Uno de los países más afectados por la emergencia de la enfermedad por el nuevo Coronavirus-19 (COVID-19) ha sido España, con más de 778.000 casos y 31.900 muertes confirmadas hasta el 1 de octubre de 20201. El estado de emergencia nacional se declaró el 14 de marzo, imponiendo el estricto confinamiento de la población y la suspensión de la mayoría de las actividades económicas y de toda actividad de ocio, cultural o educativa. Como consecuencia, las universidades españolas se vieron abocadas a una transformación abrupta a la docencia a distancia que ha tenido un impacto considerable en Medicina, una disciplina académica en la que la adquisición de habilidades prácticas y las experiencias de aprendizaje colaborativo son fundamentales2–4. Para afrontarlo, las Facultades de Medicina procuraron adaptar sus programas y actividades, potenciando un uso más intensivo de los instrumentos de intercomunicación ya existentes. Al mismo tiempo, reforzaron el soporte a profesorado y estudiantes en el manejo de la información y aprendizaje a distancia, así como el acceso y disponibilidad de recursos y material docente en aulas virtuales.
En ese segundo semestre, en la Facultad de Medicina de la Universitat Internacional de Catalunya (UIC) (Barcelona, España) se desplegó, precipitadamente, un modelo de docencia virtual basado en la impartición de clases preferentemente sincrónicas, la realización de actividades orientadas al aprendizaje activo (planteamiento y resolución de casos, aprendizaje basado en problemas, foros de consulta y debate) y el fomento del estudio autónomo y autoaprendizaje entre los estudiantes. La aplicación de este modelo virtual se apoyó en un uso extensivo de la plataforma disponible en la Facultad (Moodle Collaborate™). Como resultado del proceso, aplicado con las limitaciones propias de la circunstancia (falta de planificación, profesorado clínico frecuentemente abrumado por situación…), aproximadamente el 60% de los contenidos previstos para docencia en aula pasaron a ser impartidos en línea, sincrónicamente, y el 40% de forma asíncrona. Similares modificaciones curriculares han sido introducidas en Facultades de Medicina de otros países5–8.
Pero, ¿cómo valoran los estudiantes de Medicina esta transformación digital de la docencia y los diversos instrumentos y metodologías utilizadas? El objetivo del estudio fue describir las percepciones y grado de satisfacción de los estudiantes con la docencia del Grado a distancia.
Métodos
Estudio transversal descriptivo, efectuado en junio de 2020, de las percepciones de los estudiantes de la Facultad de Medicina de la UIC respecto al cambio a la modalidad de docencia virtual. Esta Facultad admite 100 alumnos por año e imparte el Grado en Medicina desde 2008. La población de estudio fueron los estudiantes de 1° a 5° curso. No se incluyeron los estudiantes de 6°, al considerarse distinto el impacto del cambio en dicho curso, dedicado mayoritariamente a la práctica asistencial.
La obtención de datos se efectuó mediante una encuesta anónima en línea utilizando la aplicación Google Forms™. Las preguntas fueron diseñadas para recoger la percepción de los estudiantes sobre diversos elementos clave de la docencia virtual: motivación, coherencia pedagógica, metodología docente, participación, relación profesor-estudiante, carga de trabajo, aceptación de la formación a distancia y grado de aprendizaje. Estos elementos clave fueron identificados tras revisión de la literatura y validación por parte del equipo investigador. Las respuestas se categorizaron mayoritariamente mediante una escala ordinal de Likert del 1 al 5 (1, nada o malo; 5, mucho o bueno) y se resumieron mediante valores medios y desviaciones estándar.
Se realizaron subanálisis según grupos de cursos, grupos de edad y sexo, comparándose valores medios mediante las pruebas t de Student y ANOVA. Se estableció un valor p < 0,05 de significación estadística. Todos los análisis se realizaron con el programa estadístico Stata v.15.1.
La participación en la encuesta fue anónima y los participantes dieron su consentimiento informado previamente. El estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Facultad.
Resultados
El total de 483 estudiantes matriculados fueron invitados a participar. De ellos, 244 (50,5%) respondieron a la encuesta, distribuidos entre los cursos 1° y 2° (n = 104, 42,6%) y 3°, 4° y 5° (n = 140, 57,3%), predominando las mujeres (75,6%) y el rango de edad 18-22 años (75,4%).
Globalmente, sobre una escala de Likert de 1 a 5, los estudiantes de 1° y 2° valoraron el aprendizaje a distancia como aceptablemente satisfactorio (valor medio µ = 3,1) mientras que los de 3°, 4° y 5° lo calificaron como poco satisfactorio (µ = 2,7), siendo la diferencia entre ambos grupos significativa (p < 0,01). No se observaron diferencias en la valoración del aprendizaje sobre el mismo valor máximo de 5 por grupos de edad (18-20 años: µ = 3,0; 21-22 años: µ = 2,8; 23-24 años: µ = 2,7; > 24 años: µ = 2,8; p = 0,41) ni por sexo (hombres: µ = 2,7; mujeres: µ = 2,9; p = 0,19). En la misma escala, las valoraciones medias de categorías relativas a la docencia a distancia fueron: coherencia pedagógica, expresada por el alineamiento de las actividades virtuales con los objetivos y resultados esperados: µ = 2,6; motivación: µ = 2,3; relación con los profesores: µ = 2,1; carga adicional de trabajo respecto a la acostumbrada presencial: µ = 0,7.
Respecto a las metodologías utilizadas, los participantes mostraron sus preferencias por las clases sincrónicas (µ = 3,9) y asincrónicas (µ = 3,3) y su menor interés en las presentaciones básicas (μ = 2,4) y en las presentaciones dinámicas (μ = 2,0)(Figura 1). El grado de participación fomentado por las diversas tipologías de clases a distancia tuvo valoraciones moderadamente positivas, particularmente las clases basadas en el método del caso (µ = 3,4) (Tabla 1).
Categorías | Preguntas | Opciones | Media (DE)* | % |
---|---|---|---|---|
Motivación del estudiante | ¿La docencia en línea te ha motivado para el aprendizaje? | 2,3 (0,1) | ||
¿Qué actividades de aprendizaje ha realizado el profesorado para mantener la motivación? | Aprendizaje lúdico | 54,9% | ||
Presentación de casos | 54,1% | |||
Trabajo/proyecto en grupo | 52,9% | |||
Resolución de problemas | 37,7% | |||
Preguntas reto, otros… | < 15% | |||
Coherencia pedagógica | ¿En qué medida has sabido qué se esperaba de cada sesión? | 2,6 (1,0) | ||
Metodología | ¿Qué actividades realizadas en las clases destacarías por encima de las demás? | Clases sincrónicas | 3,9 (1,3) | |
Clases asincrónicas | 3,3 (1,7) | |||
Apuntes complementarios | 3,0 (1,7) | |||
Presentaciones con audio | 3,0 (1,5) | |||
Videoclips cortos complementarios | 2,5 (1,6) | |||
Trabajos/proyectos colaborativos | 2,3 (0,1) | |||
Presentaciones con notas | 2 (1,5) | |||
Presentaciones, foros, lecturas complementarias, … | < 2 | |||
¿Qué recomendarías al profesor que empieza a realizar clases online? | Realizar clases magistrales | 64,3% | ||
Realizar actividades dinámicas | 48,0% | |||
Trabajar por píldoras | 40,2% | |||
Generar debates | 38,9% | |||
Proponer talleres, discutir artículos, … | <15% | |||
Participación | En función de la tipología de clases online, valora el grado de participación | Método de caso | 3,4 (1,2) | |
Clases teórico-prácticas | 3,1 (1,3) | |||
Tutorías de proyectos en equipo | 3,1 (1,4) | |||
Clase magistral | 2,9 (1,3) | |||
Laboratorio | 2,7 (1,5) | |||
Relación profesor-estudiante | La situación online provocada por la COVID-19, ¿ha influido positivamente en la relación con el profesor/a? | 2,1 (1,1) | ||
¿Qué recursos se han empleado con mayor asiduidad para comunicarte con el profesor/a? | A través de los delegados | 78,3% | ||
Mails | 76,2% | |||
Foros | 24,2% | |||
Carga de trabajo | Valora la carga de trabajo de la docencia online respecto a la presencial | 0,7 (0,7) | ||
Aceptación de la formación a distancia | ¿Te gusta aprender de forma online? | No | 69,3% | |
Sí | 30,7% | |||
¿Has aprendido más o menos en clases online, respecto a la presencial? | Menos | 63,1% | ||
Igual | 29,1% | |||
Más | 7,8% | |||
Aprendizaje | ¿Cómo valoras el aprendizaje online? | 2,9 (1,2) |
*Medias y desviaciones estándar (DE), sobre una escala Likert de 1 a 5; siendo 1= nada (mal) y 5 = máximo (bien).
El subanálisis de las valoraciones por grupos de cursos reveló percepciones significativamente más favorables de los participantes de los cursos 1°-2° comparados con los de los cursos 3° a 5° en valores medios de coherencia pedagógica (2,7 vs 2,4, p = 0,02), influencia positiva de la formación a distancia en la relación con los profesores (2,7 vs 2,4, p = 0,02) y carga de trabajo adicional (0,8 vs 0,4, p = 0,04). No se observaron diferencias significativas entre valoraciones de categorías por grupos de edad o sexo.
Discusión
Las percepciones de los estudiantes de Medicina sobre la docencia a distancia se alinearon en gran medida con las fortalezas y debilidades de esta modalidad identificadas en otros estudios en el ámbito de la educación médica9 y en el contexto particular de la pandemia de la COVID-1910–12. En líneas generales, estas percepciones no fueron positivas. La excesiva carga de trabajo (muchos profesores se sintieron obligados a fomentar actividades alternativas extras), la limitada relación con los profesores y una reducida motivación fueron percepciones frecuentemente expresadas por los participantes en la encuesta. Apreciaciones similares han sido descritas en otros estudios sobre el impacto de la COVID-19 en la educación médica universitaria13–15. Por otro lado, no se puede obviar el posible impacto de las dificultades familiares y sociales asociadas con la pandemia en el estado de ánimo de los estudiantes y su aceptación del cambio obligado en el modelo educativo16,17.
Los estudiantes de los dos primeros cursos manifestaron mejores percepciones que los de los tres cursos siguientes sobre la efectividad del aprendizaje a distancia, la coherencia pedagógica, la relación con el profesorado y la carga de trabajo asociada. Estas diferencias podrían relacionarse con perfiles diferenciados de estudiantes y profesores en ambos tramos del Grado, así como con el distinto peso relativo de los contenidos teóricos y prácticos en cada tramo. Es probable que las expectativas de los estudiantes de primeros cursos respecto a la docencia a distancia fueran menores, así como menor su preocupación e implicación en labores de soporte asistencial y voluntariado en relación con la pandemia. Las diferentes características del profesorado también pudieron ser determinantes. En los primeros cursos en el centro de estudio se cuenta con mayor número de profesores con dedicación exclusiva o muy preferente a la docencia y a la investigación mientras que en los últimos cursos el profesorado está principalmente dedicado a la práctica médica y quedó en gran medida expuesto a alta presión asistencial durante la pandemia. Este factor diferencial pudo influir en una mayor disponibilidad de los docentes de los primeros cursos para capacitarse rápidamente en el desarrollo de contenidos digitales, en comparación con los de los últimos cursos. Asimismo, pudo favorecer una mayor coherencia pedagógica de las actividades, una interacción más estrecha con los estudiantes y una mejor coordinación de cargas de trabajo en los primeros cursos. Finalmente, se podría especular que la propia naturaleza de los contenidos, más teóricos y menos aplicados en las asignaturas de los primeros cursos, puede haber facilitado la traslación de dichos contenidos teóricos a entornos virtuales, suscitando una mayor aceptabilidad de la docencia a distancia entre los estudiantes en el primer tramo del Grado.
Entre las limitaciones del estudio, debe reconocerse que, aunque el nivel de respuesta de la encuesta fue aceptable (aproximadamente la mitad de los estudiantes matriculados en el Grado) no es descartable cierto sesgo de participación. Las particularidades de la propia Facultad tampoco permiten una extrapolación directa a otros entornos universitarios.
Sin embargo, los resultados obtenidos apuntan claves interesantes para mejorar la docencia a distancia de Medicina en situaciones que pueden repetirse en el futuro. La importancia de mantener horarios y sesiones sincrónicas (mejor con contenidos que queden disponibles grabados), la potenciación de los métodos del caso y aquellas actividades que fomenten la participación activa y la motivación de los estudiantes, son elementos clave a potenciar. De la misma forma, debería favorecerse una adecuada planificación y coordinación de las cargas de trabajo y la mejor comunicación fluida entre profesores, estudiantes y dirección del Grado, que debería extremar su apoyo al profesorado clínico.
En conclusión, los estudiantes de Medicina manifestaron una percepción crítica de la docencia a distancia, que no se puede disociar de limitaciones intrínsecas de este modelo para promover el aprendizaje colaborativo ni de su aplicación en el contexto de emergencia educativa de la pandemia. Las precepciones observadas refuerzan la importancia de facilitar la comunicación, motivación y participación activa de los estudiantes de Medicina en el proceso de aprendizaje a distancia.