In lieu of an abstract, here is a brief excerpt of the content:

  • Unamuno y Cervantesnarradores y narración en Niebla
  • J. A. G. Ardila

En su forma y en su fondo, Niebla se nutre de un amplio espectro de influencias literarias y filosóficas. Novela concebida en 1907 y publicada en 1914, apenas un año después de Del sentimiento trágico de la vida, en Niebla plasma Unamuno su filosofía existencial más honda, a imagen y semejanza del Diario del seductor de Kierkegaard (Ardila, "Nueva …"), con reflejos rutilantes de La señorita Julia de Strindberg (Franz, Niebla inexplorada, 97–111) y de Pygmalion de Shaw (Franz, Niebla, 137–54). En cuanto a su estética, se ha señalado asimismo la parodia de Fortunata y Jacinta de Galdós (Franz, Niebla, 17–34). A más de todo ello, Unamuno emuló en Niebla ciertos particularismos narratológicos del Quijote. La crítica ha reconocido el marchamo cervantino de Niebla y se ha dedicado al cotejo crítico de ambas novelas (v.g. Otero; Basdekis; Galbis; Gunn; Stevens; Blanco Aguinaga; Spires; Franz, "Niebla y el Quijote"). Las propuestas vienen, por lo general, a señalar el cervantismo de los episodios intercalados o a esgrimir asertos tan generales como que "Acaso Niebla se imaginó precisamente como tal obra quijotesca, [como] una recreación en términos modernos de la más grande joya de la literatura española" (King 219). En fechas más recientes, Bénédicte Vauthier ha acometido una lectura teórica de Niebla, revestida de las teorías de Bajtín, y señalado "el vínculo literario que Unamuno deseaba establecer con las obras de su predecesor [Cervantes]" (183). Vauthier apunta similitudes entre Niebla y dos novelas ejemplares cervantinas: El casamiento engañoso y El coloquio de los perros. El más logrado de los estudios contrastivos quizá se deba a Edward Friedman, quien postula que "Don Quijote, Niebla, and possibly Lazarillo [End Page 348] de Tormes could be regarded as theories of the novel" (22) y presenta la obra de Unamuno como un ejercicio de innovación literaria en el cual el realismo constituye la materia dominante.

En su composición formal, Niebla acusa una marcada y profunda influencia cervantina que le afecta los contornos más delimitados. Cumple reconocer que Niebla se retrotrae a los orígenes mismos de la novela española y que merece ostentar la honorable etiqueta novela cervantina en virtud de su impronta formal. En la novela de Unamuno, la tensión entre el realismo y el irrealismo1 se yergue como el condicionante primero y más evidente de ecos cervantinos. Incluido éste, los principales elementos del Quijote apreciables en Niebla son: 1) la parodia de tradiciones literarias anteriores; 2) la literatura como temática literaria; 3) las digresiones episódicas; 4) el protagonista quijotesco; 5) el diálogo como molde de la acción; 6) la metaficción; 7) la confluencia de varias voces narrativas; y 8) la dicotomía realismo-irrealismo. Además de estos,2 Friedman ha observado las siguientes analogías: 9) el uso de la ironía en los prólogos;3 [End Page 349] 10) la autoconciencia narrativa;4 y 11) la muerte del protagonista a manos del autor.5

Estos elementos se interrelacionan de uno u otro modo: al acometerse la dicotomía realismo-irrealismo se parodia la novela realista y, en parte, se traen al texto una serie de referencias a otras obras que hacen de la literatura uno de los temas de Niebla. Relacionado con esto mismo se encuentra la metaficción y, con ella, la aparición de varios narradores. En este trabajo me centraré en los aspectos menos estudiados pero más determinantes para la forma de Niebla: la dicotomía realismo-irrealismo y el empleo de una variedad de voces narrativas. El narrador y la narración conforme al equilibrio entre verosimilitud y fantasía constituyen dos de las características menos estudiadas en la relación entre Niebla y el Quijote. Apenas contamos con los estudios de Anne Øveraas y Vauthier, en que se trata el narrador, y de Friedman, quien acomete un estudio del realismo. En el presente trabajo quisiera ahondar en los...

pdf

Share