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  • Es hora de escuchar a la Madre Tierra/It Is Time to Listen to Mother EarthLlamado de los Pueblos Originarios—Representantes, Miembros, Médicos Ancestrales y Poetas de la Tierra/Call of the First Nations and Indigenous Peoples—Representatives, Members, Spiritual Guides, and Poets of the Earth

Es hora de escuchar a la Madre Tierra

Es hora de escuchar a la Madre Tierra.1 Hoy la palabra sagrada, la palabra poética llega y se queda grabada en los caminos anchos y estrechos de esta Madre Tierra, que hoy desgrana versos por la libertad de todos los seres vivos que habitan en este planeta.

En el marco del 28 Festival de Internacional de Poesía de Medellín (Colombia), convocado en julio del 2018, representantes y miembros de las naciones originarias de Abya-Yala(Gunadule, Ikü, Navajo, Cheyenne, Mapuche, Uwa, Guaraní, Mazateca, Maya Kaqchikel, Inga, Kamëntsá y Nahuatl), Oceanía (Yankunytjatjara-Kokatha y Maorí), Europa (Sami), Asia (Tuva y Siberia), y África (Zimbabue) nos reunimos para hacer un llamado a los gobiernos del mundo y a nuestros propios hermanas y hermanos de los pueblos indígenas, teniendo en cuenta que todos nuestros territorios y nuestras culturas han sufrido una larga historia de colonización y despojo, y continúan siendo amenazados por la explotación desmesurada de la agroindustria y los megaproyectos de extracción de minerales, agua y combustibles fósiles.

Por esta realidad que vivimos día a día es nuestras comunidades, llamamos hoy a los dirigentes políticos, empresarios, educadores, artistas y escritores de este planeta azul, así como a todos los hermanas y hermanos, mujeres y hombres que son conscientes de la gravedad de nuestro tiempo para que:

  • ▪. Recordemos juntos la ancestralidad de los espacios en los que vivimos.

  • ▪. Fortalezcamos juntos las lenguas nativas y sus tradiciones orales, incorporándolas en una educación contextualizada propia para nuestras comunidades, con un énfasis en la niñez y la juventud, y en el cambio de los currículos estatales que rigen la educación, de tal forma que su objetivo principal sea el cuidado de la Madre Tierra.

  • ▪. Protejamos juntos los territorios indígenas reconociéndolos jurídicamente como sitios sagrados para el futuro de la humanidad.

  • ▪. Recuperemos juntos las ceremonias ancestrales para detener desde nuestra conciencia la voracidad extractivista hacia la naturaleza.

  • ▪. Y mantengamos juntos el espíritu sereno, pues a pesar de que somos pocos, los territorios que habitamos hoy son los más biodiversos del planeta, lo cual demuestra que la lucha no ha sido en vano y que nuestra llama continúa intacta.

Es hora de que el mundo comience a escuchar a los pueblos originarios, pues el ciclo de la destrucción se ha agotado en su propio sinsentido, y resulta evidente para todos que estamos en el tiempo de la palabra y del canto milenario del agua, de los pájaros y de los ríos limpios que corren desde la sierra hasta el mar.

La Madre Tierra está gritando y gritando. No la escuchamos. Estamos sordos y por eso está cobrándonos nuestras irresponsabilidades.

Es inútil negar el calentamiento global o la furia de los volcanes, los tornados, los huracanes y los incendios forestales.

Nosotros, los pueblos originarios, sabemos cómo liderar este nuevo tiempo y trazar este camino desde nuestras leyes e historias de origen, las cuales nos fueron dadas desde siempre, y gracias a ellas en nuestras montañas, islas, desiertos y lagunas todavía se respira la luz y el equilibrio.

La desmemoria de la humanidad ha enfermado el vientre de la Madre Tierra.

Hoy en este encuentro, con la fuerza espiritual de los pueblos originarios presentes invocamos a los espíritus protectores del fuego, del aire, de la tierra, del agua, del espacio infinito y de la selva, y también a los [End Page 125] abuelos, abuelas y líderes sociales que han perdido su vida protegiendo a la Madre, para que nos sigan acompañando en este momento decisivo para el planeta y nuestra especie.

La Madre Tierra está enferma. Está en peligro de muerte.

Este breve documento reafirma lo que hemos aprendido con nuestros mayores.

Es hora de amar...

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