I. INTRODUCCIÓN
De acuerdo a la literatura especializada, la fragmentación del sistema de partidos se explica por factores institucionales y sociológicos; respectivamente, el número efectivo de partidos es resultado de la proporcionalidad del sistema electoral y de la presencia de clivajes socioeconómicos. No obstante, el sistema electoral y los clivajes no siempre son suficientes para explicar la fragmentación, sobre todo a nivel subnacional, donde se requiere un análisis que considere las interconexiones y dinámicas en niveles inferiores (Snyder 2001: 100). Entonces, ¿cuáles son los factores que explican la variación en el nivel de fragmentación de sistemas de partidos subnacionales?
La propuesta teórica de este artículo se centra en que debe observarse el beneficio esperado que las dirigencias partidistas calculan obtener al ganar alguna circunscripción subnacional. El beneficio esperado tiene una relación no lineal con la fragmentación: en circunscripciones con pocos recursos, el aumento de estos se asocia con un incremento en la fragmentación; mientras que, donde los recursos son mayores, su aumento tiene un efecto reductor sobre la fragmentación. La propuesta teórica se contrasta en el caso mexicano, específicamente en municipios inscritos al Programa Pueblos Mágicos; sin embargo, el argumento pretende ser válido en Estados federales o unitarios descentralizados, siempre que se presenten elecciones subnacionales competitivas.
A continuación, se exponen los enfoques explicativos derivados de la literatura especializada. Luego, se desarrolla la propuesta teórica y el mecanismo causal. Después, se revisa tanto la fragmentación en los municipios mexicanos como el funcionamiento del programa Pueblos Mágicos, además de explicar el diseño metodológico: análisis de serie de tiempo interrumpida. Posteriormente, se presentan los resultados del diseño cuasi-experimental, utilizando una base de datos inédita con información municipal desde la década de 1990. Finalmente, en las conclusiones se resaltan los principales hallazgos: el nivel de fragmentación es afectado por variaciones súbitas del presupuesto de egresos municipal; también, se sugieren líneas para futuras investigaciones.
II. ¿SON LAS REGLAS O LOS CLIVAJES? LA FRAGMENTACIÓN TIENE DISTINTAS CAUSAS
Desde la aparición de estudios seminales como Los partidos políticos (Duverger 1957) y Party Systems and Voter Alignments (Lipset y Rokkan 1967), un ámbito de la ciencia política que ocupa la atención de un gran número de investigaciones es el estudio de los partidos políticos y los sistemas de partidos (Laakso y Taagepera 1979; Taagepera y Grofman 1985; Jones 1994; Ordeshook y Shvetsova 1994; Amorim-Neto y Cox 1997; Taagepera 1999; Cox 2004; Sartori 2005; Geys 2006; Grofman y Selb 2011; Toro et al. 2011; Potter 2014; Rashkova 2014; Golosov 2015; Lupu 2015; Su 2015; Tiemann 2015; Bohn 2016; Luján 2017; Singer 2017; Buquet et al. 2018).
Por su parte, la fragmentación del sistema de partidos es una de las cuestiones más estudiadas, pues tiene implicaciones en distintos ámbitos políticos: viabilidad del sistema democrático (Sartori 2005), coordinación estratégica de élites políticas y votantes (Cox 2004), tipo de políticas implementadas (Taagepera 1999), identificación de la ciudadanía con los partidos (Lupu 2015), participación electoral (Grofman y Selb 2011), percepción del electorado de ser representado (Singer 2017), estabilidad del sistema de partidos (Laakso y Taagepera 1979), así como respecto al formato de gobierno y la rendición de cuentas (Buquet et al. 2018). Aunque el debate es constante, se reconocen dos enfoques para explicar la fragmentación: el institucionalista y el sociológico (Ordeshook y Shvetsova 1994; Amorim-Neto y Cox 1997; Taagepera 1999; Geys 2006; Bohn 2016).
Las reglas electorales importan
El enfoque institucionalista asume que el factor explicativo de la fragmentación del sistema de partidos son las reglas electorales: se espera una relación positiva entre proporcionalidad o permisividad del sistema electoral y número de partidos. Este enfoque surge con las leyes de Duverger: “el escrutinio mayoritario de una sola vuelta tiende al dualismo de los partidos”, mientras que “el escrutinio mayoritario de dos vueltas o la representación proporcional tienden al multipartidismo” (Duverger 1957: 245, 266). De acuerdo a Mark Jones (1994), los presidencialismos de América Latina son consistentes con dichas leyes.
Partiendo de Duverger, Gary Cox (2004: 132) se enfoca en la magnitud (M) de distrito -número máximo de competidores que pueden ganar un escaño- y propone la regla M + 1, según la cual, “en un distrito de M escaños no pueden ser viables -es decir, inmunes al voto estratégicomás de M + 1 candidatos.” Cuando se vota estratégicamente, el número efectivo de partidos (NEP) más elevado debe ser igual a la M de distrito más uno, pues se espera una coordinación entre élites políticas o entre el electorado.1 La M de distrito es uno de los indicadores más utilizados (Taagepera y Grofman 1985; Ordeshook y Shvetsova 1994; Amorim-Neto y Cox 1997; Cox 2004; Geys 2006; Golosov 2015; Su 2015; Tiemann 2015; Singer 2017), esperando una relación positiva entre ésta y el NEP: ante más posibles ganadores, las élites políticas tienen más incentivos para participar -incluso sin coalición-, y la ciudadanía es menos proclive a un voto estratégico.
El ciclo electoral también influye en el NEP: cuando las elecciones son simultáneas se espera un efecto reductor sobre la fragmentación del sistema de partidos (Amorim-Neto y Cox 1997; Su 2015), pues los partidos tienen incentivos para coaligarse nacionalmente -sobre todo si la M = 1- y esto se replica a nivel subnacional; en cambio, sin elecciones simultáneas no hay incentivo, pues para mantenerse en competencia cada partido busca distinguirse y obtener sus propios triunfos (Carey 1994: 306-307, 2006: 135-136).
También importa la posibilidad de reelección (Carey 2006; Toro et al. 2011; Luján 2017), así como el federalismo (Golosov 2015; Luján 2017): si se permite la reelección, algunos candidatos opositores pueden sentirse en desventaja y no participar en las elecciones; mientras que, en Estados federales -y unitarios descentralizados- suele haber partidos regionales relevantes, y con más competidores el voto es pasible de mayor dispersión.
La diversidad social demanda representación política
Basado en Seymour Lipset y Stein Rokkan (1967), el enfoque sociológico asume que la fragmentación del sistema de partidos depende de los clivajes socioeconómicos que dividen estructuralmente a una sociedad. Los partidos políticos tienen dos funciones: una expresiva -traducen contrastes estructurales en demandas- y otra instrumental -presionan y generan consensos-. Se espera una relación positiva entre diversidad social y NEP, pues sociedades más heterogéneas necesitan más y diversos partidos para atender sus diferencias.
La literatura indica que los clivajes que explican la fragmentación, se agrupan en divisiones: a) culturales, étnicas o lingüísticas; b) religiosas; c) económicas, de desarrollo o de urbanización; y, d) de clase (Lipset y Rokkan 1967; Taagepera y Grofman 1985; Ordeshook y Shvetsova 1994; Geys 2006; Potter 2014; Golosov 2015; Bohn 2016). Cuando la segmentación social se traslada a los sistemas de partidos durante coyunturas críticas como revoluciones o procesos de transición democrática, suele ocurrir que dichos sistemas partidistas se mantienen por un largo período de tiempo (Colomer y Pusigli 2005: 503).
Un indicador muy utilizado es la pertenencia a un grupo étnico (Taagepera y Grofman 1985; Ordeshook y Shvetsova 1994; Potter 2014; Tiemann 2015; Bohn 2016), pues es un atributo estructural, y no una elección individual. También se considera a la religión como un clivaje relevante (Taagepera y Grofman 1985; Ordeshook y Shvetsova 1994; Tiemann 2015). Se espera una mayor fragmentación donde son más los grupos étnicos y religiosos. Además, el nivel de alfabetización -indicador del desarrollo de una sociedad- es otra variable considerada desde este enfoque (Bohn 2016).
Importan tanto las reglas como los clivajes, sin embargo la discusión persiste y han surgido otras explicaciones: Luján (2017) se enfoca en los costos de las élites políticas para coordinarse en mercados electorales inestables, y Guinjoan (2009) subraya el impacto de distintas arenas en competiciones multinivel. El debate es mayor cuando se traslada al nivel subnacional: si bien algunas explicaciones nacionales son exitosas, no siempre pueden exportarse a niveles inferiores, donde hay elementos propios que los caracterizan.
Explicaciones a la fragmentación subnacional
Desde los enfoques institucionalista y sociológico, hay explicaciones a la fragmentación del sistema de partidos subnacional: para Toro y colaboradores (2011), el efecto reductor del sistema mayoritario está mediado por los costos de entrada y la coordinación del electorado, así como por la información disponible de costos y coordinación; según Potter (2014), ningún distrito está aislado de la dinámica política del país, por lo que importa tanto la diversidad al interior del distrito como entre los distritos de la unidad mayor.
Como causas de la fragmentación, también se consideran la intensidad con que se ha nacionalizado la política local (Golosov 2015), el proceso de aprendizaje de las élites para coordinarse entre sí (Rashkova 2014) y la variación con que los partidos son preferidos en distintas regiones del país (Tiemann 2015). La dinámica al interior de un Estado no es homogénea, sino que hay diferencias importantes que deben ser consideradas.
En sistemas de partidos y electorales multinivel -donde la competencia es nacional y subnacional (Jones 1997: 540)-, el análisis debe incluir lo local. La observación de la fragmentación a nivel subnacional, permite comprender cómo las entidades subnacionales conforman su representación política, identificando zonas con partidos hegemónicos y otras competitivas. Particularmente en países en vías de consolidación democrática, abona a un mayor entendimiento del proceso democratizador al interior de un Estado.
III. DISPUTA POR LOS RECURSOS MUNICIPALES Y FRAGMENTACIÓN DEL SISTEMA DE PARTIDOS
Los fenómenos políticos locales requieren explicaciones propias y métodos adecuados para su análisis. Más allá del aumento en el número de observaciones, el método comparativo subnacional permite hacer comparaciones controladas, refleja mejor la heterogeneidad social y es útil para construir teorías que explican la interacción entre las partes constitutivas del sistema político (Snyder 2001). Para comprender la fragmentación del sistema de partidos subnacional, se requiere observar la interacción de los distintos niveles de gobierno, así como el comportamiento político en diversas arenas electorales.
Disputa electoral en búsqueda del gobierno municipal y sus recursos
La titularidad de un cargo tiene ventajas para quien lo ejerce y para su partido. En los Congresos, los legisladores cuentan con recursos para beneficiar al electorado y tener exposición mediática, lo que desincentiva la participación de sus competidores, quienes se perciben en desventaja (Cox y Morgenstern 1993; Cox y Katz 1996); desde cargos ejecutivos, los titulares pueden designar puestos, hacer propaganda partidista (Langston 2010), generar un “patrón de difusión” para acumular victorias (Lucardi 2016), conseguir fama y legitimidad (Rakner y Van de Walle 2009), así como derivar estas ventajas al partido (Lopes da Fonseca 2017). En países con fuertes instituciones federales como Argentina, los liderazgos locales son relevantes en las políticas nacionales (Benton 2003); y, en casos como México, quien gobierna el municipio de la ciudad capital del estado, es potencial contendiente a la gubernatura (Hernández 2008: 46).
En sistemas multinivel, las circunscripciones subnacionales son relevantes por la descentralización (Cantú y Desposato 2012), y en partidos regionales genera un dilema entre concentrarse en la elección nacional o las locales (Lago y Montero 2008). También, hay interés en cargos de distintos niveles, de forma que la ambición no estática no siempre es progresiva (Micozzi 2009); incluso, la evidencia en los Congresos muestra que quienes ganan por pluralidad se enfocan más en el electorado subnacional que quienes llegan por listas (Micozzi 2012). Entonces, dado que los actores políticos valoran el acceso a cargos subnacionales, las características de dichas circunscripciones son un factor considerado por las dirigencias partidistas al planificar sus estrategias electorales.
Los recursos de los partidos son escasos y los costos de la competencia electoral influyen en su decisión de participar (Toro et al. 2011; Rashkova 2014): cada partido tiene una estructura organizativa, simpatizantes y presupuesto (Falguera, Jones y Ohman 2015); pero, también recibe recursos de gobiernos copartidarios y puede realizar acciones al margen de la ley como coaccionar el voto o ejercer patronazgo y clientelismo (Schedler 2002; Levitsky 2004). La contienda electoral se asemeja a una inversión: cada partido tiene información y compite con más ímpetu donde puede ganar. Unos son competitivos en (casi) todas las elecciones, pero otros deben concentrarse en algunas; en América Latina varía tanto la nacionalización de los sistemas de partidos como la de los partidos en lo individual (Jones y Mainwaring 2003). Entonces, dado que las dirigencias partidistas conocen las tendencias históricas, estiman su expectativa de triunfo y diseñan estrategias diferenciadas para las múltiples elecciones; así lo observa Harbers (2014) para el caso mexicano, donde los partidos emplean un gasto defensivo u ofensivo para, respectivamente, mantener el dominio electoral o buscar expandir sus triunfos en territorios adversos.
Aunque la agregación de los partidos -competir incluso con bajas probabilidades de triunfo- facilita la coordinación en políticas nacionales y les otorga reconocimiento del electorado como partidos que deciden sobre temas relevantes, Chhibber y Kollman (2019) plantean que esto es más importante en elecciones legislativas, con Congresos integrados con representación de distintos territorios; pero importa menos en elecciones municipales, donde cada territorio vota para conformar su propio gobierno. Harbers (2014) explica que la descentralización en América Latina ha contribuido a la desinstitucionalización de los sistemas de partidos, debilitando la agregación de los partidos y haciendo más atractivo concentrarse en algunos territorios que ampliar su base.
La contienda electoral es un juego repetitivo y no único, así que contar con más recursos hace a los partidos más competitivos en futuras elecciones. Quién gobierna la circunscripción subnacional es importante para los partidos: el titular del cargo no solo puede directamente desviar recursos del gobierno local hacia su partido, sino que a través del patronazgo, el servicio que brinda la burocracia a la ciudadanía ayuda a mantener -incluso aumentar-, sin gran costo, la preferencia del electorado (Oliveros 2016).
La cooperación ocurre por arreglos institucionales o políticos: las dirigencias partidistas están facultadas para designar candidaturas, sancionar militantes y decidir sobre presupuesto (Hernández 2008; Kerevel 2015), incluso pueden influir sobre la membresía partidista (Cox y McCubbins 1994); por otra parte, los políticos profesionales saben que es más probable el éxito electoral en determinadas candidaturas, cuando tienen buena fama o recaudan recursos para la contienda (Borchert 2011: 119-121). Entonces, dadas las limitaciones de los partidos, las dirigencias prefieren circunscripciones donde puedan beneficiarse con muchos recursos y tengan elevadas expectativas de triunfo.
Recursos municipales: impacto de su tamaño y variación sobre la fragmentación
Las dirigencias partidistas emplean distintas estrategias: aunque sean competitivos en (casi) todas las elecciones, es de esperar que los partidos nacionalmente dominantes se concentren donde hay mayores recursos; por su parte, los partidos minoritarios necesitan focalizar su esfuerzo en las regiones donde tienen más presencia, priorizando territorios que poseen más recursos; mientras que, los partidos con apoyo electoral precario, pueden buscar coaliciones y, sólo en algunos territorios -inadvertidos para los partidos dominantes- tienen condiciones para competir por su cuenta.
En países con partidos poco nacionalizados, incluso los dominantes invierten sus recursos de forma diferenciada entre los territorios (Harbers 2014); dado su rol dominante, cabe esperar que se concentren donde calculan obtener más recursos. Cuando un municipio se vuelve más atractivo -porque aumenta su presupuesto o relevancia política-, es más interesante para los partidos dominantes, quienes individualmente pueden competir en una gran cantidad de municipios; no obstante, para aumentar la probabilidad de triunfo o ser más competitivos, pueden coaligarse con partidos minoritarios (Olmeda y Devoto 2019).
Los partidos minoritarios tienen menor apoyo electoral y siguen una lógica distinta:2 debido a que no son competitivos en los municipios con más recursos, buscan coaliciones con partidos dominantes o, en el peor escenario, no presentan candidaturas; pero, en donde los recursos no son abundantes, sí están en condiciones para competir individualmente y es de esperar que prefieran aquellos de mayor atractivo. En el segmento de municipios con menos recursos, cuando alguno se vuelve más atractivo, es de mayor interés para los partidos minoritarios; mientras que, dentro de los municipios con mayores recursos, cuando alguno se vuelve más atractivo, se hace menos accesible para los partidos minoritarios, que prefieren coaligarse con algún partido dominante (ver tabla 1).
Circunscripciones con menores recursos | Circunscripciones con mayores recursos | |
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Partido dominante | A mayores recursos, es mayor el interés (pueden pasar desapercibidos). | A mayores recursos, es mayor el interés. |
Tiene incentivos para competir por sí mismo; no es de esperar que lo busquen para coaligarse. | Tiene incentivos para competir por sí mismo; es de esperar que lo busquen para coaligarse y acepte. | |
Partido minoritario | A mayores recursos, es mayor el interés. | A mayores recursos, disminuye el interés porque es menor la probabilidad de victoria. |
Tiene incentivos para competir por sí mismo; es de esperar que busque posicionarse y no coaligarse. | Tiene incentivos para buscar coalición, pues individualmente no espera buenos resultados. |
Fuente: Elaboración propia.
También hay partidos que, siendo nacionalmente minoritarios, tienen un gran apoyo electoral en alguna región, así que siguen una estrategia distinta según su apoyo electoral: dominante o minoritario. Esto también explica la estrategia empleada por los partidos locales: algunos son dominantes y competitivos por sí mismos en la entidad, pero otros juegan un rol minoritario y focalizan su esfuerzo donde tienen mayores expectativas de triunfo.
Debido a que los partidos políticos siguen estrategias electorales distintas, la relación entre recursos y fragmentación del sistema de partidos no es lineal. Si bien, al partir de territorios con menores recursos, en la medida que dichos recursos aumentan también incrementa el interés de los partidos por competir individualmente; la tendencia no se mantiene donde los recursos abundan, pues al ser tan atractivos, los partidos dominantes concentran su esfuerzo y los minoritarios ven menos probable un triunfo, de forma que buscan coaligarse.
El resultado de las distintas estrategias impacta en la fragmentación, indicada por el número efectivo -y no absoluto- de partidos, pues repercute en el número de competidores relevantes, sean partidos, coaliciones, candidaturas comunes o independientes. El argumento asume que el electorado responde a las estrategias partidistas, y opta por las opciones que son competitivas. En los municipios más atractivos para los partidos dominantes, los partidos minoritarios prefieren coaligarse y aumentar la probabilidad de obtener al menos una proporción de los recursos que, individualmente, no pueden obtener; no obstante, los partidos minoritarios no siempre logran coaligarse, y dado que prefieren invertir en otros territorios, pueden no presentar candidaturas o, de presentarlas, no son sus prioritarias.
Las tendencias sobre el comportamiento electoral y los recursos del territorio son datos conocidos que consideran las dirigencias partidistas. Generalmente, los recursos de un territorio son constantes, pero cuando ocurre una variación súbita, tiene implicaciones en las estrategias electorales. Cambios súbitos en los recursos hacen más o menos atractivo a un territorio y, dependiendo de su nueva posición, atraen más competidores efectivos o incentivan la búsqueda de coaliciones (ver tabla 1).
La simultaneidad de las contiendas electorales reúne competidores racionales: las dirigencias partidistas toman decisiones estimando el beneficio esperado y su expectativa de ganar la elección, el costo de invertir en campaña y la posibilidad de coaligarse. Por esto, se plantea que, junto con los factores institucionales y sociológicos, el nivel de fragmentación del sistema de partidos subnacional, es determinado por la cantidad de recursos de la circunscripción en disputa.
En resumen, se espera que la cantidad de recursos de una circunscripción sea un factor determinante de su nivel de fragmentación, pero dicho efecto debe ser distinto de acuerdo a los recursos en disputa. La hipótesis 1 indica que, en circunscripciones con pocos recursos, conforme aumenten los recursos también se debe incrementar la fragmentación de su sistema de partidos, es decir, se espera una relación positiva entre ambas variables. La hipótesis 2 indica que, en circunscripciones con muchos recursos, conforme aumenten los recursos se debe observar una disminución en la fragmentación de su sistema de partidos, es decir, se espera una relación negativa entre las dos variables.
IV. FRAGMENTACIÓN MUNICIPAL, ¿POR QUÉ IMPORTA SER PUEBLO MÁGICO?
Si bien, el argumento se pretende válido en países federales o unitarios descentralizados con elecciones democráticas y simultáneas en el mismo nivel subnacional de gobierno, en esta investigación se contrasta empíricamente en municipios mexicanos inscritos al Programa Pueblos Mágicos. México presenta una interesante variación en el nivel de fragmentación de sus municipios: desde la década de 1990, en promedio la fragmentación es cada vez mayor; no obstante, existen diferencias considerables entre entidades y municipios.3 Además, en México el municipio es protagónico al ser el nivel de gobierno donde inició el proceso democratizador ocurrido entre 1977 y 1996-1997 (Woldenberg 2012: 13).
El Programa Pueblos Mágicos es pertinente para contrastar las hipótesis porque, al incorporarse, se contempla que los municipios experimenten un cambio súbito en su presupuesto de egresos, lo que permite observar si dicho cambiomanteniendo constante marco institucional, diversidad social y contexto sociopolíticotiene efectos sobre el NEP.
El municipio mexicano: del partido hegemónico al multipartidismo
Desde el surgimiento del Partido Nacional Revolucionario (PNR) en 1929, convertido en el de la Revolución Mexicana (PRM) en 1938 y luego en el Revolucionario Institucional (PRI) en 1946, el siglo XX mexicano se caracteriza por la hegemonía de este partido. Paradójicamente, la apertura del sistema de partidos favorece su dominio (Díaz-Cayeros y Magaloni 2001): producto de las reformas de 1977 y 1983, la representación proporcional (RP) en los municipios no genera motivaciones para que la oposición se coordine en una coalición (Díaz-Cayeros y Magaloni 2001), pues la reformas contienen “incentivos suficientes para descartar la alternativa de abandonar el juego” (Salazar-Elena 2003: 80).
La hegemonía priista decae a partir de la década de 1990: a nivel municipal surgen elecciones competitivas y la alternancia se hace común (Woldenberg 2012: 34). La primera derrota del PRI es municipal: tras un violento proceso electoral en León (Guanajuato), en 1946 se le reconoce el triunfo a la Unión Cívica Leonesa (Martínez 1997); en el mismo año, el Partido Acción Nacional (PAN) gana Quiroga (Michoacán) y El Grullo (Jalisco). La alternancia estatal sucede hasta 1989, el PAN gana Baja California; y en el 2000 ocurre la primera alternancia en la presidencia del país, también a cargo de un panista.
En México comienza a surgir un bipartidismo: en el norte con el PRI y el PAN; y, en el sur, entre el PRI y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) -fundado en 1989-. Incluso, algunos municipios son multipartidistas, con casos extremos donde el NEP varía entre cinco y diez competidores efectivos. Agrupan- do los resultados de las elecciones municipales4 desde -c.a.- 1993 hasta 2017, la media es de 2.446 competidores efectivos, y en promedio cada observación se desvía de la media en 0.856; el 50% de las 16,186 observaciones tienen un NEP de 2.665 o superior, y en el 25% hubo 3.047 competidores efectivos o más, mientras que en otro 25% el NEP fue de 2.040 o inferior (ver gráfico 1).
Entidades como Baja California Sur, Colima y Quintana Roo, concentran valores entre dos y tres competidores efectivos, pero otras como Chiapas, Morelos y Tlaxcala, tienen valores dispersos entre uno y cinco competidores efectivos (ver gráfico 2). Municipalmente, el NEP más alto ocurre en Tlaxcala: 9.763 en Ixtenco (2016), 9.423 y 8.130 en Panotla, así como 8.631 y 8.302 en Tzompantepec (en ambos, 2016 y 2013, respectivamente); en el otro extremo, durante la década de 2010 un competidor concentra todos los votos en Nicolás Ruiz (Chiapas) en 2012, Hidalgo (Coahuila de Zaragoza), Gómez Farías, Maguarichi (Chihuahua) y San Bernardo (Durango) en 2013, así como en San Dionisio del Mar (Oaxaca) en 2016.
¿Por qué en algunos municipios la fragmentación es nula y en otros tiene valores extremos? Una estrategia para contrastar la propuesta teórica es observar si, ante cambios súbitos en los recursos municipales, ocurren variaciones abruptas en el NEP municipal; para esto, se analizan municipios inscritos al Programa Pueblos Mágicos.
Programa Pueblos Mágicos: características e implicaciones
El Programa Pueblos Mágicos tiene como objetivo fortalecer las ventajas competitivas y oferta turística de los llamados pueblos mágicos. Un pueblo mágico es:
Una localidad que a través del tiempo y ante la modernidad, ha conservado, valorado y defendido, su herencia histórica, cultural y natural; y la manifiesta en diversas expresiones a través de su patrimonio tangible e intangible. Un Pueblo Mágico es una localidad que tiene atributos únicos, simbólicos, historias auténticas, hechos trascendentes, cotidianos, que significa una gran oportunidad para el aprovechamiento turístico (Secretaría de Turismo 2017: 4).
La incorporación al programa es un procedimiento laborioso: implica el cumplimiento de elementos como la aprobación del gobierno municipal y del Congreso local, la asignación de presupuesto de distintos niveles de gobierno, la creación de programas y ordenamientos para el desarrollo turístico, la evidencia del atractivo simbólico y la inversión tanto privada como pública y social para el desarrollo turístico (Secretaría de Turismo 2017: 13-16).
Los municipios que se vuelven pueblos mágicos, son más atractivos para las dirigencias partidistas, pues se espera que su incorporación se traduzca en mayor presupuesto y relevancia regional. Según la propuesta teórica, ante el aumento súbito de recursos, debe ocurrir una variación en el número efectivo de competidores: si el municipio es de bajo presupuesto, ser pueblo mágico aumenta su atractivo y es más disputado; pero, si ya tiene un presupuesto elevado, gana relevancia y es acaparado por los partidos dominantes, haciendo que el resto decidan coaligarse o no participar para concentrarse en municipios donde tienen mayores probabilidades de triunfo.
Entre 2001 -año de inicio del programa- y 2015, se nombran 111 pueblos mágicos. Por los requisitos del programa y la exigencia del apoyo de los tres niveles de gobierno, no resulta evidente que en los nombramientos exista un sesgo partidista: al incorporarse, en 65 municipios (59%) hay yuxtaposición del gobierno local y federal; mientras que, en 44 (40%), hay yuxtaposición entre los gobiernos local y estatal.
Diseño metodológico: análisis de serie de tiempo interrumpida
El análisis de serie de tiempo interrumpida (ITSA, por sus siglas en inglés), es un diseño de investigación cuasi-experimental que, dada la existencia de alguna intervención (también llamada tratamiento), ofrece un grado potencialmente alto de validez interna (Linden 2015: 480). En este diseño, la definición de los grupos de tratamiento y de control no son deliberados, sino que responde a un factor externo: la evaluación de atributos que llevan al gobierno federal a decidir cuáles municipios son incorporados al programa (reciben el tratamiento) y cuáles no. El tratamiento interrumpe la serie de tiempo en un momento previo y otro posterior, evaluando el impacto de la intervención al comparar estadísticamente los dos momentos (McDowall et al. 1980: 10, 12). Si sólo se analiza la unidad tratada (sin grupo de control), el modelo de regresión ITSA estándar se expresa:
La variable dependiente es medida en cada punto t dentro de la misma unidad de observación. El término Tt, es el tiempo desde que se inicia el estudio, Xt es una variable dummy que indica si se trata del período previo o posterior a la intervención (0 y 1, respectivamente), XtTt y es un término de interacción de los anteriores. En la fórmula β0, representa el intercepto o nivel donde inicia la variable dependiente, β1 indica la pendiente o trayectoria que sigue la variable dependiente desde su inicio hasta el momento en que ocurre el tratamiento, β2 refleja el cambio de la variable dependiente inmediatamente posterior a la intervención, mientras que β3 señala la diferencia entre las pendientes de la variable dependiente en los períodos previo y posterior al tratamiento (Linden 2015: 481).
Pero, la observación exclusiva de la unidad tratada no permite distinguir si el cambio de la variable dependiente después de la intervención se debe al tratamiento, pues es posible que, unidades similares pero sin el tratamiento, hayan experimentado el mismo cambio. Para descartar efectos contextuales sobre la variable dependiente, es necesario comparar lo ocurrido en la unidad tratada respecto a un grupo de control. El modelo de regresión ITSA, con más de un grupo, tiene elementos adicionales:
Los coeficientes de β0 a β3 se refieren al grupo de control; mientras que, los de β4 a β7, a la comparación entre el pueblo mágico y su grupo de control. Se añade Z, variable dummy que denota la asignación de la cohorte (tratamiento o control), mientras que ZTt, ZXt y ZXtTt son términos de interacción entre las variables referidas. β4 representa la diferencia en el intercepto de la variable dependiente entre el tratamiento y el grupo de control previo a la intervención, β5 indica la diferencia en la pendiente de la variable dependiente entre el tratamiento y el grupo de control previo a la intervención, β6 refleja la diferencia entre los grupos de tratamiento y de control en el nivel de la variable dependiente después del tratamiento, y β7 señala la diferencia entre los grupos de tratamiento y de control en la pendiente de la variable dependiente en el período post tratamiento respecto al período pre tratamiento, similar a un dif-in-dif de pendientes (Linden 2015: 483-484).
Para inferir causalidad, los múltiples grupos -de tratamiento y control- deben estar balanceados, es decir, ser comparables; así, se controla por variables no observadas y permite aislar el efecto particular que la variable independiente tiene sobre la variable dependiente. El diseño cuasi-experimental refuerza la validez interna de los resultados, lo que permite confiar en que el nivel de fragmentación es impactado por la variación en los recursos municipales. Para cada pueblo mágico que recibe el tratamiento se emula un contrafáctico, utilizando un grupo de control con municipios que no reciben el tratamiento pero son similares al pueblo mágico en cuestión. Si hay un efecto del tratamiento, al comparar entre grupos lo ocurrido inmediatamente antes y después de la intervención, se espera que el pueblo mágico experimente una variación en el NEP derivada del súbito cambio presupuestal.
Para que un municipio sea incorporado al grupo de control, se requiere que dos coeficientes no sean estadísticamente significativos con un nivel de confianza de al menos el 95%: i) β4, que indica la diferencia en el nivel inicial del NEP entre el pueblo mágico y el municipio de control previo al tratamiento; y ii) β5, que señala la diferencia en la pendiente del NEP entre el pueblo mágico y el municipio de control previo a la intervención (Linden 2015: 484). Los municipios que satisfacen lo anterior, son comparables con el pueblo mágico, pues hasta antes del tratamiento, el nivel y la tendencia del NEP municipal de ambos grupos, no presentan diferencias estadísticamente significativas.
Para cada pueblo mágico se emula su propio grupo de control: municipios que nunca han sido parte del programa y, de acuerdo a los resultado de β4 y β5, son comparables. El grupo de control sólo incluye municipios de la misma entidad, garantizando que comparten instituciones locales y la misma dinámica sociopolítica regional. No siempre es posible emular un grupo de control para todos los pueblos mágicos, pues algunos tienen trayectorias del NEP tan singulares que no pueden ser comparables; además, en los que sí se cuenta con grupo de control, puede variar el número de municipios que sirven como contrafáctico.
V. EL BENEFICIO ESPERADO AFECTA LA ESTRATEGIA ELECTORAL E IMPACTA EN EL NEP MUNICIPAL
Dentro del período analizado, en 97 municipios hubo al menos una elección después de ser declarado pueblo mágico, pero sólo en 71 se pudo emular un grupo de control. De estos, en 23 municipios el nivel del NEP de la elección inmediatamente posterior al nombramiento, experimentó una variación estadísticamente significativa al menos al 95% de confianza: en dos de cada tres pueblos mágicos (65%) el impacto sobre el NEP fue el esperado (ver tabla 2).5 En los municipios por debajo de la media presupuestal nacional (alrededor de 19 millones de pesos mexicanos6), ocurrió una relación positiva entre presupuesto y NEP en el 82% de los casos; y, en la mitad de los municipios por encima de la media presupuestal nacional, existió una relación negativa entre ambas variables (ver anexo 1).
Municipio | Presupuesto Anterior | Presupuesto Posterior | Variación Presupuesto | Efecto en Nivel NEP7 | Resultado |
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Mazamitla | 4,649,349 | 5,435,326 | 16.91% | 1.146*** | Esperado |
Casas Grandes | 5,926,323 | 7,748,431 | 30.75% | 1.036** | Esperado |
Viesca | 6,222,100 | 7,246,229 | 16.46% | 0.491** | Esperado |
Tapalpa | 6,436,045 | 6,375,294 | -0.94% | -0.896*** | Esperado |
Parras | 9,889,776 | 10,815,511 | 9.36% | 0.925*** | Esperado |
Tepoztlán | 10,179,303 | 10,689,270 | 5.01% | -1.359** | No esperado |
Tecozautla | 13,119,564 | 12,588,921 | -4.04% | -2.167*** | Esperado |
S. M. Tonameca | 13,449,235 | 14,698,117 | 9.29% | 1.972*** | Esperado |
Tequila | 13,789,423 | 17,269,866 | 25.24% | 0.927** | Esperado |
Coscomatepec | 16,757,084 | 17,176,218 | 2.5% | -1.803*** | No Esperado |
Huichapan | 17,057,763 | 17,447,280 | 2.28% | 2.400*** | Esperado |
H. de Jiménez | 21,414,524 | 12,581,138 | -41.25% | -0.908** | No Esperado |
Calvillo | 22,627,877 | 23,543,684 | 4.05% | -1.638*** | Esperado |
Tepotzotlán | 23,557,755 | 21,890,604 | -7.08% | -0.956*** | No Esperado |
Tacámbaro | 23,715,781 | 22,944,284 | -3.25% | 0.372** | Esperado |
Loreto | 24,422,757 | 30,242,620 | 23.83% | -1.531*** | Esperado |
Xicotepec | 25,360,604 | 31,178,709 | 22.94% | -0.713** | Esperado |
Zacatlán | 30,052,824 | 38,891,311 | 29.41% | -1.012** | Esperado |
Valladolid | 34,557,873 | 42,961,896 | 24.32% | 1.258*** | No Esperado |
Pinos | 35,471,400 | 35,605,680 | 0.38% | 0.846*** | No Esperado |
Xilitla | 39,713,992 | 37,527,620 | -5.51% | -0.465** | No Esperado |
Orizaba | 82,290,595 | 59,534,407 | -27.65% | 0.803** | Esperado |
Todos Santos | 110,255,897 | 138,449,408 | 25.57% | 0.937** | No Esperado |
Fuente: Elaboración propia con base en datos del Instituto Nacional de Estadística (INEGI), Centro de Investigación para el Desarrollo A.C. (CIDAC), Organismos Públicos Locales Electorales (OPLEs) y Secretaría de Turismo Federal (Sectur).
Nivel de significancia estadística:
***cuando p < 0.01
**cuando p < 0.05.
Para reforzar el mecanismo causal, se seleccionaron tres municipios empleando el método de casos diversos (Seawright y Gerring 2008: 300-301): unidades con amplia variación en la variable explicativa -presupuesto de egresos- y, al mismo tiempo, homogéneos en las variables de control y otros factores que pueden afectar la relación causal. Tequila y Calvillo tienen presupuestos disparesambos lados de la variable independiente-, y al incorporarse al programa, su presupuesto aumentó; Calvillo tiene un presupuesto similar al de Tacámbaro, pero en este último, el presupuesto disminuyó al convertirse en pueblo mágico. Es llamativa la reducción presupuestal -contraria al propósito del programa-, lo cual permite observar la variación del NEP incluso cuando el municipio pierde atractivo (ver tabla 3).
Variable | Tequila | Calvillo | Tacambaro |
---|---|---|---|
Entidad | Jalisco | Aguascalien-tes | Michoacan |
Ano del nombramiento como pueblo magico | 2003 | 2012 | 2012 |
Presupuesto en el ano del nombramiento (base 1992) | $13,789,423 | $22,627,877 | $ 23,715,781 |
Presupuesto en el ano de la elección posterior (base 1992) | $17,269,866 (+25.24%) | $23,543,684 (+4.05%) | $22,944,284 (-3.25%) |
Rango de % de regidurias de RP en el periodo de estudio | 12.50% - 36.36% | 33.33% - 40.00% | 25.00% - 33.33% |
Rango de M de distrito en el periodo de estudio | 2 - 5 | 5 | 4 - 5 |
Rango de población católica en el periodo de estudio8 | 94.48% - 96.24% | 96.94% - 97.70% | 96.43% - 96.63% |
Rango de población indigena en el periodo de estudio | 0.06% - 0.25% | 0.10% - 0.28% | 0.11% - 0.34% |
Rango de población analfabeta en el periodo de estudio | 4.89% - 10.35% | 6.17% - 8.20% | 13.03% - 19.46% |
Partido gobernante municipal al momento del nombramiento | PRI | PRI-PVEM-PNA | PAN-PNA |
Partido gobernante estatal al momento del nombramiento | PAN | PRI-PVEM-PNA | PRI-PVEM |
Partido gobernante federal al momento del nombramiento | PAN-PVEM | PAN | PAN |
Partidos ganadores de la elección municipal en el periodo de estudio | PAN: 6 veces PRI: 2 veces | PAN: 6 veces PRI: 2 veces | PAN: 2 veces PRI: 6 veces |
Rango (y media) del NEP en el periodo de estudio | 2.095 - 3.927 (2.822) | 2.142 - 3.434 (2.752) | 2.167 - 3.699 (2.734) |
Fuente: Elaboración propia con base en información de INEGI, OPLEs, normatividad electoral local y Sectur.
Los casos son homogéneos en las variables de control: institucionalmente, son similares en la proporcionalidad y permisividad del sistema electoral; sociológicamente, predomina el catolicismo, hay poco analfabetismo y nula presencia de hablantes de alguna lengua indígena. Además, comparten similitudes en factores que pueden afectar la relación causal: políticamente, PAN y PRI han dominado las elecciones y su fragmentación tiene rangos similares; pertenecen a entidades cercanas del occidente mexicano, con lo que comparten rasgos históricos y desarrollos sociopolíticos, como el movimiento cristero y haber sido pioneros en la alternancia estatal y municipal.
Para descartar otras hipótesis, se realizaron entrevistas semiestructuradas a informantes clave: políticos relevantes en el municipio o región, políticos relevantes en la entidad, e investigadores de la región especializados en partidos o estudios municipales. La información recolectada fue sobre: rupturas partidistas, surgimiento de grupos políticos y (re)alineamientos de preferencias electorales; estrategias de dirigencias partidistas estatales, municipios prioritarios y relación con dirigencias municipales; causas de la fragmentación electoral en el municipio y la región; procedimiento en el nombramiento como pueblo mágico, dinámica interna del municipio y su relación con otros niveles de gobierno.
Tequila: aumento de los recursos y de la fragmentación
En 2003, Tequila fue el décimo segundo pueblo nombrado mágico. Junto con la producción tequilera, el municipio cuenta con más de 86 mil hectáreas de paisaje agavero, declarado por la UNESCO como patrimonio mundial en 2006. Políticamente, Tequila ha sido un bastión panista: entre 1995 y 2015, el PAN ganó seis de las ocho elecciones municipales; se consolidó en el municipio junto con el ascenso que tuvo en Jalisco, pero se mantuvo en Tequila incluso después de las recientes derrotas del partido en el estado.
El multipartidismo en Tequila entre PAN, PRI y PRD se acentuó desde su nombramiento como pueblo mágico: previo al tratamiento, el electorado dividía su voto entre dos o tres competidores; pero, posterior al nombramiento, aumenta hasta casi cuatro competidores efectivos, incluso cuando el número de participantes es similar (ver anexo 2). Como muestra el gráfico 3, después del tratamiento Tequila tuvo un aumento del NEP superior a la tendencia de los municipios del grupo de control.
Durante el período analizado, no hubo realineamientos electorales ni surgimiento de nuevos grupos políticos, pero sí una ruptura al interior del PAN, cuando sufre su primera derrota en 2004, con lo cual resultó beneficiado el PRD. La ruptura partidista, per se, no es suficiente para explicar el aumento en la fragmentación: previo a la elección de 2015, otra vez ocurre una ruptura al interior del PAN (Tequila_A1), pero el NEP mantiene niveles similares.
Tequila es atractivo por razones diversas: es relevante en las elecciones legislativas, pues es la cabecera del distrito I en Jalisco (Tequila_B1); también, turísticamente se hizo más visible en 2007 por la telenovela Destilando amor, ambientada en las exhaciendas y paisajes agaveros (Tequila_A1). Es plausible que el aumento del NEP en Tequila se deba en buena medida a ser pueblo mágico y otros atractivos del municipio, y sólo en menor medida a las rupturas dentro del partido dominante.
Calvillo: mayores recursos y menor fragmentación
Calvillo fue nombrado pueblo mágico en 2012, debido a la producción y venta de guayaba y productos derivados, así como a la feria anual en torno a dicha fruta; también, destacan sus áreas naturales y la arquitectura de exhaciendas y templos. Políticamente, fue uno de los primeros municipios de Aguascalientes donde menguó el PRI: la preferencia electoral era concentrada por el Partido Demócrata Mexicano (PDM) y luego por el PAN, ganador con amplio margen en seis de las ocho elecciones municipales entre 1995 y 2016 (ver anexo 2).
A mediados de la década de 1990, era claro el bipartidismo entre PAN y PRI; pero, entrado el siglo XXI se tornó en un tripartidismo que incluyó al PRD. Así ocurrió hasta la elección de 2010, la última antes de ser pueblo mágico; después, el electorado se concentró en dos competidores. En el gráfico 4, se observa que el NEP de Calvillo se redujo, cuando el grupo de control siguió con un aumento sostenido en el nivel de fragmentación.
Aunque el PRI buscó mantener su hegemonía a toda costa, incluso violentamente como en la década de 1980, el PAN se ha vuelto el partido dominante en el municipio, heredando el voto que una sociedad conservadora y católica -con antecedentes del sinarquismoemitía a favor del extinto PDM (Calvillo_C1). Con este antecedente, el sistema de partidos en el municipio está institucionalizado por la asociación entre familias y partidos (Calvillo_C1).
Junto con Aguascalientes y Jesús María, Calvillo es uno de los municipios más importantes de la entidad. Es plausible que la variación del NEP responda a la estrategia de las élites políticas locales: con el nombramiento, el PAN reforzó su presencia; en cambio, PRI y PRD decidieron coaligarse -sin liderar dichas coaliciones-, respectivamente, con el Partido del Trabajo (PT) y el PAN, mientras que el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) se enfocó en otros municipios con mayor probabilidad de triunfo (Calvillo_B1).
Tacámbaro: menores recursos y mayor fragmentación
Tacámbaro de Codallos, “el balcón de la Tierra Caliente” -límite entre las Tierras Fría y Caliente de Michoacán-, es pueblo mágico desde 2012, debido a zonas protegidas como la del “Cerro Hueco” y “La Alberca”, así como a la arquitectura de su centro histórico y ferias religiosas. Es llamativo que no ha seguido la dinámica estatal reciente, donde el PRD había sido dominante, pues entre 1992 y 2015, sólo PRI y PAN obtuvieron triunfos municipales.
En 2002 asumió la gubernatura de Michoacán el primer candidato no priista: el perredista Lázaro Cárdenas Batel -nieto del expresidente Lázaro Cárdenas del Río y Amalia Solórzano, originaria de Tacámbaro-. El electorado municipal había dispersado su voto en cerca de tres competidores efectivos, pero en la elección de 2015 -la primera después del nombramiento- el NEP aumentó drásticamente, incluso por encima del grupo de control (ver gráfico 5).
En Tacámbaro, el PRI tiene buenos resultados desde el cacicazgo de Cándido Solórzano -padre de Amalia Solórzano-, aun cuando su nieto Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano fue candidato presidencial por el Frente Democrático Nacional (FDN) en 1988, y cuando su bisnieto Lázaro Cárdenas gobernó la entidadambos como rivales del PRI-. Por su parte, para el panismo estatal se trata de un municipio prioritario (Tacámbaro_A1), al mantenerse competitivo por el apoyo del clero católico y los “cooperativistas” (Tacámbaro_A2).
Regionalmente, Tacámbaro perdió relevancia ante municipios como Pátzcuaro y Ario: antes de 2017 era cabecera distrital; ahora, es un municipio más del distrito de Pátzcuaro (Tacámbaro_A2). Además, ser pueblo mágico no se reflejó en un aumento de su presupuesto, sino que sus recursos disminuyeron (Tacámbaro_A1). Es plausible que los principales partidos se hayan concentrado en otros municipios, lo que abrió la posibilidad para partidos minoritarios, generando un crecimiento en la fragmentación.
Tequila, Calvillo y Tacámbaro son consistentes con la propuesta teórica, es decir, que existe un impacto de los recursos municipales sobre la fragmentación, pero no lineal: en municipios con pocos recursos, hay una relación positiva entre presupuesto de egresos y NEP; pero, en los municipios más ricos, la relación entre estas variables es negativa. La tabla 4 muestra los resultados del modelo ITSA, donde cada elección municipal -del pueblo mágico y su grupo de controles una observación. Debido al nombramiento como pueblo mágico, en Tequila aumentó el NEP en casi un competidor efectivo, en Calvillo se contrajo en más de uno y medio, y en Tacámbaro aumentó un tercio. Dado que los casos son similares en factores institucionales y sociológicos, la variación del NEP se explica por las estrategias de las dirigencias partidistas que están en disputa por los recursos municipales.
Tequila | Calvillo | Tacámbaro9 | |
---|---|---|---|
Pendiente del NEP previo al tratamiento | 0.122*** (0.023) | 0.187*** (0.036) | 0.079*** (0.010) |
Diferencia en el nivel del NEP inmediatamente posterior al tratamiento | -0.038 (0.088) | 0.255 (0.254) | 0.422*** (0.098) |
Diferencia en la pendiente del NEP previo y posterior al tratamiento | -0.016 (0.038) | -0.253 (0.378) | Valor omitido |
Diferencia en el nivel del NEP entre tratamiento y grupo de control previo al tratamiento | 0.122 (0.252) | -0.057 (0.128) | 0.146 (0.183) |
Diferencia en la pendiente del NEP entre tratamiento y grupo de control previo al tratamiento | -0.166* (0.090) | 0.066 (0.043) | -0.015 (0.044) |
Diferencia en el nivel del NEP entre tratamiento y grupo de control inmediatamente posterior al tratamiento | 0.977** (0.364) | -1.638*** (0.265) | 0.372** (0.172) |
Diferencia en la pendiente del NEP entre tratamiento y grupo de control inmediatamente posterior al tratamiento | 0.291** (0.146) | 0.236 (0.379) | Valor omitido |
Intercepto | 2.283*** (0.037) | 2.296*** (0.091) | 2.313*** (0.031) |
Número de observaciones | 760 | 64 | 760 |
Fuente: Elaboración propia con base en datos del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) de Jalisco, el Instituto Electoral del Estado (IEE) de Aguascalientes y el Instituto Electoral (IE) de Michoacán.
Errores estándar Newey-West entre paréntesis.
Nivel de significancia estadística:
***cuando p < 0.01
**cuando p < 0.05
*cuando p < 0.10.
VI. CONCLUSIONES
El análisis de la fragmentación del sistema de partidos subnacional en Estados federales o unitarios descentralizados, requiere conocer la dinámica política local y observar más allá de factores institucionales y sociológicos. El beneficio esperado de gobernar una circunscripción subnacional y la expectativa del triunfo, lleva a las dirigencias partidistas a definir estrategias distintas para cada elección. Donde hay pocos recursos, el beneficio esperado tiene una relación positiva con la fragmentación, pero allí donde los recursos abundan -prioritarios para partidos dominantes-, la relación es negativa. La variación en la fragmentación se explica por el cálculo racional de las dirigencias partidistas.
Para observar el efecto de una variación súbita de recursos sobre la fragmentación, se analizan municipios mexicanos inscritos al Programa Pueblos Mágicos, utilizando una base de datos inédita creada para contrastar las hipótesis propuestas en esta investigación. Los resultados del modelo de regresión ITSA corroboran que ser nombrado pueblo mágico tiene un impacto sobre el NEP municipal; en general, cuando un municipio se vuelve más o menos atractivo para las dirigencias partidistas, se observa una variación en el NEP. Dado que el modelo de regresión ITSA es un diseño cuasi-experimental que refuerza la validez interna, los resultados permiten confiar en que la fragmentación del sistema de partidos subnacional es afectada por el beneficio esperado de gobernar el territorio en disputa, mediado por las estrategias electorales de las dirigencias partidistas.
Tequila, municipio con pocos recursos, después del nombramiento como pueblo mágico tuvo un aumento de su monto presupuestal (25%), y su NEP se incrementó en casi un competidor efectivo (0.927). En Calvillo, municipio con más recursos, su incorporación al programa también implicó un aumento presupuestal (4%), acompañado de una reducción del NEP en más de uno y medio competidores efectivos (-1.638). Pero, en Tacámbaro, cuyo presupuesto es similar a Calvillo, después del nombramiento hubo una disminución de su presupuesto (-3%), con un aumento de un tercio de competidores efectivos (0.372).
La tendencia de los pueblos mágicos en conjunto es consistente con la propuesta teórica, sobre todo en municipios con pocos recursos, probablemente porque el gobierno municipal es más sensible a una variación presupuestal. Aunque ser pueblo mágico es un buen indicador, futuras investigaciones deben considerar otros elementos que impactan en lo atractivo que un municipio puede ser para las dirigencias partidistas. Además de otros diseños cuasi-experimentales, la propuesta teórica puede contrastarse en escenarios de creación de nuevos municipios -u otras circunscripciones subnacionales-. Cuando surge un municipio, hay uno o más que pierden territorio y, presumiblemente, también recursos; entonces, esta variación debe impactar sobre el beneficio esperado que estiman las dirigencias partidistas y, por tanto, en la fragmentación.
Finalmente, es necesario que futuras investigaciones incorporen otras variables. En el nivel más local de gobierno, los territorios que encabezan un distrito o región, son más atractivos que el resto; en el sentido contrario, factores como la inseguridad o el crimen organizado, pueden tener un impacto negativo sobre el beneficio esperado de gobernar el territorio. También, deben utilizarse otros indicadores del posible beneficio, como el alcance y tamaño del aparato burocrático -relevante para prácticas como el patronazgoo la importancia política y mediática que genera. Sin duda, la fragmentación del sistema de partidos subnacional es multicausal, pero un factor clave para entender su variación son las estrategias de las dirigencias partidistas: dada la simultaneidad de elecciones en disputa, la definición de estrategias de partidos dominantes y minoritarios, median el impacto que los recursos municipales tienen sobre su propio nivel de fragmentación.