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FALL2007 193 El manjar de Susana Torres Molina María ClaudiaAndré Quien haya tenido la buena fortuna de estar en Buenos Aires entre los meses de octubre y diciembre del 2006, habrá tenido la oportunidad de asistir al estreno de El manjar, la más reciente obra de la galardonada dramaturga, actriz y directora, Susana Torres Molina. La obra se encuadra dentro de los parámetros del teatro realista aportando una visión innovadora — y a la vez crítica — a un acuciante problema social: el rapto y la prostitución de menores. Tal como caracteriza su dramaturgia, Torres Molina explora el tema de la identidad y la representación femenina desde un ángulo que desafía el canon patriarcal revirtiendo los roles genéricos tradicionales para finalmente sorprendernos con una vuelta de tuerca inesperada e insólita. Una habitación con dos camas de un humilde hotel de pueblo sirve de escenografía en donde transcurre toda la obra.Al inicio de la primera escena, Luisa, una joven de 16 años y de muy escasos recursos, resume en una canción la historia de una infancia llena de carencias. Pronto sabemos que Luisa está a cargo de Miguel, un sesentón amigo de su madre, quien se supone la dejará como empleada doméstica en una casa de gente adinerada. Sospechando que en vez de empleada, Miguel planea venderla como prostituta en un bar, Luisa se las ingenia para revertir la situación, pasando de víctima a victimaria. Con la ayuda de su novio y cómplice, Leo, Luisa consigue vengarse de Miguel y, a la vez, alcanzar su sueño original de formar una familia junto a Leo, como esposo, y a Miguel, como abuelo del hijo que espera. Desde el inicio, el discurso de Luisa es transgresor al no conformarse ni con la situación de dependencia, ni aceptar el futuro que se ha planificado para ella. Su astucia yace en haber convertido sus experiencias de desidia familiar en factores generadores de una habilidad que luego desarrollará y aprovechará – como táctica de supervivencia – para lograr sus deseos y ejecutar su plan. De esta manera, El manjar deconstruye el patetismo de 194 LATINAMERICAN THEATRE REVIEW una situación tan real como dramática, para devolvernos la imagen de una nueva mujer quien no sólo logra constituirse como sujeto, sino además articular una imagen propia y distinta del rol asignado. Más allá de ofrecer una crítica reflexiva sobre la situación de la mujer, El manjar explora a la vez, las condiciones psicológicas y emocionales inherentes a los sectores marginados. Alienación, soledad y ansiedad son interpretadas como síntomas característicos de la sociedad moderna, una sociedad que – según refleja la obra – silencia a quienes no se arriesgan o luchan para revertir su situación por adversa que sea, convirtiéndose, de este modo, en cómplices de su propia victimización. La puesta en escena del reconocido actor chileno Patricio Contreras, en su debut como director, capta con gran precisión tanto la psicología y la compleja dinámica entre los personajes así como la gradual construcción de una trama que, como un juego sórdido, se va intensificando en el transcurso de la obra. La historia es llevada a escena por Anabella Simonetti (Luisa), Héctor Malamud (Miguel) y Esteban Meloni (Leo), tres actores de primer nivel y de gran profesionalismo quienes desempeñan un brillante trabajo actoral. En esta interpretación de la experiencia humana tan única como conmovedora, Torres Molina elabora, una vez más, un manjar para los entendedores del buen teatro. Hope College ...

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