio, 1887), p. 1-3; XVI/252 (27 de julio, 1887), p. 11; XIX/296 (6 de julio, 1889), p. 7.

99The Record, XVI/251 (15 de julio, 1887), p. 4; XVII/284 (8 de noviembre, 1888), pp. 1-3, 6; XVII/286 (6 de diciembre, 1888), pp. 1-2; XIX/297 (10 de agosto, 1889), pp. 5-6.

100The Record, XV/234 (11 de noviembre, 1886), p. 1; XV/235 (25 de noviembre, 1886), p. 4; XV/236 (13 de diciembre, 1886), p. 8; XVI/238 (20 de enero, 1887), p. 6; XVI/250 (1 de julio, 1887), p. 9; XVI/258 (21 de octubre, 1887), p. 3; XVII/265 (27 de enero, 1888), p. 3; XVII/267 (24 de febrero, 1888), pp. 8-9; XVIII/288 (5 de enero, 1889), p. 3; XIX/297 (10 de agosto, 1889), pp. 4-5; McLean 1954: 35, 54.

101The Record, XII/153 (18 de agosto, 1883), p. 9.

102The Record, VI/80 (17 de mayo, 1877), p. 7, informa que el misionero Nathaniel Gilbert tenía en Santiago un grupo en su casa antes que se dictara la ley interpretativa del 27 de julio de 1865, grupo que fue el núcleo de la primera iglesia protestante fundada en Santiago. Ver también XIII/166 (22 de marzo, 1884): pp.3-4; McLean 1954: 41.

103Martínez 1994: 157, 177; McConnell 1987:129-130.

104The Record, IV/67 (21 de enero, 1876), p. 15; IV/70 (20 de abril, 1876), p. 14; www.cedma.com/archivo/jabega-pdf/jabega87.pdf.

105Appl 1996: 111-112; Araya 1999: 42-44, 49-51.

106McConnell 1987:129-130.

107The Record, IV/58 (15 de diciembre, 1874), p. 1; VII/89 (8 de abril, 1878), p. 15.

108McConnell 1987:130. The Record, IV/65 (28 de octubre, 1875), p. 6.

109McConnell 1987: 130. The Record, XI/128 (1 de julio, 1882), pp. 8-9.

110The Record, X/119 (1 de octubre. 1881), p. 1.

111The Record, XIV/188 (12 de febrero, 1885), pp. 2-3; XIV/189 (26 de febrero, 1885), p. 2; XIV/192 (9 de abril, 1885), p. 6; XIV/193 (24 de abril, 1885), pp. 1-3; XIV/195 (21 de mayo, 1885), p. 6; XIV/196 (3 de junio, 1885), p. 6; XIV/200 (30 de julio, 1885), pp. 11-12.

112The Record, XVI/244 (7 de abril, 1887), p. 4; XVI/249 (16 de junio, 1887), p. 6; XVI/256 (23 de septiembre, 1887), pp. 3-4; XVI/262 (16 de diciembre, 1887), p. 6; XVII/272 (11 de mayo, 1888), pp. 1-4; XVII/285 (22 de noviembre, 1888), pp. 2-4.

113Del francés colporteur, el término designa a vendedores itinerantes que ofrecían productos cristianos puerta a puerta, tales como Biblias, folletos o himnarios.

114The Record, III/27 (27 de abril, 1872), p. 17; III/30 (20 de agosto, 1872), p. 3; IV/67 (21 de enero, 1876), p. 4; VI/79 (20 de marzo, 1877), p. 5; VII/87 (1 de febrero, 1878), p. 5; VII/89 (8 de abril, 1878), p. 15; IX/104 (13 de marzo, 1880), p. 3-4; XIII/184 (17 de diciembre, 1884), p. 6.

115Appl 1996: 105; Millar 2000.

116Appl 1996: 105-106.

117Paul 1995: 116-117. Seguramente este fue el primer encuentro entre David Trumbull y Andrés Bello, quienes se profesaron mutua estimación. En el Nº 126 de The Record (29 de abril de 1882) se informó acerca de la publicación de la biografía de Bello escrita por Miguel Luis Amunátegui Aldunate. En esa ocasión Trumbull hizo un recuerdo personal de Bello: "Un año antes de la muerte del Sr. Bello el editor de The Record [Trumbull] lo visitó en Santiago. Ya entonces él estaba mal de salud, aunque su mente seguía clara y lúcida. Era un hombre de genio. Fue interesante escucharle narrar una recuerdo juvenil de William Wilberforce [político británico que logró la abolición de la esclavitud en Gran Bretaña]. Dijo que una vez fue huésped de Mr. Wilberforce en Inglaterra; y mencionó cuánto se había interesado e impresionado con la seriedad y devoción con las que ese padre y estadista cristiano dirigía el culto familiar, reunía a los suyos en su alrededor para leer la Sagrada Escritura y orar. Sesenta años después el Sr. Bello recordaba con agrado esa escena y la mencionó como un incidente notable en su relación con Wilberforce. Esto los honró a ambos". Seis años después falleció M.L. Amunátegui, al que Trumbull dedicó un elogioso homenaje en The Record, Nº 265 (27 de enero de 1888). Domingo Amunátegui Solar, hijo de Miguel Luis, envió su agradecimiento por escrito y fue publicado en el número siguiente de la revista (Nº 266, 10 de febrero de 1888). Allí le menciona a Trumbull cómo su padre supo por primera vez acerca de él: "Él frecuentemente me repetía que comenzó a saber de usted por medio de los encomios que escuchó de parte de don Andrés Bello".

118Appl 1996: 107; Araya 1999: 41, 156; Millar 2000.

119The Record, III/29 (25 de julio, 1872), pp. 12-13.

120El profesor en cuestión -que impartía inglés, matemáticas, geografía y dibujo- era nada menos que el pintor británico Thomas Somerscales (1842-1927), el que se hizo célebre pocos años después con sus marinas y sus cuadros épicos vinculados con la Guerra del Pacífico (Millar 2000).

121Paul 1995: 118-122.

122Figueroa 1900: 129.

123The Record, X/122 (31 de diciembre, 1881), p. 4; XVII/264 (14 de enero, 1888), p. 3.

124The Record, X/113 (22 de enero, 1881), p. 3; X/122 (31 de diciembre, 1881), pp. 3-4; XIII/185 (31 de diciembre, 1884), p. 6; XIV/211 (30 de diciembre, 1885), p. 4; XVII/264 (14 de enero, 1888), p. 3.

125Appl 1996: 107; Araya 1999: 41; Paul 1995: 122-124.

126En 1873, la American and Foreign Christian Union, institución interdenominacional en la que colaboraban miembros de diferentes iglesias, vio mermados sus recursos ante la decisión de algunas iglesias de asumir proyectos misioneros particulares. Esto significó abandonar los proyectos en el extranjero y las misiones en Chile pasaron a depender de la iglesia presbiteriana de Estados Unidos. Por esta razón, las primera denominación protestante que se estableció oficialmente en Chile fue la presbiteriana (Appl 1996: 112).

127The Record, XIV/200 (30 de julio, 1885), p. 3.

128The Record, XIV/189 (26 de febrero, 1885), p. 3; XIV/196 (3 de junio, 1885), p. 6; XIV/198 (2 de julio, 1885), pp. 2-3; XIV/204 (1 de octubre, 1885), pp. 4-5; XV/214 (10 de febrero, 1886), p. 1; XV/217 (17 de marzo, 1886), p. 4.

129The Record, XV/229 (26 de agosto, 1886), pp. 1-2; XXI/306 (29 de mayo, 1891), p. 13.

130Araya 1999: 41; Millar 2000; Paul 1995: 117-118.

131The Record, IV/67 (21 de enero, 1876), pp. 6-7.

132Paul 1995: 124-125.

133The Record, XIII/179 (8 de octubre, 1884), pp. 13-14; XIV/196 (3 de junio, 1885), p. 3; XIV/203 (10 de septiembre, 1885), pp. 2-3.

134The Record, XVII/284 (8 de noviembre, 1888), pp. 1-3.

135Araya 1999: 157-160.

136The Record, VIII/95 (17 de enero, 1879), p. 9.

137Fundado por el misionero metodista Ira La Fetra. The Record, XI/124 (25 de febrero, 1882), p. 9; XIII/170 (24 de mayo, 1884), pp. 1-2; XIII/184 (17 de diciembre, 1884), pp. 5-6; XVI/259 (3 de noviembre, 1887), p. 6.

138The Record, XIII/175 (1 de agosto, 1884), pp. 8-9.

139The Record, XIV/205 (14 de octubre, 1885), pp. 5-8.

140The Record, XIV/210 (16 de diciembre, 1885), pp. 5-6.

141The Record, III/33 (15 de noviembre, 1872), pp. 14-16; IV/59 (16 de enero, 1875), pp. 6-7; IV/61 (13 de marzo, 1875), p. 15; IV/65 (28 de octubre, 1875), p. 6; McLean 1954: 47-48; Paul 1995: 111.

142Figueroa 1900: 73; McConnell 1987:130.

143The Record, VII/93 (7 de octubre, 1878), p. 13; X/122 (31 de diciembre, 1881), p. 3; XII/141 (3 de febrero, 1883), p. 1; XII/159 (5 de diciembre, 1883), p. 5; XIII/162 (19 de enero, 1884), p. 5.

144Sepúlveda 1987: 250-252.

145Hustad 1998: 204.

146The Record XII/151 (21 de julio, 1883), p. 10; XIX/297 (10 de agosto, 1889), pp. 5-6.

147Paul 1995: 159-162. Por lo tanto, estas logias no correspondían exactamente a las logias masónicas.

148The Record IV/49 (14 de marzo, 1874): pp. 5-6; IV/51 (16 de mayo, 1874): p. 3; IV/53 (17 de julio, 1874): p. 8; IV/64 (19 de junio, 1875): p. 3; V/73 (23 de julio, 1876): p. 5; VII/88 (7 de marzo, 1878): p. 7; VII/92 (7 de septiembre, 1878): pp. 13-14; VIII/96 (20 de febrero, 1879): p. 2; X/113 (22 de enero, 1881): pp. 7-8 (campanas); XII/142 (3 de marzo, 1883): p. 11 (Good Templars); XII/145 (28 de abril, 1883): pp. 10-11; XII/147 (23 de mayo, 1883): pp. 10-11 (Band of Hope de Coquimbo); XII/153 (18 de agosto, 1883): p. 4 (Band of Hope de Coquimbo); XIV/191 (24 de marzo, 1885): p. 2 (GT); XIV/197 (20 de junio, 1885): p. 14 (GT de Chile); XIV/209 (1 de diciembre, 1885): p. 1 (GT); XV/212 (13 de enero, 1886): p. 4 (GT); XV/226 (21 de julio, 1886): pp. 5-6 (GT); XV/233 (27 de octubre, 1886): pp. 13-14, 15; XVI/253 (12 de agosto, 1887): p. 8 (GT); XXI/304 (29 de marzo, 1891): pp. 12-13; XXI/306 (29 de mayo, 1891): p. 8; XXI/307 (25 de junio, 1891): p. 14.

149The Record, VII/94 (13 de noviembre, 1878), p. 16.

150The Record, XV/226 (21 de julio, 1886), pp. 5-6; XV/233 (27 de octubre, 1886), p. 15.

151McConnell 1985:18-19, 33, 301-302.

152McConnell 1985: 21-22, 142, 292.

153Pacheco 2005: 63. The Record, XIII/175 (1 de agosto, 1884), pp. 1-2.

154Acta del 29 abril 1885 en Church Minutes; The Record, XIV/198 (2 de Julio, 1885), pp. 2-3; XIV/204 (1 de octubre, 1885), pp. 4-5; XVI/251 (15 de julio, 1887), p. 6; XVII/274 (15 de junio, 1888), pp. 3-4; XVII/286 (6 de diciembre, 1888), pp. 1-2; XIX/297 (10 de agosto, 1889), pp. 5-6; XXI/308 (24 de julio, 1891), p. 14; The Valparaiso Review, II/2 (15 de septiembre, 1895), pp. 85-85.

155Merino 1982: 211-214, 228-229.

156The Record, XVI/250 (1 de Julio, 1887), pp. 1-3. La intercalación de números musicales en medio de una representación teatral remite a una práctica que ya era conocida en Chile.

157El maestro Pedro Cesari, músico italiano nacido en 1836, fue una figura de gran importancia en el ámbito musical desde su establecimiento en Valparaíso en 1884 (Merino 1982: 224).

158Esposa del capellán anglicano de St. Paul's.

159Bastian 1994: 146-149.

160Pese al cariño y respeto profesado hacia el estadounidense Trumbull por la congregación de la Union Church, mayoritariamente escocesa, parece que hubo algún nivel de desencuentro entre ambos, quizás, entre otras áreas, en materias musicales, seguramente por diferencias culturales. Es significativo que, tras la muerte de Trumbull y ante la inminente renuncia temprana de su yerno y sucesor Dodge por razones de salud, la congregación solicitó que se buscara un pastor escocés (Acta de reunión del Consejo de Administración del 11/9/90, Libro de Actas del Board of Management de la Union Church de Valparaíso). Efectivamente, el nuevo pastor de la Union Church fue el escocés James Gray, gran promotor de la música.

161Actas del 28/06/89, 24/08/89, 29/11/89 y 10/05/90 en Libro de Actas de Reuniones de los Oficiales de la Union Church, 1870-1903, y actas del 8 de noviembre de 1889, 3/12/89 y 22/5/90 en Church Minutes.

162The Record, XIII/173 (5 de julio, 1884), p. 5; XIII/184 (17 de diciembre, 1884), p. 12; XIV/195 (21 de mayo, 1885), p. 6; XIV/201 (14 de agosto, 1885), p. 5.

163The Record, XIV/189 (26 de febrero, 1885), pp. 2-3; The Record, XXI/305 (25 de abril, 1891), pp. 13-14.

164The Record, XV/219 (14 de abril, 1886), p. 1.

165Acta de la 13ª Asamblea General de la Corporación de la Iglesia Unión del 31/10/89, Libro de Actas del Board of Management de la Union Church de Valparaíso, y actas de reuniones del Consejo de Administración del 12/11/89 y 9/5/90, Libro de Actas del Board of Management de la Union Church de Valparaíso.

166The Record, XXI/304 (29 de marzo, 1891), pp. 2-5.

167Acta de la Primera Asamblea General de la Corporación de la Iglesia Unión, 31/10/77, Libro de Actas del Board of Management de la Union Church de Valparaíso.

168Actas del 29/08/84 y del 24/10/84 en Libro de Actas de Reuniones de los Oficiales de la Union Church, 1870-1903, y actas del 2 de septiembre, 1884 y 29 de octubre, 1884 en Church Minutes.

169The Record, XXI/305 (25 de abril, 1891), pp. 8, 11; XXI/306 (29 de mayo, 1891), pp. 12-13; XXI/309 (15 de agosto, 1891), p. 12; XXI/311 (15 de octubre, 1891), p. 3; XXI/312 (17 de noviembre, 1891), p. 15.

170En cierta forma el terreno para el estreno de esta obra fue preparado en escritos publicados en The Record, XXI/311 (15 de octubre, 1891), pp. 8-9, que contiene un testimonio del Festival Haendel en Londres, donde se interpretó El Mesías y 326 (17 de enero de 1893): 5, anécdota sobre su creación. El estreno se realizó en septiembre de 1895 en el Teatro Victoria (The Valparaíso Review, II/2 (15 de septiembre, 1895), pp. 84-85.

171Merino 1982: 224, 228.

172The Record, XXXIII/447 (diciembre, 1904), p. 56.

173Merino 1982: 229.

174Bastian 1994: 93-105.

175Bastian 1994: 129-137.

176Bastian 1994: 130-131.

177Bastian 1994: 136-137.

178Pereira 1957: 377-378.

179Bastian 1994: 108.

180Este edificio se encuentra situado en calle Von Schroeders N° 356, Viña del Mar.

BIBLIOGRAFÍA

Appl, Karl F. 1996 Bosquejo de la historia de las iglesias en Chile. Santiago: Platero.

Araya, Eugenio 1999 La posible imposibilidad. Crónicas históricas de iglesias evangélicas en Chile. Santiago: Comunidad Teológica Evangélica de Chile.

Bastian, Jean-pierre 1994 Protestantismos y modernidad latinoamericana. Historia de unas minorías religiosas activas en América Latina. Traducción de José Esteban Calderón. México DF: FCE.

Bazley, Barbara 1995 Somos anglicanos. Imprenta Interamericana.

Bilbao Barquin, Francisco 1988 El evangelio americano [y otros textos]. Edición de Leopoldo Benavides y Alejandro Witker Velásquez. Caracas: Biblioteca Ayacucho.

Correa Saavedra, Mario 1969 Jorge Huneeus Zegers: Imagen, pensamiento, acción. Santiago: Andrés Bello.

Espoz Le-fort, Renato 2003 De cómo el hombre limitó la razón y perdió la libertad. Santiago: Universitaria.

Figueroa Luna, Pedro Pablo 1900 Diccionario biográfico de extranjeros en Chile. Santiago: Imprenta Moderna.

Figueroa, Virgilio 1931 Diccionario histórico, biográfico y bibliográfico de Chile. Santiago: Imprenta La Ilustración, tomos IV-V.

González, Justo L. 2001 Mapas para la historia futura de la iglesia. Buenos Aires: Kairós.

Hernández Cornejo, Roberto 1925 El esfuerzo británico en Valparaíso y álbum de Chile. Valparaíso: Casa Mackenzie. 1927 Valparaíso en 1827. Valparaíso: Imprenta Victoria. Hustad, Donald 1998 [1981] ¡Regocijaos! La música cristiana en la adoración. Traducción de Olivia de Lerín et al. El Paso, Texas: Casa Bautista de Publicaciones.

Jammet, Nathalie 2002 "La laïcisation au Chili au XIXe siècle: l'exemple des cimetières pour les dissidents religieux". Caravelle, n°78, pp. 67-79.

Lasch, Christopher 1991 The True and Only Heaven: Progress and Its Critics. Nueva York: Norton.

Martínez, José M. 1994 La España Evangélica ayer y hoy. Barcelona: CLIE / Andamio.

Mayo, John 2005 "Joshua Waddington and the Anglo Chilean Connection", Boletín de la Academia Chilena de la Historia, LXXI/114, pp. 189-216.

McConnell, Cecil 1985 Comentario sobre los himnos que cantamos. El Paso, Texas: Casa Bautista de Publicaciones.

_____ 1987 [1963] La historia del himno en castellano. El Paso, Texas: Casa Bautista de Publicaciones.

Mclean, James H. 1954 [1931] Historia de la iglesia presbiteriana en Chile. Santiago: Escuela Nacional de Artes Gráficas.

Meier, Susan 2006] Guide to the Records of the American and Foreign Christian Union 1851-1884. Disponible en http://dlib.nyu.edu:8083/archead/servlet/SaxonServlet?source=/ afcu. xmlstyle=/saxon01a2002.xslpart=body [último acceso 24 de septiembre de 2002.

Merino Montero, Luis 1982 "Música y sociedad en el Valparaíso decimonónico", Robert Günther (ed.), Die Musikkulturen Lateinamerikas im 19. Jahrhundert [Studien zur Musikgeschichte des 19. Jahrhunderts, Band 57]. Regensburg: Gustav Bosse Verlag, pp. 199-235.

Millar Carvacho, René 2000 "Aspectos de la religiosidad porteña, Valparaíso 1830-1930", Historia (Santiago). [online]. 2000, vol. 33 [citado 25 septiembre 2006], p. 297-368. Disponible en: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci-arttextpid=S0717 -71942000003300007lng=esnrm=iso> ISSN 0717-7194.

Muñoz Ramírez, Humberto 1984 Nuestros hermanos evangélicos. Santiago: Salesiana.

Pacheco Carreño, Waldo 2005 "Fe y obras: Breve perfil ecuménico y de su servicio social del Rev. Dr. David Trumbull (1870-1889)", María Inés Concha C., Carlos Salinas A. y Fernando Vergara B. (editores). Actas del Primer Simposio de Historia Religiosa de Valparaíso. Valparaíso: Ediciones Universitarias de Valparaíso, pp. 51-68.

Paul, Irven 1995 [1973] Un reformador yanqui en Chile: Vida y obra de David Trumbull. Inicios del protestantismo en Chile. Santiago: Iglesia Presbiteriana. Pereira Salas, Eugenio 1957 Historia de la música en Chile (1850-1900). Santiago: Publicaciones de la Universidad de Chile.

Pytches, G.E. David 1975 Foreigners and Religious Liberty in Chile. Santiago: Iglesia Anglicana de Chile.

Rehbein Pesce, Antonio 2005 "La gobernación eclesiástica de Valparaíso, 1872-1925", María Inés Concha C., Carlos Salinas A. y Fernando Vergara B. (editores). Actas del Primer Simposio de Historia Religiosa de Valparaíso. Valparaíso: Ediciones Universitarias de Valparaíso, pp. 27-36.

Salinas Araneda, Carlos 2005 "Valparaíso en la actividad pontificia del siglo XIX", María Inés Concha C., Carlos Salinas A. y Fernando Vergara B. (editores). Actas del Primer Simposio de Historia Religiosa de Valparaíso. Valparaíso: Ediciones Universitarias de Valparaíso, pp. 215-238.

Salinas Campos, Maximiliano 1987 Historia del pueblo de Dios en Chile. Santiago: Rehue.

Sepúlveda, Juan 1987 "El nacimiento y desarrollo de las iglesias evangélicas", Maximiliano Salinas Campos. Historia del pueblo de Dios en Chile. Santiago: Rehue, pp. 247-277.

Serrano Pérez, Sol 1999 "La definición de lo público en un Estado católico. El caso chileno. 1810-1885", Estudios Públicos, 76 (primavera), pp. 211-232.

_____ 2003 "Espacio público y espacio religioso en Chile republicano", Teología y Vida,XLIV(2003),pp. 346-355.

Serrano Pérez, Sol e Iván Jaksic Andrade 2000 "El poder de las palabras: la iglesia y el Estado liberal ante la difusión de la escritura en el Chile del siglo XIX", Historia (Santiago). online. 2000, vol.33 citado 25 septiembre 2006 ,pp.435-460. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.phpscript=sci-arttextpid=S0717-71942000003300010lng=ptnrm=iso ISSN 0717-7194.

Stuven Vattier, Ana María 2000 La seducción de un orden: las élites y la construcción de Chile en las polémicas culturales y políticas del siglo XIX. Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile.

Treutler, Paul 1958 Andanzas de un alemán en Chile 1851-63. Traducción de Carlos Keller. Santiago: Pacífico.

Troeltsch, Ernst 1951 [1911] El protestantismo y el mundo moderno. Traducción de Eugenio Ímaz. México: Fondo de Cultura Económica.

Waisberg Izacson, Myriam 1992 La arquitectura religiosa de Valparaíso. Siglos XVI-XIX. Santiago: FONDECYT.

Weber, Max 2003 [1905] La ética protestante y el espíritu del capitalismo. México: Fondo de Cultura Económica.

Wehrli Romo, Juan 1989 El reverendo Doctor Don David Trumbull y su influencia en el desarrollo de las libertades religiosas y públicas en Chile, 1846-1889. Tesis para obtener el grado de Licenciado en Historia. Profesor Guía: Osvaldo Gómez E. Santiago: Universidad de Chile.

Documentos preservados en el Archivo de la Union Church de Viña del Mar:

Church Minutes. Libro de Actas del Board of Management de la Union Church de Valparaíso.
Libro de Actas de Reuniones de los Oficiales de la Union Church, 1870-1903.
Libro de Actas de la Junta de Escuela Dominical (Sunday School), 1853-73.
The Record, 1872-1890.

Apéndice

Listado preliminar de partituras conservadas en la Union Church de Viña del Mar

Entre marzo y abril de 2005, gracias al gentil consentimiento del Pastor Thomas Weston y de las otras autoridades de la iglesia, tuvimos la oportunidad de examinar una cantidad de partituras conservadas en el templo de la Union Church de Viña del Mar, edificio al que se trasladó la congregación de Valparaíso en 1949180. Estas partituras están guardadas en una bodega detrás del órgano, no precisamente en las mejores condiciones para su conservación.

Este corpus consiste en alrededor de 400 partituras correspondientes en su mayoría a piezas musicales independientes y en algunos casos a colecciones empastadas que contienen varias obras. En la mayoría de los casos hay varias copias de una misma obra y se trata de ediciones impresas de fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Existen algunas piezas fotocopiadas que corresponden a repertorio del siglo XX.

En el listado, además del título del libro o partitura, se señala, en la medida que se obtuvo el dato, la ciudad donde se editó, el editor y el año de publicación.

Se pueden agrupar en cuatro grandes grupos genéricos: música coral, canto congregacional, otros géneros vocales y música instrumental.

I. Música coral

Oratorios: 8 obras de los compositores Gounod (Mors et Vita), Haendel (Messiah y Samson), Haydn (La Creación), Mendelssohn-Bartholdy (Elijah; St. Paul), Spohr (El Juicio Final) y Weekes (Nehemiah).

Te Deum: 10 obras de los compositores Brewer, W. Jackson, W.H. Monk, Parry, Somervell, Stewart, A.S. Sullivan, Tours y J.H. Wall y Winchester.

Magnificat y Nunc Dimittis: 5 obras de los compositores Garrett, King Hall (2), Harwood y Stainer.

Misas y otras piezas adaptadas del servicio católico: 3 obras de los compositores Gounod (Communion Service, adaptación de la Misa de Santa Cecilia), Haydn (Sanctus y Agnus Dei de misa no especificada) y Rossini (Tribulation , adaptación del Stabat Mater).

Cantatas: 10 obras de los compositores Gaul (The Prince of Peace), Leslie (The First Christian Morn), Maunder (Song of Thanksgiving; Bethlehem; Olivet to Calvary), Moore (The Darkest Hour), Pattison (The New Jerusalem), Spohr (God Thou Art Great, Op.98) y Stainer (The Crucifixion; The Daughter of Jairus).

Cantatas profanas y baladas: 8 obras de los compositores Bridge (The Inchcape Rock), Coleridge-Taylor (Hiawatha), Cowen (The Rose), Elgar (The Banner of St. George), Mee (Delphi: A Legend of Hellas), Parry (The Pied Piper of Hamelin) y Sullivan (The Golden Legend; The Rainy Day).

Anthems: 90 obras, de diversos compositores.

Piezas de Navidad: 15 obras, algunas arregladas por Stainer.

Otras piezas corales: 19 obras impresas (entre ellas dos piezas de Rossini: La carità; To Thee, Great Lord, adaptación de "Dal tuo stellato soglio" de Moisés en Egipto) y 43 obras fotocopiadas (siglo XX).

La gran parte de estas obras son para coro mixto, con excepción de dos obras para coro masculino (Schubert: God the Creator, pieza coral; Mee: Delphi: A Legend of Hellas, balada), una para coro de niños (Eyre: Lo a Star that rises bright, pieza navideña) y dos para coro femenino (Cowen: The Rose of Life, cantata profana; Thomas: Night Hymn at Sea, pieza coral).

I. Colecciones corales

01. 12 New Carols for Christmastide. Londres: Novello, 1892
02. Anthems for use with Church praise.
03. Christmastide Melodies (Containing Carols, Songs and Piano Music). Londres: The News Chronicle.
04. Congregational Church Hymnal, part III, Anthems (Congregational Union of England and Wales).
05. Four Christmas Carols. Londres: Novello, 1892.
06. Hathaway: The Sacred Album of Favourite Gospel Songs. Londres: Marshall, Morgan y Scott.
07. Novello's Anthem Books: A Collection of Popular Anthems for Festival and General Use Throughout the Year. Londres: Novello, Books VIII, XI, XII, XIII, XIV, XV.
08. Officium Majoris Hebdomadae juxta missale. Roma, 1904.
09. Selección de Anthems, St.Paul's Church. Londres: Novello.
10. Selección de Anthems, St.Peter's Church. Londres: Novello.
11. Seven Christmas Carols in both Notations. Londres: The Sunday School Union
12. Standard Christmas Carols. Philadelphia, Estados Unidos: Theodore Presser.

II. Canto congregacional

01. A Selection of Spiritual Songs with music for use in social meetings. Nueva York: The Century, 1881.
02. Church Praise. Hymnal of the Union Church, Valparaíso. Londres: James Nisbet / Valparaíso: Hardy, ca.1910.
03. El Himnario. Buenos Aires: Imprenta Metodista, 1952.
04. Hamburgisches Gesangbuch.
05. Ideal Sunday-School Hymns. J. Lincoln Hall, C. Austin Miles y Adam Geibel Mus.Doc.editor. Nueva York: Hall-Mark, 1913.
06. Psalms and Hymns for Christian Use at Worship. Prepared and Set Forth by the General Association of Connecticut. New Haven, Horace C. Park, 1865.
07. Scottish Hymnal. Londres: Nelsons, 1892.
08. Songs of Praise, vol.1. Servant Music, 1975.
09. The Cathedral Psalter.
10. The Church Hymnary. John Stainer, editor. Nueva York / Londres: Henry Frowde, 1901.
11. The Church Hymnary. Revised Edition. Londres: Oxford Univesity Press, 1927.
12. The Free Church Hymn Book with Tunes (General Assembly of the Free Church of Scotland) J. y R. Parlane impresores, 1882.
13. The Psalms and Church Hymnary. Londres: Humphrey Milford / Oxford University Press, 1931.
14. The Psalms of David in Metre. Londres: Oxford University Press.
15. The Scottish Psalter: Metrical Version and Scripture Paraphrases with Tunes + Authorized Version pointed with chants. Londres: Oxford University Press, 1929.

III. Otros géneros vocales

Canto y piano: 5 obras de los compositores Carey (Nearer, My God, To Thee), Clarke (You'll git heaps o' lickin's), Eustaquio Guzmán (La engañosa, zamacueca), Virginia Gabriel (Ruby) y A. C. & H. McLeod (Songs of the North).

Ópera: 3 obras de los compositores Edward German (Merrie England), W. Smyth Cooper (A Royal Jester, operetta) y Stainer (Rebekah: A Sacred Idyll).

IV. Música instrumental

Órgano: 21 obras de compositores tales como J.S. Bach, K.P.E. Bach, Elgar, Haendel (3, adaptaciones de oratorios), Wagner y Walton.

Colecciones de órgano:

01. "C.B.D. [Charles Bertram Dyer]", volumen empastado particular, 1906.
02. "C.B.D.", volumen empastado particular, 1924.
03. A Book of Simple Organ Voluntaries. Londres: Oxford Organ Music.
04. A Collection of Organ Pieces in all Styles. Londres: Novello.

A. Guilmant. The Practical Organist for Great Organ with Pedal Obbligato, volumen 2. Editado por S.
P. Warren. Nueva York: Schirmer.

B. Hollins: Obras diversas.

05. Rowley: Choral Preludes based on famous Hymn Tunes. Volumen 4. Londres: Ashdown, 1951.
06. H. Smart. Selected Compositions for Organ. Book III. Londres: Paxton.
07. Modern Masters for the Organ. volumen 2 . Londres: Ashdown.
08. Modern Organ Composers. A. Eaglefield Hull (editor). Londres: Angener, 2 volumenes.
09. Novello's Albums for the Organ N°7, 12 Selected Pieces. Funeral Music. Londres: Novello.
10. Original Compositions for the Organ, volumen empastado.
11. Piezas para órgano.
12. S. S. Campbell: Three 18th Century Voluntaries. Londres: Oxford Organ Music.
13. Selección de piezas para órgano, volumen VIII.
14. Standard Gems for the Organ, Book 10. Arthur Graham (editor). Londres: Orsborn.

Piano: 13 obras de los compositores Alberti, Arne, Coleridge-Taylor, Gabetti, Godard, Haendel, Mendelssohn-Bartholdy, Saint-Saëns, N. Smith (2), Verdi y Wallis.

Guitarra: 5 obras de los compositores Antonio Brengola (En la terraza de Las Torpederas, foxtrot), E.J. Hermosillas (Las dos hermanas, polka; Clarita, mazurca), Manuel López (Conjunto de aires argentinos) y Francisco Rubi (El beso, mazurca).

Bandurria, mandolina, violín: 1 obra del compositor A. Brengola (The Chilean Boy Scout, marcha para violín o pito) y 2 obras de Denis Granados (Gran Fantasía de aires españoles, para bandurria, laúd o mandolina y guitarra; La Cruz Roja, marcha fúnebre para mandolina y piano).

El examen de este repertorio permite desprender lo siguiente:

1. La mayor parte de la música coral corresponde al período posterior a la muerte de Trumbull (1889), de acuerdo a los datos de impresión. No es posible asegurar su ejecución por parte del coro de la Iglesia Unión en eventos específicos, salvo casos muy aislados. De hecho, hay partituras con indicaciones como "Valparaíso Choral Society" o "St. Paul's", lo que señalaría otras opciones de ejecución y procedencia. Algunas piezas presentan cerca de 30 copias, lo que indica la cantidad de cantantes que participaba en el coro.

2. Varias piezas presentan una versión en notación tradicional y otra versión en notación tonic Sol-Fa, lo que indica que parte de la comunidad leía música con este sistema.

3. Las partituras de coros del Mesías de Haendel fueron impresas en Valparaíso (Imprenta Universo de G. Helfmann) y están fechadas en 1895, por lo tanto, lo más seguro es que se usaron con ocasión del estreno parcial de esta obra en aquel año.

4. El repertorio coral presenta un claro predominio de compositores victorianos, especialmente compositores vinculados con la editorial Novello de Londres. Un creador destacado es Sir John Stainer, presente con cantatas, un magnificat y Nunc dimittis, una ópera sacra, piezas navideñas y anthems. Entre las obras encontradas están las dos cantatas de Semana Santa más ejecutadas en las últimas décadas del siglo XIX en Gran Bretaña: The Crucifixion de Stainer y Olivet to Calvary de Maunder.

5. Las obras pertenecientes a otros géneros vocales y música instrumental -con excepción de la música para órgano- están vinculadas de seguro a otras instancias de actividad musical fuera del culto, probablemente fiestas de convivencia social, tertulias, reuniones de asociaciones, etc. La única obra de compositor chileno encontrada es la zamacueca La engañosa de Eustaquio Guzmán, para canto y piano (aparte de una copia del Himno Nacional de Lillo y Carnicer). Las obras correspondientes a estos rubros, incluyendo las obras para órgano, solamente tienen una copia.

6. Las fechas y datos encontrados en las partituras, impresos o manuscritos, así como informaciones procedentes de The Record y otras fuentes, permiten estimar que el grueso de este conjunto de partituras fue recopilado y reunido en el siglo XX, cuando la dirección musical de la Iglesia Unión estuvo a cargo de Charles Bertram Dyer (1890-1966). Al considerar que lo más probable es que las partituras de muchas de estas obras solamente se encuentran aquí (en el territorio nacional). Es de esperar que las autoridades de la iglesia adopten medidas para conservar este legado.

 

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License